Tras la excelente acogida de su primera
edición el festival Be Prog! My Friend regresaba a la Ciudad Condal para
consolidarse como una cita ineludible para todos los amantes del rock/metal
progresivo en cualquiera de sus múltiples vertientes. Nuevamente, el marco
escogido sería la Plaza Mayor del Poble Espanyol de Montjuïc, un pintoresco
lugar que durante una jornada cambiaría
su habitual trasiego de turistas por miles de aficionados a la música deseosos
de asistir a más de 12 horas de música ininterrumpida. A diferencia de lo que
sucediera el pasado año, en esta ocasión los organizadores apostaron por la
inclusión de un segundo escenario, situado en el lado opuesto del Stage
principal, y sobre el que desfilarían algunas de las formaciones más
prometedoras del momento: Messenger, Haken o Leprous, junto con algunas
apuestas novedosas y vanguardistas como The Algorithm y Robotporn. También enmarcado dentro de este
segundo escenario estaría programado el sorpresivo show que nos ofreció el lider
de Anathema, Vincent Cavanagh, quien se presentó ante el público únicamente
acompañado de su guitarra.
En cambio, el escenario principal estaría
reservado para bandas ya consagradas como los polacos Riverside, que serian los
elegidos para abrir el cartel y representar ese rock clásico cargado de clase y
elegancia. Tampoco faltarían algunos viejos conocidos de la audiencia catalana
como Katatonia o Meshuggah. Los encargado de poner la pincelada de clasicismo
al festival serían los incombustibles británicos Camel. Mientras que quizás lo más atractivo
del cartel fuera la presencia por primera vez en nuestro país del mítico líder
de los “blackers” Emperor liderando su propio proyecto Ihsahm, y la
participación del prolífico y carismático Devin Townsend.
RIVERSIDE
Con el astro rey mostrando todo su esplendor sobre la Plaza Mayor del Poble
Espanyol y mientras la gente accedía de forma escalonada al recinto para buscar
alguna zona de sombra en la que resguardarse, unos viejos conocidos de la
audiencia catalana, Riverside, serían los elegidos para abrir esta segunda
edición del Be Prog! My Friend. La formación polaca, que tiene previsto
publicar su nueva obra 'Love, Fear And The Time Machine' el próximo mes de
Septiembre, no quiso dejar pasar la ocasión de testar alguna de sus nuevas
composiciones, así que los primeros compases de su actuación estuvieron
marcados por los delicados pasajes de "Lost (Why Should I Be Frightened By
A Hat?)", que nos ayudaría a ponernos en situación de cara a la larga
maratón musical que teníamos programada para las próximas horas.
Tras romper el hielo y saludar a la concurrencia el cuarteto empezó a
bucear en el material contenido en sus anteriores obras de estudio, elevando el
nivel de intensidad con la llegada de "Feel Like Falling", dejando
que fuera la rotunda base rítmica la encargada de introducir su contagioso
ritmo inicial para recabar el apoyo con palmas de los más animados. Aunque tuvieron
que lidiar con algunos problemas de sonido, Riverside se mostraron compactos y
resolutivos en escena, descargando un reportorio variado y muy equilibrado en
el que los temas de "Shrine Of New Generation Slaves" gozaron de un
destacado protagonismo. Pese a ello, no quisieron dejarse en el tintero viejas
gemas como "Hyperactive", con la que nos mostraban su faceta más
marchosa y vitalista.
Con absoluta maestría y sin dejar que el show llegara a decaer en ningún
momento Riverside supieron conjugar a la perfección pasajes rockeros con
desarrollos más relajados e intimistas, en los que cobraron una especial
relevancia los teclados de Michal Lapaj, poniendo la nota de distinción y
elegancia a piezas como "Conceiving You", que servía para impregnar
el recinto de ese suculenta fragancia setentera.
Muy simpático y extrovertido se mostró Mariusz Duda, agradeciendo nuestra
presencia desafiando a las altas temperaturas antes de juguetear con la melodía
que nos conduciría sobre el intrigante "02 Panic Room", único
recuerdo que tuvieron a su tercer trabajo "Rapid Eye Movement".
Aunque no puede decirse que los polacos se mostrarán muy dinámicos en escena,
curiosamente el más animado fue su teclista Michal Lapaj, Riverside supieron
conectar con la audiencia a base de mucha intensidad y un gusto exquisito por
las melodías contenidas en temas como "The Depht Of Self -Delusion".
La última bala en el cargador de los de Varsovia estaría reservada para una
pieza más de "Shrine Of New Generation Slaves", concretamente para
"Escalator Shrine".
Aunque su propuesta difícilmente llegara a un público mayoritario, lo
cierto es que con cada nuevo trabajo la formación polaca parece escalar un
nuevo peldaño, sonando cada vez más
maduros, redondos y accesibles,
algo que sin duda les está funcionado para ganarse un merecido reconocimiento.
MESSENGER
Los encargados de abrir los conciertos que tendrían lugar en el segundo
escenario serían los británicos Messenger. Aún poco conocidos en nuestro país
los londinenses tuvieron unos escasos 25 minutos para defender el material contenido
en su reciente debut 'Illusory Blues'. La formación capitaneada por el
vocalista y guitarrista Khaled Lowe y que cuenta entre sus miembros con el
batería y productor Jaime Gómez Arellano nos presentó una propuesta variada y
heterogénea en la que convivieron los aromas acústicos y pasajes cargados de
densa psicodelia, dando forma a un cocktail sonoro a medio camino entre los Zeppelin más folk y
Porcupine Tree.
Pese a lo relajado de su planteamiento y a la sobriedad de su puesta en escena no puede decirse que disfrutaran de un buen sonido, lo que
propició que piezas como la inicial “Midnight”,
quedaran un tanto deslucidas. Aunque no llegaron a despertar el interés de la
mayoría del público presente, lo cierto es que no defraudaron a los que ya les
conocían, mostrando su faceta más melancólica a lo largo de “Somniloquist”, que
contó con un envolvente ejercicio solista para acabar abocándonos sobre un
tramo final repleto de magia e
intensidad.
Revestida de una sonoridad etérea, propia de las grandes bandas de la
década de los setenta, llegaría la minimalista “The Perpetual Glow Of A Setting
Sun”, quizás su tema más completo e hipnótico, con un fantástico sonido de
batería y un monumental in-crescendo
instrumental. La elegida para poner el broche definitivo a su escueta actuación
sería la ambiental “Dear Departure”, mostrándonos la faceta más experimental de
los londinenses. En resumen, una banda muy interesante pero que, a buen seguro,
resultaría mucho más disfrutable dentro del ambiente más íntimo de un pequeño
club.
IHSAHN
Para
los amantes de los sonidos más cañeros y corrosivos la primera gran cita en el
escenario principal sería con Ihsahn. Todavía con el sol picando fuerte sobre
nuestras cabeza el polifacético compositor noruego se presentaba por primera
vez en nuestro país para ofrecernos una muestra de su actual proyecto que lleva
ya casi una década de andadura.
Precisamente, creo que fue la hora elegida para su presentación el principal
hándicap con el que tuvo que lidiar, ya que su puesta en escena resultó un
tanto pobre. Otra detalle a destacar fue que entre la formación que le
acompañaba no había ningún bajista, algo que acabó repercutiendo en un sonido
un tanto irregular que, personalmente, no me acabó de convencer.
Con
todos los miembros de la banda vestidos de riguroso negro el recital daba el
pistoletazo de salida con la pieza que abre su última obra “Das Seelenbrechen”,
”Hiber”, sorprendiendo a los que todavía no conocían su propuesta a base de ese
registro desgarrado y tortuoso junto a unas guitarras oscuras e hirientes. El
cambio de tercio llegaría con otra pieza de su ultimo trabajo “Pulse”, en la
que los elementos electrónicos gozaron de un mayor protagonismo mientras la voz
de Ihsahn sonaba mucho más comedida y reflexiva.
A
medida que fue avanzando la tarde la Plaza Mayor del Poble Espanyol se fue
poblando de gente, y eso se notó en la mayor cantidad de público que presenció
la actuación del artista noruego. Además de la dualidad que nos ofreció,
fundiendo contundencia y pasajes más oscuros y melancólicos, la faceta más
propiamente experimental también tendría su cuota dentro del show, alcanzado su
momento álgido durante los pasajes más grandilocuentes y atmosféricos de
“Tacit”. Tras firmar un arranque un tanto sorpresivo, en el que se centró única
y exclusivamente en su más reciente trabajo, Ihsahn retrocedería hasta el año 2010 para presentarnos una de las composiciones
más salvajes y adictivas de su trayectoria “Frozen Lakes On Mars”, con la que
ponía en movimiento las cabezas de sus incondicionales. Sin abandonar el
material contenido en “After” y mostrándose todavía más intratable llegaba el
momento de apretar los dientes con la incendiaria velocidad de “A Grave
Inversed”.
Viendo
con perspectiva el repertorio que nos ofreció Ihsahn resulta evidente la evolución
que ha sufrido el sonido del noruego, y buena muestra de ello la tuvimos cuando
se embarcó en el novedoso “My Heart Is
Of The North”, dejando claro que ha sacrificado parte de su potencial extremo
para concentrarse en unas composiciones más melódicas y accesibles. El tramo
final de su actuación estaría marcado por una doble ración del material
contenido en su cuarto trabajo de estudio “Eremita”, del que nos ofrecería “The
Paranoid” y “The Grave”, cerrando una actuación un tanto descafeinada, en la que
pudimos disfrutar de algunos momentos cargados de épica e intensidad, pero
también de algunos pasajes que llegaron a rozar el aburrimiento.
HAKEN
En menos de una década el nombre de los británicos Haken
ha pasado de ser una promesa a toda una realidad consagrada dentro del panorama
del metal progresivo. Y es que desde que la banda publicara su segundo trabajo "Visions"
su popularidad y caché no han hecho más que crecer, eso sí, de forma lenta pero
segura, afianzando una sólida base de seguidores. Aunque en esta ocasión los
británicos no traían una nueva obra bajo el brazo, su última referencia de
estudio fue el EP 'Restoration', publicada el pasado año, Ross Jennings y sus
muchachos salieron con una consigna muy clara, convencer a sus seguidores y
mirar de pescar algún nuevo adepto predicando su doctrina ante un público
variopinto y predispuesto a descubrir nuevos valores emergentes.
A pesar de las lógicas limitaciones que representaba
tocar en el segundo escenario, Ross se destapó como un fantástico frontman,
mostrándose muy activo en escena y creando un clima de comunión perfecto con
las primeras filas. De hecho, el vocalista no vaciló a la hora de abandonar su
posición junto a sus compañeros para encaramarse a la barandilla que separaba
el escenario del público. Pero dejando a un lado las innegables dotes como
showman de su vocalista, lo cierto es que Haken se mostraron como una formación
compacta y muy rodada, en la que todos y cada uno de sus miembros rayaron a un
excelente nivel. Ya desde los primeros compases de su actuación los británicos
quisieron dejar unas buenas muestras de sus capacidades técnicas, atacando la
pieza instrumental "Premonition", que a modo de preámbulo nos
preparaba para su animada presentación.
La entrada triunfal de Ross llegaría con el arranque del
segundo corte "In Memoriam", convirtiéndose inmediatamente en el
centro de todas las miradas gracias a su fantástico registro y a su impetuosa
forma de moverse por el escenario, recordando con sus movimientos a los grandes vocalistas del hard
rock. Con la gente cada vez más animada una nueva mirada sobre su segundo
trabajo conceptual "Visions" nos adentraría en las intrigantes ambientaciones
de "Insomnia". Mientras que la encargada de mostrarnos todo el
potencial del sexteto proponiéndonos esos característicos giros jazzísticos
sería la deliciosa "Darkest Light", que acabaría recabando una de las
mayores ovaciones del show.
Como apuntábamos, uno de los mayores alicientes de las descargas
de Haken es la fuerza y la vitalidad rockera que imprime Ross consiguiendo que
el público participe activamente en muchas de las canciones, ya sea coreando
alguno de sus estribillos o a la hora de mover los brazos de izquierda a
derecha, tal y como sucedió a lo largo de "Cockroach King". La
encargada de poner la guinda a su genial presentación sería, precisamente la
única pieza que interpretaron de su último EP, "Crystallised",
poniendo de manifiesto el enorme potencial que atesora una banda que está llamada a convertirse en
uno de los nombres de referencia dentro del metal progresivo.
KATATONIA
Debo
admitir que hace bastante tiempo que perdí la pista a Katatonia. Aunque me
declaro seguidor de sus primeros
trabajos, en los que abrazaron incondicionalmente el death/doom, su posterior
evolución nunca me ha acabado de convencer. Pese a ello, la banda ha seguido
facturando trabajos y girando por todo el continente europeo conservando entre
sus seguidores ese estatus de banda de culto y sólo apta para los más eruditos.
Analizando en conjunto su descarga, lo primero que se me viene a la cabeza es
la extrema sobriedad de su puesta en escena, así como la frialdad que
transmitieron sobre las tablas.
Con
un repertorio colmado de composiciones de sus últimos trabajos intentaron
sumergirnos en esas ambientaciones densas, intimistas y depresivas,
espetándonos temas como la inicial “Buildings”, que pese al muro que nos
ofrecieron sus guitarras sonaron un tanto lineales. Mas favorecidas saldrían
piezas como “ Increase”, en las que las
bases electrónicas y los rotundos cambios de ritmo consiguieron animar mínimamente
al personal.
La
primera mirada a “Night Is The New Day”, llegaría de la mano de “Forsaker”, que
conseguía hacer subir el nivel de intensidad de la tarde con esos ametrallantes
pasajes para posteriormente sumergirnos en unos derroteros más minimalistas y
relajados. Personalmente, creo que uno de los momentos más vibrantes de su
actuación llegaría acompañado de “Dead Letters”, haciéndonos viajar a través de su montaña rusa de emociones.
Pero
esa orientación más sosegada acabaría haciendo que el show perdiera fuelle de
forma progresiva, haciendo que temas como “The Longest Year”, sonaran
excesivamente planos y faltos de emoción. Afortunadamente con alguna vieja gema
como “Ghost Of The Sun”, consiguieron que la gente se moviera dando un poco de
colorido a la descarga.
Al
igual que sucediera con la descarga de Ihsahn tampoco creo que el horario
escogido para su actuación les fuera propicio, ya que piezas como “Soil´s Song”
o “My Twin”, hubieran quedado mucho más impactantes acompañadas de un
impactante juego de luces. Pero ya se sabe que lo de tocar en grandes
festivales tiene sus pros y sus contras. Para encarara la recta final de su
show la formación sueca apostaría por las solidas bases de “Lethean”, para
cerrar definitivamente con “July”. En resumen, una descarga un tanto lineal y
falta de pegada, salvo algún fogonazo,
fue lo que nos ofrecieron Katatonia.
VINCENT CAVANAGH
Conocida y
confirmada desde hacía varias semanas la cancelación de IQ, los promotores del
evento se pusieron manos a la obra rápidamente para conseguir algún artista que
se encargara de cubrir el hueco dejado por
la formación británica. El elegido sería Vincent Cavanagh quien, tras
las buenas dejadas con su actuación del pasado año junto a Anathema, regresaba
al escenario pequeño del festival
para presentarse en un formato totalmente
novedoso, únicamente acompañado de una guitarra acústica y su cálida voz.
Mucha curiosidad
había por ver que nos ofrecería el bueno de Vincent, y aunque hay que decir que
pudo apreciarse algún fallo en la ejecución de los temas, lo que denotaba
que el show no estaba muy preparado,
siempre es de agradecer que un artista consagrado se preste a ofrecer de forma
casi improvisada una actuación. Evidentemente el grueso de su repertorio estuvo
centrado en el material de su banda Anathema, y no faltaron durante su
presentación piezas como la inaugural “Fragile Dreams” o “Thin Air”, con las
que Vincent hizo vibrar con su personalidad y su elegancia a sus más devotos seguidores.
Además el
vocalista contó con algunas partes “enlatadas” que le ayudaron a dar una mayor
amplitud a algunos de los temas, permitiéndose unas sentidas interpretaciones en temas como “Falling”, con su peculiar registro llenando
de magia y feeling todo el recinto para dejar que fuera el público el encargado
de corear su fantástico estribillo. Pese a lo extraordinario del show, Vincent
supo tirar de carisma y no tuvo dificultad para conectar con todos sus
seguidores, consiguiendo que muchos de los presentes se involucraran
acompañando con palmas las partes más animadas de “Deep”.
Aunque Anathema
tienen un extenso catálogo discográfico, el vocalista se concentró para montar
su repertorio en las últimas entregas de la banda. De modo que no quiso dejarse
en el olvido piezas como “The Begining And The End” o la atmosférica “Distant Satellites”, que se convirtió
en una de las más celebradas. La nota
curiosa llegaría durante el último tema cuando
Vincent nos sorprendió con una versión del “Mentira” del polifacético
Manu Chao. Tras recibir el cariño del público
Vincent prometió regresar el próximo año
al festival, ya fuera con su banda o simplemente como un espectador más.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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