Hay bandas que no precisan de
presentación alguna, y sin duda AC DC
han ultrapasado hace ya mucho tiempo el estatus de banda de rock, hard rock, o
como quieras llamarlo, para convertirse en toda una instrucción dentro del negocio
musical, dejando a un lado cualquier tipo de consideración o etiqueta. Como
viene sucediendo desde la década de los 90, los australianos se han tomado un
largo lapso de tiempo desde la edición de
su anterior obra "Black Ice",
y es que la banda sabe mejor que nadie como administrar los tiempos para
desaparecer de la escena sin llegar a caer en el olvido, consiguiendo v siempre
atraer y movilizar a sus millones de seguidores a lo largo de todo el mundo con
sus esperados regresos discográficos y sus multitudinarios tours mundiales.
Durante todo este periodo,
lamentablemente, se han escuchado infinidad de rumores, especialmente durante
los últimos tiempos, que, en algunos casos se han acabado confirmando, como la
enfermedad del mayor de los hermanos Young, Malcom. Para ocupar la plaza del guitarrista
la banda ha reclutado a su propio sobrino Stevie, quien ya recaló en el seno de
los australianos durante la década de
los 80, cubriendo una baja temporal del propio Malcom. Quizás la gran
incógnita, una vez el trabajo ya está en la calle, sea saber quién va a ocupar la plaza tras los parches en
su próximo tour, ya que parece que Phil Rudd está totalmente desvinculado del
grupo a causa de sus problemas con la justicia.
En cuanto al material contenido
en el álbum sería ridículo pensar que los australianos, a estas alturas, nos iban a sorprender con un giro radical en
su sonido, de hecho la banda ha optado
por volver a trabajar con el
prestigioso productor Brendan O´ Brien en los Vancouver Studios de Canadá. Pero
en cualquier caso, lo que sí se puede
apreciar en este "Rock Or
Bust", es una vuelta al clasicismo, desmarcándose ligeramente de las
contundentes guitarras de sus últimos trabajos para concentrarse en la
inmediatez roquera que tenían disco "Flick Of Rhe Switch" o “Fly On
The Wall”, trabajos quizás no muy conocidos para el gran público pero muy
importantes para sus más acérrimos seguidores. Es decir temas cortos, directos
y roqueros al máximo, repletos de punch y unos estribillos verdaderamente
matadores que corroboran que la banda volverá a poner a botar estadios enteros
durante el próximo verano.
Como si de una vuelta a casa se tratará el disco se
abre con un riff marca de la casa junto a la “cazallosa” voz de Brian preguntándonos si
estamos listos antes de atacar un contagioso "Rock Or Bust", en el que
ya podemos percibir ese sonido añejo y clásico que marcará todo el álbum junto a un
estribillo verdaderamente abrumador, que resultará ideal para levantar el ánimo
de la parroquia durante sus descargas. La batería de Rudd, con ese personal
estilo repleto de potencia y silencios, será la encargada de llevar el swing
del tema de adelanto de este decimosexto trabajo de los australianos "Play
Ball", con la guitarra de Angus haciendo diabluras para poner el
inequívoco sello de la banda a la canción.
Aunque muchos siguen opinando que
todos los temas de los australianos suenan igual, los verdaderos seguidores del
quinteto sabemos encontrar en cada una
de sus composiciones esos matices que las diferencian, y personalmente una de
las que más me han gustado de este nuevo trabajo ha sido "Rock The Blues Away", con ese rollo
canalla y marchoso, con muchos coros y contando una historia que parece la
banda sonora ideal para iniciar un fin
de semana de fiesta. Siguiendo esa tónica
de conceder mucho protagonismo a los coros nos encontramos con "Miss
Aventure", que tras una primera escucha podría pasar algo desapercibida,
pero que poco a poco se va clavando en tu subconsciente hasta hacerte corear
enfermizamente su título.
Algo más machacona y oscura resulta "Dogs Of War", con Brian tomando las riendas con su característica voz para llevarnos a través de una pieza a la que quizás le falta un puntito más de velocidad para convertirse en un nuevo clásico dentro de su repertorio. En cualquier caso, la pieza tiene todos los números para convertirse en todo un himno a poco que sea escogido como el próximo single y lo presenten con un vistoso video clip. El lado más gamberro y marchoso regresara con la llamativa percusión, acompañada de palmas, del adictivo "Got Some Rock & Roll Thunder", una pieza de libro dentro del catálogo del quinteto australiano, con unas líneas vocales muy marcadas y unas guitarras de aromas bluesy verdaderamente apabullantes. Sin abandonar esa suculenta vena bluesera la siguiente en sonar será "Hard Times", quizás una de las más resultonas y en la que Angus se despacha a gusto exprimiendo al máximo su guitarra mientras sus compañeros van repitiendo el estribillo de forma cíclica.
Algo más machacona y oscura resulta "Dogs Of War", con Brian tomando las riendas con su característica voz para llevarnos a través de una pieza a la que quizás le falta un puntito más de velocidad para convertirse en un nuevo clásico dentro de su repertorio. En cualquier caso, la pieza tiene todos los números para convertirse en todo un himno a poco que sea escogido como el próximo single y lo presenten con un vistoso video clip. El lado más gamberro y marchoso regresara con la llamativa percusión, acompañada de palmas, del adictivo "Got Some Rock & Roll Thunder", una pieza de libro dentro del catálogo del quinteto australiano, con unas líneas vocales muy marcadas y unas guitarras de aromas bluesy verdaderamente apabullantes. Sin abandonar esa suculenta vena bluesera la siguiente en sonar será "Hard Times", quizás una de las más resultonas y en la que Angus se despacha a gusto exprimiendo al máximo su guitarra mientras sus compañeros van repitiendo el estribillo de forma cíclica.
Quizás una de las pocas piezas
que recupera el espíritu contenido en su producción de la década de los 90 con
álbumes como "The Razors Edge" o "Ballbreaker", sea
"Baptism By Fire", dejándonos a
la banda algo más rápida y dinámica, con una mayor contundencia de las
guitarras acompañadas por unos coros más
rabiosos y afilados. Sin embargo el contrapunto lo pondrá el clasicismo
guitarrero de "Rock The House" con ese inicio en cascada a lo
Zeppelin que acabara desembocando en un ejercicio de rock/blues sucio y áspero.
Sin duda para el que suscribe una de las sorpresas de álbum y una bofetada en
toda la cara a los que acusan a la banda de repetirse una y otra vez.
Muy dinámico en las voces se
muestra Brian en esa desternillante "Sweet Candy", protagonizada por
unos coros altamente infecciosos que se clavaran en tu cabeza para convertir la
pieza en una de las más adictivas de todo el plástico. Otro de los temas que se
aparta ligeramente de la línea marcada por la mayoría de las composiciones de este "Rock Or Bust", es la final
"Emission Control", con un tratamiento novedoso en los coros y con ese toque guitarrero y
vacilón con el que te será imposible dejar de menear los pies.
En resumen, son sólo 36 minutos
de Ac Dc en estado puro. ¿Qué quieres encontrar cuando pinchas un disco de los
australianos?: riffs marchosos, buen rollo a raudales y unos estribillos
matadores que puedas corear mientras estás en casa o de fiesta con tus
amigos. Pues bien, este "Rock Or Bust" es justamente eso, un nuevo compendio del sonido Ac Dc en pleno S.XXI. Así que como ellos mismos
dirían: "Rock Or Bust".
DISCOGRAFICA: Columbia Records
Lista de Temas
02. Play Ball
03. Rock The Blues Away
04. Miss Adventure
05. Dogs Of War
06. Got Some Rock & Roll Thunder
07. Hard Times
08. Baptism By Fire
09. Rock The House
10. Sweet Candy
11. Emission Control
Amo a ACDC pero este disco no me ha gustado nada. Para mi lo que tenían lo dejaron en el fantástico "Black ice".
ResponderEliminarSaludos
Esteban
http://politomusica.blogspot.com