Sin duda una de las bandas que más interés ha suscitado entre las nuevas
generaciones de metaleros durante los últimos años ha sido Amaranthe. Pese a
orientar su sonido hacia un público bastante joven, lo cierto es que la
presencia entre sus filas de la talentosa vocalista sueca Elize Ryd, vinculada
previamente a bandas como Kamelot, Avalon o Dragonland, ha propiciado que más de un
metalero de vieja escuela se acercara a la propuesta del sexteto, cayendo
rendido de forma irremediable ante esa explosiva y original combinación de enérgicos
riffs, elementos electrónicos y unos estribillos verdaderamente imparables y
adictivos. Desde que la banda facturara su abrumador debut homónimo en 2011 y muy
especialmente desde que viera la luz su segundo largo "The Nexus" (2013) su carrera ha
sido verdaderamente fulgurante, copando las listas de éxitos de los países
nórdicos y girando intensamente a ambos lados del océano Atlántico.
Habiendo descargado en tierras catalanas en anteriores ocasiones,
Amaranthe pueden presumir de contar con su propio ejército de incondicionales,
y eso se notó en la larga cola que aguardaba pacientemente la apertura de
puertas del Razzmatazz 2 desde primera hora de la tarde. Pese a la expectación
que había suscitado esta nueva visita del sexteto presentando su última obra de
estudio "Massive Addictive", la verdad es que el recinto acabó
registrando algo más de media entrada. Además de la propia presencia del combo
sueco-danés el cartel de esta noche de domingo se completaba con los jóvenes
hard roqueros finlandeses Santa Cruz y
los metaleros suecos Engel, conformando así un cartel de lo más variado y
atractivo.
Pese a ser los encargados de abrir la velada los chicos de Santa Cruz se
toparon con unas primeras filas muy animadas, con un público muy enérgico y
participativo. Con su flamante nuevo trabajo bajo el brazo “Santa Cruz”, el
cuarteto de Helsinki salió a escena dispuesto a aprovechar al máximo su oportunidad,
tratando de causar una buena impresión y darse a conocer, pero ante todo con la
firme convicción de divertir y entretener a todos los presentes, confiando para
ello en la inmediatez de sus composiciones y en una vitalista puesta en escena.
Con mucha actitud y un espíritu jovial y desenfadado la banda arrancaba su show
con los contagiosos guitarrazos contenidos en "We Are The Ones To
Fall". Viendo la excelente acogida que les brindó el público barcelonés, su vocalista, Archie Kuosmanen, no dudó en recabar
nuestra colaboración para acompañarle con palmas durante el arranque de
"Velvet Rope", mientras que el resto de sus compañeros desplegaban
sobre las tablas un buen catálogo de posturas y poses genuinamente roqueras
Y es que pese a su juventud el combo de Helsinki dejó patente que tienen sus raíces musicales bien
enclavadas en el hard rock de la década de los ochenta, como quedó claro al desgranar
piezas de su último trabajo como "My Remedy", que fundió a la
perfección esos potentes estribillos con una base rítmica aplastante. También
demostraron tener unas buenas aptitudes a la hora de mostrarse algo más
punzantes y expeditivos, como sucedería a lo largo de "Let Them Burn", con Archie dejando
a un lado sus registros más melódicos para ofrecernos unas tonalidades más
agudas, dando al corte un filo más incisivo y metálico.
El contrapunto perfecto lo pondrían los ritmos más desenfadados y casi
funk roqueros de "Nothing Compares To You", de su anterior trabajo
“Screaming For Adrenaline”, que fue fantásticamente recibido por un público de lo
más divertido y entusiasta, que no dejó
de animar durante todo el show. La vitalidad y el buen rollo que emanaba del
escenario acabó contagiándose a gran parte de los presentes, así que cuando la
banda volvió sobre las composiciones de su trabajo homónimo para ofrecernos “Wasted
& Wounded” la comunión entre banda y público fue absoluta, con la parte
delantera de la pista botando incansablemente siguiendo las indicaciones del
carismático vocalista finlandés. Con el recinto muy animado llegaba el momento
del último cartucho de este primer acto de la noche, y la elegida para que
Santa Cruz remataran su show sería "Aiming High", con Archie dejando
a un lago su guitarra para adentrarse entre las primeras filas en un final de
fiesta disparatado, pero ante todo divertido y eléctrico. Tras ver la explosiva
actuación de Santa Cruz no me extrañaría que en poco tiempo repitieran por
estos lares para presentar los temas de su última entrega.
Tras el subidón que supuso la descarga de los chicos de Santa Cruz
llegaba el momento de cambiar radicalmente de registro y ponernos algo más
serios para seguir la actuación de los encargados de recoger el testigo de los
finlandeses, Engel. Curiosamente la formación sueca sería la más veterana en
pisar las tablas del Razzmatazz 2, y a decir verdad esta experiencia se tradujo
en una descarga muy compacta y cañera, presentándonos a una formación en plena madurez. El motivo de
su visita era la puesta de largo de las
composiciones de su quinto trabajo “Raven Kings”, y primero con el vocalista Mikael Sehlin , un plástico que
marca un punto de inflexión en su carrera y que tiene que servirles para
consolidarse definitivamente dentro de la escena del death metal melódico
europeo.
Completamente desatados y dispuestos a dejarse oír entre un público cada
vez más numeroso, los suecos daban el pistoletazo de salida a su show,
demostrando una fe ciega en su último trabajo y dejándonos bien claro que la
contundencia de piezas como la inicial “Salvation”, serían las encargadas de
marcar la senda por la que discurrirían los siguientes cincuenta minutos. Poco
importó algún pequeño problema técnico en la
guitarra de Marcuss Sunesson, ya que la banda en todo momento se mostró
como un equipo sólido y compacto, dejando unas magníficas impresiones al atacar
cortes como “Your Shadow Haunts You”, en el que se alternaron con total
convicción fraseos agresivos y partes más envolventes y melódicas, mientras el
vocalista Mikael Sehlin se mostraba verdaderamente imparable en su faceta como
“frontman”.
Con la gente ya plenamente metida en la propuesta del combo sueco,
llegaba el momento de dejar de lado su más inminente actualidad para centrarnos
en el material contenido en su anterior trabajo “Blood Of Saints”, del que nos
ofrecieron ese suculento alarde de voracidad metalera contenida en “Question
Your Place”, consiguiendo que la decoración de las primeras filas cambiara
rotundamente. Y es que a medida que fue avanzando la descarga de Engel la gente
se fue animando, haciendo que piezas como la mordaz “Fading Light”, que
representó la vuelta a su material más reciente, sonaran verdaderamente impactantes
con Mikael rasgando sus cuerdas vocales a la vez que Marcus nos asolaba con un
nuevo e hiriente fraseo a las seis cuerdas.
Tampoco se quedaría atrás en cuanto a potencia la base rítmica que
formaron el batería Oscar Nilsson y el bajista Steve Drennan, quienes se
revelaron como los arquitectos de los cimientos del sonido de la formación
sueca, y buena muestra de ello fue el amenazador sonido a las cuatro cuerdas
que nos regaló el propio Steve durante los compases iniciales de “Six Feet
Deep”, que fue fantásticamente recibida por la audiencia y que representó su
primera mirada al material contenido en “Threnody”. Pero sin duda la plena
madurez del combo sueco se haría patente al atacar piezas como la novedosa
“When The Earth Burns”, con la que nos mostraban toda la riqueza y los
diferentes matices que ha ido adquieriendo su propuesta con el paso de los
años, fusionando de forma eficiente fraseos netamente death-metaleros, altas
dosis de melodía e incluso diferentes elementos de corte industrial, acuñando
así un estilo personal y bastante
reconocible.
Pese a proponernos unas sonoridades viscerales y agresivas, el combo
sueco se mostró en todo momento simpático y accesible. Así que la anécdota del
show llegaría cuando Mikael aprovechó para saludar a sus padres que estaban en
la sala. El motivo de su presencia era acompañarle en el día de su cumpleaños,
así que como era de esperar el vocalista no se pudo escapar de la felicitación,-
en forma de canción-, de todos los presentes. Tras el simpático guiño llegaba
el momento de seguir escupiendo esas composiciones fieras y mordaces, siendo las
encargadas de reintroducirnos en el show la implacable “Burn” y “Casket
Closing”, que fue la pieza más antigua que tocaron y que formaba parte de su
primer largo de 2007 “Absolute Design”.
Con la banda y el público en estado de comunión llegaba el momento de
levantar junto a Mikael nuestros brazos para acompañarle en los compases
iniciales de “Sense The Fire”, que sonó cortante y amenazante, para convertirse
en el preámbulo perfecto de la última pieza de la noche “Until Eternity Ends”,
también extraída de su “Threnody” de 2010. Aunque su estilo poco tenía que ver
con el de Santa Cruz o con el de los protagonistas de la noche, lo cierto es que Engel se marcó un show intenso, vibrante y poderoso,
poniendo de manifiesto la frescura y la originalidad de una propuesta
trabajada, heterogénea, repleta de matices
y diferentes elementos.
Pese a la corta trayectoria del combo sueco-danés, lo cierto es que el
sexteto ya había dejado una buena muestra de su talento en las anteriores
ocasiones que había visitado nuestros escenarios, convenciendo en sus descargas
y dejando siempre una magnifica impresión. Así que como si de un ritual se
tratara los seguidores de la formación fueron acercándose al escenario, tras la
finalización del show de Engel, para
asegurarse un buen sitio desde el que seguir las evoluciones de sus ídolos.
Aunque inevitablemente siempre habrá quien no comparta mi opinión, creo que
Amaranthe han facturado con “Massive Addictive” su mejor plástico hasta la
fecha. Además, personalmente, creo que la inclusión de su nuevo vocalista, Henrik
Englund,- encargado de los “growls”-, ha supuesto todo un acierto, ya que ahora
suenan mucho más compactos y expeditivos. Pero lejos de centrar todo el
repertorio en su última obra de estudio, el sexteto optó por plantearnos un
show dinámico y muy variado, en el que sus tres trabajos disfrutaron de un
protagonismo similar.
Como victoriosos guerreros los componentes del sexteto fueron tomando
posiciones uno a uno para arrancar su espectáculo con una potencia y una
vitalidad inusitada, dejándonos un fantástico regusto al convertirnos en parte
protagonista de los estribillos de la pieza de apertura “Digital World”, rubricando
una conexión perfecta entre banda y
público. Con la atractiva Elize convertida en el centro de todas las miradas,
la tripleta de vocalistas nos ponía a todos a saltar durante los compases
iniciales de uno de sus temas más emblemáticos “Hunger”, ratificando que la
banda se encuentra en un extraordinario momento de forma, con la propia Elize,
Jake E. y Henrik repartiéndose las tareas vocales mientras el resto de sus
compañeros machacaban intensamente sus instrumentos.
Con la gente ya totalmente metida en el show llegaba el momento de
centrar su objetivo en su anterior referencia discográfica “The Nexus”, proponiéndonos
una rotunda tripleta que estuvo compuesta por la delicada “Invincible”, que fue
introducida a capela y que nos dejó un fantástico dueto entre Elize y Jake E.,
para posteriormente conseguir volver a llevar a sus seguidores al extasiáis más
absoluto con los rotundos estribillos de “Razorblade”, que supondría la excusa
perfecta para poner nuevamente a toda la sala a saltar. Mientras que la
encargada cerrar este primer capítulo dedicado a “The Nexus” sería la trepidante “Burn With
Me”, que ponía de manifiesto que Henrik está perfectamente integrado con el
resto de sus compañeros, ya que durante todo el show fueron constantes las
muestras de complicidad y compañerismo entre ellos.
El momento de que los sonidos electrónicos se encargaran de liderar la fulgurante
propuesta del sexteto llegaría con los marchosos ritmos de “1.000.000
Lightyears”, que convertían el recinto en una pista de baile con todo el mundo
danzando poseído por ese ritmo fulgurante y arrollador. Sin dejar el material
de su debut homónimo, y después de que una simpática Elize nos diera las
gracias por nuestra presencia y nuestro apoyo, llegaba el momento de uno de los
puntos álgidos de la velada “Serendipity”, en la que nuevamente las voces
limpias volverían a erigirse como las auténticas protagonistas, firmando una magnífica interpretación, algo
que les valió una soberana ovación.
Si el primer tercio de la descarga del sexteto había estado centrado
casi de forma exclusiva en el material de sus dos primeras obras “Amaranthe”
(2011) y “The Nexus” (2013), el tramo central del show fue el escogido para
aglutinar la mayor parte de las composiciones de su última referencia “Massive
Addictive”, de modo que el sexteto inició un detallado recorrido que daría
arranque con los aromas emotivos y sentimentales de esa suculenta joya
denominada “True”, concediéndonos un impas de tregua antes de que la tormenta volviera a
desatarse de manos de un colosal “Trinity”, en el que las voces de Elize y Jack
E. seguirían llevando las riendas para dejar relegados a un segundo plano a los
“growls” de Henrik.
Pese a que la estructura de los temas de Amaranthe es bastante
homogénea, piezas cortas y concisas, repletas de musicalidad y unos estribillos
totalmente matadores, lo cierto es que con cada uno de sus proyectiles la
explosión de euforia entre el respetable
parecía ir en aumento, de modo que cuando le llegó el turno a una de
las piezas más potentes de su última entrega “Massive Addictive”, la sala se
vino literalmente abajo, con toda la pista saltando mientras acompañaba a los
vocalistas en esos suculentos estribillos marca de la casa, constatando que el último álbum de la banda ha sido todo
un éxito entre sus incondicionales. La elegida para cerrar este extenso
segmento dedicado al material de su tercera entrega sería el intrigante up-tempo
“Over And Done”, que partiendo de esas sugerentes notas de piano nos acabaría
capturando irremediablemente.
Sin duda el sexteto podría haber seguido desgranando composiciones de “Massive
Addictive” y de seguro la reacción de sus incondicionales habría sido
plenamente satisfactoria, pero Elize y sus muchachos optaron muy sabiamente por
echar la vista atrás y recuperar el “feeling” y la intensidad contenida en
viejas favoritas como “Afterlife”, que
sonó impecable con la vocalista retorciendo su cuerpo hacia atrás como si fuera
la niña del exorcista, o la discotequera “Electroheart”, que fue la elegida
para que los miembros de la banda nos sorprendieran con sus habilidades
danzarinas, algo muy poco habitual en los conciertos de heavy metal. Antes de
abordar la recta final de esta primera parte del espectáculo Morten Lowe
tendría su momento estelar, protagonizando un entretenido solo de batería, que
fue aprovechado por sus compañeros para recuperar el aliento de cara al
incendiario sprint final.
El retorno de sus compañeros sobre las tablas nos dejaría uno de los
momentos más agresivos y salvajes de todo el show de manos de “Leave Everything
Behind”, con la banda demostrando que cuando se trata de ponerse fieros y
contundentes también saben cómo hacerlo. El contrapunto llegaría con una nueva
muestra de clase y elegancia, con Elize pidiendo nuestra colaboración para
acompañarles a lo largo de la deliciosa “Amaranthine”. Mientras que la
encargada de echar el cierre a esta suculenta tripleta contenida en su debut
sería la eléctrica “Call Out My Name”, que volvía a poner a toda la sala a botar
para firmar un rotundo fin de fiesta.
Con la gente entusiasmada, reclamando intensamente la vuelta del sexteto sobre la tablas, era el
bajista Johan Andreassen el encargado de darnos las gracias a nosotros y a las
bandas que les habían precedido en esta tarde de domingo, protagonizando una
charla que quizás se hizo excesivamente larga y que sirvió como preámbulo para
el regreso del resto de sus compañeros con el hímnico “Automatic”. Entre gritos
y vítores llegaba el momento de otra de las piezas más coreadas de la noche, y
que sin duda tiene muchos visos de convertirse en un nuevo clásico, la novedosa
“Drop Dead Cynical”, que se convertiría en el preámbulo perfecto para la final
“The Nexus”, que sería la elegida para rubricar su imparable actuación.
Sin duda el sexteto es una de esas bandas con las que puede afirmarse
que no hay término medio. Resulta
evidente que siempre habrá quienes no acaben de comulgar con una propuesta
excesivamente ecléctica e innovadora, pero lo que no se les puede negar a estos
chicos es que, pese a la reiterada
utilización de “samplers” y efectos electrónicos pregrabados, tienen un directo
rotundo, intenso y que conecta plenamente con sus seguidores.
FOTOS:CARLOS OLIVER
Amaranthe, sin lugar a dudas, es de lo más interesante que ha dado el mundo del Metal actualmente: ha conseguido desatascar y, en cierta medida, que un género como el Metal escandinavo, sea capaz de ofrecer una línea continuista, sí, pero con calidad. Excelente crónica, señores. Les felicito.
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