martes, 20 de enero de 2015

ASTRAL DOORS+INVISIBLE+HOBO-RAZZMATAZZ 3-BCN-15-ENE-2015


Desde que Astral Doors irrumpieran en la escena europea con aquel fantástico "Of The Son And The Father" en 2003, la formación sueca ha ido publicando trabajos con una pasmosa periodicidad. Aunque no siempre sus discos han gozado de  la aprobación y el apoyo  unánime de sus seguidores, lo cierto es que sus dos últimas entregas "Jerusalem"(2011) y "Notes From The Shadows"(2014),  les  han servido para afianzar su posición   como dignos herederos de ese hard rock melódico y rotundo,  impregnado de esencias clásicas  de los grandes nombres de la década de los  70 y los 80. De cara a este nuevo periplo  por los escenarios españoles  el combo sueco contaba con los servicios de un nuevo miembro, el guitarrista Mats Gesar, que se incorporó a la formación el pasado mes de Octubre  y con el que la banda ha vuelto al formato de dos guitarristas tras el abandono de Martin Haglund. Con su séptima placa bajo el brazo Astral Doors convocaron a la audiencia barcelonesa dentro del íntimo marco del Razzmatazz 3, donde aproximadamente un centenar de devotos incondicionales  se dieron cita para seguir de cerca las evoluciones del carismático  vocalista Nils Patrik y sus muchachos.
Como compañeros de viaje  la formación sueca contaría  con Invisible, quienes desde tierras zaragozanas nos  presentaban su primer trabajo "EP.1", mientras que   como representantes de la escena local catalana estaban invitados a la fiesta   los jovencísimos Hobo, que serían los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada. Pese a la triple ración  prevista en el programa de esta noche de jueves, lo cierto es que a la hora fijada  para la apertura de puertas el aspecto en los aledaños de la sala era auténticamente desolador, con apenas  una docena de fans esperando para acceder al recinto. Afortunadamente,  a medida que fue avanzando la tarde-noche el ambiente se fue animando hasta conseguir que en la sala, pese a no haber  mucho público, se respirará  un buen ambiente, gracias en gran medida  a la fantástica predisposición  que mostraron todos los presentes.

Con muchas ganas, descarados y con la consigna clara de entretenernos y pasarlo bien saltaban a escena los chicos de  Hobo para sorprendernos a todos con la bocanada de aire fresco que supuso su hard rock contundente y altamente metalizado.  Aunque salieron algo acelerados y fueron víctimas de un sonido bastante irregular, sobre todos durante los primeros temas, el quinteto tarraconense  se mostró  muy cómodo  sobre las tablas, desgranando de forma rotunda temas como "Gipsy Sings" o "Trippin´".

Aunque personalmente me pareció que a la banda todavía le falta un poco de rodaje, la verdad es que sorprendieron a todos con  su frescura y su  desparpajo, destapándose  su vocalista como  un excelente “frontman”, siendo  capaz de recabar el apoyo de todos los presentes a la hora de corear los rotundos estribillos de piezas como "Comeback", que personalmente fue  una de las que más me gustaron. Especialmente simpático fue el numerito que se marcaron en mitad del show para escenificar sobre el escenario  el relevo tras los tambores en la banda, abandonando Nil su puesto para ser sustituido por Adrián.

Y es que, como comentaba anteriormente, la descarga de Hobo fue una inyección de adrenalina y buen rollo, y una buena muestra de ello fue  la fantástica puesta en escena de "Doctor Faith", que nos dejó la imagen de su vocalista derribado sobre las tablas en un histriónico final, o la festiva "She' s My Blondie", su particular homenaje a la cerveza,  que sería la elegida para sellar su actuación. Juventud, contundencia y una excelente  actitud son  un buen  "cocktail" para una banda que parece decidida a hacernos pasar muy buenos momentos.

Los siguientes en hacer acto de presencia sobre el  pequeño escenario del Razzmatazz 3 fueron  Invisible. Lejos de los grandilocuentes  desarrollos instrumentales, la propuesta de este potente trío procedente  de Ejea de los Caballeros  se basó en la inmediatez y rotundidad de sus composiciones junto a  la aplastante dinámica de sus contagiosos estribillos. Directos, divertidos y con muchas ganas de conectar con la audiencia Invisible inauguraban su actuación con la inmediatez rock and rollera contenida en "Ya Estas", para rápidamente ir metalizando su sonido al abordar temas como "Sombra Blanca", que fue la elegida para que su vocalista y guitarrista Carmelo Landa nos ofreciera una buena muestra de sus habilidades técnicas.

Aunque sobre las tablas  fue el propio Carmelo  quien se llevó la mayoría de las miradas, me gustaría destacar la labor de la base rítmica que le acompañó, el batería Adrián Bayona y el bajista Jorge Murillo, ya que fueron ellos los que cimentaron el sonido de Invisible, dándole un plus de pegada y contundencia a temas como el vacilón  "La Rueda". Aunque, como era de esperar, el grueso de su repertorio  estuvo centrado  en el material contenido en su debut  "EP. 1", el trío no desaprovechó la ocasión para presentar algunos temas  nuevos, como el devastador “Tempestad Del Olvido” o  "Sigo En Pie", que parecen apuntar a que el sonido de la banda se está endureciendo notablemente.

La vuelta sobre el material  de su más reciente entrega vendría marcado por  "Nunca Más", que sorprendió a más de uno con ese marchoso interludio “funky”, para posteriormente adentrarnos en una furibunda recta final con la banda coreando insistentemente el nombre de la canción. Mucho más enérgica y  metalera resultó "Pesadilla Mortal”, en la que nuevamente  Carmelo volvía a explayarse a gusto con su instrumento.

La sorpresa de su descarga llegaría durante el tramo final cuando el trío se arrancó con una buena versión del "Crying In The Rain”  de los británicos  Whitesnake, mientras que la elegida para cerrar fue la pieza más conocida de su repertorio,  y de la que recientemente han grabado  un videoclip,  "Apagado". En resumen, buena descarga del trío ejeano que aprovechó la ocasión  para ganarse algunos seguidores en la Ciudad Condal. Viendo el potencial de la banda y como suenan sus nuevas composiciones habrá que estar muy atentos a estos chicos de cara a los próximos meses.

Con las actuación de Hobo e Invisible finiquitadas llegaba el momento de las estrellas de la noche, Astral Doors. Teniendo en cuenta las reducidas dimensiones del escenario del Razzmatazz 3 la formación sueca tuvo que repartirse muy bien el espacio, quedando en un discreto segundo plano, y casi invisible a los ojos de muchos de los presentes, el teclista Jocke Roberg. Pese a que el último trabajo del ahora sexteto “Notes From The Shadows” salió a la venta a finales del pasado  mes de  Agosto, los suecos han preferido dejar pasar unos meses  antes de embarcarse en su nuevo periplo europeo para permitir que el batería Johan Lindstedt se recuperara completamente de sus problemas de espalda.

Vestidos de riguroso negro y con su vocalista, Nils Patrik, enfundado en una chupa de cuero negro, la actuación del sexteto de Borlänge daba arranque con la misma pieza que abre su última entrega discográfica, una rotunda “The Last Temptation Of Christ”, una excelente elección con la que conseguían desde los primeros compases de su actuación captar la atención del respetable, proponiéndonos una rotunda conjunción de potencia, melodía y elegancia. Tras una prometedora toma de contacto era el propio Nils el encargado de darnos la bienvenida y presentarnos el siguiente tema de la noche “London Caves”, que se convertiría en la primera y única concesión que tuvieron hacia su tercer trabajo de estudio “Astralism” de 2006.

Para todos los que hemos seguido la trayectoria de la formación sueca resulta evidente que uno de los momentos más brillantes de su carrera  fue la publicación de  “Of The Son And The Father”, de modo que cuando a través del P.A. empezaron a sonar las campanas que anunciaban el tema título de aquel mítico debut editado en 2003 la respuesta de todos los presentes fue verdaderamente abrumadora, dejándonos arrastrar irremediablemente por los teclados de Jocke Roberg  antes de adentrarnos en la desbordante épica que contiene el tema,  creando una ambientación que se vio  potenciada a la máxima expresión por el apoyo en los coros de todos los presentes. Tras recibir la primera gran ovación, el vocalista nos anunciaba su intención de arrasar con todo esta noche, y la encargada de seguir con la actuación sería una pieza de nuevo cuño,  la hard roquera “Wailing Wall”, liderada por la poderosa pegada de Johan Lindstedt y a la que puso la guinda Joachim Nordlund, que, una vez más, fue el encargado de poner la nota de elegancia y distinción.

Con el ambiente ya bastante caldeado Nils se desprendía de su chupa de cuero para adentrarnos en uno de los pasajes más vibrantes y épicos de la velada de manos de esa gema contenida en su “Requiem Of Time” (2010) y que lleva por título “Power And The Glory”, que conducida por el poderoso bajo de Ülf Lagerstroem volvería a ser la responsable de aunar nuestras voces para corear esos intensos estribillos hímnicos. Pese a que no fueron muchos los que respondieron  a la convocatoria de  la formación sueca, lo cierto es que los allí congregados se dejaron notar con fuerza, coreando intensamente el nombre de la banda en repetidas ocasiones.  Así que tras calentar nuestras gargantas siguiendo los ejercicios que nos proponía Nils llegaba el momento de volver a pisar el acelerador para rescatar su faceta más power metalera de manos de “Bride Of Christ”, con las guitarras de  Joachim y Mats protagonizando un intenso duelo.

Aunque el concierto de esta noche era uno de los primeros shows de su nuevo periplo europeo, lo cierto es que el sexteto concedió un especial protagonismo a su última placa de estudio “Notes From The Shadows”, del que descargaron hasta un total de cuatro composiciones, demostrando la excelente acogida que ha tenido su nueva obra. Sin duda una de las piezas que mejor acogida obtuvo  fue esa descomunal “Disciples Of The Dragonlord”, que fue coreada intensamente por todo el público y que demostró que  tiene muchos números de acabar convirtiéndose en uno de los nuevos himnos de la banda. Tampoco faltarían a lo largo de la velada algún recuerdo hacia su cuarta entrega discográfica “New Revelation”, de 2007, del que rescatarían para la ocasión el contundente medio tiempo “Quisling”, protagonizado por los teclados de Roberg, y la emotiva “Bastard Song” que el vocalista dedicó a su hermano y que se vería culminada por la fantástica labor de un sobrio y refinado Joachim Nordlund.

La última mirada a su más reciente trabajo “Notes From The Shadows”, estaría marcada por los aromas sureños  que protagonizan el arranque de “Shadowchaser”, para como si de un viaje en el tiempo se tratara acabar abocándonos  en la primeriza “Slay The Dragon”, todo un alarde de hard rock setentero que nos servía para recordar las primigenias raíces de la formación sueca. La encargada de poner el broche definitivo a esta primera parte del show sería la portentosa “Time To Rock”, que a modo de declaración de intenciones serviría para certificar la plena comunión entre banda y público.

Uno de los aspectos más positivos de la descarga de Astral Doors fue que durante su repertorio la banda rescató temas de todos y cada uno de sus trabajos. Así que para dar el pistoletazo de salida a los bises el sexteto se reservó  ese contagioso y rotundo “Child Of Rock N´Roll”, que se convertiría en  el representante de su anterior trabajo “Jerusalem”. Todos sabíamos que la noche estaba tocando a su fin, pero antes de despedirse definitivamente Astral Doors todavía tendrían ocasión de dejarnos con una nueva  muestra de su extraordinario potencial melódico rescatando otra composición de su abrumador debut, “Cloudbreaker”, con la que rubricarían una compacta actuación que únicamente se vio lastrada por la poca afluencia de público.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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