El pasado sábado 29
de noviembre fue la fecha escogida para el desembarco en la Ciudad Condal de una de las giras más
esperadas por los seguidores de la escena extrema. Mientras en el ambiente
todavía resonaban los ecos de la
apoteósica descarga de Kreator en la sala grande de este mismo recinto, una
impresionante tormenta hacia que la
ciudad acabara sucumbiendo ante los rigores propios de la estación otoñal. Pese
a ello, unos cuantos valientes fuimos los que nos atrevimos a desafiar a la inclemente
meteorología para acercarnos a la sala pequeña del Razzmatazz, para presenciar
en primera persona este “Confronting
Entropy European Tour MMXIV”, encabezado
por los death metaleros neozelandeses Ulcerate.
A primera hora de
la tarde, y mientras que en la sala se respiraba un ambiente totalmente gélido,
saltaban a escena los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada, Départe. Debo de admitir que tenía muy pocas
referencias de este quinteto que lleva
en activo prácticamente un lustro, pero
lo cierto es que su black metal repleto de pasajes atmosféricos y ambientales quizás resultó excesivamente denso para
inaugurar la velada. De hecho la banda centró su escueta actuación en las dos
extensas composiciones que integran su
última demo “XXMIV”, que recientemente
han colgado a través de su página de Bandcamp.
Atmósferas
pesadumbrosas, voces demoniacas y unas composiciones largas y de estructuras muy complejas fue lo que nos
ofrecieron los australianos. Sin embargo,
no fueron estos alicientes suficientes
para reclamar la atención de un público
todavía muy escaso y que nunca llegó a conectar con ellos. Tampoco ayudó en exceso el
hecho de que la banda tocara prácticamente a oscuras, ni que enlazaran de forma consecutiva las dos
composiciones que interpretaron, sin dirigirse en ningún momento a los
asistentes.
GIGAN
Mucho más recorrido
y tablas tenían los siguientes en pisar
el pequeño escenario del Razzmatazz 3,
los americanos Gigan. Desmarcándose completamente de las ambientaciones densas
y las sonoridades más black metaleras, la formación liderada por el guitarrista
Eric Herdemann nos embarcó en un viaje
cósmico a través de su death metal técnico y progresivo, proponiéndonos en sus
letras múltiples referencias a la ciencia ficción. Sin duda para los que
todavía no les conocían la descarga del
combo de Chicago fue toda una sorpresa, ya que fueron muchos los que se
sintieron instantáneamente atraídos por
la contundencia y la técnica que
desprendían piezas como la aplastante “Beneath The Sea Of Tranquility”.
Aunque la formación americana no se ha caracterizado
precisamente por la estabilidad a lo
largo de su carrera, parece que el cuarteto ha acabado consiguiendo ese
anhelado equilibrio desde la incorporación al proyecto del vocalista
Eston Browne y el batería Nathan Cotton. Pese a ello, Eric no quiso
dejarse en el tintero algunas de sus composiciones previas, y dio un especial
protagonismo a cortes de anteriores etapas como el primerizo “Interstellar
Inversion Of Consciousness” o la inquietante
“Transmogrification Into Bio Luminoid”, rescatada de su anterior trabajo “Quasi- Hallucinogenic Sonic Landscapes”.
Una buena sesión de
death metal futurista fue lo que nos ofrecieron
Gigan, y es que su propuesta, además de ser original y muy atractiva, combina a
la perfección velocidad, contundencia y
unas estructuras dinámicas e imaginativas
que se salen de lo convencional.
SOLACE OF REQUIEM
Sin abandonar el
continente americano los siguientes en hacer acto de presencia serian Solace Of
Requiem. A diferencia de lo que sucediera durante la actuación de sus
compatriotas Gigan, la formación de Virginia practica un brutal death de corte
clásico y añejo, en el que destacan la contundencia de su base rítmica y la
implacable voracidad de las guitarras. Con una sala que, a estas alturas de la
tarde, ya empezaba a ganar en presencia de aficionados y colorido, Jeff Sumrell
y sus muchachos tomaban al asalto el escenario con la pieza que inaugura su
último plástico “Defiling The Spectrum”.
Habiendo conseguido
captar la atención del auditorio, el
recorrido por las composiciones de “Casting Ruin” proseguiría, precisamente,
con la pieza que le presta su nombre,
mostrándonos la faceta más cruda y
descarnada de los americanos, proponiéndonos los explosivos “blast-beats” de
Dave Tadesco y la guturalidad extrema de un implacable Jeff Sumrell, que
durante la actuación se mostró como el impulsor de las indolentes acometidas del
cuarteto. Aunque la velocidad y la
contundencia fueron las auténticas protagonistas de su descarga, la formación
americana también supo dejarnos algunas pinceladas repletas de virtuosismo,
especialmente durante las partes instrumentales, haciendo gala de unas excelentes capacidades técnicas.
Si los primeros
compases de la actuación habían estado marcados por su material más reciente,
la parte intermedia del show nos mostraría el contraste con su material más
primigenio, dejándonos en el ambiente los crujientes guitarrazos de “Trials” que,
encuadrado dentro de una
dinámica más lenta y cadenciosa, nos mostraba su faceta más melódica y
“old School”. El contrapunto a tanta densidad lo pondría la camaleónica “Wading Into Mire”, quizás la composición más perturbadora
y cruda de su último trabajo, que nos
conduciría sobre una recta final que estaría marcada por los aires thrash/
death de la primeriza “Beyond Grace”. Magnifica impresión la que nos dejaron
Solace Of Requiem tras su paso por la
ciudad Condal, mostrando una contundente conjunción de velocidad,
técnica y melodía.
WORMED
Resulta cuanto
menos curioso que una banda como Wormed, que ha conseguido el reconocimiento más allá de nuestras
fronteras, siga siendo en nuestro país una gema del “underground” metálico, sólo reconocible para los más iniciados dentro
de la escena extrema.
Sin duda su último
lanzamiento “Exodromos”, ha supuesto su consolidación definitiva y el espaldarazo que necesitaba su carrera, permitiéndoles
tocar en diferentes festivales tanto nacionales -(Resurrection, Leyendas)- como
internacionales – (Barroselas, Rotterdam Deathfest…)-, dejando siempre una muy buena impresión y
consiguiendo llegar, poco a poco, a un público más amplio y heterogéneo.
Así que los madrileños no eran únicamente nuestros
embajadores dentro de este “Confronting Entropy European Tour MMXIV”, sino que
su posición en el cartel, justo antes de las estrellas de la noche, servía para
que nos hiciéramos una idea del estatus
del que disfrutan Wormed dentro de la escena extrema internacional.
Para cualquiera que
no haya tenido la ocasión de ver en directo a Wormed, habría que explicarle que
cada una de sus actuaciones es algo así como un viaje iniciático a través de la
brutalidad y la locura, aunque sin perder en ningún momento esos excelentes
detalles técnicos que hacen que temas como la inicial “Geodesic Dome”, se hayan
convertido en clásicos indiscutibles de su discografía. Como viene siendo
habitual en las descargas de los madrileños el sonido estuvo muy logrado,
consiguiendo que piezas de su último trabajo
como “The Nonlocality Trilemma” o la abominable “Multivectorial
Relonization”, resultaran absolutamente imparables, con la banda sonando como un cañón
mientras Phlegeton no dejaba de
gesticular y menear la cabeza ante la atónita
mirada de los que todavía no les conocían.
Aunque el grueso de
su repertorio estuvo centrado en el material contenido en “Exodromos”, los
madrileños no quisieron dejarse en el olvido algunas de las mejores
composiciones de su “Planisphaerium”, rescatando para la ocasión la incisiva tenacidad metálica contenida en esa gema de
corte futurista que es “Tunnel Of Ions”.
Tampoco faltaría un fugaz recuerdo a su
“Quasineutrality”, en forma de un rotundo “Uncoloured Plasma Orifices
Transported”, que elevaba al máximo la temperatura del local al estar
posicionada en la recta final de su actuación.
Pero evidentemente
serian piezas como la directa y aplastante “Nucleon”, “Tautochrone” o la final
“Techkinox Wormhole”, las que nos dejarían un mejor sabor boca, demostrando
que, aunque muchos no quieran verlo ni oírlo, dentro de nuestras fronteras hay
calidad suficiente para competir con totales garantías con las bandas que
vienen de fuera. Si dentro de la música extrema se puede hablar de perfección
creo, sinceramente, que Wormed están muy
cerca de alcanzarla. Durante los últimos tiempos los madrileños han conseguido labrarse
una excelente reputación dentro de la escena
internacional, de modo que habrá que estar muy atentos a sus próximos
pasos.
ULCERATE
Tras el devastador paso de Wormed por el escenario, por fin
llegaba el momento de disfrutar del plato fuerte de la noche, la actuación de
los neozelandeses Ulcerate. Si durante toda la tarde habíamos sido testigos de
una enriquecedora representación de bandas de diferentes estilos, ahora llegaba
el momento de dejarnos seducir por la compleja y angustiosa propuesta de la
banda del guitarrista Michael Hoggard.
Sin duda uno de los mayores alicientes
para los seguidores de Ulcerate es poder observar como el trio ha sido capaz de
dar a sus composiciones una orientación totalmente experimental y, lejos de
conformarse con ser considerados unos discípulos
aventajados de los canadienses Gorguts, se han concentrado en dar a sus composiciones una orientación
totalmente aperturista, consiguiendo que cada una de ellas acabe asumiendo una
identidad propia y definitoria.
Siempre dispuestos
a seguir evolucionando e innovando su último trabajo “Vermis” ha supuesto un paso muy importante en su
carrera, afianzándoles dentro de la vanguardia del género y consiguiendo llevar su sonido a un nivel
superior.
Pese a ello, sus nuevas composiciones siguen sonando tan potentes e
impactantes como las contenidas
en cualquiera de sus lanzamientos
previos, y buena muestra de ello fue la impenetrable brutalidad que desprendieron piezas como “Await
Rescission”, “Weight Of Emptiness” o
“The Imperious Weak”, con las que el trio nos adentraba en el intrincado universo de “Vermis”, conduciéndonos
de forma controlada hacia esos infranqueables
increscendos que tanto agradan a sus
seguidores.
Uno de los principales
baluartes de la descarga de Ulcerate fue el impresionante sonido del que disfrutó
el trio, ya que durante todo el show la
banda sonó como una autentica apisonadora, mostrándose compacta e implacable,
mientras que su bajista y vocalista, Paul
Kelland, nos hacía estremecer con esos registros rasgados y perturbadores. Mención especial
merece el excelente trabajo de su batería,
Jamie Saint Merat, todo un portento tras los parches y el auténtico motor del sonido de los
neozelandeses.
Tampoco faltarían
durante su descarga algunas concesiones
a su pasado, rescatando para la ocasión piezas como “Dead Oceans”, “Cold Becoming”, toda una muestra de opresión
y técnica instrumental, o la pieza que
cerraba y daba nombre a su segundo trabajo “Everything Is Fire”, que situada en la parte
final del show nos retrotraía a la primitiva intensidad de sus primeras grabaciones. Pero para cerrar
su descarga los neozelandeses volverían a ofrecernos una última mirada a su última entrega “Vermis”, adentrándonos en
las tempestuosas ambientaciones de la delirante
“Confronting Entropy”.
Implacables, compactos y poderosos, Ulcerate nos ofrecieron una buena muestra de su incuestionable
potencial metálico, dejando fiel testimonio de como su técnico death se ha ido
impregnando de unos desarrollos y
unas tesituras propias del post-metal.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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