A nadie se le escapa que Bobby
"Blitz" Ellsworth es todo un personaje, y su banda los
legendarios Overkill un nombre de
referencia dentro del thrash metal. Durante las últimas décadas la sociedad que
formaron a principios de los 80 el mencionado vocalista y su inseparable
escudero y compañero de viaje, el bajista D.D. Verni, ha facturado algunos de los himnos más representativos y
coreados de la escena metal americana. Además, durante años la picara expresión
del vocalista mostrando insolente su dedo corazón se ha convertido en una
imagen icónica para todos sus seguidores. Aunque quizás la banda no haya
conseguido enganchar con su sonido y su personal propuesta a las nuevas
generaciones, lo cierto es que el quinteto de New Jersey siempre ha conservado
intacta su arrolladora personalidad, consiguiendo mantener inalterable un
nutrido núcleo de fieles incondicionales.
De cara a este nuevo periplo europeo, presentando su última entrega “White
Devil Armory", el quinteto americano había optado por conformar un
atractivo y amplio cartel bajo la sugerente denominación de "Killfest Tour
2014". Así que además de contar con la descarga de los míticos thrashers disfrutaríamos de una larga previa
amenizada con la presencia de Darkology, los emergentes metaleros suecos
Enforcer, y los veteranos Prong, del carismático vocalista y guitarrista Tommy
Víctor, que arribaba por primera vez a nuestros escenarios dispuesto a dejar
buena constancia de porque su “criatura” es uno de los pilares básicos dentro
del metal industrial y de vanguardia.
Como viene siendo habitual el inicio de las actuaciones estaba previsto
para una hora muy temprana, las 18,30, marcando un “timing” que hacia prácticamente
imposible que muchos de los seguidores pudieran seguir la primera actuación de
la tarde, la de los tejanos Darkology. Ante escasamente una cincuentena de aficionados,
el cuarteto americano se enfrentaba a la frialdad de una sala prácticamente vacía,
proponiéndonos en el arranque la incontestable contundencia metálica de “Violent Vertigo”, con la que, en un escenario prácticamente a oscuras,
conseguían captar la atención del escaso público congregado, dejando una buena
impresión inicial.
Pese a no ser excesivamente conocidos en nuestro país, la banda se
presentaba en el inicio de este periplo europeo con una alineación de circunstancias, ya que a causa de unos
inoportunos problemas personales ni su vocalista Kelly Sundow, ni su bajista Mike Neal han
podido participar en este tour. En su lugar, el tándem formado por el
guitarrista Michael Harris y el batería Brian Harris ha contado con los
servicios del vocalista Eugent Bushpepa
y el bajista J.T. Longoria. Aunque la edición de su nuevo trabajo “Fated To
Burn”, prevista para este mismo mes de Octubre, se ha acabado posponiendo hasta principios del próximo año, el cuarteto
nos ofreció algún anticipo en forma de temas como el cortante “Kill Me If You
Can” o “Shadows Of Oth”, con las que ponían de manifiesto la acusada evolución
que ha sufrido su sonido, mostrando una propuesta cada vez más centrada en los
pasajes y ambientaciones de corte progresivo.
Aunque sus escasos veinticinco minutos fueron totalmente insuficientes para hacernos una idea aproximada
del potencial que puede desarrollar la banda en directo, lo cierto es que
destacaría especialmente: la potencia de Eugent Bushpepa a las voces, el
talento y la destreza de su guitarrista Michael Harris y la complejidad de unos
temas compactos y muy trabajados. Esperemos que no tarden mucho en regresar, y
que podamos disfrutarlos disponiendo de más tiempo sobre las tablas y con su alineación de gala.
Tras el primer asalto de la velada llegaba el momento de Enforcer, quienes
se erigían como los únicos representantes europeos en un cartel copado por formaciones
americanas. Viejos conocidos de la audiencia española los de Arvika han
descargado en varias ocasiones en nuestro país, dejando siempre una magnifica
impresión y ofreciendo su candidatura a ser uno de los máximos referentes del resurgir del sonido
clásico de la N.W.O.B.H.M. Aunque la banda ya había pisado nuestros escenarios
presentando su última obra de estudio “Death By Fire”, lo cierto es que había
bastante expectación por seguir de cerca las evoluciones de Olof Wikstrand y
sus muchachos.
Como un ciclón saltaron Enforcer al escenario, seduciéndonos a todos con el
clasicismo de su propuesta y con la potencia incendiaria de sus guitarras, consiguiendo que el arranque
con un trepidante “Mesmerized By Fire”, pusiera a toda la sala a cantar. Y es
que si de algo pueden jactarse los suecos es de tener la facilidad de componer
unos temas directos, rotundos y adictivos, que tienen la virtud de enganchar a
los seguidores tanto del metal más clásico y ochentero, como a los seguidores
de ese furibundo speed, casi fronterizo con el thrash. Buena muestra de ello
fue la segunda bomba de la noche “Live For The Night”, primer recuerdo a su
anterior trabajo “Diamonds”, con el que hacían
subir la temperatura en la sala, sometiendo a todos los presentes a una rotunda
sesión de “headbanging”.
Pese a que personalmente no me acabó de convencer el sonido del que
disfrutaron los suecos, quizás excesivamente saturado, lo cierto es que con la
inmediatez y la rotundidad de los estribillos contenidos en piezas como “Take Me Out Of This Nightmare”,
Enforcer consiguieron que todos los presentes nos dejáramos arrastrar por la
rutilante intensidad de su show. Aunque desde su formación, hace casi una
década, la banda ha facturado tres
trabajos de estudio, el cuarteto no quiso dejar la ocasión de mostrarnos una de
sus máximas influencias, de modo que fue el guitarrista Joseph Tholl quien se
encargó de las voces en su cover de
Venom “Countess Bathory”, que fue fantásticamente recibida por un público cada
vez más numeroso y animado.
Tampoco faltó durante su actuación
algún fugaz recuerdo a su debut de 2008 “Into The Night”, del que rescataron un
seguidísimo “Scream Of The Savage” que, una vez más, volvía a convertir la
pista en un mar de puños apuntando directamente hacia el escenario. Obviamente
el clasicismo de la propuesta de la formación sueca no sólo hace referencia a
su sonido, sino que los miembros de Enforcer nos ofrecieron una buena ración de
esos movimientos típicamente ochenteros, que tantas veces hemos visto en los
videos de Scorpions, Accept o Judas, dando ese “feeling” clásico a temas como
“Run For Your Life”, o la final “Midnight Vice”, que fue la elegida para cerrar
una actuación que se nos hizo muy corta. Tras recibir la calurosa ovación de
una audiencia que no dejó de animar en
ningún momento, los suecos abandonaron las tablas dejando en el aire la promesa
de que regresarían a nuestros escenarios este mismo invierno.
Hay que reconocer que durante muchos años Prong fue una de esas bandas de
las que apenas teníamos noticias a través de las revistas especializadas, y de
las que era realmente difícil conseguir una copia de sus trabajos.
Afortunadamente, el paso del tiempo y la implantación de las nuevas tecnologías
ha hecho mucho más fácil tener acceso al material de la mítica formación
neoyorquina. Pese a ello, la formación capitaneada por el incombustible y
carismático Tommy Victor siempre ha sido considerada como una de esas “bandas
de culto” de difícil clasificación.
Sin duda para muchos de nosotros el tener la ocasión de presenciar el
primer show de Prong en nuestro país representaba una excelente oportunidad de
tachar un nombre más en esa lista que todos tenemos de formaciones que nos
gustaría ver en directo. De modo que debo reconocer que me apetecía mucho
presenciar esta puesta de largo de Victor y sus compinches. Y en honor a la
verdad hay que decir que el trío se marcó en Barcelona una actuación
verdaderamente antológica, con la que dejaron una fantástica impresión entre
sus incondicionales.
Completando la alineación capitaneada por el mítico Tommy Victor,
contábamos con la participación de la devastadora base rítmica que formaron el
bajista Jason Christopher y el batería Arturo Cruz, quienes se mostraron como el
complemento perfecto para la personal forma de tocar de Victor, concediendo al
sonido del trío una textura compacta,
trepidante y amenazante. Si durante la actuación de Enforcer el sonido no me
acabó de convencer, durante la descarga de Prong el cambio fue radical y totalmente positivo,
ya que los temas que marcaron el tramo inicial del show “For Dear Life” y “Beg To Differ”, sonaron
realmente potentes y matadores, poniendo de manifiesto que el material
contenido en el segundo plástico de la banda “Beg To Differ”, ha superado con
creces el paso del tiempo.
Durante toda la actuación fue Tommy Victor quien se encargó de llevar las
riendas de la banda, mostrándose desafiante, pero divertido; retando
constantemente a la audiencia a gritar, e incluso llegando a mostrar su total
decepción ante nuestra falta de actitud. Pero dejando a un lado esa estudiada
pose de disconformidad, lo cierto es que Victor supo jugar sus cartas de forma
acertada, consiguiendo hacernos partícipes de muchos de los temas de la noche,
especialmente cuando la banda atacó piezas clásicas como el aplastante
“Unconditional”. De su etapa más reciente, no faltó algún fugaz recuerdo a su
trabajo de 2012 “Carved In Stone”, del que rescataron su desquiciante pieza de
apertura “Eternal Heat”.
Pero como era de esperar las mayores ovaciones de la noche se las llevarían
las composiciones que la banda facturó durante la década de los noventa. Tras
hacer gala de un vocabulario obsceno e histriónico, Victor volvía a erigirse en
maestro de ceremonias para guiarnos a través de un coreadísimo “Lost And
Found”, que sería el responsable de poner a las primeras filas a saltar,
mientras el guitarrista recorría el escenario protagonizando una bizarra coreografía. Aunque como
comentaba la mayoría del repertorio que nos ofrecieron Prong estuvo centrado en
su primera etapa, el trío no quiso dejarse en el tintero una pequeña muestra
del material contenido en su última obra de estudia “Ruining Lives”, publicada
a principios de este mismo año 2014, del
que nos ofrecieron la propia pieza que le presta su título y una adictiva “Turnover”.
Con los seguidores de la banda completamente extasiados, sabiéndose
testigos de un fantástico show de manos de una banda de auténtico culto,
llegaba el momento de encarar el tramo final de la actuación. Si durante toda el
show el nivel de potencia e intensidad había sido verdaderamente devastador, lo
cierto es que durante la recta final la cosa se puso todavía más caliente. Y es
que Prong se decidieron a desempolvar,
de forma consecutiva, algunas de las piezas más letales e incendiarias de su álbum “Cleasing” de 1994. Como si de un viaje
en el tiempo se tratase la banda nos hacía retroceder veinte años para
ofrecernos “Broken Peace ” y una
enfermiza y obsesiva “Another Worldly
Device”, desatando la locura y convirtiendo la sala en un bizarro baile de
cuerpos impactando unos contra otros.
Sin entretenerse excesivamente en las presentaciones, y con el cortante
bajo de Jason Christopher taladrando
nuestros tímpanos, llegaba el momento de que Victor y sus muchachos remataran
la faena, y las elegidas para dejarnos a todos completamente vencidos fueron
“Whose Fist Is This Anyway?, cuyo riff inicial fue reconocido inmediatamente
por todos sus incondicionales, y la
final “Snap Your Fingers, Snap Your Neck”, que servía para echar el cierre a
este estreno de Prong en tierras catalanas. Siempre originales y controvertidos
Prong nunca han dejado indiferente a nadie, y la descarga de esta noche no fue una
excepción. Mientras que muchos fuimos los que disfrutamos al máximo de la
descarga de Tommy Victor y cía, me consta que también hubo un buen número de
asistentes que se vieron completamente superados por una propuesta de difícil
asimilación y excesivamente
vanguardista.
Tras un largo receso, que nos sirvió
para recuperar el aliento después
de la impactante actuación de Prong, un escenario engalanado
especialmente para la ocasión aguardaba el inminente desembarco de la mítica
formación americana. Devorados por la
impaciencia los seguidores de Overkill consumían los minutos previos al
arranque del show coreando insistentemente el nombre de la banda, lo que hacía
presagiar que el quinteto saltaría a escena con mucho terreno ganado. Y
efectivamente así fue, ya que simplemente bastó que la introducción que abre su
último trabajo empezara a retumbar a través del P.A. para que el público
barcelonés les tributara un recibiendo de auténticos héroes, haciendo que los
músicos saltarán a escena muy motivados para abordarnos con la pieza que da vida a su último video-clip
"Armorist".
Como no podía ser de otra forma, el último en aparecer en escena fue Bobby Elsworth quien, impulsado desde la
parte trasera, se apoderaba rápidamente del centro del escenario para demostrar
que sigue siendo ese frontman eléctrico, salvaje y tremendamente carismático,
capaz de conectar con sus seguidores en todo momento para arrastrarnos sin compasión a través del primer clásico de la noche, un
corrosivo "Overkill", que hacía que la excitación en la sala creciera hasta límites
insospechados, desatándose los primeros
"moshpit" de una noche que prometía emociones fuertes.
Tras una dupla de apertura verdaderamente arrolladora, y como si de un
reencuentro entre viejos amigos se
tratará, Bobby nos preguntaba si estábamos preparados para lo que vendría a
continuación. El primer recuerdo hacia su anterior entrega "The Electric
Age", llegaría en forma de un desbordante "Electric Rattlesnake", que acabaría
dejando paso a otro de los himnos de su longeva trayectoria, un salvaje
"Wrecking Crew", que ponía a toda la sala a cantar mostrando la
perfecta comunión entre banda y público.
Y es que durante el tramo inicial del show la estrategia del quinteto de New
Jersey fue clara y taxativa, intercalar de forma magistral temas de sus últimos
trabajos como "Black Daze", con viejas favoritas como el devastador "Rotten To The
Core", que llevaban al éxtasis a sus fans más veteranos, imprimiendo al
show una intensidad verdaderamente asombrosa.
Pese a que quizás Bobby no se mostró tan expeditivo como en ocasiones
anteriores, el vocalista demostró encontrarse en un fantástico estado de forma,
mostrándose tremendamente gesticulante a la hora de atacar las letras de temas como "Bring Me The
Night", para posteriormente perderse entre bambalinas dejando que fuera el
tándem formado por Dave Linsk y Derek Tailer el encargado de llevar el peso
escénico durante las humeantes partes instrumentales. Mención especial mereció
el concurso de un incombustible D.D.
Verni quien, además de hacer un fantástico trabajo a las cuatro cuerdas, se
encargó de comandar al respetable a la
hora de entonar los aplastantes estribillos de piezas como "End Of The
Line", que se convertiría en una demostración palpable del implacable
poderío "old school" que irradia la formación americana.
Una de las pocas concesiones que Overkill realizaron al material publicado durante la década de
los noventa llegaría con la dupla compuesta
por "Long Time Dyin´'",
extraída de “From The Undergroud & Below” de 1997, y "Under One",
rescatada de su álbum de 1994
"W.F.O.", que si bien no
desentonaron dentro del repertorio de esta noche, sí que fueron
recibidas de forma bastante más discreta. El retorno sobre su último trabajo
"White Devil Armory" llegaría en forma de un delirante
"Pig", que acabaría dejando paso a la "charla" de la noche,
un “speech” durante el que Bobby se deshizo en elogios hacia todos los
presentes, agradeciendo nuestra
presencia y el apoyo a lo largo de toda
su carrera. Las encargadas de certificar el rotundo triunfo de los americanos
en esta nueva visita a la Ciudad Condal fueron
una iracunda y despiadada "Hello From The Gutter", sin duda
una de las mejores de la noche, y una
estratosférica "Ironbound", que nos dejaba la imagen de un inmenso
"circle-pit", danzando intensamente para despedir al quinteto
americano.
El retorno sobre las tablas para ofrecernos una última ración de violencia,
velocidad y humeante thrash metal llegaría de la mano de "Bitter
Pill", una de las piezas más crujientes y venenosas de su última entrega.
Pero sin duda fue durante el sprint final cuando Bobby y sus muchachos consiguieron poner la
sala literalmente patas arriba. Con auténtica devoción fue recibida una
imponente "Elimination", que conseguía que la voz de Bobby fuera
prácticamente inaudible sepultada bajo el coro unánime de una sala
absolutamente desatada. Mientras que el golpe de gracia definitivo llegaría con
su legendario cover de The Subhumans, un irreverente "Fuck You", con el vocalista
ofreciéndonos su dedo corazón para posteriormente acabar colgado a una mano de una de las vigas del
escenario.
En resumen, fantástica tarde-noche de metal en la Ciudad Condal donde
fuimos testigos de excepción de la plena vigencia de una de las bandas de culto
de la década de los noventa, Prong; y del excelente estado de forma por el que
atraviesa uno de los pioneros y pilares básicos del sonido thrasher
americano, Overkill. Aunque quizás su
nombre no tenga cabida en ese selecto club que se ha convertido el “big-four”
del thrash americano, lo cierto es que esa segunda línea formada por bandas como
ellos mismos, Testament y Exodus, siguen conservando la esencia clásica del
movimiento y, lo que es más importante,
el beneplácito de sus seguidores. Así que ya sabéis amigos.... “Thrash
'till death!!!!!”.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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