Siempre
es una excelente noticia la aparición de un nuevo festival dentro de nuestras
fronteras, pero todavía lo es más la celebración de una segunda edición, ya que
este hecho consolida el arraigo y el
prestigio que empieza a asumir una cita. Durante años la capital catalana no
tuvo un festival de nivel dirigido a los seguidores del hard rock y el heavy
metal. Afortunadamente parece que la tendencia está cambiando y, nuevamente,
Santa Coloma fue la encargada de albergar esta nueva edición del Rock Fest Barcelona.
Evidentemente
sigue habiendo muchas cosas que mejorar a todos los niveles, pero lo cierto es
que con respecto al año anterior el festival ha experimentado un amplio
crecimiento organizativo y notables mejoras en algunos puntos. Además en esta
ocasión hubieron muchos más puestos de comida y bebida, con lo que las colas,
salvo momentos puntuales, fueron bastante llevaderas. También pudimos observar
la aparición de nuevos espacios a la sombra que resultaron ideales para
protegerse del inclemente sol que nos azotó durante gran parte de las tres
jornadas.
La
principal diferencia en cuanto a la producción musical fue la inclusión de un
segundo escenario, haciendo que la acción nunca se detuviera, ya que los
conciertos se fueron alternando. En cuanto al sonido en líneas generales fue
bastante bueno, aunque hubo alguna banda, especialmente Warcry y Ángeles Del
Infierno, que tuvieron que lidiar con múltiples problemas. Pero, en cualquier
caso, podría decirse que el sonido fue bastante bueno. En consecuencia el
balance de esta segunda edición del Rock Fest Bcn fue muy positiva, dejando a
una multitud satisfecha y con muchas ganas de que la cita se vuelva a repetir
el próximo año.
ASPHYXION
Con mucho, muchísimo sol y mientras una larga cola en
el exterior aguardaba pacientemente para conseguir las pulseras de acceso al
recinto, los encargados de abrir el festival Asphyxion se posicionaban en
escena para ofrecernos una buena ración de su corrosivo thrash metal “old
school”. Pese a la juventud de algunos de sus miembros la formación capitaneada
por el guitarrista y vocalista Marc
Butcher lleva en activo desde 2008. Con su ultimo Ep recién salido del horno la descarga del cuarteto barcelonés se centró en
presentar el material de “Onwards To Extinction”.
Bien arropados por una buena representación de
conocidos y amigos Asphyxion no parecieron
para nada intimidados por las grandes
dimensiones del escenario, mostrándose
muy sueltos y dinámicos en escena, dando el pistoletazo de salida a su
show con el desarrollo instrumental “Mayhemic Creation”. Tras esta primera toma de contacto se
desataría el vendaval con las poderosas andanadas contenidas en temas como
“Victims Of Genocide”, dejando una buena muestra de su apuesta decidida por un
thrash metal repleto de velocidad, violentos cambios de ritmo y unas líneas
vocales agresivas y punzantes.
Aunque a primera hora de la tarde la gente estaba
todavía algo parada, sin duda reservando fuerzas de cara a los tres días de
música que teníamos por delante, los más lanzados no dudaron en dejarse
arrastrar por los contagiosos coros de “Infected
Hate”, que sería el responsable de propiciar los primeros pogos de la jornada.
Por si algún despistado no había acabado de cogerle el pulso a la descarga del
combo catalán la siguiente en hacer acto de presencia sería la demencial “OxTxS
(Old Thrashing School”), que a modo de declaración de intenciones nos sumergía
en su catarata de riffs implacables sacados del libro de estilo de bandas
clásicas como Slayer, Anthrax o los primeros Metallica.
Pese a ser los encargados de abrir el festival
Asphyxion gozaron de un muy buen sonido permitiéndonos disfrutar al máximo de
los devastares fraseos que nos propusieron Marc y Oskar mientras la base
rítmica formada por Víctor y Marc se mostraba implacable en trallazos como
“Warmaster”. En resumen, buena actuación de una banda joven que apunta muy buenas
maneras.
ROSENDO
Como
viene siendo habitual la presencia del mítico Rosendo había levando una
considerable expectación entre la audiencia. De hecho fueron muchos los que
adelantaron su hora de llegada al recinto para volver a corear junto a su
creador algunas de las composiciones más emblemáticas dentro del rock nacional.
Bajo un sol inclemente y acompañado de sus inseparables Rafa J. Vega al bajo y
Mariano Montero a la batería el incombustible guitarrista de Carabanchel nos
planteó un repertorio muy variado, en el
que se fueron alternando algunas de sus composiciones más recientes, los temas
más representativos de su primera etapa y, como no, algún sabroso recuerdo
hacia los añorados leño.
Con
esa forma tan suya de presentar los temas, el guitarrista no tuvo ninguna clase
de problema para meterse a la gente rápidamente en el bolsillo abriendo con el
primerizo “… Y Dale!” y “Date Por Disimulao” que, aunque fue muy bien acogida
por sus incondicionales, dejó un tanto indiferente a una audiencia que
únicamente se dejaría oír con fuerza cuando el trío abordó “Locos Por
Incordiar”. Como siempre Rosendo se mantuvo muy metido en su papel de poeta
urbano, mientras Rafa no paraba de recorrerse el escenario solicitando el apoyo
de las primeras filas.
Tras
el subidón que supuso la llegada del segundo clásico de la tarde, la banda volvió
a incidir en su producción más reciente,
presentándonos temas como “Amaina Tempestad” o “Muela la Muela”, con las que el
trío se asentaba en su habitual velocidad de crucero, para rápidamente hacer que la gente estallara de
nuevo al reconocer los primeros compases de “Por Meter La Nariz”, que se
acabaría convirtiendo en el único recuerdo que Rosendo tuvo hacía su tercer
trabajo en solitario “…A Las Lombrices”.
Tras
haber probado a lo largo de los años con
diferentes alineaciones, hace ya mucho tiempo que Rosendo decidió volver a
apostar por el formato trío, y la verdad es que ese empaque y esa complicidad
es plenamente palpable sobre las tablas, con una banda sólida y perfectamente
engrasada. El retorno sobre el material de su ultima entrega “Vergüenza
Torera”, estaría marcada precisamente por la pieza que presta su nombre al
plástico. Pero sin duda el primer momento álgido dentro del show llegaría con
“El Tren”, poniendo a la gente a cantar antes de ser despedido por el guitarrista
con un aplaudido “Leño Pa Siempre”.
Tampoco
faltaría a lo largo del show alguna alusión hacia su amado barrio de Carabanchel, tal y como sucedería durante la
presentación de “El Ganador”. Con la gente cada vez más animada llegaba el
momento de encarar la recta final de la actuación, y para ello Rosendo sacaría
a relucir su afilada lírica en temas como “Masculino Singular”, que se
convertiría en la avanzadilla de una
importante retahíla de clásicos compuesta por viejas favoritas como “Flojos de Pantalón”,
una coreadísima “Pan de Higo” y la inevitable “Agradecido”. El broche
definitivo estaría protagonizado por la pieza que todos queríamos tararear una
vez mas, “Maneras de Vivir”, que acabaría convirtiendo el recinto en una
autentica fiesta.
SABATON
Tras
la doble representación nacional llegaba el turno de la división comandada por
Joakim Brodén y Pär Sundström, los incombustibles Sabaton. Los suecos era la primera de las
formaciones que repetían participación tras su descarga en la edición del
pasado año, y lo cierto es que el quinteto volvió a ratificar las buenas
sensaciones dejadas. Mucho se han prodigado sobre nuestros los escenarios
durante los últimos tiempos, así que las legiones que les siguen son cada vez
más numerosas. Pero como suele suceder con muchas bandas, los suecos también
tienen un gran numero de críticos que no acaban de comulgar con una propuesta
que consideran simplista y falta de originalidad. En cualquier caso, ataviados
con sus habituales indumentarias de combate,
el quinteto tomó al asalto el escenario tras la inevitable “The Final
Countdown” de sus compatriotas Europe con una consigna muy clara; convencer y
hacer disfrutar a un público deseoso de saltar con el puño en alto mientras
entonaba esos estribillos repletos de épica y magnificencia.
Debo
admitir que tras su ultima visita por salas pensaba que el quinteto optaría por
un repertorio basado en sus temas más emblemáticos, pero la verdad es que
Sabaton apostaron por conceder un gran protagonismo a su ultima entrega
“Heroes”, de la que descargaron hasta un total de cinco composiciones.
Precedidos por “The March Of War”, el arranque no pudo ser más explosivo con la
gente haciendo palmas para la triunfal entrada de un acalorado Joakim con
“Ghost Division”. Tan sólo un par de minutos necesitaron los suecos para tener
a la audiencia completamente entregada. Así que tras darnos las gracias llegaba
el momento de la primera muestra de “Heroes”, con “To Hell And Back”, que ponía
a todo el mundo a saltar contagiado por la desbordante vitalidad del vocalista.
Aunque
a esta hora de la tarde el calor seguía apretando duramente sobre el parque de
Can Zam, los músicos no se amilanaron sobre las tablas, y lejos de desfallecer
o ir bajando su nivel de intensidad, nos
ofrecieron un gran derroche físico. De hecho en varias ocasiones pudimos ver
como Joakim se iba a una esquina del escenario para refrescarse y recobrar el
aliento. Como era evidente no faltaron las alusiones del propio vocalista sobre
las altas temperaturas y el asfixiante calor reinante. Pero dejando al lado
todas estas consideraciones no creo que nadie pueda poner ningún tipo de pega a
las prestaciones que ofreció el quinteto en piezas como “Carolus Rex” o
“Swedish Pagans”, que fue una de las elegidas para hacernos cantar mientras un
sonriente Pär nos hacia gestos para que acompañáramos con palmas.
Tras
la deserción masiva que sufrieron hace unos años parece que ahora la banda
funciona como un engranaje perfecto, consiguiendo que las composiciones de su
ultimo plástico “Heroes”, sigan conservando la frescura y la pegada que ya
tenían sus primeras obras. Un claro ejemplo de la absoluta confianza que tiene
el quinteto en su material más reciente fue el tramo central del show, basado
en piezas como “No Bullets Fly”, una cachonda versión del “Resist And Bite”,
que sirvió para que Joakim nos mostrara sus inquietudes como guitarrista, o “Far From The Fame” que, lejos de propiciar
que el ambiente se enfriara, sirvieron para ratificar el gran estado de forma
por el que atraviesan los suecos.
Quizás
la única pega que se puede poner al concierto fue el sonido, ya que todos los
que hemos podido presenciar las descargas del quinteto en salas sabemos del
potencial que pueden llegar a alcanzar. De todas formas, esto ni fue ningún hándicap
a la hora de rubricar una recta final verdaderamente imparable con la ferviente
entrega de unas primeras filas que apoyaron al máximo temas como “Night
Witches”, un celebradísimo “Primo Victoria” y la inevitable “Metal Crüe”.
Sabaton volvieron a desfilar triunfantes por el Rock Fest. Tras el show algún
comentario de descontento por un reportorio muy centrado en su ultimo plástico,
y algunas quejas con respecto a la
exclusión del repertorio de temas como “40: 1” o “Attero Dominatus”.
DREAM THEATER
El
primer peso-pesado dentro de esta segunda edición del Rock Fest Bcn serían los
reyes de metal progresivo Dream Theater. Acostumbrados a sus mastodónticos
shows, el de esta tarde se nos presentaba como la ocasión idónea para paladear
intensamente 60 exiguos minutos de elegancia, maestría y contundencia. Con un
amplio seguimiento en nuestro país los americanos consiguieron reunir a una
buena cantidad de incondicionales a pesar de no presentar ningún nuevo trabajo.
Más bien al contrario su show se nos presentaba como una mirada retrospectiva a
sus primeros treinta años de historia.
Acompañados
de las proyecciones que ya pudimos ver en su ultimo tour, en las que se
alternaban motivos de cada uno de sus trabajos la banda se posicionaba en
escena para hacer las delicias de sus incondicionales con el primerizo
“Afterlife”. El último en pisar las tablas sería su vocalista, James LaBrie,
quien durante todo el show se mostró en un buen estado de forma, consiguiendo
alcanzar las tonalidades de todas y cada una de las canciones. Tras habernos
sorprendido con la elección del tema de arranque la segunda en hacer acto de
presencia sería “Metropolis Pt.1: The Miracle And The Sleeper”, una de las
piezas que les posiciono dentro de la escena internacional como los nuevos héroes
del metal progresivo.
Como
siempre la labor instrumental de la tripleta compuesta por Petrucci, Myung y el
teclista Jordan Rudess fue absolutamente perfecta, dejando que fuera el batería
Mike Mangini el encargado de armar los cimientos de piezas como el
celebradísimo “Burning My Soul”, con el que conseguían estrechar el circulo de
unión con todos sus incondicionales.
Tampoco faltarían a lo largo de su descarga momentos más relajados y repletos
de elegancia y buen gusto como la sentimental “The Spirit Carries On”. Pero sin
duda los momentos más netamente metaleros llegarían cuando la banda descargo la
artillería pesada contenida en piezas emblemáticas como “As I Am”, que conseguía
que las primeras filas se convirtieran en un mar de puños apuntando hacia el
escenario.
Aunque
como viene siendo habitual en ellos la banda no se mostró excesivamente activa
sobre las tablas, especialmente John Myung, sería el propio bajista en dar a
sus dedos la agilidad adecuada para dibujar las líneas que nos adentrarían en
ese derroche de técnica y calidad que es “Panic Attack”, mostrándonos que los
americanos no han perdido ni un ápice de su gusto por las estructuras complejas
y las filigranas. Convenciendo sin ningún tipo de paliativos, los americanos
encararon la recta final de su actuación recurriendo a la intensidad arrolladora de “Bridges In The Sky”, para
acabar poniendo el broche definitivo con una pincelada de su material más
reciente “Behind The Veil”. Tres décadas avalan la trayectoria de una banda que
parece que no va a dejar de crecer durante los próximos años, sin duda Dream
Theater llevan camino, si no lo son ya, de convertirse en un nombre de
referencia dentro del metal del S. XXI.
STATUS QUO
Más
de medio siglo lleva la formación británica paseando su rock n´roll por los
escenarios de medio mundo. Singles millonarios, multitud de discos de oro y
diamante…, la trayectoria de la banda capitaneada por Francis Rossi y Rick
Parfitt es sin duda una de las más exitosas y longevas dentro del mundo del
rock n´roll. Personalmente debo reconocer que nunca he sido un gran fan de los
británicos, pero al igual que la gran mayoría del publico asistente tenia
muchísima curiosidad por ver como se lo montaban en directo, y más cuando sin
apenas quererlo uno conoce gran parte de su repertorio, ya sea por haber
escuchado sus canciones en la radio, la tele e incluso en algún anuncio
publicitario.
Ante
tales perspectivas estaba claro que el éxito estaba asegurado en la descarga de
los británicos, pero además hay que destacar que la banda se mostró en un
estado de forma absolutamente insultante, rayando a un excelente nivel y
sabiendo en todo momento conectar con una audiencia que parecía predispuesta a
tararear muchos de sus himnos y pasarlo en grande. No se anduvieron por las
ramas y lo que nos presentaron fue una aplastante colección de hits que nos
hicieron bailar y mover las caderas al son de temazos como la inicial
“Caroline” o su particular versión del
clásico de Tom Jones “Something ´Bout You Bany I Like”.
Otro
detalle muy a destacar fue que pese a su veteranía los británicos optaron por
imprimir un altísimo ritmo a su show, empalmando muchas de sus composiciones o,
directamente, fusionándolos en medleys que les permitieron hacer un repaso más
exhaustivo a su amplio catalogo de éxitos, de modo que no faltaron a su cita
temas como “What You´re Proposing”, “Down The Dutpipe” , “Railroad” o el
contagioso “Again And Again”.
Pero
sin ninguna clase de dudas los que más acabaron cautivando al público serían
piezas como “In The Army Now”, coreada por todos los que estaban siguiendo la
descarga con autentica devoción, o alardes roqueros como “Down Down” o el
inevitable “Whatever Tou Want”, que ponía el recinto literalmente patas arriba
con infinidad de vasos alzándose para brindar a la salud de los ilustres
roqueros londinenses.
SCORPIONS
Sin ningún tipo de dudas el plato fuerte
de este primer día eran Scorpions, y más cuando su interminable gira de
despedida, que arrancó en Marzo de 2010, no había hecho ninguna escala en
tierras catalanas. Los alemanes se habían hecho esperar, y ahora con un
nuevo disco bajo el brazo “Return To Forever” y con la excusa de conmemorar su
cincuenta aniversario parecía el momento propicio para saldar su deuda con el
público catalán. Como era previsible la audiencia respondió a la llamada, haciendo
que los de Hannover fueron de largo la banda que más gente reunió durante esta
primera jornada, congregando a un público de lo más heterogéneo en el que se
mezclaban jóvenes veinteañeros, -curiosos por ver a una banda mítica-,
veteranos metaleros, - ansiosos por el reencuentro con sus héroes de juventud-,
e incluso algunas familias al completo dispuestas a disfrutar de un gran
espectáculo.
La expectación y la sensación de ansiedad se
acrecentaron cuando un enorme telón con la portada de “Return To Forever”
protegió el escenario de las miradas indiscretas de los que prefirieron seguir
de lejos la descarga de Status Quo para asegurarse un lugar privilegiado junto
al escenario. Haciendo gala de una puntualidad británica el enorme telón caía
dejando ante nuestros ojos un escenario a dos niveles. Una parte inferior
dividida por una enorme pasarela central que se adentraba hacia el público, y
el nivel superior desde el que lucia
majestuoso el kit del batería americano James Kottak. Tal y como mandan
los cánones la encargada de abrir fuego sería la composición que inaugura su
último trabajo “Going Out With A Band”, provocando la lógica explosión de
júbilo de un público predispuesto a cantar cada una de sus canciones.
Tras el primer aguijonazo llegaba el momento de volar
a los ochenta de la mano de “Make It Real”.
Y con ella llegaba la primera sorpresa de la boche, la bandera española
que se proyectó como fondo a las imágenes de los músicos durante todo el tema,
algo que provocó bastantes pitidos y más de una queja de desacuerdo. También
hubo bastante gente que se lo tomó a
cachondeo, ya que muchos fueron los que exculparon a la banda
entendiendo que ellos no teníam que ser conocedores de las diferentes opciones
políticas de los presentes. En cualquier caso, no habría estado de más que ante
la actual situación socio-política alguien hubiera sugerido a la banda no
colocar ninguna clase de bandera, al fin y al cabo los presentes estábamos allí
para disfrutar de lo que nos une, la música; dejando a un lado cualquier tipo
de ideología. Pese al revuelo que se levantó, -que por mi parte no elevaría más
allá de la categoría de anécdota-, el show prosiguió con plena normalidad con
una alargada versión “The Zoo”, acompañada con palmas en el inicio y que nos
dejaría con la primera ración de esos característicos gestos de Rudolf y Matthias moviendo sus guitarras
al unísono.
Habiéndonos obsequiado con una doble ración del
material contenido en “Animal Magnetism”, el siguiente asalto estaría
protagonizado por “Coast To Coast”, durante la que ambos hachas se repartieron
el protagonismo copando la pasarela central de forma sucesiva. Pese a la
excelente ejecución y a las vistosas
proyecciones que acompañaron al tema, lo cierto es que la pieza instrumental
extraída de “Lovedrive”, no acabó de
calar entre la gente y ralentizó notablemente
el ritmo inicial del show. Tampoco les ayudaría a levantar el ánimo de
la parroquia el viaje que nos propusieron a la década de los setenta,
embarcándose en un extenso medley que nos dejaría pinceladas de “Top Of The
Bill”, “Steamrock Fever” , “Speedy´s Coming” y “Catch Your Train”, acompañadas
todas ellas de sugerentes proyecciones
psicodélicas.
Estaba claro, viendo la reacción del respetable, que
la mayoría de los presentes estaban deseando entonar alguna de las piezas que
llevaron a la cima a los alemanes durante la década de los ochenta, pero lejos
de darnos lo que tanto anhelábamos el quinteto optó por una composición de
nuevo cuño como “We Built This House”,
que aunque sonó potente y muy cañera no fue reconocida más que por sus más
acérrimos seguidores. Todos sabemos que uno de los puntos fuertes de los
alemanes han sido siempre las baladas, pero en esta ocasión ante un ambiente un
tanto frío el formato acústico que dieron a “Always Somewhere”, el novedoso
“Eye Of The Storm” o “Send Me An Angel”, acabaron por rematar el ritmo de un
show que alcanzado casi su ecuador todavía
no nos había ofrecido ningún momento verdaderamente memorable. La
encargada de cerrar este emotivo pasaje acústico sería la sibilina “Wind Of
Change” que, aunque fuera una balada, sí contó con el beneplácito de la audiencia, sirviendo nuestros
cánticos como sintonía para el enorme símbolo de la paz que se proyectó sobre
las pantallas.
La encargada de hacernos cambiar el paso para adentrarnos
en terrenos más roqueros y marchosos sería “Rock N´Roll Band”, que pese a ser
un tema reciente conserva la esencia de los viejos himnos de la banda, lo que
provocó que fuera muy bien acogida. El primer momento de verdadera comunión
entre banda y público llegaría, ¡por fin!, con “Dynamite” con la banda
entregándose al máximo mientras Klaus se aferraba a su pandereta siguiendo el
ritmo del tema. Justo después y tras la fugaz “In The Line Of Fire” llegaría el
particular show de James Kottak, quien aporreó su kit como un auténtico
descosido hasta que éste se elevó hacia las alturas, para desde allí saludar
majestuoso mientras era testigo de una privilegiada visión de todo el recinto.
El retorno de sus compañeros se produciría al atacar
la pieza que prestaba el nombre a su trabajo de 1990 “Crazy World”, para acto
seguido provocar la hilaridad de todos los presentes al hacer retumbar en
nuestras cabezas las sirenas que
servirían como introducción para el eléctrico arranque de “Blackout”, todo un
bombazo que, ahora si, parecía exaltar al máximo a la audiencia de cara al
tramo final del show. Por fin, parecía
que la maquinaria alemana había empezado a carburar con fuerza y la escogida
para seguir manteniendo semejante nivel
de intensidad sería “Big City Nights”, con un Klaus perfecto en su papel como
frontman, recorriendo el escenario mientras alargaba su micrófono para darnos
la entrada en cada uno de los estribillos. Pero fue precisamente en el momento
que más estaba disfrutando la gente cuando
los germanos decidieron que había llegado la hora de retirarse a los camerinos dejándonos con la
miel con los labios.
Para el retorno sobre las tablas se reservarían su balada más emblemática “Still Loving You”
y una portentosa versión del “Rock You Like A Hurricane”, que acompañada de un
monumental juego de luces y convenientemente aderezada con un buen catálogo de
posturas en plan “guitar-hero” de Rudolph y Matthias serviría como broche
definitivo a una actuación que nos dejó un tanto fríos y que no acabó de convencer a la gran mayoría de los
presentes. Y es que el ritmo que los alemanes imprimieron a su show no fue para
nada acertado, abusando de temas largos y composiciones de los setenta en el
arranque para después centrarse en un extenso set acústico. Personalmente
pienso que, después de tanto tiempo esperándoles y estando enmarcada su
actuación dentro de un festival habría
sido más apropiado un repertorio plagado de “hits” de la década de los ochenta.
En cualquier caso, tratándose de Scorpions nunca se sabe. Así que tal vez todavía tengamos ocasión de
resarcirnos en una próxima visita.
NIGHTWISH
A lo
largo de su carrera por las filas de Nightwish han desfilado algunas de las
mejores vocalistas del género, pero es precisamente ahora cuando la banda
parece haber encontrado en la figura de Floor Jansen a la front-woman perfecta
para su propuesta. Y es que la vocalista holandesa ha sabido adaptado a la
perfección a sus nuevos compañeros, y la mejor prueba ha sido la fantástica
acogida que ha recibido su nuevo trabajo “Endless From Most Beautifull”.
Tras
el monumental despliegue de medios que mostraron Scorpions en escena, los de
Kitee no quisieron quedarse atrás y apostaron por introducir en su espectáculo
diferentes elementos como el fuego, algunos efectos pirotécnicos y unas vistosas columnas de humo que ayudaron
a potenciar a su máxima expresión algunos momentos puntuales de su fantástico
show. Nunca han dejado indiferente a nadie, ya que Nightwish son de aquellas
bandas que las amas o los odios, y en esta ocasión me atrevería a decir que
acabaron convirtiendo a más de uno que antes de ver su descarga los tenia
condenados al ostracismo.
Con
mucha fuerza y una actitud muy convincentes los finlandeses saltaron sobre las
tablas dispuestos a defender con absoluta convicción los temas de su última entrega,
consiguiendo convencer a la numerosa audiencia que aguardaba impaciente su
llegada. De modo que las encargadas de abrir la caja de Pandora serían las
novedosas “Shudder Before The Beatiful”
y “Yours Is An Empty Hope”, con las que dejaban clara su apuesta decidida por
esta nueva etapa que acaban de iniciar con Floor al frente.
La
recepción que recibieron Nightwish fue absolutamente antológica, y es que había
muchas ganas de comprobar como la vocalista sería capaz de defender los
anteriores temas de la banda, y lo cierto es que pasó la revalidad con nota,
firmando unas excelentes interpretación de temas como “Amaranth”. Igualmente
motivados se mostraron Marco Hietala y
el teclista Tuomas Holopaienen que, tras su vistoso kit de teclados, dejó
repetidas muestras de su elegancia y valía. La vuelta sobre su ultima
producción estaría marcada por “My Walden”, que gozó de una fantástica acogida,
y “Weak Fantasy”.
De
su anterior entrega de 2011, el celebradísimo “Imaginaerum”, no quisieron
dejarse en el tintero el monumental “I
Want My Tears Back”, que se convertiría
en el preámbulo perfecto para esa pizca de clasicismo que significaría
“Stargazers”, la composición que abría su segundo trabajo “Oceanborn”.
Seguramente, pese a estas concesiones a su primera etapa, muchos fueron los que
echaron en alfa algún guiño más a sus primeros trabajos durante el tramo final
del show, pero lo cierto es que el último esfuerzo de los finlandeses estaría
dedicado para “Ghost Love Score” y la magnificente “Last Ride Of The Day”, que
acompañada de unas monumentales llamaradas pondría el punto y final a su
actuación. Un espectáculo deslumbrante, una banda absolutamente arrolladora y
un repertorio excesivamente centrado en el material de su última entrega
“Endless Froms Most Beatiful”, fueran las armas que esgrimieron los finlandeses
en esta nueva visita a tierras catalanas.
SAXON
Los encargados de tomar el
relevo y hacernos encarar la recta final de esta primera jornada serían Saxon.
Bastión inexpugnable del clasicismo metálico la formación capitaneada por el
carismático Byff Byford es de aquellas bandas que nunca defraudan y que además
visita con bastante asiduidad nuestros escenarios, algo que se notó en la
nutrida legión de seguidores que aguardaban su salida. Lejos del monumental
montaje que exhibieron Nightwish la formación británica centró su repertorio en
una imbatible colección de clásicos aderezada con algunos de los temas más
representativos de sus últimos lanzamientos.
Luciendo una larga
gabardina, de la que no se desprendió en todo el concierto, Byff demostró que
pese al paso del tiempo no ha perdido ni un ápice de voz ni de esa
característica flema británica que le han convertido en uno de los frontman más
reconocibles de la escena europea. El arranque del show estuvo marcado por la
contundencia de "Motorcycle Man", con el que el quinteto se asentaba
sobre las tablas antes el regocijo de todos sus seguidores para ofrecernos una
hora de disfrute absoluto. Tras recoger las primeras muestras de apoyo el show
proseguiría con un guiño a su más candente presente de manos de un
"Sacrifice" que sonó imperial y majestuoso, con Byff paseándose
victoria por la pasarela central que dividía el escenario.
Un detalle que
personalmente no me acabo de convencer fue que no hubiera iluminación frontal,
con lo que nos perdimos algunos detalles de la puesta en escena del vocalista.
Pero en cualquier caso esto no lastró en absoluto el directo de unos Saxon que
derrocharon profesionalidad y que disfrutaron de un fantástico sonido,
consiguiendo que la parroquia disfrutara al máximo con piezas indispensables en
su repertorio como la épica "Piwer And The Glory" o " Strong Arm
Of The Law", protagonizada por una base rítmica demoledora.
Y es que el directo de los
ingleses sería como apisonadora, sucediendose a lo largo de sus sesenta minutos
la brutal intensidad de "Heavy Metal Thunder", que en directo lució
completamente imparable con la gente acompañando su estribillo con los brazos
en alto, para posteriormente dejar paso a "And The Bands Played On",
que no hacia mas que prolongar el delirio de una audiencia que estaba
disfrutando al máximo.
Y es que en innumerables
ocasiones hemos podido presenciar la descarga de los británicos liderando su
propio show, pero es en situaciones como la de esta noche, en un gran estadio y
ante un número considerable de incondicionales, cuando la banda muestra el
potencial de un repertorio sin fisuras y concentrado al máximo. La recta final
antes de recoger el cariño del público y de regresar en el encoré llegaría de
manos de "747 (Strangers In The Night)", la mítica
"Crusader" y "Princess Of The Night", que sería le elegida
por el vocalista para ponernos a todos a cantar.
Para el retorno se
dejarían dos auténticas bombas de relojería como son los himnicos "Wheels
Of Steel" y "Denim And Leather", con el que ratifican una
actuación impecable. Saxon llevan muchos dando buena cuenta de sus clásicos,
pero lejos de recurrir una y otra vez a ellos, los británicos demuestran que su
vista esta puesta en el presente. Eso si, en ocasiones como la esta noche el
objetivo principal era complacer a la masa y Byff y sus muchachos optaron por
un viaje al clasicismo metalero, algo que acabó haciendo las delicias de todos
los presentes. Ya habrá tiempo de disfrutar de sus nuevos temas cuando regresen
presentando su nueva obra.
W.A.S.P
Tras la lección magistral
de actitud y heavy metal que nos ofrecieron Saxon era el turno de otra banda
legendaria como son los americanos WASP. Debo admitir que habiendo presenciado
su última aparición en la pasada edición del Leyendas no tenía muchas
expectativas en la descarga de Mr. Lawless y sus muchachos, y debo reconocer
que en esta ocasión si que me convencieron. Pese a que los mejores días de la
banda parecen haber quedado muy atrás, el cuarteto presentó un repertorio
plagado de composiciones de su época más laureada, centrandose en sus primeros
trabajos y dejando de lado toda su producción posteriori al álbum "The
Crimson Idol".
A las 2 de la mañana, los
americanos eran los encargados de cerrar esta primera jornada ante un buen
número de aficionados deseosos de corear hits como "On YourKness" o
" The Torture Never Stops", con los que el cuarteto sacaba las uñas
comanda dos por un Blackie que pese a tener algún quilito de mas se mostró
pletórico en cuanto a su nivel vocal. Me pareció curioso que el telón de fondo que
adornó el escenario hiciera referencia a los 32 años de la banda
"1982-2014". Pero dejando a un lado estos detalles lo cierto es que
su nuevo miembro el batería Patrick Johansson dejo una magnífica
impresión.
Pese a que la banda tiene
previsto publicar en breve su nuevo trabajo "Golgotha", no pudimos
degustar ninguna de sus nuevas composiciones, habrá que esperar al próximo mes
de septiembre a su próximo periplo europeo. Lo que si pudimos oír fue su
versión de los "The Real Me",que personalmente creo que podrían haber
cambiado por un tema propio, ya que en tan solo una de actuación creo que
podrían haber aprovechado para incluir algún tema propio más. El primer punto
álgido en la descarga de los americanos llegaría con el emblemático
"L.O.V.E. Machine", que hacia vibrar a una audiencia que coreó con
pasión su pegadizo estribillo.
No puede decirse que
Blackie se mostrará especialmente comunicativo, prefiriendo que los temas de su
banda hablarán por él, desempolvando artillería pesada como el melódico "Wild
Child". Como viene siendo habitual durante sus últimos tours los
americanos enlazaron algunas de sus composición en medleys, tal y como sucedió
con el primerizo "Sleeping (In The Fire)" y Forever Free.
Con el cuerpo
completamente agotado el último esfuerzo para la audiencia llegaría en los
coros del mítico "I Wanna Be Somebody", que el vocalista nos hizo
cantar durante varios minutos, demostrando que pese al paso de los años no ha
perdido sus dotes como showman. Igualmente atronador soñaría ese devastador
"Chainsaw Charlie (Murders In The New Morgue), fugaz recuerdo hacia su
plástico de 1992, que nos preparaba para la última acometida de la noche el
festivo "Blind In Texas", que sería la elegida para poner el punto y
final a su actuación y esta primera jornada de intensa actividad en directo.
La
trayectoria de W.A.S.P. Durante los últimos parece estar marcada por aquello de
" una de cal y otra de arena", afortunadamente en esta ocasión
tuvimos suerte y pudimos ver a una banda rayando a un muy buen nivel.
FOTOS:CARLOS OLIVER
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