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viernes, 31 de julio de 2015

ROCK FEST BCN-23-JUL-2015



Siempre es una excelente noticia la aparición de un nuevo festival dentro de nuestras fronteras, pero todavía lo es más la celebración de una segunda edición, ya que este hecho  consolida el arraigo y el prestigio que empieza a asumir una cita. Durante años la capital catalana no tuvo un festival de nivel dirigido a los seguidores del hard rock y el heavy metal. Afortunadamente parece que la tendencia está cambiando y, nuevamente, Santa Coloma fue la encargada de albergar esta nueva edición del Rock Fest Barcelona.

Evidentemente sigue habiendo muchas cosas que mejorar a todos los niveles, pero lo cierto es que con respecto al año anterior el festival ha experimentado un amplio crecimiento organizativo y notables mejoras en algunos puntos. Además en esta ocasión hubieron muchos más puestos de comida y bebida, con lo que las colas, salvo momentos puntuales, fueron bastante llevaderas. También pudimos observar la aparición de nuevos espacios a la sombra que resultaron ideales para protegerse del inclemente sol que nos azotó durante gran parte de las tres jornadas.

La principal diferencia en cuanto a la producción musical fue la inclusión de un segundo escenario, haciendo que la acción nunca se detuviera, ya que los conciertos se fueron alternando. En cuanto al sonido en líneas generales fue bastante bueno, aunque hubo alguna banda, especialmente Warcry y Ángeles Del Infierno, que tuvieron que lidiar con múltiples problemas. Pero, en cualquier caso, podría decirse que el sonido fue bastante bueno. En consecuencia el balance de esta segunda edición del Rock Fest Bcn fue muy positiva, dejando a una multitud satisfecha y con muchas ganas de que la cita se vuelva a repetir el próximo año.

ASPHYXION

Con mucho, muchísimo sol y mientras una larga cola en el exterior aguardaba pacientemente para conseguir las pulseras de acceso al recinto, los encargados de abrir el festival Asphyxion se posicionaban en escena para ofrecernos una buena ración de su corrosivo thrash metal “old school”. Pese a la juventud de algunos de sus miembros la formación capitaneada por el guitarrista y vocalista  Marc Butcher lleva en activo desde 2008. Con su ultimo Ep recién salido del horno la  descarga del cuarteto barcelonés se centró en presentar el material de “Onwards To Extinction”.



Bien arropados por una buena representación de conocidos y  amigos Asphyxion no parecieron para nada  intimidados por las grandes dimensiones del escenario, mostrándose  muy sueltos y dinámicos en escena, dando el pistoletazo de salida a su show con el desarrollo instrumental “Mayhemic Creation”.  Tras esta primera toma de contacto se desataría el vendaval con las poderosas andanadas contenidas en temas como “Victims Of Genocide”, dejando una buena muestra de su apuesta decidida por un thrash metal repleto de velocidad, violentos cambios de ritmo y unas líneas vocales agresivas y punzantes.

Aunque a primera hora de la tarde la gente estaba todavía algo parada, sin duda reservando fuerzas de cara a los tres días de música que teníamos por delante, los más lanzados no dudaron en dejarse arrastrar por los contagiosos coros de  “Infected Hate”, que sería el responsable de propiciar los primeros pogos de la jornada. Por si algún despistado no había acabado de cogerle el pulso a la descarga del combo catalán la siguiente en hacer acto de presencia sería la demencial “OxTxS (Old Thrashing School”), que a modo de declaración de intenciones nos sumergía en su catarata de riffs implacables sacados del libro de estilo de bandas clásicas como Slayer, Anthrax o los primeros Metallica.

Pese a ser los encargados de abrir el festival Asphyxion gozaron de un muy buen sonido permitiéndonos disfrutar al máximo de los devastares fraseos que nos propusieron Marc y Oskar mientras la base rítmica formada por Víctor y Marc se mostraba implacable en trallazos como “Warmaster”. En resumen, buena actuación de una banda joven que apunta muy buenas maneras.

ROSENDO

Como viene siendo habitual la presencia del mítico Rosendo había levando una considerable expectación entre la audiencia. De hecho fueron muchos los que adelantaron su hora de llegada al recinto para volver a corear junto a su creador algunas de las composiciones más emblemáticas dentro del rock nacional. Bajo un sol inclemente y acompañado de sus inseparables Rafa J. Vega al bajo y Mariano Montero a la batería el incombustible guitarrista de Carabanchel nos planteó un repertorio  muy variado, en el que se fueron alternando algunas de sus composiciones más recientes, los temas más representativos de su primera etapa y, como no, algún sabroso recuerdo hacia los añorados leño.

Con esa forma tan suya de presentar los temas, el guitarrista no tuvo ninguna clase de problema para meterse a la gente rápidamente en el bolsillo abriendo con el primerizo “… Y Dale!” y “Date Por Disimulao” que, aunque fue muy bien acogida por sus incondicionales, dejó un tanto indiferente a una audiencia que únicamente se dejaría oír con fuerza cuando el trío abordó “Locos Por Incordiar”. Como siempre Rosendo se mantuvo muy metido en su papel de poeta urbano, mientras Rafa no paraba de recorrerse el escenario solicitando el apoyo de las primeras filas.

Tras el subidón que supuso la llegada del segundo clásico de la tarde, la banda volvió a incidir en  su producción más reciente, presentándonos temas como “Amaina Tempestad” o “Muela la Muela”, con las que el trío se asentaba en su habitual velocidad de crucero,  para rápidamente hacer que la gente estallara de nuevo al reconocer los primeros compases de “Por Meter La Nariz”, que se acabaría convirtiendo en el único recuerdo que Rosendo tuvo hacía su tercer trabajo en solitario  “…A Las Lombrices”.

Tras haber probado a lo largo de los años  con diferentes alineaciones, hace ya mucho tiempo que Rosendo decidió volver a apostar por el formato trío, y la verdad es que ese empaque y esa complicidad es plenamente palpable sobre las tablas, con una banda sólida y perfectamente engrasada. El retorno sobre el material de su ultima entrega “Vergüenza Torera”, estaría marcada precisamente por la pieza que presta su nombre al plástico. Pero sin duda el primer momento álgido dentro del show llegaría con “El Tren”, poniendo a la gente a cantar antes de ser despedido por el guitarrista con un aplaudido  “Leño Pa Siempre”.

Tampoco faltaría a lo largo del show alguna alusión hacia su amado barrio de  Carabanchel, tal y como sucedería durante la presentación de “El Ganador”. Con la gente cada vez más animada llegaba el momento de encarar la recta final de la actuación, y para ello Rosendo sacaría a relucir su afilada lírica en temas como “Masculino Singular”, que se convertiría  en la avanzadilla de una importante retahíla de clásicos compuesta por viejas favoritas como “Flojos de Pantalón”, una coreadísima “Pan de Higo” y la inevitable “Agradecido”. El broche definitivo estaría protagonizado por la pieza que todos queríamos tararear una vez mas, “Maneras de Vivir”, que acabaría convirtiendo el recinto en una autentica fiesta. 

SABATON

Tras la doble representación nacional llegaba el turno de la división comandada por Joakim Brodén y Pär Sundström, los incombustibles  Sabaton. Los suecos era la primera de las formaciones que repetían participación tras su descarga en la edición del pasado año, y lo cierto es que el quinteto volvió a ratificar las buenas sensaciones dejadas. Mucho se han prodigado sobre nuestros los escenarios durante los últimos tiempos, así que las legiones que les siguen son cada vez más numerosas. Pero como suele suceder con muchas bandas, los suecos también tienen un gran numero de críticos que no acaban de comulgar con una propuesta que consideran simplista y falta de originalidad. En cualquier caso, ataviados con sus habituales indumentarias de combate,  el quinteto tomó al asalto el escenario tras la inevitable “The Final Countdown” de sus compatriotas Europe con una consigna muy clara; convencer y hacer disfrutar a un público deseoso de saltar con el puño en alto mientras entonaba esos estribillos repletos de épica y magnificencia.

Debo admitir que tras su ultima visita por salas pensaba que el quinteto optaría por un repertorio basado en sus temas más emblemáticos, pero la verdad es que Sabaton apostaron por conceder un gran protagonismo a su ultima entrega “Heroes”, de la que descargaron hasta un total de cinco composiciones. Precedidos por “The March Of War”, el arranque no pudo ser más explosivo con la gente haciendo palmas para la triunfal entrada de un acalorado Joakim con “Ghost Division”. Tan sólo un par de minutos necesitaron los suecos para tener a la audiencia completamente entregada. Así que tras darnos las gracias llegaba el momento de la primera muestra de “Heroes”, con “To Hell And Back”, que ponía a todo el mundo a saltar contagiado por la desbordante vitalidad del vocalista.

Aunque a esta hora de la tarde el calor seguía apretando duramente sobre el parque de Can Zam, los músicos no se amilanaron sobre las tablas, y lejos de desfallecer o ir bajando su nivel de intensidad,  nos ofrecieron un gran derroche físico. De hecho en varias ocasiones pudimos ver como Joakim se iba a una esquina del escenario para refrescarse y recobrar el aliento. Como era evidente no faltaron las alusiones del propio vocalista sobre las altas temperaturas y el asfixiante calor reinante. Pero dejando al lado todas estas consideraciones no creo que nadie pueda poner ningún tipo de pega a las prestaciones que ofreció el quinteto en piezas como “Carolus Rex” o “Swedish Pagans”, que fue una de las elegidas para hacernos cantar mientras un sonriente Pär nos hacia gestos para que acompañáramos con palmas.

Tras la deserción masiva que sufrieron hace unos años parece que ahora la banda funciona como un engranaje perfecto, consiguiendo que las composiciones de su ultimo plástico “Heroes”, sigan conservando la frescura y la pegada que ya tenían sus primeras obras. Un claro ejemplo de la absoluta confianza que tiene el quinteto en su material más reciente fue el tramo central del show, basado en piezas como “No Bullets Fly”, una cachonda versión del “Resist And Bite”, que sirvió para que Joakim nos mostrara sus inquietudes como guitarrista,  o “Far From The Fame” que, lejos de propiciar que el ambiente se enfriara, sirvieron para ratificar el gran estado de forma por el que atraviesan los suecos.

Quizás la única pega que se puede poner al concierto fue el sonido, ya que todos los que hemos podido presenciar las descargas del quinteto en salas sabemos del potencial que pueden llegar a alcanzar. De todas formas, esto ni fue ningún hándicap a la hora de rubricar una recta final verdaderamente imparable con la ferviente entrega de unas primeras filas que apoyaron al máximo temas como “Night Witches”, un celebradísimo “Primo Victoria” y la inevitable “Metal Crüe”. Sabaton volvieron a desfilar triunfantes por el Rock Fest. Tras el show algún comentario de descontento por un reportorio muy centrado en su ultimo plástico,  y algunas quejas con respecto a la exclusión del repertorio de temas como “40: 1” o “Attero Dominatus”. 

DREAM THEATER

El primer peso-pesado dentro de esta segunda edición del Rock Fest Bcn serían los reyes de metal progresivo Dream Theater. Acostumbrados a sus mastodónticos shows, el de esta tarde se nos presentaba como la ocasión idónea para paladear intensamente 60 exiguos minutos de elegancia, maestría y contundencia. Con un amplio seguimiento en nuestro país los americanos consiguieron reunir a una buena cantidad de incondicionales a pesar de no presentar ningún nuevo trabajo. Más bien al contrario su show se nos presentaba como una mirada retrospectiva a sus primeros treinta años de historia.

Acompañados de las proyecciones que ya pudimos ver en su ultimo tour, en las que se alternaban motivos de cada uno de sus trabajos la banda se posicionaba en escena para hacer las delicias de sus incondicionales con el primerizo “Afterlife”. El último en pisar las tablas sería su vocalista, James LaBrie, quien durante todo el show se mostró en un buen estado de forma, consiguiendo alcanzar las tonalidades de todas y cada una de las canciones. Tras habernos sorprendido con la elección del tema de arranque la segunda en hacer acto de presencia sería “Metropolis Pt.1: The Miracle And The Sleeper”, una de las piezas que les posiciono dentro de la escena internacional como los nuevos héroes del metal progresivo.

Como siempre la labor instrumental de la tripleta compuesta por Petrucci, Myung y el teclista Jordan Rudess fue absolutamente perfecta, dejando que fuera el batería Mike Mangini el encargado de armar los cimientos de piezas como el celebradísimo “Burning My Soul”, con el que conseguían estrechar el circulo de unión  con todos sus incondicionales. Tampoco faltarían a lo largo de su descarga momentos más relajados y repletos de elegancia y buen gusto como la sentimental “The Spirit Carries On”. Pero sin duda los momentos más netamente metaleros llegarían cuando la banda descargo la artillería pesada contenida en piezas emblemáticas como “As I Am”, que conseguía que las primeras filas se convirtieran en un mar de puños apuntando hacia el escenario.

Aunque como viene siendo habitual en ellos la banda no se mostró excesivamente activa sobre las tablas, especialmente John Myung, sería el propio bajista en dar a sus dedos la agilidad adecuada para dibujar las líneas que nos adentrarían en ese derroche de técnica y calidad que es “Panic Attack”, mostrándonos que los americanos no han perdido ni un ápice de su gusto por las estructuras complejas y las filigranas. Convenciendo sin ningún tipo de paliativos, los americanos encararon la recta final de su actuación recurriendo a la intensidad  arrolladora de “Bridges In The Sky”, para acabar poniendo el broche definitivo con una pincelada de su material más reciente “Behind The Veil”. Tres décadas avalan la trayectoria de una banda que parece que no va a dejar de crecer durante los próximos años, sin duda Dream Theater llevan camino, si no lo son ya, de convertirse en un nombre de referencia dentro del metal del S. XXI.

STATUS QUO

Más de medio siglo lleva la formación británica paseando su rock n´roll por los escenarios de medio mundo. Singles millonarios, multitud de discos de oro y diamante…, la trayectoria de la banda capitaneada por Francis Rossi y Rick Parfitt es sin duda una de las más exitosas y longevas dentro del mundo del rock n´roll. Personalmente debo reconocer que nunca he sido un gran fan de los británicos, pero al igual que la gran mayoría del publico asistente tenia muchísima curiosidad por ver como se lo montaban en directo, y más cuando sin apenas quererlo uno conoce gran parte de su repertorio, ya sea por haber escuchado sus canciones en la radio, la tele e incluso en algún anuncio publicitario.

Ante tales perspectivas estaba claro que el éxito estaba asegurado en la descarga de los británicos, pero además hay que destacar que la banda se mostró en un estado de forma absolutamente insultante, rayando a un excelente nivel y sabiendo en todo momento conectar con una audiencia que parecía predispuesta a tararear muchos de sus himnos y pasarlo en grande. No se anduvieron por las ramas y lo que nos presentaron fue una aplastante colección de hits que nos hicieron bailar y mover las caderas al son de temazos como la inicial “Caroline” o su particular  versión del clásico de Tom Jones “Something ´Bout You Bany I Like”.

Otro detalle muy a destacar fue que pese a su veteranía los británicos optaron por imprimir un altísimo ritmo a su show, empalmando muchas de sus composiciones o, directamente, fusionándolos en medleys que les permitieron hacer un repaso más exhaustivo a su amplio catalogo de éxitos, de modo que no faltaron a su cita temas como “What You´re Proposing”, “Down The Dutpipe” , “Railroad” o el contagioso “Again And Again”.

Pero sin ninguna clase de dudas los que más acabaron cautivando al público serían piezas como “In The Army Now”, coreada por todos los que estaban siguiendo la descarga con autentica devoción, o alardes roqueros como “Down Down” o el inevitable “Whatever Tou Want”, que ponía el recinto literalmente patas arriba con infinidad de vasos alzándose para brindar a la salud de los ilustres roqueros londinenses.

SCORPIONS

Sin ningún tipo de dudas el plato fuerte de este primer día  eran Scorpions, y más cuando su interminable gira de despedida, que arrancó en Marzo de 2010, no había hecho ninguna escala en tierras catalanas. Los alemanes se habían hecho esperar,  y ahora con un nuevo disco bajo el brazo “Return To Forever” y con la excusa de conmemorar su cincuenta aniversario parecía el momento propicio para saldar su deuda con el público catalán. Como era previsible la audiencia respondió a la llamada, haciendo que los de Hannover fueron de largo la banda que más gente reunió durante esta primera jornada, congregando a un público de lo más heterogéneo en el que se mezclaban jóvenes veinteañeros, -curiosos por ver a una banda mítica-, veteranos metaleros, - ansiosos por el reencuentro con sus héroes de juventud-, e incluso algunas familias al completo dispuestas a disfrutar de un gran espectáculo.
 
La expectación y la sensación de ansiedad se acrecentaron cuando un enorme telón con la portada de “Return To Forever” protegió el escenario de las miradas indiscretas de los que prefirieron seguir de lejos la descarga de Status Quo para asegurarse un lugar privilegiado junto al escenario. Haciendo gala de una puntualidad británica el enorme telón caía dejando ante nuestros ojos un escenario a dos niveles. Una parte inferior dividida por una enorme pasarela central que se adentraba hacia el público, y el nivel superior desde el que lucia  majestuoso el kit del batería americano James Kottak. Tal y como mandan los cánones la encargada de abrir fuego sería la composición que inaugura su último trabajo “Going Out With A Band”, provocando la lógica explosión de júbilo de un público predispuesto a cantar cada una de sus canciones.

Tras el primer aguijonazo llegaba el momento de volar a los ochenta de la mano de “Make It Real”.  Y con ella llegaba la primera sorpresa de la boche, la bandera española que se proyectó como fondo a las imágenes de los músicos durante todo el tema, algo que provocó bastantes pitidos y más de una queja de desacuerdo. También hubo bastante gente que se lo tomó a  cachondeo, ya que muchos fueron los que exculparon a la banda entendiendo que ellos no teníam que ser conocedores de las diferentes opciones políticas de los presentes. En cualquier caso, no habría estado de más que ante la actual situación socio-política alguien hubiera sugerido a la banda no colocar ninguna clase de bandera, al fin y al cabo los presentes estábamos allí para disfrutar de lo que nos une, la música; dejando a un lado cualquier tipo de ideología. Pese al revuelo que se levantó, -que por mi parte no elevaría más allá de la categoría de anécdota-, el show prosiguió con plena normalidad con una alargada versión “The Zoo”, acompañada con palmas en el inicio y que nos dejaría con la primera ración de esos característicos gestos  de Rudolf y Matthias moviendo sus guitarras al unísono.

Habiéndonos obsequiado con una doble ración del material contenido en “Animal Magnetism”, el siguiente asalto estaría protagonizado por “Coast To Coast”, durante la que ambos hachas se repartieron el protagonismo copando la pasarela central de forma sucesiva. Pese a la excelente ejecución y a  las vistosas proyecciones que acompañaron al tema, lo cierto es que la pieza instrumental extraída de “Lovedrive”,  no acabó de calar entre la gente y ralentizó notablemente  el ritmo inicial del show. Tampoco les ayudaría a levantar el ánimo de la parroquia el viaje que nos propusieron a la década de los setenta, embarcándose en un extenso medley que nos dejaría pinceladas de “Top Of The Bill”, “Steamrock Fever” , “Speedy´s Coming” y “Catch Your Train”, acompañadas todas ellas  de sugerentes proyecciones psicodélicas.

Estaba claro, viendo la reacción del respetable, que la mayoría de los presentes estaban deseando entonar alguna de las piezas que llevaron a la cima a los alemanes durante la década de los ochenta, pero lejos de darnos lo que tanto anhelábamos el quinteto optó por una composición de nuevo cuño como  “We Built This House”, que aunque sonó potente y muy cañera no fue reconocida más que por sus más acérrimos seguidores. Todos sabemos que uno de los puntos fuertes de los alemanes han sido siempre las baladas, pero en esta ocasión ante un ambiente un tanto frío el formato acústico que dieron a “Always Somewhere”, el novedoso “Eye Of The Storm” o “Send Me An Angel”, acabaron por rematar el ritmo de un show que alcanzado casi su ecuador todavía  no nos había ofrecido ningún momento verdaderamente memorable. La encargada de cerrar este emotivo pasaje acústico sería la sibilina “Wind Of Change” que, aunque fuera una balada, sí contó con el beneplácito  de la audiencia, sirviendo nuestros cánticos  como sintonía para el  enorme símbolo de la paz que se proyectó sobre las pantallas.

La encargada de hacernos cambiar el paso para adentrarnos en terrenos más roqueros y marchosos sería “Rock N´Roll Band”, que pese a ser un tema reciente conserva la esencia de los viejos himnos de la banda, lo que provocó que fuera muy bien acogida. El primer momento de verdadera comunión entre banda y público llegaría, ¡por fin!, con “Dynamite” con la banda entregándose al máximo mientras Klaus se aferraba a su pandereta siguiendo el ritmo del tema. Justo después y tras la fugaz “In The Line Of Fire” llegaría el particular show de James Kottak, quien aporreó su kit como un auténtico descosido hasta que éste se elevó hacia las alturas, para desde allí saludar majestuoso mientras era testigo de una privilegiada visión de todo el recinto.

El retorno de sus compañeros se produciría al atacar la pieza que prestaba el nombre a su trabajo de 1990 “Crazy World”, para acto seguido provocar la hilaridad de todos los presentes al hacer retumbar en nuestras cabezas  las sirenas que servirían como introducción para el eléctrico arranque de “Blackout”, todo un bombazo que, ahora si, parecía exaltar al máximo a la audiencia de cara al tramo final del show.  Por fin, parecía que la maquinaria alemana había empezado a carburar con fuerza y la escogida para seguir manteniendo semejante  nivel de intensidad sería “Big City Nights”, con un Klaus perfecto en su papel como frontman, recorriendo el escenario mientras alargaba su micrófono para darnos la entrada en cada uno de los estribillos. Pero fue precisamente en el momento que más estaba disfrutando la gente cuando  los germanos decidieron que había llegado la hora de  retirarse a los camerinos dejándonos con la miel con los labios.

Para el retorno sobre las tablas se reservarían  su balada más emblemática “Still Loving You” y una portentosa versión del “Rock You Like A Hurricane”, que acompañada de un monumental juego de luces y convenientemente aderezada con un buen catálogo de posturas en plan “guitar-hero” de Rudolph y Matthias serviría como broche definitivo a una actuación que nos dejó un tanto fríos y que no  acabó de convencer a la gran mayoría de los presentes. Y es que el ritmo que los alemanes imprimieron a su show no fue para nada acertado, abusando de temas largos y composiciones de los setenta en el arranque para después centrarse en un extenso set acústico. Personalmente pienso que, después de tanto tiempo esperándoles y estando enmarcada su actuación dentro de un festival  habría sido más apropiado un repertorio plagado de “hits” de la década de los ochenta. En cualquier caso, tratándose de Scorpions nunca se sabe. Así que  tal vez todavía tengamos ocasión de resarcirnos en una próxima visita. 

NIGHTWISH

A lo largo de su carrera por las filas de Nightwish han desfilado algunas de las mejores vocalistas del género, pero es precisamente ahora cuando la banda parece haber encontrado en la figura de Floor Jansen a la front-woman perfecta para su propuesta. Y es que la vocalista holandesa ha sabido adaptado a la perfección a sus nuevos compañeros, y la mejor prueba ha sido la fantástica acogida que ha recibido su nuevo trabajo “Endless From Most Beautifull”.

Tras el monumental despliegue de medios que mostraron Scorpions en escena, los de Kitee no quisieron quedarse atrás y apostaron por introducir en su espectáculo diferentes elementos como el fuego, algunos efectos pirotécnicos  y unas vistosas columnas de humo que ayudaron a potenciar a su máxima expresión algunos momentos puntuales de su fantástico show. Nunca han dejado indiferente a nadie, ya que Nightwish son de aquellas bandas que las amas o los odios, y en esta ocasión me atrevería a decir que acabaron convirtiendo a más de uno que antes de ver su descarga los tenia condenados al ostracismo.

Con mucha fuerza y una actitud muy convincentes los finlandeses saltaron sobre las tablas dispuestos a defender con absoluta convicción los temas de su última entrega, consiguiendo convencer a la numerosa audiencia que aguardaba impaciente su llegada. De modo que las encargadas de abrir la caja de Pandora serían las novedosas  “Shudder Before The Beatiful” y “Yours Is An Empty Hope”, con las que dejaban clara su apuesta decidida por esta nueva etapa que acaban de iniciar con Floor al frente.

La recepción que recibieron Nightwish fue absolutamente antológica, y es que había muchas ganas de comprobar como la vocalista sería capaz de defender los anteriores temas de la banda, y lo cierto es que pasó la revalidad con nota, firmando unas excelentes interpretación de temas como “Amaranth”. Igualmente motivados se mostraron Marco Hietala  y el teclista Tuomas Holopaienen que, tras su vistoso kit de teclados, dejó repetidas muestras de su elegancia y valía. La vuelta sobre su ultima producción estaría marcada por “My Walden”, que gozó de una fantástica acogida, y “Weak Fantasy”.

De su anterior entrega de 2011, el celebradísimo “Imaginaerum”, no quisieron dejarse en el tintero el  monumental “I Want My Tears Back”, que se  convertiría en el preámbulo perfecto para esa pizca de clasicismo que significaría “Stargazers”, la composición que abría su segundo trabajo “Oceanborn”. Seguramente, pese a estas concesiones a su primera etapa, muchos fueron los que echaron en alfa algún guiño más a sus primeros trabajos durante el tramo final del show, pero lo cierto es que el último esfuerzo de los finlandeses estaría dedicado para “Ghost Love Score” y la magnificente “Last Ride Of The Day”, que acompañada de unas monumentales llamaradas pondría el punto y final a su actuación. Un espectáculo deslumbrante, una banda absolutamente arrolladora y un repertorio excesivamente centrado en el material de su última entrega “Endless Froms Most Beatiful”, fueran las armas que esgrimieron los finlandeses en esta nueva visita a tierras catalanas.

SAXON

Los encargados de tomar el relevo y hacernos encarar la recta final de esta primera jornada serían Saxon. Bastión inexpugnable del clasicismo metálico la formación capitaneada por el carismático Byff Byford es de aquellas bandas que nunca defraudan y que además visita con bastante asiduidad nuestros escenarios, algo que se notó en la nutrida legión de seguidores que aguardaban su salida. Lejos del monumental montaje que exhibieron Nightwish la formación británica centró su repertorio en una imbatible colección de clásicos aderezada con algunos de los temas más representativos de sus últimos lanzamientos.

Luciendo una larga gabardina, de la que no se desprendió en todo el concierto, Byff demostró que pese al paso del tiempo no ha perdido ni un ápice de voz ni de esa característica flema británica que le han convertido en uno de los frontman más reconocibles de la escena europea. El arranque del show estuvo marcado por la contundencia de "Motorcycle Man", con el que el quinteto se asentaba sobre las tablas antes el regocijo de todos sus seguidores para ofrecernos una hora de disfrute absoluto. Tras recoger las primeras muestras de apoyo el show proseguiría con un guiño a su más candente presente de manos de un "Sacrifice" que sonó imperial y majestuoso, con Byff paseándose victoria por la pasarela central que dividía el escenario.

Un detalle que personalmente no me acabo de convencer fue que no hubiera iluminación frontal, con lo que nos perdimos algunos detalles de la puesta en escena del vocalista. Pero en cualquier caso esto no lastró en absoluto el directo de unos Saxon que derrocharon profesionalidad y que disfrutaron de un fantástico sonido, consiguiendo que la parroquia disfrutara al máximo con piezas indispensables en su repertorio como la épica "Piwer And The Glory" o " Strong Arm Of The Law", protagonizada por una base rítmica demoledora.

Y es que el directo de los ingleses sería como apisonadora, sucediendose a lo largo de sus sesenta minutos la brutal intensidad de "Heavy Metal Thunder", que en directo lució completamente imparable con la gente acompañando su estribillo con los brazos en alto, para posteriormente dejar paso a "And The Bands Played On", que no hacia mas que prolongar el delirio de una audiencia que estaba disfrutando al máximo.

Y es que en innumerables ocasiones hemos podido presenciar la descarga de los británicos liderando su propio show, pero es en situaciones como la de esta noche, en un gran estadio y ante un número considerable de incondicionales, cuando la banda muestra el potencial de un repertorio sin fisuras y concentrado al máximo. La recta final antes de recoger el cariño del público y de regresar en el encoré llegaría de manos de "747 (Strangers In The Night)", la mítica "Crusader" y "Princess Of The Night", que sería le elegida por el vocalista para ponernos a todos a cantar.

Para el retorno se dejarían dos auténticas bombas de relojería como son los himnicos "Wheels Of Steel" y "Denim And Leather", con el que ratifican una actuación impecable. Saxon llevan muchos dando buena cuenta de sus clásicos, pero lejos de recurrir una y otra vez a ellos, los británicos demuestran que su vista esta puesta en el presente. Eso si, en ocasiones como la esta noche el objetivo principal era complacer a la masa y Byff y sus muchachos optaron por un viaje al clasicismo metalero, algo que acabó haciendo las delicias de todos los presentes. Ya habrá tiempo de disfrutar de sus nuevos temas cuando regresen presentando su nueva obra.

W.A.S.P

Tras la lección magistral de actitud y heavy metal que nos ofrecieron Saxon era el turno de otra banda legendaria como son los americanos WASP. Debo admitir que habiendo presenciado su última aparición en la pasada edición del Leyendas no tenía muchas expectativas en la descarga de Mr. Lawless y sus muchachos, y debo reconocer que en esta ocasión si que me convencieron. Pese a que los mejores días de la banda parecen haber quedado muy atrás, el cuarteto presentó un repertorio plagado de composiciones de su época más laureada, centrandose en sus primeros trabajos y dejando de lado toda su producción posteriori al álbum "The Crimson Idol".

A las 2 de la mañana, los americanos eran los encargados de cerrar esta primera jornada ante un buen número de aficionados deseosos de corear hits como "On YourKness" o " The Torture Never Stops", con los que el cuarteto sacaba las uñas comanda dos por un Blackie que pese a tener algún quilito de mas se mostró pletórico en cuanto a su nivel vocal. Me pareció curioso que el telón de fondo que adornó el escenario hiciera referencia a los 32 años de la banda "1982-2014". Pero dejando a un lado estos detalles lo cierto es que su nuevo miembro el batería Patrick Johansson dejo una magnífica impresión. 

Pese a que la banda tiene previsto publicar en breve su nuevo trabajo "Golgotha", no pudimos degustar ninguna de sus nuevas composiciones, habrá que esperar al próximo mes de septiembre a su próximo periplo europeo. Lo que si pudimos oír fue su versión de los "The Real Me",que personalmente creo que podrían haber cambiado por un tema propio, ya que en tan solo una de actuación creo que podrían haber aprovechado para incluir algún tema propio más. El primer punto álgido en la descarga de los americanos llegaría con el emblemático "L.O.V.E. Machine", que hacia vibrar a una audiencia que coreó con pasión su pegadizo estribillo.

No puede decirse que Blackie se mostrará especialmente comunicativo, prefiriendo que los temas de su banda hablarán por él, desempolvando artillería pesada como el melódico "Wild Child". Como viene siendo habitual durante sus últimos tours los americanos enlazaron algunas de sus composición en medleys, tal y como sucedió con el primerizo "Sleeping (In The Fire)" y Forever Free.

Con el cuerpo completamente agotado el último esfuerzo para la audiencia llegaría en los coros del mítico "I Wanna Be Somebody", que el vocalista nos hizo cantar durante varios minutos, demostrando que pese al paso de los años no ha perdido sus dotes como showman. Igualmente atronador soñaría ese devastador "Chainsaw Charlie (Murders In The New Morgue), fugaz recuerdo hacia su plástico de 1992, que nos preparaba para la última acometida de la noche el festivo "Blind In Texas", que sería la elegida para poner el punto y final a su actuación y esta primera jornada de intensa actividad en directo.

La trayectoria de W.A.S.P. Durante los últimos parece estar marcada por aquello de " una de cal y otra de arena", afortunadamente en esta ocasión tuvimos suerte y pudimos ver a una banda rayando a un muy buen nivel. 



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER


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