THE DEVIN TOWNSEND PROJECT
Nadie podía imaginarse cuando se publicó en 1993 el álbum
'Sex & Religion' del maestro de las seis cuerdas Steve Vai que aquel joven
vocalista llamado Devin Townsend acabaría convirtiéndose en todo un icono
dentro del mundo del metal progresivo. Siempre se ha dicho que la línea que
separa locura y genialidad es muy fina. Pues bien, ahora ya en su plena madurez
Devin demuestra estar mucho más próximo a esa genialidad relegando esas pinceladas de incontrolada
locura para algunas de sus composiciones. Atrás parecen haber quedado
definitivamente la ferocidad industrial de Strapping Young Lad, y ahora el
músico canadiense prefiere sacar el máximo partido a su inagotable caudal
compositivo facturando trabajos en los que da rienda suelta a sus diferentes
inquietudes.
Mucha expectación y bastante curiosidad
había despertado la presencia del genio canadiense, y más si tenemos en cuenta
lo prolífico de su producción discográfica durante los últimos tiempos,
publicando trabajos bajo su propio nombre, The Devin Townsend Band o su actual encarnación
como Devin Townsend Project. Así que con los últimos destellos solares bañando
el recinto del Poble Espanyol el escenario, engalanado con una pantalla trasera
sobre la que se proyectarían diferentes imágenes a lo largo del show, aguardaba
el desembarco de Devin Townsend Project. Recibido con una calurosa ovación,
Devin rápidamente se posicionó en el centro del escenario para convertirse en
el centro de todas las miradas, relegando a un discreto segundo plano al resto
de músicos.
Pese a sufrir algún problema durante los primeros
compases del tema de apertura “Rejoice”, el sonido, por lo menos desde mi
posición, fue en líneas generales bastante bueno, permitiéndonos disfrutar de
esas guitarras punzantes y una base rítmica absolutamente demoledora. Dos
décadas hacia que Devin no pisaba los escenarios barceloneses, así que los
escasos setenta minutos de que disponía se hacían totalmente insuficientes para
repasar lo más granado de su amplia discografía. Quizás ese fuera el motivo que
llevó a Townsend a imprimir un alto ritmo a su descarga, deteniéndose el tiempo
justo para cambiar de instrumento y hacer alguna alusión a la rana Gustavo.
Si el arranque había estado marcado por una fugaz pincelada
de su más reciente entrega 'Z2', el segundo asalto de la noche estaría marcado
por la envolvente intensidad de “Night”, con nuestro protagonista mucho más
centrado en su faceta como vocalista, mezclando magistralmente esas líneas
vocales melódicas y cristalinas con apabullantes rugidos. Con el público
comiendo en su mano, nuestro viaje proseguiría con una buena ración de metal de
alto octanaje de la mano de “Namaste”, con la que la banda conseguía levantar
el ánimo de las primeras filas mostrándonos su faceta más corrosiva y visceral.
Haciendo gala de un sentido del humor ácido y recurrente
el genio canadiense tendría un recuerdo para su mujer durante la presentación
de “Deadhead”, que le servía para hacer la primera incursión sobre el material
de 'Accelerated Evolution' de The Devin
Townsend Band, marcando un acusado contraste con el tema anterior, ya que en
esta ocasión apostaría por unos riffs densos y casi monolíticos para
conducirnos sobre derroteros más ambientales e hipnóticos. Aunque en esta
ocasión el canadiense no contó con el apoyo de las voces femeninas, piezas como
“Supercrush!”, rescatada de su trabajo de 2009 'Addicted', sonaron
verdaderamente imparables con Devin mostrándose en un extraordinario estado de
forma vocal.
Sin duda uno de los momentos más vibrantes de su
actuación llegaría con la épica y grandilocuente “March Of The Poozers”,
acompañada de ese ritmo marcial y por las imágenes de un ejército de robots
marcando incansablemente el paso, para acabar abocándonos sobre un final
apocalíptico, con cuenta atrás incluida mientras que de la guitarra de Devin
emanaba humo de forma descontrolada. Subidos en la montaña rusa de emociones e
intensidad que nos propuso el músico canadiense nuestra siguiente escala sería
“A New Reign”, ofreciéndonos otro
rotundo cambio de tercio para adentrarnos en esas atmósferas etéreas y
volátiles que nos servirían para recuperar el aliento de cara al siguiente
proyectil sonoro “More!”, que nos dejaría a una banda totalmente desatada,
pisando el acelerador al máximo mientras el “jefe” se arrodillaba sobre el
escenario para provocar la hilaridad de sus más fieles devotos.
Pese a lo heterogéneo de su producción, a nadie se le escapa el inminente
background metalero que encierran muchas de las composiciones de Townsend, y es
por ello que piezas como el explosivo “Ziltoid Goes Home”, gozaron del
beneplácito de la audiencia y de un lugar destacado dentro del repertorio de
esta noche. Desafortunadamente el tiempo del canadiense estaba tocando a su
fin, pero antes de despedirse definitivamente todavía tendríamos ocasión de
sumergirnos en la ampulosa intensidad de esa joya denominada “Bastard”, que nos
dejaría el escenario bañado por unas intensas luces de color azul. La última
incursión en su material en solitario llegaría de la mano de los poderosos
redobles de “Kingdom”, tras el que abandonaría el escenario despedido como un auténtico héroe.
LEPROUS
Programada en el
segundo escenario del festival la
actuación de los noruegos Leprous era sin duda uno de los platos fuertes de
esta segunda edición del Be Prog! My Friend. Con su más reciente entrega 'The
Congregation' recién salida del horno el quinteto de Notodden llegaba a la
capital catalana dispuesto a ratificar las excelentes sensaciones dejadas en
sus últimas visitas a nuestro país, ya fuera liderando su propio espectáculo o
como parte del cartel de la pasada edición del Leyendas Del Rock. Aunque las
reducidas dimensiones del escenario impidieron que la banda pudiera echar mano
de sus habituales proyecciones, lo cierto es que acabaron marcándose uno de los
mejores conciertos de la jornada.
Como viene siendo
habitual en todas sus presentaciones el combo noruego apareció en escena
vestido de forma elegante y perfectamente uniformado, -aunque en esta ocasión
prescindieron de sus llamativas corbatas-, para ofrecernos en el arranque la
complejidad instrumental de “The Flood”, haciéndonos viajar a su particular
universo sonoro, dominado por esos
característicos juegos vocales envueltos en unos portentosos torrentes de
riffs. Pero sin duda si hay algo que caracteriza la propuesta de los de
Notodden son esos tempos asincopados e impredecibles que coparían piezas como
la también novedosa “The Price”.
Tras ofrecernos
una doble ración del material contenido en 'The Congregation', llegaba el
momento de retroceder en el tiempo para recordar su anterior trabajo “Coal”,
del que nos propondrían la feroz intensidad de “Chronic”, con Einar Solberg
abandonando su posición central tras los teclados para acercarse al borde del
escenario exaltando a los integrantes de
las primeras filas. Y es que la crudeza
y la brutal intensidad que imprimieron Leprous al show dejaron fiel reflejo de
las raíces más netamente metálicas del combo noruego. Tampoco faltarían
composiciones más accesibles como “Rewind”, protagonizada por una envolvente
percusión que dejaría paso a unos pasajes repletos de electrónica y riffs
mastodónticos.
Las atmósferas
densas y grandilocuentes estarían representadas por “The Valley”, poniendo de
manifiesto la rotunda dualidad del sonido del quinteto, sabiendo conjuntar a la
perfección la potencia salvaje de sus guitarras, la sutileza de los
sintetizadores y unas líneas vocales personales y características. Con una
audiencia completamente entregada llegaba el momento de encarar la recta final
del show, y las elegidas para rubricar la presentación del quinteto fueron
“Slave”, que significaba una nueva concesión a su material más reciente,- del
que descargaron hasta cinco
composiciones poniendo de manifiesto su plena confianza en “The Congregation”-,
y la inevitable “Forced Entry”, con Einar desgalillándose mientras sus compañeros
nos ofrecían una buena muestra de sus habilidades técnicas.
Imparables,
Leprous demostraron el por qué son una de las bandas más esperanzadoras dentro
de la escena del metal progresivo.
Durante los últimos años el quinteto se ha dejado ver con bastante asiduidad
por nuestros escenarios. Así que si te los perdiste, el próximo mes de Octubre
volverán a visitar nuestro país presentando su último trabajo 'The
Congregation'.
CAMEL
Sin duda si hablamos de historia y trayectoria los
británicos Camel eran la banda más longeva de esta segunda edición del Be Prog!
My Friend. Si el año pasado fue Fish el encargado de poner la pincelada de
clasicismo representando a los pioneros de la música progresiva, en esta
ocasión era la banda capitaneada por el insigne guitarrista y vocalista Andrew
Latimer la escogida para adentrarnos en el clasicismo de ese rock elegante y de
ambientación relajada que se encuentra a medio camino entre lo sinfónico y lo
progresivo. A diferencia de lo que sucediera en su última visita a tierras
catalanas, en esta ocasión los británicos plantearon un repertorio basado en
algunas de sus piezas más exitosas, contentando así tanto a sus más fieles
seguidores como a los curiosos que se acercaron a presenciar su show atraídos
por la presencia de un nombre legendario dentro del rock.
Y es que pese al paso de los años y a sus problemas de
salud Andrew Latimer parece no haber perdido la sensibilidad y ese
característico feeling a la hora de tocar su guitarra, consiguiendo transmitir
sensaciones y emociones con su sutil elegancia. Sin grandes alardes el arranque
estaría protagonizado por el despliegue de clase instrumental contenido en el
primerizo “Never Let Go”. Pese al excelso protagonismo del que disfrutaron los
teclados a la largo de todo el show - la banda se presentó con dos teclistas-,
lo cierto es que la auténtica protagonista de la velada fue la guitarra de Mr.
Latimer que despuntó con fuerza durante los intensos desarrollos de “The White
Rider”.
Al igual que ya sucediera durante la actuación de Devin
Townsend Proyect, la formación británica también optó por utilizar una pantalla
trasera sobre la que se fueron proyectando diferentes dibujos y formas que
ayudaron a ambientar temas como la delicada “Song Within A Song" que,
inundando de melodía el incomparable marco del Poble Espanyol, sonó idílica y
preciosista, emocionando a más de uno de los presentes. La faceta más sinfónica
de la mítica formación británica se dejaría sentir con fuerza en “Unevensong”,
adentrándonos en unos desarrollos instrumentales cargados de melodías de
teclados mientras la base rítmica se dedicaba a proporcionar el acompañamiento
perfecto.
Pero sin duda uno de los momentos de mayor disfrute para
los fans más veteranos de la banda llegaría durante un intenso tramo central en
el que Camel se centraron en dar un pequeño repaso a una de sus obras más
aclamadas 'Moonmadness', rescatando para la ocasión y de forma consecutiva
hasta cuatro composiciones del trabajo publicado en 1976. La encargada de abrir
este capítulo seria la hipnótica “Spirit Of The Water”, para rápidamente dejar
que Latimer agarrara su flauta para anunciarnos el arranque de “Air Born”,
dando continuidad a esa ambientación distendida y bucólica, -casi más propia de
la campiña inglesa que de un concierto de rock-.
Aunque para muchos la actuación de Camel pudo resultar
excesivamente relajada, lo cierto es que la formación británica demostró el por
qué son considerados como una de las bandas de referencia si de rock progresivo
hablamos, y una buena muestra llegaría con la extensa “Lunar Sea”, una pieza
instrumental en la que el quinteto dio sus mejores prestaciones, concentrándose
única y exclusivamente en poner en marcha nuestra imaginación con sus
intrincadas estructuras y armonías. La encargada de cerrar este tramo dedicado
a 'Moonmadness', sería “Another Night”, contando con las voces del propio
Latimer y el bajista Colin Bass.
El capítulo dedicado al intimismo lo coparían los
primeros compases de “Dafted”, rescatada de su álbum conceptual
"Nude", para acto seguido volver a relajar el ambiente con la
susurrante guitarra de Latimer en el arranque de “Ice”, que fue acogida con un
silencio reverencial por parte de las primeras filas dejando que su delicado
desarrollo, salpicado de aromas blues-rock, embriagara nuestros sentidos.
Del material facturado durante la década de los noventa no quisieron
dejarse en el tintero un par de guiños a su trabajo conceptual de 1991 'Dust
& Dreams', incluyendo en el tramo final del show temas como "Mother
Road" o "Whispers In The Rain", entre los que intercalarían la
deliciosa "Hopeless Anger". La rúbrica a su actuación vendría de la
mano de una extensa y magistral interpretación de "Lady Fantasy",
dejándonos otro monumental ejercicio solista de Latimer. Al acabar el show
caras de emoción y satisfacción entre las primeras filas, y la sensación entre
muchos de los presentes de haber podido disfrutar de una de las últimas
actuaciones de Camel en nuestro país.
THE ALGORYTHM
Por todos es conocido que la etiqueta "progresivo", es un amplio espacio en el que se ubican propuestas de lo más variado y heterogeneas. Sin duda una de las propuesta más vanguardistas que nos presentaba esta segunda edicion del Be Prog! My Friend era la descarga de los franceses The Algorithm que en poco más de treinta minutos se convirtieron el extraño puente que nos llevo desde el clasicismo de Camel o la violencia sonora de Meshuggah.
Lejos de las habituales formaciones integradas por varios componentes el combo galo se presentaba únicamente con dos integrantes. mezclando para ello unas bases electronicas, casi más propias de las discotecas, junto a unos guitarrazos agresivos y el concurso de un batería. En cuanto a su sonido lo situaria a media camino entre el sonido industrial y ese infernal sonido machacante propio de las "raves".
Aunque personalmente no acabaron de convencerme, lo cierto es que los más animados parecieron entusiasmados con la propuesta del combo frances, e incluso más de uno, pese al cansancio acumulado, se animó a marcarse algunos pasos de baile.
MESHUGGAH
Tras la soberana clase magistral de
elegancia y buen gusto que nos ofrecieron Andrew Latimer y sus legendarios Camel muchos
fueron los que decidieron dar por finalizada esta segunda edición del Be Prog!
My Friend. Paradójicamente, mientras los más veteranos se encaminaban hacia la
salida del recinto los amantes de las sonoridades más agresivas tomaban
posiciones frente al escenario principal para no perderse detalle de la
descarga del combo sueco. Con la audiencia acusando el cansancio tras una larga
jornada de actuaciones el imponente escenario, decorado con diferentes paneles
que recordaban el “artwork” de su última entrega "Koloss", parecía listo para
albergar la actuación de Meshuggah
Avalados por una larga trayectoria y una
propuesta variada que bebe de estilos tan dispares como el death, el djent o el
thrash, los maestros suecos se han consagrado como uno de los nombres más
venerados dentro la escena extrema internacional, convirtiéndose en un
suculento reclamo para cualquier tipo de festival. Tal y como demostraron en su
última visita a nuestros escenarios el quinteto de Umea centró su puesta en
escena en su agresivo sonido y en un cuidadísimo
juego de luces que ayudó a potenciar a su máxima expresión algunos de sus
fulgurantes ataques sonoros.
Con bastante retraso sobre el horario
inicialmente previsto Meshuggah arrancaban su descarga con una irregular
"Rational Gaze", durante la que fuimos víctimas de un sonido verdaderamente
pobre, lo que obligó al quinteto a retirarse del escenario a la espera de que
los técnicos de sonido solventarán la situación. Esta pausa, excesivamente
larga, hizo que el arranque y todo el show de los suecos quedara lastrado, y
más cuando tras su retorno la cosa pareció no mejorar en exceso. Pese a ello, Meshuggah
intentaron sacar adelante el show centrando su objetivo en la descomunal pegada
de piezas como la que prestaba título a su séptimo trabajo "Obzen".
Ante las caras de decepción de sus más
fervientes seguidores, la banda lo siguió intentando con temas como el novedoso
"Do Not Look Down", pero el cansancio acumulado a lo largo de toda la
jornada y un sonido manifiestamente mejorable no ayudaron a que los suecos
retomarán el pulso de la descarga. Afortunadamente, la cosa poco a poco fue
remontando y piezas como "The Hurt That You First", nos permitieron
disfrutar de la banda en todo su esplendor, sometiéndonos sin ninguna clase de
contemplaciones a su devastadora orgía de estructuras cambiantes y guitarrazos hirientes
y supersónicos.
Sin abandonar el material contenido en su
más reciente entrega discográfica, la siguiente en hacer acto de presencia
sería "Swarm", para posteriormente someternos a un duro correctivo
sonoro a base de viejas gemas de su catálogo como "Stengah" y
"Future Breed Machine". Como viene siendo habitual en sus descargas
el quinteto se mostró poco comunicativo y excesivamente estático sobre las tablas,
haciendo que los intervalos entre tema y tema parecieran excesivamente largos.
Pero sin duda alguno de los pasajes más vibrantes e intensos de su descarga llegarían cuando el quinteto
tuvo un nuevo recuerdo sobre el material de “Obzen”, descargando la imparable "Lethargica",
que acabaría conduciéndonos sobre la rotunda sobriedad de "New Millenium Cyanide Christ?", con
la que ahora si parecían conectar con la
audiencia consiguiendo exaltar al máximo a un público deseoso de emociones
fuertes.
El retorno sobre el material contenido en
"Obzen", estaría protagonizado por la violencia incontrolada de
"Bleed". Mientras que la encargada de adentrarnos en esa esquizofrénica
dualidad rítmica que tanto gusta a los seguidores del combo sueco sería la
novedosa "Demiurge", que nos posicionaba ante una recta final en la
que los suecos volvieron a pisar el acelerador al máximo apostando por dos
golpes certeros como In Death-Is Life" y "In Death-Is Death",
que con una batería orgánica, pese al mejorable sonido, cobraron una nueva
dimensión en directo.
En resumen, actuación irregular de
Meshuggah. En cualquier caso, nada se puede reprochar a una banda que lo intentó una y otra vez, pero que se topó
constantemente con un sonido que no estuvo a la altura de su propuesta,
impidiéndonos disfrutar en toda su esencia de una de las bandas más aclamadas
dentro de la escena del metal extremo internacional.
ROBOTPORN
Tras una larga jornada de conciertos los encargados de cerrar el festival ante los osados que todavia permanecían frente al escenario con ganas de más marcha y diversión eran Robotporn. Al igual que sucediera con la descarga de The Algorythm, este proyecto liderado por el guitarrista Achokarlos, que salió a escena luciendo una impactante mascara, y la Dj Lorena Frantic, nos ofreció treinta intensos minutos de musica infernal y demoniaca. Su propuesta, no apta para los no iniciados, consistió en un torrente imparable de riffs de clara esencia extrema junto a unas bases altamente discotequeras que hicieron mover la cabeza y los pies a los más trasnochadores.
Al igual que ya sucediera en su primera edición, este segundo Be Prog! My Friend se saldaba dejando al publico unas fantasticas sensaciones, aunque desafortunadamente se volvían a repetir algunos fallos organizativos que ya lastraron la anterior edición, especialmente en lo referente a la potencia del sonido, ya que muchos fueron los que se quejaron de un volumen excesivamente bajo. En cualquier caso, el festival progresivo se consolida como una cita de obligada referencia para todos los amantes del genero de nuestro país. A día de hoy, todavia no se conocen detalles ni bandas de cara a la edición del 2016, pero esperemos que el festival tenga continuidad. Esa sin duda seria la mejor noticia.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
No hay comentarios:
Publicar un comentario