Si de algo puede vanagloriarse el heavy metal es de la
fidelidad de sus seguidores. Sólo así se
explica que un reducido grupo de incondicionales se dieran cita en la Sala
Rocksound de la Ciudad Condal el pasado 12 de Mayo para seguir la descarga de
dos bandas emergentes y que puede decirse que todavía militan en el “underground”
metálico, pese a estar llamadas a
ofrecernos muy buenos momentos de cara a los próximos años, Evil Invaders y los canadienses Skull Fist. Y
es que esta misma jornada de martes se disputaba el encuentro de vuelta de la
máxima competición europea que enfrentaba al F.C. Barcelona y al Bayern de
Munich. Pese a ello, unas cuantas decenas de fervientes “metalheads” optaron
por dar la espalda al denominado deporte rey, decantándose por presenciar la
soberana exhibición de velocidad, entrega y actitud heavy metalera que nos
ofrecieron ambas formaciones.
Viejos conocidos de la parroquia metálica hispana, la
de esta noche no era la primera aparición sobre nuestros escenarios de la formación belga, y eso se percibió en el
caluroso recibimiento que obtuvieron. Si
ya con la edición de su anterior E.P. homónimo, publicado hace un par de años, Evil
Invaders ya apuntaba maneras, la
confirmación definitiva para este cuarteto procedente de la ciudad Leopolsburg
llegaría hace tan sólo unos meses cuando ponían en circulación a través de la
discográfica Napalm Records su abrumador debut “Pulses Of Pleasures”, una
soberbia colección de composiciones en donde la banda dejaba patente su afición
desmedida por la velocidad y su absoluta veneración por el clasicismo propio de la N.W.O.B.H.M.
Pese a las reducidas dimensiones del escenario del
Rocksound, el cuarteto optó por engalanarlo con un enorme telón de fondo con su
logo, además de dar ambiente con unas
maquinas de humo, lo que junto al calor que hacia en el recinto convirtió la
sala en un absoluto infierno. Dispuestos a quemarlo todo a su paso, Joe y sus
muchachos asaltaron las tablas con el cuchillo entre los dientes dispuestos a
no hacer prisioneros y someternos a todos a una fulgurante sesión de “headbanging”. Para salir victoriosos ante semejante envite no dudaron en ofrecernos un detallado repaso a
las composiciones de su debut, castigando inmisericordemente nuestras
cervicales al ritmo de trallazos incontestables como “Fast, Loud ´n´Rude” o la
primeriza “Driving Fast”, que a modo de declaración de intenciones servían para
anticiparnos sus malignas intenciones.
Y es que durante toda su actuación el ritmo que
imprimieron al show fue verdaderamente electrizante. Y es que aunque quizás el sonido, en algunos
momentos, dejó algo que desear, ya que la voz de Joe en ocasiones quedaba
sepultada por el abrumador doble bombo del batería Senne Jacobs, la constante
sucesión de riffs speed metaleros a la
que nos sometieron acabó propiciando que entre las primeras filas el ambiente
se fuese caldeando. Conscientes del enorme potencial de sus composiciones los
belgas no dudaron en someternos a la desquiciante vorágine que nos proponían en
temas como “Pulse Of Pleasure” o “Shot To Paradise”
La otra vertiente del sonido de Evil Invaders, también
tendría cabida al atacar la “maidenana” cabalgada contenida en “Starway To
Heaven”. Mientras que para poner la nota mas genuinamente thrashera optaron por
ofrecernos una rotunda versión del clásico de Exodus, “Fabulous Disaster”,
convirtiendo la pista en un absoluto desparrame. La última mirada que nos
ofrecieron sobre el material de su anterior Ep llegaría de la mano de “Victim
Of Sacrifice”, con las guitarras del propio Joe y Max relevándose en una
alocada carrera alrededor de los mástiles. Con la audiencia completamente
rendida llegaba el momento de la despedida y para cerrar su actuación por todo
lo alto el cuarteto belga dejaría que fueran los contundentes estribillos de
“Mater Of Illusion”, los encargados de aunar las voces de todos los presentes.
Juventud, experiencia y una actitud 100% descarada y arrolladora parecen los
ingredientes perfectos para que esta banda se haga un merecido hueco dentro de
la escena speed/thrash europea.
Durante muchos años Canadá fue conocida dentro del
mundo del metal por ser la cuna de bandas como Anvil, Exciter o Annihilator,
entre otros, pero durante los últimos años una nueva hornada de formaciones,
encabezada por Striker, Cualdron o los protagonistas de la velada, Skull Fist,
han hecho que al hablar del país norteño no sólo se haga referencia a viejas
glorias de la década de los ochenta. Si en su anterior visita a esta misma sala
la banda capitaneada por el incombustible y carismático Zach Slauguter ya dejó
una fantástica impresión, en esta ocasión, más maduros, rodados y con un
fantástico disco bajo el brazo como es “Chasing The Dream”, parecía que el
cuarteto de Toronto tenia todos los elementos para marcarse una descarga
verdaderamente antológica, pero lo cierto es que, personalmente, debo admitir
que acabe un tanto contrariado, quizás debido a las altas expectativas que
había puesto en su descarga.
De entrada lo primero que me sorprendió fue la total
sobriedad de su set escénico, y más teniendo en cuenta el atrezo que habían aportado
los encargados de abrir la velada, ya que únicamente unos llamativos pies de micro con forma de cadenas,( que también
utilizaron Evil Invaders), constituían el único adorno escénico que portaban.
Tampoco les acabó de acompañar un sonido excesivamente pobre y poco matizado,
que impidió que algunas de sus composiciones llegaran a alcanzar el nivel de intensidad
y brillantez que tienen en sus trabajos
de estudio.
Pero dejando a un lado estas apreciaciones está claro
que no se puede poner ningún tipo de pega a la actitud y la profesionalidad de
una banda que lo dio todo en escena y que intentó hacer pasar un muy buen rato
a sus incondicionales. Casi por sorpresa
nos pillaría el arranque con esa vertiginosa acometida que es “Sign Of The
Warrior”, curiosamente se decantarían por abrir la descarga con una de las
composiciones de su primer E.P. “Heavier Than Metal”, para acto seguido
sumergirnos en las metaleras ambientaciones de la primeriza “Ride The Beast”,
que servía para espolear al máximo a una audiencia deseosa de emociones
fuertes.
Sin duda uno de los principales activos de la
formación canadiense es el carisma y la personalidad que desprende su vocalista
y guitarrista Zach Slaughter quien ejerció en todo momento como “frontman” del cuarteto, liderando a sus
compañeros y convirtiéndose en el nexo de unión perfecto entre banda y publico,
logrando que temas como “Get Fisted”, disfrutaran del seguimiento y el apoyo
que sin duda se merecen. Debo admitir
que me sorprendió que, a diferencia de lo que suele ser habitual, los
canadienses optaran por dejarnos caer todo
su arsenal de material clásico durante los primeros compases del show, dejando
completamente aparcadas las composiciones de su más reciente entrega “Chasing
The Dream”. De modo que la velada prosiguió con el ímpetu roquero que
imprimieron al sugerente “Commit To
Rock”, que fue el elegido para que la
banda levantara mínimamente el pie del acelerador para concentrarse en ponernos
a todos a cantar sus hímnicos estribillos.
Con la gente cada vez más caliente llegaba el momento
de que Zach nos atenazara con el penetrante riff de la pieza que daba titulo a
su E.P. “Heavier Than Metal”, toda una declaración de principios que puede
servir perfectamente para definir la propuesta del cuarteto canadiense, una guitarras
agiles, una base rítmica portentosa y esa característica voz con algunos tonos
en falsete que consigue que sus composiciones sean del agrado de todos los
seguidores del clásico sonido de la N.W.O.B.H.M. Tras semejante ejercicio de
nostalgia, por fin, llegaba el momento de centrar su objetivo en el material de
nuevo cuño, de modo que la encargada de abrir el capitulo dedicado a “Chasing
The Dream”, sería curiosamente la pieza que lo cierra, la marchosa “Mean Street
Rider”, durante la que tendrían cabida esos contagiosos coros en los
estribillos y un pequeño solo a cargo del batería JJ Tartaglia.
Mucho más acelerada y speed metalera resultaría “Hour
To Live”, con la banda pisando el acelerador al máximo para poner de manifiesto
que son unos verdaderos maestros a la hora de imprimir a sus composiciones esa
endiablada velocidad, aunque sin perder
en ningún momento esa orientación altamente melódica. Para los que prefieren
esas estructuras más netamente ochenteras también tendría cabida la hard
roquera “Bad For Good”, que se convertiría en el preámbulo perfecto para la
orgia guitarrera contenida en la desquiciante “You´re Gonna Pay”, que para la
ocasión contó con el paseo del guitarrista Johny Nesta a hombros del propio
Slaughter.
Con el show dando sus ultimo coletazos llegaría el
momento de otra rotunda demostración de poderío metálico, echando la vista
atrás al material de su primer trabajo, rescatando ese delicioso “Head Öf The
Pack”, que conseguiría que todos los presentes levantaran sus puños al aire para
apoyar al máximo durante los estribillos. Tras abandonar por primera vez el
escenario, no se demorarían en exceso en su retorno sobre las tablas para
ofrecernos una composición que se ha convertido en una habitual en todas sus
descargas, la versión de Angel Witch “Angel Witch”. Tras una nueva huida, la
gente empezaría a corear insistentemente el nombre del cuarteto para que estos
regresaran, una vez más al escenario, antes de despedirse de forma definitiva
con otro cover, en esta ocasión, el
“Attack Attack” de los británicos Tokyo Blade.
Lo dicho, pese a la poca afluencia de público ambas formaciones
nos ofrecieron sendos shows de gran altura. Aunque, en esta ocasión, creo que
los que acabaron llevándose el gato al agua para convertirse en los indiscutibles
triunfadores de la noche fueron los chicos de Evil Invaders.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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