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martes, 3 de febrero de 2015

TANKARD+CRISIX-RAZZMATAZZ 2-BCN-25-ENE-2015



Poco podían imaginarse Andreas Geremia, más conocido como “Gerre”, y su inseparable compañero  de fatigas Frank Thorwart  cuando se reunían a machacar sus instrumentos en el destartalado sótano de la iglesia Matthäus que su afición desmedida por la juerga, el metal y, ante todo, el alcohol les iba a acabar convirtiendo en una de las bandas más longevas  y reconocidas  de la escena thrash europea. Desde que editaran su debut “Zombie Attack” con  la mítica discográfica Noise Records la formación alemana ha sabido labrarse una excelente reputación, consiguiendo mantenerse siempre en activo y sobreponiéndose a las diferentes modas que han ido azotando el mercado. Sin duda el resurgimiento thrash metalero de los últimos años se ha convertido en la excusa perfecta para relanzar su carrera y colocar el nombre de la formación en el lugar que se merece, contando con el reconocimiento del respetable y aupándoles como uno de los cuatro pilares del thrash metal teutón  junto a Kreator, Sodom y Destruction.

Fieles a su habitual rutina de publicar un disco cada dos años, a mediados del pasado 2014 el cuarteto ponía en circulación  su decimosexta obra de estudio “R.I.B.”, un álbum que mantenía intactas todas las señas de identidad que siempre les han caracterizado y que les auguraba el beneplácito de todos sus incondicionales. El lugar escogido para el retorno del combo alemán a tierras catalanas era la sala mediana del Razzmatazz y como compañeros de viaje, para todo su periplo nacional, Gerre y sus secuaces  optaron por una de las bandas más en forma dentro de nuestra escena, los catalanes Crisix.

Pese a estar marcada la cita para un domingo, lo cierto es que desde primera hora de la tarde se respiraba un buen ambiente en los aledaños de la sala, con los bares de los alrededores llenos y con una buena cola de aficionados esperando para acceder al recinto. Sin duda el hecho de que los encargados de inaugurar  la velada fueran Crisix fue el espaldarazo definitivo para que los más reticentes se animaran a acercarse pronto al local.

Hablar del quinteto igualadino es hablar de una realidad dentro de nuestro thrash metal. Tras publicar dos fantásticos trabajos como fueron  “The Menace” (2011) y “Rise…Then Rest” (2013), la banda tiene ya la cabeza puesta en lo que será  su tercera obra de estudio, que esperemos salga a la venta durante los próximos meses. Pero para cualquiera que haya presenciado alguna de sus descargas resulta obvio que su hábitat natural es el directo. De modo que los igualadinos no quisieron dejar pasar la ocasión de compartir escenario con uno de los nombres legendarios dentro de  la escena y, además, uno de los grupos favoritos de su vocalista Juli.

Como viene siendo habitual en todas sus descargas la formación catalana salió a escena  con el cuchillo entre los dientes y dispuesta a hacernos pasar un buen rato. Sin duda el hecho de tocar en casa y que entre el público hubiera muchas caras conocidas y amigos hizo que el quinteto se sintiera muy a gusto sobre las tablas. Para dar el pistoletazo de salida al show optaron por una de las piezas más conocidas de su debut  “Ultra Thrash”, todo un puñetazo sonoro en forma de carta de presentación con la que la banda mostraba sus credenciales. Muy motivados y activos sobre las tablas,  Busi y Requena fueron los encargados de dar mordiente y pegada a  piezas como  “I.Y.F.F.”, mientras Juli se aferraba a su pie de micro para liderar las poderosas acometidas de sus compañeros, espoleando al máximo al respetable para provocar los primeros “circle-pits” de la noche.

Muy dinámico y especialmente participativo estuvo su bajista  Dani Ramis, último en llegar a la formación  pero que se ha acoplado perfectamente a sus compañeros, especialmente con el batería Javi Carrión con el que forma un tándem rítmico  verdaderamente imparable. Durante toda su actuación el combo catalán fue intercalando de forma sucesiva un tema de cada uno de sus dos plásticos, de modo que completaron un repertorio de lo más variado y equilibrado, consiguiendo que temas como el desolador “Dead By The Fistful Of Violence”, sonaran verdaderamente rotundos, evidenciando el estado de madurez que ha adquirido la banda a base de tocar en directo. La vuelta sobre su material más reciente estaría marcada por la pieza que prestaba  título a su segundo trabajo  “Rise… Then Rest”, mezclando a la perfección contundencia, brutalidad y esas dobles armonías que denotan  el buen gusto y la calidad técnica de ambos “hachas”.

Si de algo pueden presumir los igualadinos  es de convertir cada una de sus presentaciones en una auténtica fiesta, y la de esta noche no iba a ser una excepción. Así que tras una pequeña charla, en la  que Juli aprovechó para darnos  las gracias y agradecer nuestro apoyo, llegaba el momento de adentrarnos en ese desternillante “Brutal Gadget”, durante el que no podía faltar la complicidad de una audiencia desatada y ese cachondo toque final con el vocalista agitando sus maracas. Tampoco podía faltar el momento de rendir pleitesía a algunas de las bandas que más han marcado la personalidad de la banda, de modo que los miembros del quinteto intercambiaron sus instrumentos para ofrecernos un “medley” que incluyó fragmentos de clásicos del calibre de “I´m The Man”, “Symptom Of The Universe”, “Phantom Lord”, “Black Magic” y “A New Level”, desatando la euforia entre todos los presentes.

Mientras la gente se reponía del impacto que supuso tal colección de clásicos en tan corto espacio de tiempo,  el quinteto volvía a retomar su alineación habitual para rápidamente volver a la carga con otra de las composiciones de su segundo trabajo, en esta ocasión, la escogida para encarar la recta final del show fue “Waldi Gang”, fundiendo de forma rotunda contundencia, unos  imparables coros marca de la casa y esas   cachondas pinceladas  que tanto gustan a sus incondicionales. Tampoco podía faltar durante la última pieza de la noche “Bring´em To The Pit”, ese peculiar deporte que han inventado los catalanes bajo el nombre de “Futbol Of Death”,  con Juli bajando a la pista para poner el esférico y dar la señal de inicio a  un delirante partido que acabaría cuando la banda volvió a dar un par de pasadas al estribillo de su clásico “Ultra Thrash”, poniendo así un brillante colofón a cuarenta y cinco minutos de incendiario show. No creo que a estas alturas los igualadinos necesiten ningún tipo de presentación, pero por si todavía no los conoces,  simplemente comentarte que si se acercan por tu ciudad no pierdas la oportunidad de verles en directo. ¡La diversión está garantizada!

Tras la descarga de Crisix el ambiente estaba totalmente encendido y los alemanes no quisieron dejar que la euforia reinante en la sala se esfumara. De modo que tras un rapidísimo cambio de equipo y cuando el reloj marcaba las nueve en punto de la noche, Gerre y sus muchachos asaltaban el escenario de un Razzmatazz 2 que finalmente acabó registrando una muy buena entrada. Sin ninguna clase de complejos, sin excesivos alardes escénicos pero con la clara intención de someternos a todos desde los primeros compases del show, el combo germano salía a por todas con toda una declaración de intenciones “Need Money For Beer”, consiguiendo desde el primer guitarrazo de Andreas Gutjahr poner a toda la pista en movimiento para convertir el reciento en una auténtica fiesta. Como era de esperar el verdadero  maestro de ceremonias fue el carismático vocalista  quien no tuvo ninguna clase de complejo a la hora de pasear su oronda figura por el escenario y provocar constantemente a las primeras filas, consiguiendo que las primeras piezas de la noche “The Morning After” y esa devastadora gema  que es “Zombie Attack”, convirtieran la sala en un hervidero, provocando constantes “circle-pits” y un estado de excitación que se prolongaría durante el resto de la noche.

Tras la primera charla de la noche  y después de esas dos rotundas  pinceladas de thrash metal “old school”, llegaba el momento de viajar hacia el presente para empezar a desgranar los temas de su más reciente entrega “R.I.B.”, así que la primera muestra de su nuevo material llegaría con “Fooled By Your Guts”, que fue muy bien acogida y que les permitió mantener el excelente ambiente que se había creado en la sala. Un poco más atrás en el tiempo nos condujo  “Not One Day Dead (But One Day Mad)”, protagonizada por ese sonido amenazante del  bajo de  Frank Thorwart y que supuso su primera mirada a su anterior obra “A Girl Called Cerveza”. No creo que a estas alturas nadie esperara excesivos alardes técnicos de los miembros de la formación alemana, estaremos de acuerdo en que lo suyo no son los temas grandilocuentes  ni los excelsos desarrollos instrumentales, pero si de algo pueden presumir Gerre y sus compinches  es de ser unos maestros a la hora de componer  esos trallazos rotundos, rápidos e impactantes, con los que son capaces de poner cualquier auditorio patas arriba.

Tal y como se encargó de recordar el propio Gerre a lo largo de la noche, la banda lleva nada menos que treinta y tres años descargando su corrosivo metal de alto octanaje por los escenario de medio mundo. Pero sorpresivamente, el cuarteto  no se limitó a tirar de su material clásico de la década de los ochenta, sino que apostaron por un set bastante variado, en el que gozaron de un especial protagonismo las composiciones facturadas  durante la última década.

De modo que durante su descarga  no faltaron piezas como la desternillante “The Beaty And The Beast”, que  el vocalista, cerveza en mano, dedicó a todas las chicas presentes, o ese himno gamberro y perturbador que es “Stay Tirsty!”, que a la postre se acabaría convirtiendo en la única concesión que nos propusieron hacia su trabajo de 2008 “Thirst”.

A lo largo de todo el show la banda pudo percibir en repetidas ocasiones el cariño y la veneración de la audiencia catalana. Varias fueron las ocasiones en las que el público se arrancó a corear el nombre de la banda ante la cara de satisfacción de un Gerre al que se vio particularmente emocionado.

La vuelta sobre su anterior “A Girl Called Cerveza”, vendría marcada por “Rapid Fire (A Tyrant´s Elegy)”, con cachondo baile del vocalista incluido, para rápidamente y sin concedernos un segundo de tregua adentrarnos en “Rules For Fools”, que fue la encargada de provocar que todos los presentes levantamos nuestros  puños al aire siguiendo las indicaciones del orondo vocalista.

Pese a que a lo largo del show quedó  totalmente acreditada la contundencia y la pegada del material que la banda ha escrito durante los últimos tiempos, los momentos más aplastantes de la noche se vivieron cuando el cuarteto hecho mano de lo que podríamos denominar como sus himnos clásicos, y uno de los que más revolucionó al personal fue “Maniac Forces”, que marcaba el retorno a su primera época, y durante el que Gerre no dejó de golpearse la panza siguiendo el ritmo de la  batería de su compañero Olaf Steckbrief.

La fiesta proseguiría con otro de los clásicos  himnos etílicos de los germanos, en esta ocasión la elegida para dar continuidad al show sería “Die With A Beer In Your Hand”, que conseguía que todos los vasos se alzaran al aire para brindar junto al vocalista. Mientras Gerre parecía estar sediento, -ya que durante toda la velada no dejo de beber cerveza-, el público cada vez parecía más sediento de ese thrash metal que siempre les ha acompañado, y lejos de dejarse sentir el  cansancio entre las primeras filas, a medida que la noche avanzaba  la gente parecía más excitada. La primera mirada que el cuarteto dedicó al material publicado durante la década de los noventa llegaría “Minds On The Moon”, rescatada de su trabajo de 1995 “The Tankard”. Algo más implacable, oscura e incisiva sonaría la más novedosa “R.I.B. (Rest In Beer)”, que siguiendo con ese segmento dedicado al milenario brebaje amarillo nos conduciría sobre la segunda  alusión al material “noventero” del cuarteto  “Space Beer”, con el que conseguirían poner la sala patas arriba

Para cualquiera que haya seguido la trayectoria de Tankard a lo largo de las últimas tres décadas resulta evidente que los germanos siempre han tenido un gran sentido del humor. Así que durante el show Gerre nos vaciló en repetidas ocasiones, como sucedió durante la presentación de “Rectifier”, que el vocalista presentó como un tema lento y que acabó provocando una verdadera estampida en la pista. Pero sin duda el momento más cachondo de la velada llegaría con el clásico “Chemical Invasion”, durante el que Gerre subió a una chica al escenario para bailar con ella de forma acaramelada mientras la gente coreaba incansablemente el estribillo para poner el punto y seguido a esta primera parte del show.

Si durante toda la noche  el ambiente en la sala había sido verdaderamente abrumador, la comunión entre banda y público  fue absolutamente abrumadora durante el “encore”. La encargada de dar el pistoletazo de salida a los bises fue la inevitable “Alien”, con la que nuevamente la sala volvería a ponerse a botar mientras elevaba sus vasos al aire. Nadie, absolutamente nadie, quería que la descarga terminara, de modo que con muy buen criterio la encargada de seguir con la actuación,- como si fuera un anuncio a navegantes-, fue la novedosa “The Party Ain´t Over´ Til We Say So”. 

Con la banda completamente desatada y con una audiencia totalmente  revolucionada llegaba el momento de “A Girl Called Cerveza”, aprovechada por Gerre para encaramarse a la barra del local y, desde allí, cantar el tema, mientras todo el mundo se mostraba completamente extasiado. Rozando casi las dos horas de show, la elegida para finiquitar de forma definitiva la descarga fue la inevitable “(Empty) Tankard”, que convertiría la sala en un clamor popular, con todos los presentes gritando como posesos  ante la cara de satisfacción de unos músicos completamente alucinados.

Aunque puede sonar a tópico, lo cierto es que en esta ocasión creo que la cita está muy bien traída, y es que los germanos, como el buen vino, mejoran con los años. No creo que a estas alturas su estilo básico, eléctrico y rotundo sorprenda a nadie, tampoco creo que sea su objetivo, pero si de algo pueden presumir Tankard es de haber mantenido la bandera de ese thrash metal festivo y alcohólico a lo largo de las últimas tres décadas. Actualmente, la banda se encuentra en un gran momento de forma,   Gerre y sus muchachos parecen empeñados en perpetuarse en su posición de privilegio dentro de la escena europea. Así  que alzo mi cerveza y brindo por ellos.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

1 comentario:

  1. Tipos cachondos y, además, músicos excelentes. Todavía recuerdo el pelotazo que fue, para mí, escuchar por primera vez su disco debut. Maravilla entre maravillas. Y Crisix no tienen nada que envidiarle a Angelus Apátrida, pienso yo.

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