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jueves, 28 de mayo de 2015

MELECHESH+KEEP OF KALESSIN+TRIBULATION+EMBRYO-RAZZMATAZZ 3-BCN-21-MAY-2015



Durante los últimos años se ha producido una amplia diversificación dentro de lo que antes denominábamos metal extremo. Dejando a un lado el extenso catálogo de etiquetas existentes, resulta evidente que hay formaciones que, lejos de buscar encuadrarse dentro de una u otra denominación, han optado por desarrollar un estilo propio y personal que les ayude a distinguirse del resto y que les dote de una personalidad totalmente reconocible. Sin duda el factor diferencial en el caso de Melechesh viene dado por su procedencia y la gran influencia que sobre sus composiciones ejercen las melodías propias de su país de origen, Israel. Avalados por su longeva trayectoria la formación capitaneada por Melechesh Ashmadi regresaba a los escenarios catalanes para presentar su sexto trabajo “Enki”, y como compañeros de viaje, para completar un cartel de lo más variado y heterogéneo, contarían  con el concurso de otros ilustres veteranos, Keep Of Kalessin, los suecos Tribulation y Embryo.

Precisamente sería el combo italiano el encargado de  lidiar con la ingrata tarea de abrir fuego a primera hora de la tarde, las 18,30 horas, y ante una sala prácticamente vacía. Pese a no ser excesivamente conocidos en nuestro país la formación lombarda tiene un amplio bagaje a sus espaldas, aunque de su primera encarnación sólo permanezcan el vocalista Roberto Pasolini y el guitarrista Eugenio Sanbasile. Ante una reducida audiencia Embryo ofrecieron una buena sesión de death metal melódico, gracias a los omnipresentes teclados de Enea Passarella.

Pese a contar  con tres discos publicados,  durante sus treinta minutos de show Embryo se decantaron por ofrecernos un detallado recorrido por los mejores momentos de su ultima entrega homónima, dejando unas buenas sensaciones al abordar el clasicismo death metalero contenido en  piezas como “My Pounding Void”, o  “An Akward Attempt”. No se si sería a causa del gélido ambiente que se respiraba en la sala, pero lo cierto es que los italianos  se mostraron excesivamente estáticos sobre las tablas, y únicamente fue su vocalista, Roberto Pasolini, quien intentó conectar con la audiencia en un par de ocasiones, reclamando nuestra atención para proponernos,- sin demasiado éxito-, que nos aproximáramos al escenario.

Aunque como comentaba anteriormente la propuesta de los transalpinos se basa en el  death melódico, resultó especialmente llamativa la contundencia y agresividad que imprimieron a cortes como  “The Touch Of Emptiness” o “ The Door To The Abyss”, consiguiendo que sonaran verdaderamente devastadores. Una de las pocas concesiones que Embryo se permitieron hacia sus anteriores entregas llegaría durante el tramo final de su actuación, rescatando la pieza que abría y daba título a su anterior redondo “No God Slave”. En definitiva, una actuación un tanto deslucida, -quizás más por la frialdad del público que por sus capacidades técnicas-, fue lo que nos ofrecieron  Embryo.

Aprovechando el entreacto que precedió el desembarco de los siguientes en tomar posiciones, los suecos Tribulation, la sala empezó a llenarse de personal, haciendo que cuando el cuarteto apareció en escena el recinto presentara un aspecto bastante más cálido  y acogedor. Cambiando impresiones con algunos de los asistentes pude constatar que había muchas ganas de presenciar la descarga del combo de Arvika, ya que su carrera ha estado siempre marcada por la constante evolución en su sonido. Nacidos al amparo del death metal sueco el cuarteto ha sabido reciclarse y adaptar su propuesta a los nuevos tiempos, labrándose una excelente reputación dentro del  “underground” europeo.

A diferencia de la sobriedad escénica que rigió la actuación del combo italiano, Tribulation, aunque sin excesivos alardes, optaron por adecuar el escenario a sus necesidades, encendiendo incienso en diferentes puntos para  embriagar nuestros sentidos y conceder al recinto un aura mística y ocultista. Otro de los puntos fuertes de su presentación fue su vistosa puesta en escena, con sus guitarristas desarrollando dos roles muy diferenciados. Mientras Adam Zaars se encargaba de poner la nota de elegancia y sobriedad con sus técnicos punteos, Jonathan Hultén  era quien  imprimía fuerza y mordiente con su alocada forma de desenvolverse en escena. El punto de equilibrio perfecto entre elegancia y locura lo pondría su vocalista y bajista,  Johannes Ardersson, quien hizo las veces de maestro de ceremonias, manejando los tempos  para  conseguir hacer participes del show a las primeras filas.

Con todos los miembros dando la espalda al respetable, la actuación del combo sueco se inauguraba con las etéreas ambientaciones de la pieza de apertura de su más reciente entrega “Strange Gateways Beckon”, proponiéndonos un sonido ampuloso  y ecléctico, en el que se fusionaban a la perfección la potencia propia del metal extremo  y  unas atractivas pinceladas de psicodelia setentera. Tras pillar por sorpresa a muchos de los asistentes llegaba el momento de presentarnos su faceta más incisiva y visceral, y para ello que mejor que desempolvar uno de sus primerizos himnos “Beyond The Horror”, todo un derroche de velocidad e intensidad metalera que nos dejaría la estampa de ambos guitarrista mirando desafiantes al público.

Otra de las miradas que los suecos nos ofrecieron hacia su material más clásico y seminal llegaría de manos del tétrico “The Vampyre”,  que presentado de forma magistral por Johannes se acabaría convirtiendo en toda una  invocación, con todos los presentes levantando sus puños al aire para dar al momento ese aire maligno y casi ceremonial. El retorno sobre su material más reciente estaría marcado por las tendencias más introspectivas de “In The Dreams Of The Dead”,que sería  la elegida para templar los ánimos de los asistentes.

No puede decirse que su vocalista y bajista, Johanness Andersson, se prodigara en exceso a la hora de las presentaciones, de hecho los suecos dieron la impresión de ser de esa clase de bandas que prefieren que sus temas hablen por ellos. De modo que fueron entrelazando, casi sin concedernos respiro, piezas como “Rànda”, con la que nos retrotraían a los momentos más épicos de su anterior trabajo “The Formulas Of Death”, para acto seguido, -y sin abandonar su plástico de 2013-, sumergirnos en las siniestras ambientaciones de  “Ultra Silvam”, en la que sin abusar de la distorsión consiguieron impactar al personal ofreciéndonos una buena muestra de su amplitud estilística.

Ante una audiencia completamente atónita llegaba la hora  de finiquitar su actuación, y la elegida para dejarnos con un gran sabor de boca sería la hipnótica “When The Sky Is Black With Devils”, con las guitarras doblándose para conducirnos a un devastador in-crescendo final. Desmarcándose de las etiquetas  Tribulation demostraron una enorme amplitud de miras y un instinto voraz a la hora de desarrollar ese death/black cargado de elementos propios de otros estilos, creando una propuesta atractiva, única e inclasificable  que está llamada a consagrarles como una banda importante dentro del panorama europeo.

Difícil misión a la que tenían que enfrentarse los noruegos Keep Of Kalessin tras la rotunda e iumpactante descarga de Tribulation. Viejos conocidos para todos los seguidores del death metal épico  está no era la primera vez   que  la formación de Thronheim arribaba a nuestros escenarios, y eso se percibió en la cálida acogida que obtuvieron. De cara a esta nueva incursión en nuestro país los noruegos se presentaban en alineación de trío, con el incombustible Obisidian Claw haciéndose cargo de las guitarras y las  voces , pero contando con el apoyo en las voces de su compañero el bajista Wizziac en muchos de los temas.

Muy motivados y con el firme propósito de hacer pasar un buen rato a sus incondicionales el trío salía dispuesto a darlo todo, ofreciéndonos durante los primeros compases del show una buena muestra del material contenido en su ultima entrega discográfica “Epistemology”, poniendo de manifiesto que la veterana formación esta viviendo uno de sus mejores momentos, y la mejor prueba fue la contundencia y la maestría que demostraron al atacar temas como “The Grand Design”. Tras acercarse Obsidian al filo del escenario para recoger el cariño de las primeras filas, el incansable martilleo de Vyl continuaría azotando nuestras castigadas cervicales durante “Dark Divinity”, con la pareja Obsidian/Wizziac haciendo molinillos incesantemente mientras la audiencia se dejaba arrastrar por la pegada de unas composiciones cargadas de épica y grandilocuencia.

Precisamente, seria en este punto donde podríamos resaltar el único lunar de su show, ya que me dio la impresión de que hubo muchos elementos pregrabados, algo que resultó evidente en el constante colchón de  teclados, pero  sobre todo en lo bien que sonaron las partes cantadas a dos voces. Pese a ello, no puede decirse que el trío realizara un mal concierto, ya que en momentos puntuales como sucedió a lo largo de  “Introspection”, en los que la banda tuvo que pisar el acelerador al máximo acabaron dejando unas fantásticas sensaciones.

Si durante los primeros compases de su actuación los noruegos nos ofrecieron una buena muestra de su material más novedoso, el segundo tramo estaría protagonizado por una mirada al pasado, recurriendo para ello a las composiciones de su anterior largo “Reptilian”, publicado en 2010. De modo que la ocasión para  sellar definitivamente la alianza entre banda y público llegaría con los ampulosos estribillos de “The Awakening”. Mucho más oscura y visceral sonarían piezas como “Judgement”, en la que destacaría el soberbio recital de cambios de ritmo que nos ofreció su baterista Vyl.

Aunque la banda en la actualidad está muy centrada en dar salida a su faceta más épica y death metalera, debo admitir que eché en falta algún guiño al material de su primera época, pero desafortunadamente esta noche no hubo espacio para ello. El recorrido por su extenso catálogo proseguiría  con una nueva incursión en su quinto trabajo, volviendo a recabar nuestra colaboración durante “Dragon Iconography”, para acto seguido ofrecernos los aromas orientales de “The Divine Land”,  y la final “Ascendant”, única pieza rescatada de su  “Kolossus” de 2008 y  que a la postre se acabaría convirtiendo en la composición más antigua que nos ofrecieron. Dos décadas avalan la trayectoria de la formación noruega, durante estos años la banda ha transitado por diferentes estilos y contado con diferentes músicos, pero parece que ahora con Obsidian haciéndose cargo de las voces y las guitarras  han encontrado su line-up definitivo. Tal y como comentó el carismático “frontman” la banda tiene previsto regresar para liderar su propio tour descargando de  forma integra su última obra, así que habrá que estar atentos de cara a los próximos meses.

Hay varios factores que convierten a Melechesh en una banda única e irrepetibles, de aquellas que se alejan de los cánones preestablecidos para convertirse en un "rara-avis" dentro de la escena del metal extremo internacional. Aunque afincados en el viejo continente desde hace bastantes años, -concretamente en tierras holandesas-, las raíces fundaciones del combo liderado por Melechesh Ashmedi hay que buscarlas en territorios Israelitas, algo que innegablemente ha marcado su propuesta durante sus dos décadas de existencia. Cinco años separan la edición de su anterior “The Epigenesis” y su última entrega "Enki", en la que siguen desarrollando de forma magistral su personal death / black salpicado de ambientaciones desérticas y melodías de corte oriental, desarrollando un estilo que los más doctos a la hora de colocar etiquetas han catalogado como Mesopotamian Black Metal.

Al igual que sucediera durante la descarga de Keep Of Kalessin la audiencia fue tomando posiciones a la espera de que Ashmedi y sus acólitos tomarán posiciones sobre las tablas para dar inicio a nuestro viaje a través de las dunas desérticas y  los mitos de las culturas sumeria y mesopotámica de manos de "The Pendulum Speaks". Ataviados al estilo beduino, los compañeros del carismático vocalista y guitarrista aparecieron en escena luciendo unos pañuelos negros que cubrían totalmente sus rostros, ambientado y dando ese particular aroma oriental a la velada. Respaldados sobre un sonido nítido y compacto el cuarteto se mostró en un excelente estado de forma, proponiéndonos en el arranque una buena muestra de su más reciente trabajo "Enki", así que tras la primera toma de contacto llegaba el momento de encarar " Tempest Temper Enlil Enraged", con la que ponían de manifiesto que, pese a que la melodía esta cada vez más presente en sus composiciones, el cuarteto no ha perdido su aniquilador instinto asesino.

Aunque durante todo el show la formación se mostró como un colectivo sólido y compacto, resultó evidente la personalidad y el enorme carisma que irradió  Ashmedi en escena, creando el clima perfecto para que viejas gemas como "Ladders To Sumeria", que supuso su primera escala en su álbum de 2006, "Emisaries", nos sumergiera en esa sugerente y tortuosa travesía a lomos del martilleante bajo de Scorpios. Por si no fuera suficientemente atractiva la propuesta del cuarteto, en esta ocasión, Melechesh se presentaron acompañados de unas máquinas de humo que convirtieron todo el recinto en un infierno al empezar a funcionar masivamente cuando atacaron piezas como "Grand Gathas Of Baal Sin", todo un derroche de contundencia y voracidad metalera que se vería potenciada a su máxima expresión por esa envolvente percusión de aromas tribales.

Para contentar a sus seguidores más veteranos Melechesh  no quisieron dejarse en el tintero un fugaz recuerdo hacia su segundo largo "Djinn", del que nos ofrecerían los intensos y demoníacos pasajes de "Genies, Sorceres And Mesopotamian Nights", que fue contestada por la audiencia con una de las mayores ovaciones de la noche. Aunque no puede decirse que se extendiera en exceso a la hora de las presentaciones, Ashmedi se mostró muy abierto y comunicativo, bromeando con las primeras filas y agradeciendo en repetidas ocasiones nuestra presencia, sabiendo crear un “feedback” con la audiencia que provocó que la gente se implicará al máximo en ataques certeros y letales como " Deluge Of Delusional Dreams".

Habiendo hecho escalas en diferentes momentos de su discografía llegaba el momento de retomar el material de su más reciente entrega, así que la elegida para ofrecernos la tercera y última muestra de "Enki" sería "Multiple Truths". Precisamente sería a lo largo de este tema cuando vivimos la anécdota de la noche, ya que tras arrancar el tema Ashmedi detuvo a sus compañeros para cambiar de guitarra, ya que no le acababa de convencer como sonaba su instrumento. El contraste a esa faceta más melódica llegaría de manos de la primeriza "Triangular Tattvic  Fire", que nos dejaría la imagen de Ashmedi tocando su guitarra con una baqueta, como si de un violín se tratara, antes de asolarnos con una rotunda acometida final. La perfecta rúbrica para la estrecha conexión que se género entre banda y público llegaría con "Ghouls Of Nineveh", que sería la elegida para volver a centrar nuestro objetivo sobre su  anterior entrega “The Epigenesis”.

Con la banda rayando a un excelente nivel y convenciendo  a una parroquia completamente entregada sería el propio Ashmedi el encargado de anunciarnos el final de la descarga, pero antes de que abandonara el escenario escoltado por sus secuaces todavía tendríamos ocasión  de deleitarnos con la devastadora intensidad que nos propuso "Rebirth Of The Nemesis", que con el denso humo cubriendo todo el escenario sería la escogida para cerrar su monumental actuación.

Poderosos, intensos y, ante todo, originales. Melechesh volvieron a demostrar porque son una de las bandas más apreciadas dentro de la escena extrema internacional. La calidad de sus discos y la intensidad de  sus directos les avalan, aunque no puedo cerrar  esta crónica sin indicar que su actuación, de algo más de una hora, acabó haciéndose demasiado corta.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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