Durante los últimos
años los finlandeses Finntroll se han convertido en unos habituales de nuestros
escenarios. Si hace poco más de un año ya nos visitaron presentando su última entrega de estudio
"Blodsvept", en esta ocasión el motivo de su visita era conmemorar el
décimo aniversario de su tercer trabajo "Nattfödd", un álbum que
marcó un punto de inflexión en su carrera y que significó el último largo que
grabarían junto al vocalista Tapio
Wilska.
El
enclave escogido para que los trolls de Helsinki revisitaran su obra de 2004
sería la sala pequeña del Apolo, y para ayudarles a redondear una velada de
miércoles verdaderamente atractiva contarían con la participación de sus
compatriotas Profane Omen y unos viejos conocidos de la parroquia metálica
catalana, Hatesphere. Pese a que la sala no acabó de llenarse completamente, lo
cierto es que la afluencia de público fue bastante numerosa, consiguiendo dar a
la velada una ambientación desenfadada y divertida, permitiendo que todos los asistentes
pudieran abandonarse a esos alocados bailes marca de la casa sin tenerse que
preocupar en exceso de molestar a sus "vecinos".
Frente a una
audiencia todavía poco numerosa, pero muy animada, los encargados de dar el
pistoletazo de salida a la velada serían Profane Omen. No era esta la primera vez
que este quinteto de Lahti descargaba en los escenarios españoles, y eso se
notó en la excelente acogida que recibieron. Sin duda uno de los principales baluartes
de su descarga fue su facilidad para conectar con el sector más joven de la
audiencia, gracias en gran medida al excelente trabajo como “frontman” de su
vocalista Jules Näveri, quien durante todo el show no dejó de animar al
personal mientras lideraba las poderosas acometidas de temas como la inicial
"Wastehead". Con su último trabajo “Reset” ya muy rodado la banda
quiso que todos fuéramos parte de la fiesta al hacernos participar activamente en temas como "Sonic Wings". Los finlandeses
se mostraron en todo momento como un equipo sólido y compacto, pero lo cierto
es que pese a que fraguaron una buena actuación, no me acabaron de convencer
los registros menos agresivos de Näveri, ya que acababan sonando excesivamente
livianos, restándole intensidad al show.
Tras haber hecho
las presentaciones pertinentes y después de agradecernos nuestra presencia el
quinteto volvía a centrarse en la faceta más devastadora de su sonido para
espetarnos una tremebunda "Bound To Strive", que nos dejaría ese
implacable duelo entre las guitarras de Williami
Kurki y Antti Kokkonen. Durante todo su concierto el verdadero protagonista fue
su último trabajo "Reset", de modo que no faltarían piezas corrosivas
como la inicial "The
Instigator", que fue muy bien recibida y propició la aparición de los
primeros "circle- pits" y la descomunal
"Trails", que volvía a recabar el apoyo incondicional de las primeras
filas.
Tras volver a
solicitar nuestra colaboración para reclamarnos un grito ensordecedor llegaba
el momento de centrarse en sus anteriores obras de estudio, siendo las elegidas
para cerrar su actuación dos
composiciones de su debut de 2006
"Beaten Into Submission", la desternillante "God In A
Bottle", todo un chute de vitalismo y adrenalina, y la final “Painbox”.
Finiquitado el paso de la
formación finlandesa les llegaba el turno a unos ilustres veteranos dentro de
la escena metálica europea, Hatesphere. El quinteto danés a base de publicar
trabajos como “The Sickness Within” (2005) o “Serpent Smiles And Killer Eyes”(2007)
y de girar intensamente por todo el viejo continente se ha ido labrando una
excelente reputación como banda de directo. Su última entrega “Murdelust”, que
ya fue presentada por estos lares en su anterior visita junto a
Hypocrisy, ha supuesto el espaldarazo definitivo a su carrera,
consiguiendo aunar en sus sonido tanto las raíces más genuinamente thrash/ death
de sus inicios como ese “groove” intenso y poderoso deudor de bandas como
Pantera.
Atrás parecen haber
quedado los constantes cambios en su alineación, ya que desde la entrada de su vocalista Esben “Esse”
Elmegaard en 2010 el quinteto parece haber alcanzado esa ansiada estabilidad.
De forma escalonada, uno a uno, los miembros de la formación fueron tomando
posiciones sobre las tablas para arrancar de forma rotunda su actuación con el
crujiente sonido de “Lies And Deceit”, que suponía la excusa perfecta para que el quinteto empezara a fustigarnos sin
compasión con la crudeza de sus riffs imparables. Igualmente desternillantes
resultaron las caras de poseído que nos ofreció el barbudo “Esse”, al encarar piezas como “The
Coming Of Chaos”, que con esos riffs rocosos y entrecortados se convirtió en la
excusa perfecta para que los más animados se entregaran a los “circle-pits” y al
“mosh”.
Pese a las
excelentes críticas que ha recibido su última obra “Murderlost”, lo cierto es
que el álbum al que más recurrieron los daneses fue “Serpent Smiles And Killer Eyes”, de forma
que no faltaron los intensos fraseos thrasheros que dominaron piezas como “Floating”,
que caldeaba todavía más el ambiente
entre una audiencia de lo más participativa. Mucho más oscuro y tortuoso resultó “Resurrect With A Vengeance”, único
recuerdo que se permitieron a su penúltima obra “The Great Bludgeoning”, que
con esos riffs pétreos e implacables serviría para mostrarnos su faceta más densa y pantanosa.
El tramo central de
su descarga estaría plenamente centrado en el material de su última referencia
discográfica, ofreciéndonos de forma consecutiva la pieza que presta su nombre
al plástico, “Murderlust”, que fue la responsable de desatar la locura
generalizada entre las primeras filas, e “Iconoclast”, para la que el
extrovertido vocalista solicitó nuestra colaboración. A estas alturas del show
estaba claro que los daneses, una vez más, habían conseguido convencer a todos
los presentes, pero para rematar de forma definitiva al personal que mejor que
una de sus piezas más clásicas y reconocibles, la iracunda y visceral “Hate”,
que con su ritmo intenso y percutor convirtió la sala en una auténtica olla a
presión.
Aunque las
composiciones de Hatesphere son como golpes letales y certeros, lo cierto es
que los daneses siempre han hecho gala
de un afilado sentido del humor, y la mejor prueba de esa acidez lírica quedaría plasmada en piezas como
“Drinking With The King Of The Dead”, repleta de efluvios etílicos y ramalazos
sureños. Sin abandonar el material contenido en su quinto trabajo de 2007, la
encargada de proseguir con el show seria la agresiva “Forever War”, que volvería
a espolear al máximo a los integrantes de las primeras filas. Mientras que la
elegida para despedir a los daneses sería
“Sickness Within”, para la que el quinteto no dudó en organizar al respetable
para montar un buen “Wall of Death”, que sirvió como rúbrica para una
fantástica actuación.
Tras una larga
pausa, amenizada por los ruidos propios de la floresta nórdica y el intenso
croar de las ranas de la ciénaga, los trolls de Helsinki se preparaban para
tomar el escenario de un Apolo 2 que a
estas alturas de la noche presentaba una muy buena entrada. Casi tan importante
como su propuesta musical,- a medio camino entre el folk y el
black-, resultan las letras de sus canciones,- cantadas en sueco, pese a su
origen finlandés-, y la puesta en escena de todos sus miembros, luciendo
estrambóticos ropajes y esas inconfundibles orejas puntiagudas. Debido a la asiduidad con la que la formación
nos ha visitado en los últimos tiempos resulta evidente que cada vez su legión
de seguidores es manifiestamente superior, y más cuando el motivo de esta nueva
visita era rememorar una de sus obras más celebradas y aclamadas, el clásico
“Nattfödd”.
Teniendo en cuenta
semejante perspectiva estaba claro cuál iba a ser el planteamiento de esta
noche, de modo que como si de un ceremonial se tratase el ejército de trolls,
luciendo sus inseparables sonrisas, tomaba posiciones sobre el escenario para
empezar a desgranar,- en el mismo orden y de forma íntegra-, el material de la
citada obra de estudio. Acompañados por la introducción “Vindfärd”, el sexteto
no tuvo ninguna clase de dificultad para desde los primeros compases del show
ganarse la simpatía y la complicidad de una audiencia plenamente conocedora del
material de esta noche, y que reaccionaria con total jolgorio y algarabía al reconocer
los primeros compases de piezas como “Manniskopesten”, que era la elegida para
convertir la sala en una especia de pista de baile, con todo el mundo danzando
animadamente embelesado por las
poderosas melodías del sexteto.
Tras el impactante
inicio el ambiente en la sala no haría
más que caldearse cuando el afilado bajo de Sami “Tundra” se encargó de
introducirnos en la disparatada
“Eliytres”, dejando en el ambiente esas suculentas pinceladas de
adictiva “humppa”. Tras recibir las primeras ovaciones de la noche, era el
propio vocalista de la banda, Mathias “Vreth”, el encargado de explicarnos cuál
sería la estructura del show de esta noche, para posteriormente atacarnos frontalmente con “Fiskarens Fiende”,
que nos dejaría una buena muestra de la polivalencia de los teclados de Henri
“Trollhorn”. Pero sin duda una de los momentos más vibrantes de esta primera
parte del show y, porque no decirlo, de toda la velada llegaría con ese auténtico
himno en que se ha convertido “Trollhammaren”, que aunaría los cánticos de todos
los presentes para convertir la sala en un auténtico despiporre.
Siguiendo
escrupulosamente el plan de ruta trazado por la formación finlandesa, todos
sabíamos que la siguiente en hacer acto de presencia seria la pieza que daba
título al álbum “Nattfödd”, y con ella llegarían las atmosferas más agresivas y
oscuras, que se vieron potenciadas por
esas luces verdosas que inundaron todo el
escenario. Si durante las actuaciones de las bandas teloneras la entrega del respetable había sido
verdaderamente encomiable, realizando numerosos “circle-pits”, la respuesta fue
absolutamente antológica cuando “Vreth” nos
pidió toda nuestra energía y dedicación para dar colorido a piezas como
“Ursvamp”, o la más demoniaca “Marknadsvisan”, que fue iniciada con todos los trolls
dando la espalda al respetable antes de desplegar su faceta más visceral y metalera.
Pero evidentemente
todos los fans de la banda querían divertirse y abandonarse a esos bailes
desenfadados y disparatados que siempre han dominado las descargas del combo
finlandés, de modo que la euforia volvería a apoderarse de todos los presentes
cuando el sexteto se internó en los sugerentes pasajes de “Det Iskalla
Trollblodet”, que fue acompañada con palmas por todo el respetable, para que posteriormente
la banda cerrara esta primera parte del show con una nueva versión de su
clásico “Grottans Barn”. Tras retirarse acompañados de una gran ovación el sexteto se tomó un par de minutos de descanso, para recuperar
energías de cara a la segunda parte del espectáculo.
El retorno sobre
las tablas estaría marcado por el sonido más potente y expeditivo de la pieza
que prestaba título a su última entrega discográfica “Blodsvept”. Sin abandonar
el material de ese trabajo la siguiente en hacer acto de presencia seria
“Mordminnen”, que les servía para certificar que sus más recientes
composiciones han calado muy profundamente entre sus incondicionales. Por si el
ambiente de fiesta y celebración no era suficiente en el recinto, con toda la
audiencia coreando insistentemente el nombre de la banda, un seguidor tuvo la valentía de subirse al
escenario para pedir la mano de su novia, lo que propició, junto a la respuesta
positiva de la muchacha, que en la sala se incrementara el nivel de euforia
cuando los músicos empezaron a desgranar las deliciosas melodías contenidas en “Solsagan”.
Pese a que como era
de esperar en esta segunda parte del show fueron las composiciones de su última
etapa las que mayor protagonismo tuvieron, los finlandeses no quisieron dejar pasar
la ocasión de premiar la fidelidad de sus fans más veteranos, rescatando para
la ocasión viejas gemas como la primeriza “Svartberg”. El retorno sobre su
material más reciente estaría marcado por “När Jättar Marschera”, que se
acabaría convirtiendo en la antesala perfecta para “Nedgäng”, que fue la única
mirada que se permitieron hacia el trabajo que representó el debut de “Vreth”
con el combo de Helsinki.
Cabe destacar que
durante toda la velada tanto el ambiente sobre el escenario como en la pista fue
absolutamente demoledor, con una banda impresionante, totalmente entregada y
que en todo momento supo conectar y dar a sus seguidores lo que habían ido a
buscar, música oscura, una buena puesta en escena y, ante todo, grandes dosis
de diversión. Así que con el objetivo totalmente cumplido llegaba el momento de
finiquitar esta segunda parte del show y las elegidas para hacerlo fueron dos
piezas rescatadas de su “Jaktens Tid” de 2001, “Slaget Vid Blodsälv” y la pieza homónima del mismo.
Con la gente completamente
volcada llegaba el momento de los bises, y las encargadas de dar el pistoletazo
de salida al “encore” serían dos piezas de su último trabajo, concretamente la
dupla formada por “Skogsdotter” y la tenebrosa “Häxbrygd”, que con el escenario
teñido en tonalidades púrpura se acabaría
convirtiendo en una de las más potentes
de toda la noche. Pero sin duda la última gran explosión de júbilo llegaría con
la pieza elegida para cerrar la velada “Under Bergets Rot”, que servía para que
los finlandeses se retiraran de las tablas tras ofrecernos un magnífico
espectáculo y dejándonos con un muy buen sabor de boca.
Tras haber
presenciado su descarga resulta evidente que Finntroll no son una banda al uso,
todo en ellos es diferente: su vestuario, su puesta en escena, sus letras, y
ese espíritu festivo, desenfadado e innovador que les permite colocar en la
misma coctelera sonidos tan dispares y antagónicos, dando forma a una propuesta
personal y altamente atractiva. Algo que sin duda les ha convertido en una
banda referente y de difícil catalogación, y que como suele suceder con las formaciones
que tienen un estilo propio y una marcada personalidad: O los amas o los odias.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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