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domingo, 15 de febrero de 2015

AMON AMARTH+HUNTRESS+SAVAGE MESSIAH-RAZZMATAZZ-BCN-7-FEB-2015



Una ciudad asolada por los rigores de una ola de frío polar, que dejó incluso alguna pequeña  precipitación en  forma de nieve, parecía  el marco idóneo para el desembarco en  la capital catalana de las hordas vikingas comandadas por  el vocalista Johan Hegg,  y  agrupadas bajo la élfica denominación de Amon Amarth. Con su novena obra de estudio "Deceiver Of The Gods" ya muy rodada,- el plástico vio la luz en verano de 2013-, y tras su fulgurante paso por el Resurrection Fest, donde firmaron una de las actuaciones más destacadas de la última  edición del festival gallego, el quinteto de Tumba  se presentaba liderando su propio show y con el firme propósito de ratificar por qué son   una de las bandas que más ha crecido en los últimos años.

Tal y como mandan los cánones y cumplimento con los requisitos propios de las grandes ocasiones la presentación estaba  programada en la sala grande del Razzmatazz,  y como compañeros de viaje,- para todo este periplo europeo-, los “deathers” suecos contarían con el respaldo de los británicos Savage Messiah, que regresaban a nuestros escenarios para seguir presentando su tercera obra "The Fateful Dark", convirtiéndose así en unos “habituales” para la audiencia catalana, y los americanos Huntress que, tras visitarnos hace un par de años junto a Dragonforce y Kissin´ Dynamite, venían a defender las composiciones de su segunda entrega "Starbound Beast". 

Aunque como viene siendo habitual el inicio de las actuaciones  estaba previsto para última hora de la tarde, lo cierto es que un buen número de seguidores no quisieron dejar pasar la ocasión de ver a Savage Messiah sobre las tablas. Habiendo pisado los escenarios catalanes en repetidas ocasiones durante los últimos meses, los británicos han conseguido labrarse una excelente reputación, convirtiéndose en una referencia obligada para todos los que gustan de ese heavy-thrash compacto, rápido y potente, salpicado de múltiples pinceladas de corte tradicional.

Durante su escasa media hora el cuarteto, capitaneado por el carismático guitarrista y vocalista Dave Silver, nos ofreció un detallado recorrido a lo largo del material contenido en su última entrega,"The Fateful Dark", dejando completamente olvidados sus dos primeros lanzamientos “Insurrection Rising” (2008) y “Plague Of Conscience” (2012). 

Precedidos de una inquietante introducción el cuarteto asaltaba el escenario con la implacable rotundidad de "Icanocaust", dejando claro desde los primeros compases que, si bien sus discos son realmente matadores, el directo pasa por ser su  hábitat natural, desplegando ante nuestros ojos todo el potencial de una banda que va claramente a más, y que en ningún momento pareció  intimidada por las grandes dimensiones del escenario de la sala grande del Razzmatazz. 

Avalados por las excelentes sensaciones que ya habían dejado en ocasiones anteriores,  Savage Messiah no tuvieron ninguna clase de problema para conectar con una audiencia que conocía al dedillo sus composiciones y que les apoyo al máximo en temas como la épica "Cross Of Babylon", que fue la elegida para dejarnos esas clásicas armonías dobladas a cargo del propio Silver y su compañero a las seis cuerdas Joff Bailey.

Tampoco faltarían a lo largo de su actuación las atmósferas más oscuras y demoniacas contenidas en "Hellblazer", que sumergía a banda y público en una intensa  sesión de "headbanging", con el cuarteto pisando a fondo el acelerador para desatar la euforia entre las primeras filas. Ese toque "old school", que tanto gusta a sus seguidores, quedaría plasmado  a lo largo de  "Scavengers Of Mercy", con las guitarras batiéndose en un incendiario intercambio de fraseos  que provocaría  los primeros "circle-pits" de la velada.
El cambio de tercio llegaría con la pieza que presta el  título a su última entrega, "The Fateful Dark", con la banda bajando el nivel de revoluciones para adentrarse en terrenos más rotundos  y machacones, con las afiladas guitarras conduciendo  el tema mientras la base rítmica que forman Mira Slámia  y Andrea Gorio se mostraba cruda e implacable. Con una audiencia completamente volcada llegaba el momento de finiquitar su actuación y la elegida para ello fue  "Minority Of One", dejándonos a todos con un gran sabor de boca, pero con ganas de haber podido degustar algún tema más.

Tras el imparable paso de Savage Messiah les tocaba el turno a los americanos Huntress. Difícil papeleta se le presentaba al quinteto  californiano liderado por la vocalista Jill Janus, quienes tras facturar su impactante debut "Spell Eater" en 2012 , regresaban a la Ciudad Condal para presentar su segundo  largo "Starbound Beast", un plástico menos oscuro y más orientado hacia las sonoridades más tradiciones del heavy metal. Aunque me dio la sensación de que Huntress no disfrutaron de una acogida tan cálida como la de los británicos, lo cierto es que temas como la inicial "Senicide", con Jill irrumpiendo  en escena encapuchada y deambulando erráticamente, consiguieron captar la atención de todos los presentes. Sin duda fue su carismática vocalista quien se llevó la mayoría de  las miradas, moviéndose por todo el escenario y proponiéndonos esos descomunales  cambios vocales, pasando de altísimas tonalidades agudas a unos  desgarradores rugidos demoniacos, dando mordiente a temas como  la oscura "Destroy Your  Life”.

Otro de los puntos fuertes de la descarga del combo californiano fue la teatralidad que Jill imprimió  a la interpretación de piezas como la pegadiza "Harsh Times On Planet Stoked", mientras que la encargada de mostrarnos su faceta   más visceral y agresiva sería  la primeriza "Spell Eater", que se convirtió en una de las piezas que mejor acogida obtuvo por parte de una audiencia que poco a poco se fue animando. Pese a que su propuesta está impregnada de la esencia oscura y ocultista de las formaciones de culto de la década de los ochenta, también tendrían ocasión de explayarse a gusto en su faceta más melódica  durante  los trabajados desarrollos de "Starbound Beast", con Jill desapareciendo de escena  para dejar todo el protagonismo en manos de  sus compañeros.

Para salvar la barrera del idioma la vocalista  echó mano de su compañero, el guitarrista Eli Santana, quien en un castellano más que digno se encargó de introducir  temas como el “speedico” "Zenith", o la novedosa "Fire In My Heart", que formara parte de su nuevo trabajo que verá la luz el próximo verano, y que a tenor de lo escuchado continuara  con esa línea más tradicional, concediendo un mayor protagonismo a la melodía y a unos estribillos más rotundos y marcados.

Encarando la recta final del show no quisieron dejarse en el tintero la pieza de amor que Jill escribió junto al  mítico Lemmy Kilmister de Motörhead y que lleva por irreverente título "I Want To Fuck You To Death", mientras que para despedirse de forma definitiva  optaron por la pieza que les dio a conocer en 2012, un estratosférico e imparable "Eight Of Swords", con Jill acercándose al filo del escenario para espolear al máximo a la audiencia.  En resumen, buena actuación en líneas generales del combo californiano, aunque personalmente debo reconocer que disfruté más del material de su ópera prima. Durante los próximos meses la banda publicara su tercer trabajo de estudio, así que habrá que estar atentos para saber cuál es el rumbo que toman sus nuevas composiciones.

Pocas bandas podemos encontrar en la actualidad con una personalidad tan marcada  y definida como la de los suecos Amon Amarth. Y es que el quinteto de Tumba lleva muchos años paseando su personal propuesta por los escenarios del viejo Continente.

A nadie se le escapa que el éxito de la formación se ha forjado a base de esfuerzo y duro trabajo, con brillantes lanzamientos de estudio y unos directos apabullantes  que les han ayudado a consagrarse como uno de los nombres más destacados de la actual escena internacional.

Tal y como demostraba la excelente entrada que presentaba un Razzmatazz prácticamente lleno, el retorno de los suecos había despertado una notable expectación entre la parroquia metálica catalana, de modo que cuando empezó a sonar "Run To The Hills" a través del P.A. todos nos dispusimos a  tomar posiciones para  disfrutar del espectáculo que se nos venían encima.

Con el escenarios decorado  con dos paneles laterales y  un telón de fondo que reproducía la portada de su último trabajo "Deceiver Of The Gods" , las hordas  vikingas tomaban posiciones acompañadas por la grandilocuente introducción orquestal "Amon Amarth", para rápidamente hacer explotar a la  audiencia con el imparable rugido de "Father Of the Wolf". Respaldados por un sonido atronador,  Amon Amarth convirtieron con sus fulgurantes cánticos épicos y sus trepidantes acometidas metálicas el auditorio en un mar de puños y gargantas acompañando cada uno de sus rotundos estribillos. Si implacable fue el arranque, el ambiente no decayó a lo largo de la segunda pieza de la noche, la también novedosa "Deceiver Of The Gods", que era la encargada de ratificar la excelente acogida que ha obtenido su última obra, dejándonos ver  la notable evolución que ha seguido el quinteto, mostrándose cada vez más melódicos e influenciados por el heavy metal más clásico y tradicional.

Fieles a su filosofía, no faltó la indumentaria vikinga de sus componentes, personificada especialmente en la figura de su barbudo vocalista Johan Hegg, quien fue el encargado de capitanear  a sus compañeros a lo largo de embestidas épicas como  "Live For The Kill", que, tras los primeros parlamentos de la noche, sería la encargada de adentrarnos en el material clásico de la banda, con la imparable batería de Fredrik Andersson conduciéndonos a la batalla. Sin abandonar el material de “Twilight Of The Thunder God” (2008), la siguiente en hacer acto de presencia, ante una audiencia completamente extasiada, fue "Varyards Of Miklagaard", con banda y público en perfecta sintonía,  saltando al unísono arrastrados por su implacable voracidad metalera.

Como era de esperar  a lo largo de la velada fueron múltiples los  guiños y las alusiones a los héroes y los dioses de la mitología nórdica, de modo que uno de los momentos álgidos  de esta primera parte del show llegaría con el anuncio  de "Asator", acompañada por unas grandes columnas de humo que exaltaron, aún más, el ánimo de  una audiencia que estaba disfrutando al máximo del espectáculo.  La velocidad y la faceta más melódica de los suecos quedaría plasmada en piezas como “For Victory Or Death”, acompañada con palmas al inicio para desembocar en un final rotundo y aplastante.

Varias fueron las ocasiones en las que la audiencia coreó el nombre de la banda, así que Johan Hegg no tuvo más remedio que alzar su cuerno al aire  para brindar con todos los presentes antes del arranque de otra de sus piezas más aclamadas "As Loke Falls", que nos sumergía en esas ambientaciones oscuras y pesadumbrosas, acompañadas de las tonalidades verdosas que cubrieron el escenario. El recuerdo a la primera época de la  formación  llegaría con los aires más death metaleros contenidos en  la épica "Bleed For Ancients Gods", con el escenario, en esta ocasión,  teñido en tonos púrpura y durante la que Olavi Mikkonen  nos dejó un incendiario desarrollo solista. El momento de aunar nuevamente nuestras gargantas llegaría con los hímnicos estribillos contenidos en "Death In Fire", con Hegg paseándose victorioso por el escenario.

Sin ofrecernos ni un segundo de tregua llegaría  "The Last Stand Of Frej", que nos adentraría en esas sonoridades más  densas y correosas, conduciéndonos  hacia derroteros cuasi  doom metaleros, con toda la banda machacando intensamente sus instrumentos para acabar de rendir a una audiencia completamente entregada. Tras una nueva charla,  el combo sueco volvería a centrar su objetivo en su plástico de 2008, "Twilight Of The Gods", recabando nuestra participación para dar ese toque grandilocuente a los imponentes  coros  de "Guardians Of Asgaard", que nos dejaría la imagen de un exultante vocalista golpeándose el pecho complacido con nuestra entrega.

La última mirada a su material más reciente estaría protagonizada por "Shape Shifter", con la que el quinteto encaraba la recta final del show, para posteriormente asolarnos con "Cry Of The Black Birds", todo un derroche contundencia y melodía, y la pieza abría su penúltimo trabajo “War Of Words”. Para cerrar su espectáculo los vikingos suecos decidieron destapar el tarro de las esencia con “Victorious March”, provocando la hilaridad de una audiencia que volvía a entonar cada una de las estrofas como si le fuera la vida en ello.

Entre los canticos de la audiencia el inconfundible estruendo de la  tormenta nos anunciaba la llegada de  “Twilight Of The Thunder Gods”, con la banda volviendo a mostrar su cara más salvaje y agresiva. Mientras que la encargada de poner el broche definitivo a su actuación  fue la inevitable “The Pursuit Of Vikings”, poniendo a saltar nuevamente a todo el auditorio. Tras encenderse las luces, y después de los pertinentes saludos, la banda se mantuvo en escena durante varios minutos agradeciendo el apoyo y la entrega del respetable, e incluso dio la sensación de que  volverían a empuñar sus instrumentos para interpretar algún tema más, pero lamentablemente la batalla había concluido.

Imparables, una vez más Amon Amarth volvieron a sentar cátedra con un show compacto, potente y de primerísimo nivel. Aunque entre sus seguidores más veteranos la impresión generalizada  era que faltaron algunos himnos de sus primeras obras, lo cierto es que el quinteto de Tumba se marcó un fantástico concierto, escogiendo con esmero un repertorio que dejaba al descubierto  las diferentes facetas de su propuesta.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ

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