Desde que Astral
Doors irrumpieran en la escena europea con aquel fantástico "Of The Son
And The Father" en 2003, la formación sueca ha ido publicando trabajos con
una pasmosa periodicidad. Aunque no siempre sus discos han gozado de la aprobación y el apoyo unánime de sus seguidores, lo cierto es que
sus dos últimas entregas "Jerusalem"(2011) y "Notes From The
Shadows"(2014), les han servido para afianzar su posición como dignos herederos de ese hard rock
melódico y rotundo, impregnado de
esencias clásicas de los grandes nombres
de la década de los 70 y los 80. De cara
a este nuevo periplo por los escenarios
españoles el combo sueco contaba con los
servicios de un nuevo miembro, el guitarrista Mats Gesar, que se incorporó a la
formación el pasado mes de Octubre y con
el que la banda ha vuelto al formato de dos guitarristas tras el abandono de
Martin Haglund. Con su séptima placa bajo el brazo Astral Doors convocaron a la
audiencia barcelonesa dentro del íntimo marco del Razzmatazz 3, donde
aproximadamente un centenar de devotos incondicionales se dieron cita para seguir de cerca las
evoluciones del carismático vocalista Nils
Patrik y sus muchachos.
Como compañeros de
viaje la formación sueca contaría con Invisible, quienes desde tierras zaragozanas
nos presentaban su primer trabajo
"EP.1", mientras que como
representantes de la escena local catalana estaban invitados a la fiesta los jovencísimos Hobo, que serían los
encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada. Pese a la triple
ración prevista en el programa de esta
noche de jueves, lo cierto es que a la hora fijada para la apertura de puertas el aspecto en los
aledaños de la sala era auténticamente desolador, con apenas una docena de fans esperando para acceder al
recinto. Afortunadamente, a medida que
fue avanzando la tarde-noche el ambiente se fue animando hasta conseguir que en
la sala, pese a no haber mucho público,
se respirará un buen ambiente, gracias
en gran medida a la fantástica
predisposición que mostraron todos los
presentes.
Con muchas ganas,
descarados y con la consigna clara de entretenernos y pasarlo bien saltaban a
escena los chicos de Hobo para
sorprendernos a todos con la bocanada de aire fresco que supuso su hard rock
contundente y altamente metalizado. Aunque salieron algo acelerados y fueron
víctimas de un sonido bastante irregular, sobre todos durante los primeros
temas, el quinteto tarraconense se mostró muy cómodo sobre las tablas, desgranando de forma rotunda
temas como "Gipsy Sings" o "Trippin´".
Aunque
personalmente me pareció que a la banda todavía le falta un poco de rodaje, la
verdad es que sorprendieron a todos con su frescura y su desparpajo, destapándose su vocalista como un excelente “frontman”, siendo capaz de recabar el apoyo de todos los
presentes a la hora de corear los rotundos estribillos de piezas como
"Comeback", que personalmente fue una de las que más me gustaron. Especialmente
simpático fue el numerito que se marcaron en mitad del show para escenificar
sobre el escenario el relevo tras los
tambores en la banda, abandonando Nil su puesto para ser sustituido por Adrián.
Y es que, como
comentaba anteriormente, la descarga de Hobo fue una inyección de adrenalina y
buen rollo, y una buena muestra de ello fue la fantástica puesta en escena de "Doctor
Faith", que nos dejó la imagen de su vocalista derribado sobre las tablas
en un histriónico final, o la festiva "She' s My Blondie", su
particular homenaje a la cerveza, que
sería la elegida para sellar su actuación. Juventud, contundencia y una excelente
actitud son un buen "cocktail" para una banda que parece
decidida a hacernos pasar muy buenos momentos.
Los siguientes en
hacer acto de presencia sobre el pequeño
escenario del Razzmatazz 3 fueron Invisible.
Lejos de los grandilocuentes desarrollos
instrumentales, la propuesta de este potente trío procedente de Ejea de los Caballeros se basó en la inmediatez y rotundidad de sus
composiciones junto a la aplastante
dinámica de sus contagiosos estribillos. Directos, divertidos y con muchas ganas
de conectar con la audiencia Invisible inauguraban su actuación con la
inmediatez rock and rollera contenida en "Ya Estas", para rápidamente
ir metalizando su sonido al abordar temas como "Sombra Blanca", que
fue la elegida para que su vocalista y guitarrista Carmelo Landa nos ofreciera
una buena muestra de sus habilidades técnicas.
Aunque sobre las
tablas fue el propio Carmelo quien se llevó la mayoría de las miradas, me
gustaría destacar la labor de la base rítmica que le acompañó, el batería Adrián
Bayona y el bajista Jorge Murillo, ya que fueron ellos los que cimentaron el
sonido de Invisible, dándole un plus de pegada y contundencia a temas como el
vacilón "La Rueda". Aunque,
como era de esperar, el grueso de su repertorio estuvo centrado en el material contenido en su debut "EP. 1", el trío no desaprovechó la
ocasión para presentar algunos temas nuevos, como el devastador “Tempestad Del
Olvido” o "Sigo En Pie", que
parecen apuntar a que el sonido de la banda se está endureciendo notablemente.
La vuelta sobre el
material de su más reciente entrega
vendría marcado por "Nunca Más",
que sorprendió a más de uno con ese marchoso interludio “funky”, para
posteriormente adentrarnos en una furibunda recta final con la banda coreando
insistentemente el nombre de la canción. Mucho más enérgica y metalera resultó "Pesadilla Mortal”, en
la que nuevamente Carmelo volvía a
explayarse a gusto con su instrumento.
La sorpresa de su
descarga llegaría durante el tramo final cuando el trío se arrancó con una
buena versión del "Crying In The Rain” de los británicos Whitesnake, mientras que la elegida para
cerrar fue la pieza más conocida de su repertorio, y de la que recientemente han grabado un videoclip, "Apagado". En resumen, buena
descarga del trío ejeano que aprovechó la ocasión para ganarse algunos seguidores en la Ciudad
Condal. Viendo el potencial de la banda y como suenan sus nuevas composiciones
habrá que estar muy atentos a estos chicos de cara a los próximos meses.
Con las actuación
de Hobo e Invisible finiquitadas llegaba el momento de las estrellas de la
noche, Astral Doors. Teniendo en cuenta las reducidas dimensiones del escenario
del Razzmatazz 3 la formación sueca tuvo que repartirse muy bien el espacio,
quedando en un discreto segundo plano, y casi invisible a los ojos de muchos de
los presentes, el teclista Jocke Roberg. Pese a que el último trabajo del ahora
sexteto “Notes From The Shadows” salió a la venta a finales del pasado mes de Agosto, los suecos han preferido dejar pasar unos
meses antes de embarcarse en su nuevo
periplo europeo para permitir que el batería Johan Lindstedt se recuperara
completamente de sus problemas de espalda.
Vestidos de
riguroso negro y con su vocalista, Nils Patrik, enfundado en una chupa de cuero
negro, la actuación del sexteto de Borlänge daba arranque con la misma pieza
que abre su última entrega discográfica, una rotunda “The Last Temptation Of
Christ”, una excelente elección con la que conseguían desde los primeros
compases de su actuación captar la atención del respetable, proponiéndonos una
rotunda conjunción de potencia, melodía y elegancia. Tras una prometedora toma
de contacto era el propio Nils el encargado de darnos la bienvenida y
presentarnos el siguiente tema de la noche “London Caves”, que se convertiría
en la primera y única concesión que tuvieron hacia su tercer trabajo de estudio
“Astralism” de 2006.
Para todos los que
hemos seguido la trayectoria de la formación sueca resulta evidente que uno de
los momentos más brillantes de su carrera fue la publicación de “Of The Son And The Father”, de modo que
cuando a través del P.A. empezaron a sonar las campanas que anunciaban el tema
título de aquel mítico debut editado en 2003 la respuesta de todos los
presentes fue verdaderamente abrumadora, dejándonos arrastrar irremediablemente
por los teclados de Jocke Roberg antes
de adentrarnos en la desbordante épica que contiene el tema, creando una ambientación que se vio potenciada a la máxima expresión por el apoyo
en los coros de todos los presentes. Tras recibir la primera gran ovación, el
vocalista nos anunciaba su intención de arrasar con todo esta noche, y la
encargada de seguir con la actuación sería una pieza de nuevo cuño, la hard roquera “Wailing Wall”, liderada por
la poderosa pegada de Johan Lindstedt y a la que puso la guinda Joachim
Nordlund, que, una vez más, fue el encargado de poner la nota de elegancia y distinción.
Con el ambiente ya
bastante caldeado Nils se desprendía de su chupa de cuero para adentrarnos en
uno de los pasajes más vibrantes y épicos de la velada de manos de esa gema
contenida en su “Requiem Of Time” (2010) y que lleva por título “Power And The
Glory”, que conducida por el poderoso bajo de Ülf Lagerstroem volvería a ser la
responsable de aunar nuestras voces para corear esos intensos estribillos
hímnicos. Pese a que no fueron muchos los que respondieron a la convocatoria de la formación sueca, lo cierto es que los allí congregados
se dejaron notar con fuerza, coreando intensamente el nombre de la banda en
repetidas ocasiones. Así que tras
calentar nuestras gargantas siguiendo los ejercicios que nos proponía Nils
llegaba el momento de volver a pisar el acelerador para rescatar su faceta más
power metalera de manos de “Bride Of Christ”, con las guitarras de Joachim y Mats protagonizando un intenso
duelo.
Aunque el concierto
de esta noche era uno de los primeros shows de su nuevo periplo europeo, lo
cierto es que el sexteto concedió un especial protagonismo a su última placa de
estudio “Notes From The Shadows”, del que descargaron hasta un total de cuatro
composiciones, demostrando la excelente acogida que ha tenido su nueva obra.
Sin duda una de las piezas que mejor acogida obtuvo fue esa descomunal “Disciples Of The
Dragonlord”, que fue coreada intensamente por todo el público y que demostró
que tiene muchos números de acabar
convirtiéndose en uno de los nuevos himnos de la banda. Tampoco faltarían a lo
largo de la velada algún recuerdo hacia su cuarta entrega discográfica “New
Revelation”, de 2007, del que rescatarían para la ocasión el contundente medio
tiempo “Quisling”, protagonizado por los teclados de Roberg, y la emotiva
“Bastard Song” que el vocalista dedicó a su hermano y que se vería culminada
por la fantástica labor de un sobrio y refinado Joachim Nordlund.
La última mirada a
su más reciente trabajo “Notes From The Shadows”, estaría marcada por los
aromas sureños que protagonizan el
arranque de “Shadowchaser”, para como si de un viaje en el tiempo se tratara
acabar abocándonos en la primeriza “Slay
The Dragon”, todo un alarde de hard rock setentero que nos servía para recordar
las primigenias raíces de la formación sueca. La encargada de poner el broche
definitivo a esta primera parte del show sería la portentosa “Time To Rock”,
que a modo de declaración de intenciones serviría para certificar la plena comunión
entre banda y público.
Uno de los aspectos
más positivos de la descarga de Astral Doors fue que durante su repertorio la
banda rescató temas de todos y cada uno de sus trabajos. Así que para dar el
pistoletazo de salida a los bises el sexteto se reservó ese contagioso y rotundo “Child Of Rock
N´Roll”, que se convertiría en el representante
de su anterior trabajo “Jerusalem”. Todos sabíamos que la noche estaba tocando
a su fin, pero antes de despedirse definitivamente Astral Doors todavía
tendrían ocasión de dejarnos con una nueva muestra de su extraordinario potencial
melódico rescatando otra composición de su abrumador debut, “Cloudbreaker”, con
la que rubricarían una compacta actuación que únicamente se vio lastrada por la
poca afluencia de público.
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