Al
igual que sucediera durante los días anteriores para inaugurar
esta tercera y última jornada del Rock Fest contaríamos con una de
nuestras bandas más conocidas, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras,
Angelus Apatrida. Los manchegos llevan años ostentando el distintivo de ser
nuestra formación más internacional, y visto el potencial que desplegaron
durante su actuación dudo mucho que nadie pueda discutirles ese estatus durante
los próximos años
Primera
hora de la tarde y un buen puñado de fervientes incondicionales ya se
arremolinaban alrededor del escenario, dando al recinto un ambiente del que no
disfrutaron algunas bandas internacionales que tocarían más tarde. Acompañados de la música de “Back To The
Future”, la lección magistral de los thrashers manchegos arrancaba con una
buena muestra de su último trabajo “Inmortal”, poniendo de manifiesto que su
nuevo material ha calado hondo entre sus seguidores. Con Guillermo muy
simpático y comunicativo, la maquinaria de los albaceteños continuaría
acelerando el paso al son de “Violent Dawn”, mientras el personal continuaba
haciendo un alarde de fuerzas y entusiasmo que pasaría factura a más de uno con
el paso de las horas.
Como
si de una reunión entre amigos se tratara Guillermo nos preguntaría que nos
estaba pareciendo el festival y que tal llevábamos la resaca, para
posteriormente someternos a la más melódica y crujiente “End Mand”. El
contraste entre melodía y brutalidad thrashera resultaría más que evidente
cuando la banda se embarcó en uno de sus primeros trallazos “Vomitive”,
provocando la hilaridad de un publico cada vez más animado y salvaje.
A
diferencia de lo que sucediera con otras bandas, los manchegos disfrutaron de
un sonido perfecto. Con lo que si que no contaron los manchegos fue con
imágenes en las pantallas, ya que durante prácticamente la totalidad de su
tiempo la única imagen que pudimos ver fue la portada de su último trabajo
“Hidden Evolution”. El primer recuerdo hacia su trabajo de 2010 “Clockwork”,
llegaría de manos de “Of Men And Tyrants” con un rotundo duelo entre las
guitarras de Guillermo y Davish. Había poco tiempo y muchas ganas de diversión,
así que tras un fugaz brindis Guillermo anunciaría su particular homenaje a su
rubia favorita “Flesh Pleassure”.
Evidentemente
durante la descarga del combo albaceteños fueron constantes los pogos y los
“circle-pits”, convirtiendo la parte central del escenario en un auténtico
campo de batalla. Lejos de amainar, el nivel de intensidad siguió en aumento al
volver a echar la vista atrás para recuperar la pieza que prestaba nombre a su
segundo trabajo “Giv´Em War”, que fue la elegida por Guillermo para formar el
primer “wall of death” del día. Tras unos segundo de impás, que resultaron
ideales para recuperar el aliento y refrescar la garganta, llegaba el momento
de volver sobre “Hidden Evolution”, siendo la elegida “First World Of Terror”,
que nos dejaría la estampa de todos los presentes levantando el puño a la hora
de acompañar sus potentes coros.
Una
de los máximos atractivos de la descarga del cuarteto fue un repertorio muy
representativo de su carrera, incluyendo temas de todos sus trabajos menos del
primerizo “Evil Unleashed”. Encarando la recta final de su actuación llegarían
el imponente “Blast Off”, que cada vez suena más corrosivo y amenazante, y un vertiginoso “Serpents On Parade”, que nos
volaba la cabeza invitándonos a una alocada sesión de headbanging.
Como
no podía ser de otra forma para rematar la actuación la banda se guardó un par
de ases en la manga. El inevitable “You Are Next”, que tiene visos, -sino lo es
ya-, de convertirse en uno de esos temas bandera, y un devastador “Legally
Brainwashed”, tras el cual Guillermo, David, Víctor y José se marcharon dejando
a una audiencia completamente satisfecha.
BATTLE BEAST
Battle Beast eran una de las bandas que
bajo ningún concepto quería perderme. En poco menos de una década el combo de
Helsinki ha pasado de ser una promesa a convertirse en toda una realidad dentro
de la escena europea, ratificando su buen momento con la edición de su tercer trabajo
"Unholy Savior". Comandados por la vocalista Noora Louhimo, que lució
un extravagante y colorista look, los finlandeses nos ofrecieron una actuación
intachable, logrando conectar con la gente desde el arranque y consiguiendo que
muchos de los que todavía no les conocían acabarán rendidos a su pies.
Derrochando fuerza y dinamismo la banda
arrancaba su descarga por todo lo alto al son de "Far Far Away", con
un sonido todavía algo confuso, pero con una garra y una entrega brutales. Y es
que su propuesta, a medio camino entre el clasicismo heavy metalero y el
potente hard rock resultó idónea para combatir el intenso calor de primera hora
de la tarde. Si ya de por si sus composiciones son potentes y pegadizas, lo
cierto es que en directo y con una fantástica "front-woman" al frente
la cosa gana muchos enteros. Así que temas de su último trabajo como "I
Want The World... And Everything In It", sonaron verdaderamente matadores,
con la gente muy metida en el show
siguiendo las indicaciones de Noora a la hora de acompañar con palmas o corear
sus fantásticos estribillos.
Además del derroche físico que nos ofreció
la vocalista, sus compañeros no se quedaron atrás, e incluso su teclista Janne
Björkroth salió a escena empuñando un Keytar.
Tras los habituales saludos y agradecimientos llegaba el momento de dar un
pequeño repaso a su anterior trabajo homónimo, del que nos ofrecieron "Out
On The Streets", "Let It Roar" y los aires marciales contenidos
en su fantástico "Black Ninja", que acabaría convirtiéndose en una de las más
coreadas de su show.
Más atrás en el tiempo nos llevaría la
primeriza "Iron Hand", primer guiño que se permitieron a su
prometedor debut "Steel", que grabaron con la vocalista Nitte Valo.
Pero obviamente la banda se mostró muy
centrada en dar a conocer las composiciones de su nuevo trabajo, así que
durante el show pudimos disfrutar intensamente de "Sea Of Dreams" o
del despliegue épico contenido en la hímnica "Unholy Savior", que
volvía a poner a todo el mundo a botar.
Y es que el buen rollo fue una constante
durante el show de los finlandeses, de hecho pudimos ver como entre sus
miembros los guiños y las bromas eran constantes, ratificando que los músicos
estaban disfrutando al máximo del show, pese algún contratiempo puntual con el
sonido. El momento de ponernos a bailar llegaría con "Touch In The
Night", con la que se alejaban un poco de su línea más tradicional.
El segundo y último recuerdo a sus inicios
llegaría de la mano de "Enter The Metal World", para dejar que fuera
"Out Of Control" la encargada de cerrar el show. Tienen unas buenas
melodías, unos estribillos brutales y una “front-woman” que canta y se mueve como
un animal salvaje en escena. Sin duda Battle Beast están en una clara línea
ascendente. Esperemos que pronto los volvamos a tener por aquí liderando su
propio show, porque a tenor de lo visto la cosa promete, y mucho.
REFUGE
Durante años el nombre de Peavy Wagner ha estado ligado
al de su banda Rage, siendo el único miembro que ha permanecido siempre en sus
diferentes encarnaciones. Pero hubo un tiempo en el que la mítica formación
alemana disfrutó de un line-up consolidado y estable, con el que se grabaron algunos de sus álbumes
más aclamados. Esta alineación, que se mantuvo durante el periodo 1988-1994, se
completaba con el batería Christos Efthimiadis y el guitarrista Manni Schmidt.
Para rememorar este triunfal periodo de la carrera de la
mítica formación germana el incombustible Peavy ha vuelto a reunir a sus viejos
compañeros para descargar las canciones de esa etapa bajo la denominación de
Refuge. Mucha expectación había suscitado entre los más veteranos la actuación
del trío alemán, y lo cierto es que cumplieron con nota, ofreciéndonos un show
intenso y poderoso, dejando clara la plena vigencia de algunos de sus himnos.
Con las sirenas dándonos el aviso de que llegaba el
momento de viajar al pasado arrancaba el show con "Firestorm",
dejando ante nuestros ojos a una banda con mucha vitalidad y entusiasmo,
dispuesta a hacernos disfrutar al máximo durante sus sesenta minutos de show.
Como si no hubieran pasado los años el trío mostró en todo momento una coordinación
perfecta haciendo que piezas como "Solitary Man", sonarán
verdaderamente demenciales.
Tras exponernos un sonriente Peavy los motivos que han
propiciado este tour estival de Refuge y presentarnos a sus compañeros, el
recorrido por su material de los noventa continuaba con el implacable
"Nevermore", para acto seguido realizar su primera incursión en
"Perfect Man", de manos de "Death In The Afternoon", que
nos dejaría el primer alarde solista de un sobresaliente Manni.
Bajo un sol de justicia la colección de clásicos que nos
ofrecieron los germanos fue absolutamente implacable, haciendo que muchos de
los presentes se entregarán al "headbanging" para acompañar piezas
como "Enough is Enough" , "Invisible Horizons", en la que
Peavy demostró encontrarse en un fantástico estado de forma, y "The Light
Into The Darkness", con la que completaban la dupla rescata de su
"Secrets In A Weird World".
Aunque todos los temas descargados tenían más de dos
décadas de vida, lo cierto es que piezas como "The Missing Link" o "
Baby, I' m Your Nightmare", sonaron frescas y poderosas, tocadas con la
garra y la energía propia de una banda que acaba de grabarlas y quiere darlas a
conocer a sus fans. Antes de la despedida definitiva todavía tendríamos tiempo
de corear todos juntos el mítico himno "Don't Fear The Winter",
celebrado intensamente por los mas devotos, o la final " Refuge", que
presta su nombre a esta nueva andadura. Impresionante Peavy, Manni y Christos
nos ofrecieron una hora de deliciosa nostalgia, ratificando la plena vigencia
de sus composiciones y dejándonos con la impresión de que este reencuentro como Refuge puede tener continuidad en el futuro.
PRIMAL FEAR
Parece
mentira pero hace casi ya dos décadas desde que el vocalista Ralf scheepers y
el bajista Mat Sinner decidieran poner la primera piedra de lo sería Primal
Fear. A lo largo de los años la formación de Esslingen ha seguido una clara
línea ascendente facturando muy buenos trabajos y unas presentaciones
verdaderamente arrolladoras, lo que les ha acabado convirtiendo en un nombre de
referencia dentro del heavy metal de corte clásico. Con su décima obra de
estudio bajo el brazo “Delivering The Black”, un trabajo que ya fue presentado
en nuestro país hace unos meses, el quinteto arribaba al escenario del Rock
Fest, acompañado de un calor infernal, para dejar claro que todavía tienen
muchas cosas que decir y que, por si alguien lo dudaba, están en un magnifico
estado de forma, especialmente su hercúleo vocalista Ralf Scheepers quien se
mostró absolutamente intratable.
Los
alemanes han venido visitando de forma asidua nuestros escenarios, y eso se
notó en la gran cantidad de seguidores que aguardaban impacientes el arranque
de su show. Pese a que los alemanes no contaron con el concurso de las
pantallas de video, lo cierto es que el quinteto facturó una descarga compacta
y muy completa, asentando los cimientos de su rotunda actuación desde los
primeros compases gracias a la pegada que exhibieron en temas como la inicial
“Final Embrace”, que nos presentaba a una banda muy motivada y dispuesta a
ofrecer lo mejor de su repertorio durante los siguiente sesenta minutos. Los
alemanes no tuvieron ninguna clase de problema a la hora de conectar con una
audiencia que les apoyó en todo momento y que quiso ser protagonista del show,
apoyándoles a la hora de encarar los estribillos de piezas como “Alive & On
Fire” o el rotundo “Nuclear Fire”, que se convertiría en uno de los momentos
más destacado de los primeros compases del show.
Con
un repertorio equilibrado, en el que convivieron piezas de todas sus épocas,
algunos de los cortes que mejor acogida tuvieron entre sus seguidores fueron la
intensa y despiadada “Unbreakable (Part 2), de su anterior trabajo publicado en
2012, o un celebradísimo “Seven Seals”, que conseguía que los presentes alzaran
sus brazos al aire para acompañar su estribillo. Y es que a medida que la banda
se iba adentrando en las composiciones de sus primeros trabajos, la respuesta
de su seguidores era más rotunda y efusiva, tal y como sucedió cuando abordaron
la pieza que abría su tercer trabajo “Nuclear Fire”, “Angel In Black”, que nos
dejaría a un Ralf absolutamente imponente ofreciéndonos una magnifica colección
de agudos.
Entre
tanto contundencia y actitud 100% metalera también tendríamos tiempo de
deleitarnos con esos poderosos up-tempos marca de la casa, repletos de
intensidad y dramatismo, con el quinteto rescatando para la ocasión “When Death
Comes Knocking”, de su última entrega . Pero evidentemente el personal quería
velocidad y ese característico aroma a lo ´Priest que siempre les ha acompañado
a lo largo de los años. Así que la mejor recompensa para sus incondicionales
llegaría con el primerizo “Chainbreaker”, que fue seguido y coreado con
autentica devoción.
El
siguiente en hacer acto de presencia seria el ritmo rotundo y casi marcial del
suculento “Running In The Dark”, que fue el elegido para aunar las gargantas de
todos los presentes con Mat y Ralf ejerciendo como maestros de ceremonias ante
una audiencia completamente entregada. Para encarar la recta final los germanos
optaron nuevamente por temas con profundidad y pegada como “Metal Is Forever”,
con Ralf nuevamente mostrándose absolutamente pletórico, y “Delivering The Black”. Mientras que la
encargada de rubricar su fantástica presentación sería otra pieza de su debut
homónimo de 1998, “Battalions Of Hate”.
LGP
A finales de la década de los ochenta y principios de los
noventa se vivió en Cataluña el auge de los denominados “Quatre Grans Del Rock Catala". De
aquellas formaciones la única que tuvo una cierta repercusión entre los
seguidores del hard rock y el heavy metal fueron los gerundenses Sangtraït, y
más desde que su bajista Quim Mandado pasara a sumir las labores de vocalista
en sustitución de Marc González, que posteriormente formaría parte de Aspid.
Tras poner el punto y final a una carrera plagada de
éxitos con un concierto a finales de 2001, Mandado y el batería Víctor
Rodríguez decidieron unir fuerzas con el guitarrista Joan Cardoner para formar LGP. Con este formato de trío los
gerundenses se presentaban en Can Zam dispuestos a ofrecernos un ejercicio de
nostalgia, volviendo a interpretar algunos de los grandes himnos de la mítica
formación catalana. Mucha expectación había despertado la actuación de LGP
"recordant Sangtraït", ya que muchos de los que no pudieron ver a la
banda en su momento podrían sacarse esa espinita,… o eso pensaban.
Y es que aunque la actuación de LGP fue divertida y muy animada,
lo cierto es que se echó en falta una segunda guitarra en muchos de los temas,
y creo que no habría estado mal invitar a unirse a la descarga a Lupe Villar o
Josep María Corominas. Pero sobre todo se notó la ausencia del carismático Papa
Juls, un personaje entrañable que además de tocar la armónica se encargaba de
ejercer de animador durante los conciertos de la banda. Evidentemente teniendo
en cuenta el cartel del festival y el público asistente su repertorio estuvo
centrado en su material más contundente, dando buena cuenta de temas
indispensables en su discografía como "Fortafora D' Animes" o
"El Guerrer", ambas contenidas en aquel magnífico "L' Últim
Segell".
De su siguientes trabajo "Contes i Lleguendes",
que la banda público en 1993 y que incluía un emotivo homenaje al vocalista de
Queen, Freddie Mercury, no faltaron el acelerado y motero single "Alè De
Mil Cent", ni el épico "Les Creus Vermelles", que hicieron rugir
intensamente a un público más que emocionado. No faltarían durante su show
algunas reivindicaciones políticas, con la presencia sobre el escenario de una
bandera estelada y cantos de independencia por parte del público, ni tampoco
alguno de los temas que el trío ha grabado bajo su actual denominación como
"Lliures Com l' Alè Del Vent" o la final "Lligat Amb
Cadenes", que no estaba prevista en el show pero que acabó sonando gracias
a la entrega y la persistencia del respetable.
También tendrían tiempo de remontarse a la primera época
de Sangtraït para obsequiarnos con "Els Senyors De Les Pedres", que
fue de una las más coreadas, y la emotiva "El Vol de L' Home Ocell". En
resumen, un buen show que sirvió como merecido homenaje y reconocimiento a una
banda de referencia para todos los seguidores del hard & heavy cantado en
catalán.
KROKUS
Invitados
de ultima hora a esta segunda edición del Rock Fest Bcn, los suizos se sumaron
al cartel para cubrir la baja del ex vocalista de Skid Row, Sebastian Bach, y a
tenor de la descarga que nos ofrecieron, creo que su inclusión fue un total
acierto. Con un gran bagaje a sus espaldas la formación suiza es un claro
ejemplo de cómo practicar un hard rock marchoso, directo y vibrante, -al más
puro estilo de Ac Dc-, para conectar con la audiencia y convertir cualquier
recinto en una auténtica celebración roquera.
Liderados
por el peculiar vocalista Marc Sorace y con una alineación de tres guitarristas
los suizos supieron amenizar a la perfección los calores de media tarde,
ofreciéndonos un show cargado de electricidad, melodía y unos estribillos
verdaderamente matadores. Además de bucear en su propio material Krokus también
nos ofrecieron algunos covers como “American Woman”, durante los primeros
compases del show, o “Quinn The Eskimo” del mítico Bob Dylan, que sería la
encargada de despedir su actuación.
De
su propia producción no faltarían piezas como la inicial “Long Strick Goes
Boom” o “Hellraiser”, que conseguían que muchos que en un principio habían
decidido prescindir de su actuación se acabaran aproximando al escenario
atraídos por ese feeling hardroquero y esos guitarrazos sacados del libro de
estilo de los hermanos Young.
Y es
que la veterana formación suiza tiene un amplio catálogo de clásicos a sus espaldas,
de modo que no faltarían a su cita composiciones como ”Eat The Rich”, “Heatstrokes”, que sirvió para justificar la
presencia de tres “Hachas” en escena, o una acelerada versión de “Easy Rocker”,
que personalmente fue una de las que más me gustó de su actuación.
El
inconfundible sonido del motor de un helicóptero nos conduciría sobre “Fire”,
que sería la elegida para encarar una recta final protagonizada por esos coros
efectivos y salvajes de “Headhunter”, que nos dejarían la imagen de gran parte del
recinto cantando sus estribillo, para acabar despidiendo con la ya citada
versión del maestro Dylan “Quinn The Eskimo”. En resumen, la formación sueca
llegó a ultima hora al cartel de esta segunda edición del Rock Fest Bcn, y lo
cierto es que acabaron facturando una de las descargas más marchosas y
entretenidas de todo el festival.
WARCRY
Los encargados de reivindicar el metal nacional entre
bandas legendarias como Krokus y Loudness fueron los asturianos Warcry. Con un
fantástico disco bajo el brazo como es "Inmortal" y avalados por sus
espectaculares directos todos esperábamos un concierto plagado de fuego, humo y
explosiones, tal y como sucediera en sus presentaciones del pasado año. Pero lo
cierto es que, tocando todavía con luz solar, Víctor García y sus muchachos
optaron por una puesta en escena bastante más sobria, utilizando únicamente la
enorme pantalla trasera para acompañar con proyecciones la mayoría de los
temas.
Otro aspecto a destacar fueron los continuos problemas de
sonido que padeció el quinteto, algo que a la postre acabaría lastrando su
actuación y desquiciando a un Víctor García que, aunque lo intentó, no pudo
ofrecernos su mejor versión. De hecho pudimos observar en varias ocasiones como
el vocalista hacia ostentosos gestos quejándose del sonido. Aparcando este
tema, el vocalista se mostró muy comunicativo y sonriente, dirigiéndose al
público en diferentes idiomas a lo largo de toda su presentación.
Al igual que ya sucediera en su última gira un video en
el que se proyectaban diferentes imágenes intercaladas con los rostros de los
miembros de la banda serviría como introducción para el despliegue melódico que
nos ofrecerían en "Quiero Oírte", consiguiendo enganchar
inmediatamente a su cada vez más numerosa legión de incondicionales.
Tras saludar a todos los allí reunidos, la banda se
embarcaba en un viaje a través de toda su discografía, proponiéndonos dos
escalas en su trabajo de 2005 "¿Dónde Está La Luz", descargando de
forma consecutiva "Nuevo Mundo", acompañada de un fantástico juego de
imágenes, y "Contra El Viento", que fue acompañada con palmas por una
audiencia que coreó cada una de sus estrofas, mientras Víctor continuaba
batallando con el deficiente sonido de su micrófono.
"Aire", sería la encargada de proseguir con el
show mostrando un mejor sonido, para acto seguido adentrarnos en el material contenido
en "Alfa", del que rescataron un imponente "Alma De
Conquistador" y el incisivo "Cobarde", que acompañado de la
proyección de titulares de prensa que denunciaban la violencia de género se
acabaría convirtiendo en uno de los puntos álgidos del show.
Pese a ser el centro de todas las miradas Víctor supo
conceder a sus compañeros las cuotas de protagonismo que sin duda se merecen,
especialmente al guitarrista Pablo García y al teclista Pablo Novoa que dejaron
su impronta personal a lo largo de temas como "Devorando El Corazón".
Para la recta final del show los asturianos se reservaron sus piezas más emblemáticas,
ofreciéndonos un coreadísimo "Capitán Lawrence" y el despliegue de
contundencia y épica que encierra "El Guardián de Troya".
Tras poner a las primeras filas a cantar llegaría el
momento de reivindicarnos con ese primerizo himno que es "Tu Mismo".
Mientras que la elegida para cerrar definitivamente sería "Hoy Gano
Yo". Ninguna pega se puede poner a la entrega y la actitud que mostraron
los asturianos sobre las tablas, especialmente Víctor, quien pese a no
encontrarse cómodo durante gran parte del show no perdió la sonrisa y no dejó
de animar a un público que se volcó con ellos en todo momento.
LOUDNESS
Mucha,
muchísima expectación había levantado la presencia en el cartel de los míticos
Loudness. Y es que la formación nipona tiene el honor de ser considerada una de
las bandas pioneras dentro del imperio del sol naciente. Creados a principios
de la década de los ochenta los de Osaka nunca habían pisado nuestros
escenarios, de modo que había mucha curiosidad por ver como se lo montarían en
directo el guitarrista Akira Takasaki y sus secuaces.
Lo
primero que destacaría de la actuación de los nipones fue el impresionante
sonido que nos ofrecieron, sin duda el más potente e “hiriente” de todo el
festival, gracias a un sonido totalmente abrumador. Recibidos con el fervor de
un nombre mítico dentro de la escena Loudness nos ofrecieron una clase
magistral de heavy metal, dejando buena muestra de su valía al abordar temas
como “Crazy Night” o los pegadizos estribillos
“ Like Hell”, que demostraron el enorme tirón que siguen conservando los
nipones entre sus incondicionales.
Aunque
durante sus primeros años la banda fue considerada como algo exótico, debido a
su procedencia, lo cierto es que poco a poco supieron ganarse un lugar dentro
de la escena internacional, consiguiendo captar la atención de los seguidores
del hard rock y el heavy metal. Pese a
su veteranía los músicos se mostraron muy agiles en escena, es especial su
vocalista Minoru Niihara quien, ataviado con gorra, gafas de sol y un chaleco
repleto de parches de la propia banda, no paro de animar al personal en temas
como “Heavy Chains”.
Marcha,
mucha marcha y rock n´roll vibrante y descontrolado fue lo que nos ofrecieron
los nipones durante sesenta intensos minutos, que resultaron totalmente
insuficientes para repasar una carrera tan longeva y extensa como la suya. En
cualquier caso, pudimos degustas la absoluta exquisitez de temas como “We Could
Be Together”, “Let It Go” o “Crazy Doctor”.
Con
la gente cada vez más animada y metida en el show de los nipones llegaba el
momento de “In The Mirror”, que se acabaría convirtiendo en la avanzadilla
perfecta para un tramo final protagonizado por la inmediatez de “The Sun Will
Rise Again”, la demencial “Esper”, que espoleó al máximo a la audiencia gracias
a esas guitarras salvajes y viscerales, y la brutal “S.D.I.”. Se han hecho de
rogar para debutar en los escenarios de nuestros país, pero ahora que ya se han
estrenado esperemos que no tarden mucho en regresar por estos lares para
presentar su propio espectáculo.
ACCEPT
Nombre
imprescindible del heavy metal europeo los alemanes Accept continúan en pleno
siglo XXI con su imparable carrera. Muchos pensaban que la salida del mítico
vocalista Udo Dirkschneider sería un obstáculo imposible de salvar, pero lo
cierto es que Peter Baltes y Wolf Hoffmann acertaron con la elección de su
sustituto Mar Tornillo, logrando no sólo que la banda no se resintiera con el
cambio sino que actualmente los formación germana parece estar viviendo una
segunda juventud.
Poco
importa que durante los últimos meses la mítica formación haya tenido cambios
en su alineación, contando ahora con los servicios del batería Christopher
Williams y el guitarrista Uwe Lulis, ya que el paso de los teutones parece
firme e imparable. Como siempre Accept contaron con el apoyo incondicional de
sus seguidores que llevaron a la banda en volandas durante todo el show. Además
el quinteto presentó un puesta en escena verdaderamente convincente, así que a
lo largo de su show pudimos ver unas inmensas columnas de humo, algunos efectos
visuales y, sobre todo, de un sonido nítido y poderoso que nos permitió
disfrutar al máximo de un repertorio muy variado y equilibrado.
Pese
a su enorme legado los alemanes en ningún momento plantearon un repertorio
plagado de clásicos, y dieron bastante salida al material de su ultima etapa.
De hecho el arranque del show estuvo marcado por piezas como “Stampede” o
“Stalingrad”, que nos servían para ratificar el enorme calado que han tenido
sus ultimas obras entre sus seguidores.
Como
una maquinaria perfecta de hacer heavy metal, la banda se mostró absolutamente imparable,
aunque en esta ocasión vimos a un Mark Tornillo algo más flojo vocalmente,
teniendo que exprimirse al máximo a la hora de sacar adelante algunas de las
viejas favoritas de la gente. Pese a ello, sus prestaciones estuvieron a la
altura a la hora de abordar himnos de la década de los ochenta como “London
Leatherboys” o el clásico “Restless And Wild”, que servía para revolucionar al
máximo a la audiencia, convirtiéndose en
el primer punto álgido de su espectacular descarga.
Tras
recabar una estruendosa ovación el retorno sobre el material de la etapa
Tornillo llegaría de manos de la demoledora “Final Journey”, para rápidamente
volver a colmarnos con otra reliquia de su pasado más glorioso “Princess Of The
Dawn”, que fue la elegida para corroborar la perfecta sintonía y comunión entre
banda y publico. Espectacular la imagen de esa multitud coreando
ensordecedoramente su inmortal melodía.
Y es
que el repertorio que nos ofreció el acorazado alemán fue una sucesión de
clásicos y temas actuales, de modo que pieas como “Pandemic”, se convertirían
en la antesala perfecta para trallazos descomunales como “Fast As A Shark”,
todo un himno para una generación de metaleros que sonó absolutamente
devastador. Por si alguien tenía alguna duda de las preferencias de los
miembros del combo alemán su declaración de intenciones llegaría acompañada de
un coreadísimo “Metal Heart”.
La
última incursión en su material más reciente llegaría de manos de esa suculenta
y despiadada “Teutonic Terror”, nuevamente acompañada de unas monumentales
columnas de humo. Mientras que la encargada de poner el broche definitivo a su
actuación sería la inevitable “Balls To The Wall”. Intratables, los alemanes
volvieron a demostrar el porque son una de las bandas con más tirón en nuestro
país.
JUDAS PRIEST
No lo iban a tener nada fácil los de Birmingham tras la
poderosa descarga de Accept. Mucho se había hablado de la gira de despedida que
realizaron Judas Priest en 2011-2012, pero tres años después los “defensores de
la fe metálica” regresaban a tierras catalanas como cabezas de cartel de esta
segunda edición del Rock Fest para presentar su último trabajo "Redeemer
Of Souls". Como siempre todos los comentarios previos giraban en torno al
estado vocal del mítico Rob Halford. Pues bien, hay que decir que en esta
ocasión el incombustible Metal God estuvo a un excelente nivel, e incluso me
aventuraría a decir que firmó su mejor actuación en tierras catalanas de los
últimos años. Evidentemente, algunos de los temas sonaron algo más
ralentizados, permitiendo así que el
vocalista fuera más relajado y pudiera dar el "do pecho" en momentos
puntuales del show.
En cuanto al resto de la banda cabe remarcar que
estuvieron a un altísimo nivel, como suele ser habitual en ellos. Destacaría
especialmente la figura de Richie Faulkner quien se ha convertido en un pilar
básico en los directos, ya que durante todo el show no para de correr, animar e
interactuar constantemente con el público. Más estático que en anteriores
ocasiones se mostró Glenn Tipton, que sigue siendo ese líder en la sombra,
atento a todos los detalles y siempre dispuesto a firmar una perfecta ejecución de los temas. En cuanto
a la base rítmica, Ian Hill sigue siendo ese martillo pilón, siempre preciso y
resguardado en la segunda línea zarandeando
impetuosamente su bajo, y el grandullón Scott Travis que, oculto tras su
imponente kit, volvió a dejarnos una buena muestra de su monumental pegada.
Para el montaje escénico la banda decidió apostar por diferentes proyecciones a través de las
pantallas, ofreciéndonos un magnífico espectáculo. Aunque personalmente debo
admitir que eché en falta el fuego, las columnas de humo y algún efecto
pirotécnico, algo que en los shows de las grandes bandas siempre es de
agradecer, ya que ayuda a dar colorido y anima al personal. Si hablamos del repertorio nada se puede
objetar, ya que además de algunas de sus nuevas composiciones los británicos
nos prepararon un set repleto de viejas favoritas, en el que brillaron con
especial intensidad clásicos como "Victim Of Changes", "Breakin
The Law" o un descomunal "Painkiller", que algunos ni se
esperaban. También habría espacio para alguna sorpresa como
"Jawbreaker" o "Devil's Child", recuperadas para este nuevo
periplo, y alguna baja significativa como todo el material de la etapa
"post-Painkiller”,- salvó los cortes de "Redeemer Of Souls"-, y
su versión del "Diamond & Rust" de Joan Báez.
Con la noche ya completamente cerrada sobre el recinto de
Can Zam y mientras un enorme telón
cubría el escenario, las luces se apagaban para que a través del P.A. empezara
a atronar “Battle Cry”, que a modo
de introducción acabaría dejando paso a
la novedosa “Dragonaut”. El último en aparecer en escena fue Rob Halford
blandiendo un bastón y vistiendo una de las múltiples chaquetas que lució a lo
largo de todo el show. Y es que el vocalista exhibió en escena hasta 7 modelos
diferentes, alternando largos guardapolvos negros y plateados, diferentes
chupas de cuero y varias tejanas con parches de la banda en la espaldera. Con
un sonido nítido y poderoso la descarga proseguiría con la primera concesión a
su material clásico “Metal Gods”, con el público coreando ensordecedoramente su
estribillo mientras Halford nos ofrecía esos característicos movimientos
robóticos.
Tras proclamar la mítica frase: “The Priest Is Back”, la
acción no se detendría y con las cuerdas vocales rindiendo a un buen nivel Mr.
Halford atacaría “Devil´s Child”, en la que pudimos observar como el vocalista
hacia uso del reverb. Pero la primera prueba de fuego en cuanto al estado de
forma del veterano vocalista llegaría con “Victim Of Changes”, que se saldó de
forma más que satisfactoria dejando a una audiencia totalmente estupefacta ante
las prestaciones que estaba ofreciendo Halford. Con Tipton y Faulkner uniendo
fuerzas en el centro del escenario llegaba el momento de degustar una nueva
porción de “Redeemer Of Souls”, de manos de “Halls Of Valhalla”, perfectamente
ambientada por las proyecciones en las pantallas, y que nos serviría para
recuperar mínimamente el aliento después de un inicio de show verdaderamente
apoteósico.
Las intensas tonalidades azules se apoderarían del
escenario para ambientar “Turbo Lover”, que nos dejaría la estampa de un
Halford majestuoso, paseando entre sus compañeros luciendo un llamativo guardapolvos
de color plateado, mientras en las pantallas se proyectaba la imagen de un
mecanismo mecánico que no paraba de girar siguiendo el ritmo que Scott Travis
imprimía a su batería. Pese a ser los cabezas de cartel y unos de los
patriarcas indiscutibles del género, los británicos tuvieron unas palabras de
recuerdo hacia el resto de bandas que habían desfilado por el escenario durante
las tres jornadas de festival antes de ofrecernos el tercer y último bocado de
su nuevo trabajo, proponiéndonos la
pieza que le presta su nombre “Redeemer Of Souls”. Acompañados de la
apocalíptica visión de un mapamundi en llamas Tipton y Faulkner nos
introducirán en el lento desarrollo de “Beyond The Realms Of Death”, con el que
el quinteto daba el pistoletazo de salida a una segunda mitad de show compuesta
única y exclusivamente de temas clásicos.
Completamente intratables, Judas Priest se mostraron en
todo su esplendor al atacar esas composiciones que todos hemos tarareado en
infinidad de ocasiones, pero que es directo cuando adquieren su verdadera
dimensión, y más aún cuando se desata la euforia tal y como sucedió cuando el
vocalista anunció piezas como “Jawbreaker”, con la que conseguían poner el
recinto literalmente patas arriba. Tras recibir una calurosísima ovación, Halfrod
se aproximaría al filo del escenario para presentar “Breaking The Law”, que se
convertiría en la excusa perfecta para prolongar un estado de euforia que ya se
mantendría durante el resto del show. El golpe de gracia definitivo llegaría
con “Hell Bent For Leather”, con Halford luciendo una gorra mientras el logo de
la banda aparecía en las pantallas insertado dentro de una bandera británica.
El primer retorno de los músicos sobre las tablas estaría
precedido de la intro “The Hellion”, que inevitablemente nos conduciría sobre
“Electric Eye”, un tándem clásico dentro de cualquier concierto de la banda. El
momento de protagonismo para Richie Faulkner llegaría durante el solo que el
rubio guitarrista se marcó a lo largo de “You´ve Got Another Thing Comin´”, que
se convirtió en la enésima excusa para ponernos a todos a cantar antes de que
la banda volviera a perderse entre bambalinas.
Chupas de Cuero, tachas, guitarras asesinas, hasta este
momento los británicos estaban cumpliendo con el guión preestablecido.
Únicamente faltaba un elemento que se ha convertido en indispensable en todos
sus directos. Y fiel a su cita Halfrod salió a lomos de una motocicleta para
interpretar una devastadora versión de “Painkiller”, con toda la banda
ofreciendo su faceta más cruda y visceral mientras el vocalista se dejaba la
piel para rubricar una actuación verdaderamente brillante. El fin de fiesta
definitivo llegaría con el inevitable “Living After Midnight”, con Halford
ofreciendo sus reverencias al respetable antes de la entrada de cada uno de los
estribillos. Al final caras de satisfacción entre la parroquia de los
británicos y la sensación de que todavía tendremos la oportunidad de verles de
nuevo por aquí. “The Priest Will Be Back”.
Por cierto, me pareció muy de agradecer
el detalle que tuvo Glen Tipton bajando al foso para repartir sus púas entre
los integrantes de la primera fila.
Como
era previsible tras la descarga de Judas Priest muchos fueron los que
decidieron dar por concluida esta tercera jornada del festival. Así que
mientras muchos encaminaban sus pasos hacia sus respectivos lugares de
descanso, para los más valientes todavía habría espacio para deleitarnos con
una de las bandas que mas curiosidad había por ver de esta segunda edición del
Rock Fest Bcn, los americanos Riot V.
Tras
la muerte del guitarrista Mark Reale sus compañeros decidieron seguir adelante
con su actividad defendiendo el legado de su banda Riot, pero para que no
hubiera ninguna clase de mal entendido decidieron agregar a su denominación la
“V”, en referencia al quinto cantante oficial que ha tenido la banda, Todd
Michael Hall, que es quien ahora lidera a sus compañeros. Precisamente seria
Todd el que más destaco en una actuación verdaderamente intachable, con una
banda rayando a un excelente nivel junto a un vocalista que se mostró en un
excelente estado de forma, afrontando con total convicción los agudos contenidos
en temas clásicos como “Thundersteel”, que, ante la sorpresa generalizada,
sería la encargada de marcar el arranque de su actuación.
Contundencia,
velocidad y mucha melodía es lo que nos ofrecieron Riot a lo largo de su
sublime descarga, rescatando para la ocasión trallazos del calibre de “Fire
Down Under” o “Flight Of The Warrior”, con las que nos ofrecían una rotunda
muestra de power metal de corte americana. Muy comunicativo y extrovertido Todd
se mostró en todo momento como un frontman afable y cercano, sabiéndose ganar
la complicidad de la audiencia a lo largo de temas como épicos como “Metal
Warrior”, o “Sign Of The Crimson Storm”.
Inevitablemente,
no faltarían a su cita algunas de las piezas más emblemáticas de su primera
época, como por ejemplo “Road Racin´”, que cerraba su segundo trabajo “Narita”
de 1979, que sonó con una frescura y una espontaneidad verdaderamente
envidiable, ni el portentoso “Outlaw”, rescatado de su primer trabajo de la
década de los ochenta “Fire Under Down”.
Pero
serían los temas más rápidos y vibrantes como “Angel Eyes” los que mejor
funcionaron entre una audiencia deseosa de esos poderosas embestidas a ritmo de doble bombo y coronadas por la
agudísima voz de un imponente Todd. El punto emotivo lo pondría “Take Me Back”.
Mientras que las elegidas para volver a hacer subir el nivel de intensidad
serían “Swords And Tequila” y la mítica “Warrior”, para la que contaron con
Akira Takasaki y Masayoshi Yamashita de
Loudness.
VENOM
Sobreponiéndose al cansancio acumulado después de tres
largos e intensos días de música ininterrumpida muchos fueron los que
decidieron alargar esta última jornada para presenciar el directo de una banda
legendaria que, desafortunadamente, no se ha prodigado mucho en nuestro país,
los británicos Venom. Referentes absolutos para todos los seguidores de la
música extrema, la banda comandada por el incombustible y carismático Cronos
llegaba a Can Zam dispuesta a destrozar a la audiencia proponiéndonos un show
explosivo en el que se alternarían los clásicos de sus primeras obras y algunas
de las composiciones de su último trabajo "From The Very Depths".
Junto al veterano bajista y vocalista formarían el
guitarrista La Rage y el batería Danté que, con su espectacular forma de tocar
la batería, se convirtió en el que más minutos estuvo en las pantallas que
flanqueaban el escenario. Como si de un macabro ritual se tratase y con el
escenario presidido por varios pentagramas nuestro descenso a los infiernos se
iniciaba con "Rise", imprimiendo al show una velocidad y un dinamismo
que se mantendría durante todo el concierto. Quizás las composiciones de los
británicos no sean ningún derroche de virtudes técnicas, pero lo cierto es que
trallazos incontestables como el mítico "Die Hard", consiguieron resucitar
a más de uno que a esas alturas del festival estaba ya prácticamente rendido.
Impasible y ataviado con sus característicos ropajes
escénicos Cronos se mostró en un buen estado de forma, aunque quizás se mantuvo
excesivamente estático, al igual que su compañero La Rage. Además del inicial
"Rise", de su último plástico no faltarían piezas como el speedico
"Long Haired Punks" o el humeante "Grinding Teeth", que
pese a no tener el poso de algunas de sus composiciones clásicas si que dejaron
una buena impresión entre los presentes.
Y es que durante la descarga de los británicos no hubo
tregua, de modo que el viejo Cronos comando a su legión de incondicionales a
través de acometidas salvajes como
"Buried Alive", "Wellcome To Hell" o un apoteósico
"One Thousand Days In Sodom", que lograba que los presentes alzarán
los brazos para corear su implacable estribillo. El momento de aunar todos
nuestras voces llegaría con "Countess Bathory", para acto seguido
dejar paso a la explosión épica contenida en la iracunda "Warhead".
Como no podía ser de otra forma los bises estarían
reservados para la legendaria "Black Metal", con Cronos haciendo
alusión a las diferentes ramas de la familia metalera, y la vertiginosa
"Witching Hour", tras la que abandonaban el escenario acompañados de
una cerrada ovación y dejando en el aire la amenaza de un inminente regreso.
Haciendo balence de esta segunda edicion del Rock Fest Bcn el balance no puede ser más positivo. Exito total de publico y tres días repletos de espectaculo, diversión y heavy metal con un puñado de excelentes bandas rayando a un fantastico nivel. La única pega que los dichosos problemas de sonido acabaron lastrando alguna de las actuaciones, siendo Warcry y Ángeles Del Infierno los principales damnificados. En cualquier caso, esperemos que el año que viene se repita la cita, yo, por mi parte, ya lo estoy deseando.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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