Derek William Dick, más conocido como Fish, es un personaje único e irrepetible, un espíritu libre con alma de poeta que puso su voz a los primeros discos de Marillion para posteriormente seguir su propio camino, embarcándose en una carrera en solitario que le ha consagrado como una de las voces más reconocibles del rock progresivo. Tras las buenas sensaciones que el vocalista de Edimburgo dejó a su paso por la primera edición del festival Be Prog.... My Friend!, y después de que una importuna infección le obligara a aplazar sus conciertos previstos para el pasado mes de noviembre, el veterano vocalista regresaba a nuestro país para presentar su décima obra de estudio "A Feast Of Consequences", en el marco de la sala 2 del Apolo.
Pese a estar programada para un lunes por la noche, una fecha a priori poco atractiva para el público, lo cierto es que un buen número de incondicionales,- con una media de edad que superaba la treintena-, no quiso perderse la cita con el mítico vocalista escocés, dando al recinto un fantástico ambiente.
Al acceder al interior del local una gran proyección sobre el escenario nos informaba sobre la inconveniencia de registrar o filmar la actuación de esta noche. Y es que a lo largo de toda la velada se fueron sucediendo una serie de proyecciones que ilustraron y dieron un mayor dramatismo a muchos de los cortes que sonaron durante las dos horas de show, convirtiendo el concierto en un espectáculo audio visual.
Pese a la excelsa calidad de los músicos que le acompañan, lo cierto es que fue el vocalista, ataviado con una camisa y su inseparable pañuelo alrededor del cuello, quien se llevó todas las miradas, tirando de carisma y manejando a su antojo a una audiencia muy participativa, que entonó con total devoción los estribillos del tema de apertura. Tras recibir una calorosa bienvenida y sin abandonar su última obra de estudio llegaba el momento de sumergirnos en los aromas más roqueros de la elegante "Feast Of Cobsequences", con el vocalista apoyándose en el guitarrista Robin Boult para concederle su merecida cuota de protagonismo.
Durante toda la velada Fish se mostró muy cercano y comunicativo, especialmente durante la primera parte del show en la que se marcó unas extensas charlas entre tema y tema, ofreciéndonos primero sus disculpas tras la cancelación de su anterior tour, para posteriormente ofrecernos su personal visión sobre la política y los nacionalismos antes de echar la vista atrás y centrarse en el material de su anterior trabajo "The Thirteenth Star", del que rescataría un coreadísimo "Manchmal", todo un alarde magia y espiritualidad, que escenificaría la comunión perfecta entre banda y público, y la explosión melódica contenida en la deliciosa "Arc Of The Curve".
Aunque debo admitir que tenía algunas reservas sobre como respondería la voz de Dereck a un show de formato extenso , lo cierto es que poco a poco se fue entonando, sonando cada vez más intenso y contundente, alcanzando su punto álgido en el tramo central del show, cuando tras un largo un "speech", en el que hizo referencia a sus abuelos, -ante el silencio reverencial de todo el auditorio-, se embarcó en una extensa suite en la que enlazo de forma consecutiva, y sin mediar presentación alguna, temas como "High Wood", "Crucifix Corner","The Gathering", "Thisle Aley" y "The Leaving", sumergiéndonos en treinta minutos de intenso deleite sonoro, narrando uno de los episodios más cruentas de la primera guerra mundial, mostrándonos las múltiples facetas de su propuesta, alternando con total brillantez excelsos pasajes acústicos, rotundos increscendos instrumentales, acompañados de impactantes imágenes bélicas,- que añadieron dramatismo a la puesta en escena-, fanfarrias triunfalistas y un desconcertante tramo final repleto de reflexión y aromas introspectivos, consiguiendo arrancar una de las mayores ovaciones de la noche.
Tras llevar al público al éxtasis iba a ser muy difícil conseguir mantener el nivel de emoción e intensidad del show, de modo que llegaba el momento de abrir el baúl de los recuerdos y rescatar la primera pieza de su ex banda, Marillion, y la elegida para proseguir con la fiesta fue "Slàinte Mhath", para rápidamente dejar paso a "Vigil", recibido con total entusiasmo por la parroquia del vocalista escocés y que nos dejaría la impactante imagen de Dereck descendiendo del escenario para pasearse entre la audiencia ,- micrófono en mano-, saludando uno a uno a sus seguidores mientras no dejaba de cantar el tema, protagonizando un bonito gesto que habla mucho de la cercanía y estrecha relación que el vocalista tiene con sus seguidores.
A estas alturas del show parecía innegociable el rotundo triunfo del quinteto, pero por si todavía había alguien que no había sucumbido ante semejante despliegue de calidad musical, Fish todavía tendrían nuevos argumentos que ofrecernos con piezas como el primerizo "Big Wedge", con el vocalista regalándonos uno de sus característicos bailes mientras nos animaba a sumarnos a sus pegadizos estribillos.
Una nueva mirada sobre el material de Marillion nos adentraría en la recta final de esta primera parte del show de la mano de los teclados de John Beck marcando el inicio de "Windswept Thumb/ Heart Of Lothian".
No se hicieron de rogar en exceso para su vuelta sobre las tablas, de modo que acompañados de los entusiastas cánticos de la audiencia el quinteto retornó rápidamente sobre el escenario para proponernos los conocidos interludios de "Incubus”,único recuerdo que se permitieron al mítico “Fugazi”, que sonó especialmente atractivo gracias a la respuesta de una audiencia completamente entregada.
El segundo y último bis de la noche estaría protagonizado por los aromas “folkies” contenidos en otra de las piezas de aquel lejano debut de 1990 “Vigil In A Wilderness Of Mirrors”, "The Company", con el vocalista y la audiencia alzando sus brazos al aire para bailar y rubricar una magnífica actuación.
A la salida del local caras de satisfacción en los rostros de unos fans que abandonaban el recinto totalmente satisfechos y con la convicción de haber presenciado un espectáculo de auténtica altura. Quizás un auditorio más grande hubiera dado mayor esplendor a esta nueva visita del vocalista escocés, pero, sinceramente, creo que ese ambiente cercano e intimista que tuvo toda la velada,- casi más propio de una reunión entre amigos que de un concierto de rock-, difícilmente sería extrapolable a un local de mayor aforo.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
Qué grandes eran Marillion y qué bueno es Fish. Personalmente, me gusta más la voz de Hogarth, pero es que el talento de este tío -aunque a veces se pase de ser Peter Gabriel-, es incomensurable. Os felicito. Por cierto, ¿eres fan de los Manic Street Preachers? Te invito a que te pases por aquí, si quieres. http://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2015/02/generation-terrorists-memorias-de-los.html
ResponderEliminar