domingo, 2 de agosto de 2015

ROCK FEST BCN-25-JUL-2015



ANGELUS APATRIDA

Al igual que sucediera durante los días anteriores  para inaugurar  esta tercera y última jornada del Rock Fest contaríamos con una de nuestras bandas más conocidas, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras, Angelus Apatrida. Los manchegos llevan años ostentando el distintivo de ser nuestra formación más internacional, y visto el potencial que desplegaron durante su actuación dudo mucho que nadie pueda discutirles ese estatus durante los próximos años

Primera hora de la tarde y un buen puñado de fervientes incondicionales ya se arremolinaban alrededor del escenario, dando al recinto un ambiente del que no disfrutaron algunas bandas internacionales que tocarían más tarde.  Acompañados de la música de “Back To The Future”, la lección magistral de los thrashers manchegos arrancaba con una buena muestra de su último trabajo “Inmortal”, poniendo de manifiesto que su nuevo material ha calado hondo entre sus seguidores. Con Guillermo muy simpático y comunicativo, la maquinaria de los albaceteños continuaría acelerando el paso al son de “Violent Dawn”, mientras el personal continuaba haciendo un alarde de fuerzas y entusiasmo que pasaría factura a más de uno con el paso de las horas.

Como si de una reunión entre amigos se tratara Guillermo nos preguntaría que nos estaba pareciendo el festival y que tal llevábamos la resaca, para posteriormente someternos a la más melódica y crujiente “End Mand”. El contraste entre melodía y brutalidad thrashera resultaría más que evidente cuando la banda se embarcó en uno de sus primeros trallazos “Vomitive”, provocando la hilaridad de un publico cada vez más animado y salvaje.

A diferencia de lo que sucediera con otras bandas, los manchegos disfrutaron de un sonido perfecto. Con lo que si que no contaron los manchegos fue con imágenes en las pantallas, ya que durante prácticamente la totalidad de su tiempo la única imagen que pudimos ver fue la portada de su último trabajo “Hidden Evolution”. El primer recuerdo hacia su trabajo de 2010 “Clockwork”, llegaría de manos de “Of Men And Tyrants” con un rotundo duelo entre las guitarras de Guillermo y Davish. Había poco tiempo y muchas ganas de diversión, así que tras un fugaz brindis Guillermo anunciaría su particular homenaje a su rubia favorita “Flesh Pleassure”.

Evidentemente durante la descarga del combo albaceteños fueron constantes los pogos y los “circle-pits”, convirtiendo la parte central del escenario en un auténtico campo de batalla. Lejos de amainar, el nivel de intensidad siguió en aumento al volver a echar la vista atrás para recuperar la pieza que prestaba nombre a su segundo trabajo “Giv´Em War”, que fue la elegida por Guillermo para formar el primer “wall of death” del día. Tras unos segundo de impás, que resultaron ideales para recuperar el aliento y refrescar la garganta, llegaba el momento de volver sobre “Hidden Evolution”, siendo la elegida “First World Of Terror”, que nos dejaría la estampa de todos los presentes levantando el puño a la hora de acompañar sus potentes coros.

Una de los máximos atractivos de la descarga del cuarteto fue un repertorio muy representativo de su carrera, incluyendo temas de todos sus trabajos menos del primerizo “Evil Unleashed”. Encarando la recta final de su actuación llegarían el imponente “Blast Off”, que cada vez suena más corrosivo y amenazante, y  un vertiginoso “Serpents On Parade”, que nos volaba la cabeza invitándonos a una alocada sesión de headbanging.

Como no podía ser de otra forma para rematar la actuación la banda se guardó un par de ases en la manga. El inevitable “You Are Next”, que tiene visos, -sino lo es ya-, de convertirse en uno de esos temas bandera, y un devastador “Legally Brainwashed”, tras el cual Guillermo, David, Víctor y José se marcharon dejando a una audiencia completamente satisfecha.

BATTLE BEAST

Battle Beast eran una de las bandas que bajo ningún concepto quería perderme. En poco menos de una década el combo de Helsinki ha pasado de ser una promesa a convertirse en toda una realidad dentro de la escena europea, ratificando su buen momento  con la edición de su tercer trabajo "Unholy Savior". Comandados por la vocalista Noora Louhimo, que lució un extravagante y colorista look, los finlandeses nos ofrecieron una actuación intachable, logrando conectar con la gente desde el arranque y consiguiendo que muchos de los que todavía no les conocían acabarán rendidos a su pies.

Derrochando fuerza y dinamismo la banda arrancaba su descarga por todo lo alto al son de "Far Far Away", con un sonido todavía algo confuso, pero con una garra y una entrega brutales. Y es que su propuesta, a medio camino entre el clasicismo heavy metalero y el potente hard rock resultó idónea para combatir el intenso calor de primera hora de la tarde. Si ya de por si sus composiciones son potentes y pegadizas, lo cierto es que en directo y con una fantástica "front-woman" al frente la cosa gana muchos enteros. Así que temas de su último trabajo como "I Want The World... And Everything In It", sonaron verdaderamente matadores,  con la gente muy metida en el show siguiendo las indicaciones de Noora a la hora de acompañar con palmas o corear sus fantásticos estribillos.

Además del derroche físico que nos ofreció la vocalista, sus compañeros no se quedaron atrás, e incluso su teclista Janne Björkroth salió a escena empuñando  un Keytar. Tras los habituales saludos y agradecimientos llegaba el momento de dar un pequeño repaso a su anterior trabajo homónimo, del que nos ofrecieron "Out On The Streets", "Let It Roar" y los aires marciales contenidos en su fantástico "Black Ninja", que  acabaría convirtiéndose en una de las más coreadas de su show.

Más atrás en el tiempo nos llevaría la primeriza "Iron Hand", primer guiño que se permitieron a su prometedor debut "Steel", que grabaron con la vocalista Nitte Valo. Pero obviamente la banda se mostró  muy centrada en dar a conocer las composiciones de su nuevo trabajo, así que durante el show pudimos disfrutar intensamente de "Sea Of Dreams" o del despliegue épico contenido en la hímnica "Unholy Savior", que volvía a poner a todo el mundo a botar.

Y es que el buen rollo fue una constante durante el show de los finlandeses, de hecho pudimos ver como entre sus miembros los guiños y las bromas eran constantes, ratificando que los músicos estaban disfrutando al máximo del show, pese algún contratiempo puntual con el sonido. El momento de ponernos a bailar llegaría con "Touch In The Night", con la que se alejaban un poco de su línea más tradicional.

El segundo y último recuerdo a sus inicios llegaría de la mano de "Enter The Metal World", para dejar que fuera "Out Of Control" la encargada de cerrar el show. Tienen unas buenas melodías, unos estribillos brutales y una “front-woman” que canta y se mueve como un animal salvaje en escena. Sin duda Battle Beast están en una clara línea ascendente. Esperemos que pronto los volvamos a tener por aquí liderando su propio show, porque a tenor de lo visto la cosa promete, y mucho.

REFUGE

Durante años el nombre de Peavy Wagner ha estado ligado al de su banda Rage, siendo el único miembro que ha permanecido siempre en sus diferentes encarnaciones. Pero hubo un tiempo en el que la mítica formación alemana disfrutó de un line-up consolidado y estable,  con el que se grabaron algunos de sus álbumes más aclamados. Esta alineación, que se mantuvo durante el periodo 1988-1994, se completaba con el batería Christos Efthimiadis y el guitarrista Manni Schmidt.

Para rememorar este triunfal periodo de la carrera de la mítica formación germana el incombustible Peavy ha vuelto a reunir a sus viejos compañeros para descargar las canciones de esa etapa bajo la denominación de Refuge. Mucha expectación había suscitado entre los más veteranos la actuación del trío alemán, y lo cierto es que cumplieron con nota, ofreciéndonos un show intenso y poderoso, dejando clara la plena vigencia de algunos de sus himnos.

Con las sirenas dándonos el aviso de que llegaba el momento de viajar al pasado arrancaba el show con "Firestorm", dejando ante nuestros ojos a una banda con mucha vitalidad y entusiasmo, dispuesta a hacernos disfrutar al máximo durante sus sesenta minutos de show. Como si no hubieran pasado los años el trío mostró en todo momento una coordinación perfecta haciendo que piezas como "Solitary Man", sonarán verdaderamente demenciales.

Tras exponernos un sonriente Peavy los motivos que han propiciado este tour estival de Refuge y presentarnos a sus compañeros, el recorrido por su material de los noventa continuaba con el implacable "Nevermore", para acto seguido realizar su primera incursión en "Perfect Man", de manos de "Death In The Afternoon", que nos dejaría el primer alarde solista de un sobresaliente Manni.

Bajo un sol de justicia la colección de clásicos que nos ofrecieron los germanos fue absolutamente implacable, haciendo que muchos de los presentes se entregarán al "headbanging" para acompañar piezas como "Enough is Enough" , "Invisible Horizons", en la que Peavy demostró encontrarse en un fantástico estado de forma, y "The Light Into The Darkness", con la que completaban la dupla rescata de su "Secrets In A Weird World".

Aunque todos los temas descargados tenían más de dos décadas de vida, lo cierto es que piezas como "The Missing Link" o " Baby, I' m Your Nightmare", sonaron frescas y poderosas, tocadas con la garra y la energía propia de una banda que acaba de grabarlas y quiere darlas a conocer a sus fans. Antes de la despedida definitiva todavía tendríamos tiempo de corear todos juntos el mítico himno "Don't Fear The Winter", celebrado intensamente por los mas devotos, o la final " Refuge", que presta su nombre a esta nueva andadura. Impresionante Peavy, Manni y Christos nos ofrecieron una hora de deliciosa nostalgia, ratificando la plena vigencia de sus composiciones y dejándonos con la impresión de que este reencuentro como  Refuge puede tener continuidad en el futuro.

PRIMAL FEAR

Parece mentira pero hace casi ya dos décadas desde que el vocalista Ralf scheepers y el bajista Mat Sinner decidieran poner la primera piedra de lo sería Primal Fear. A lo largo de los años la formación de Esslingen ha seguido una clara línea ascendente facturando muy buenos trabajos y unas presentaciones verdaderamente arrolladoras, lo que les ha acabado convirtiendo en un nombre de referencia dentro del heavy metal de corte clásico. Con su décima obra de estudio bajo el brazo “Delivering The Black”, un trabajo que ya fue presentado en nuestro país hace unos meses, el quinteto arribaba al escenario del Rock Fest, acompañado de un calor infernal, para dejar claro que todavía tienen muchas cosas que decir y que, por si alguien lo dudaba, están en un magnifico estado de forma, especialmente su hercúleo vocalista Ralf Scheepers quien se mostró absolutamente intratable.

Los alemanes han venido visitando de forma asidua nuestros escenarios, y eso se notó en la gran cantidad de seguidores que aguardaban impacientes el arranque de su show. Pese a que los alemanes no contaron con el concurso de las pantallas de video, lo cierto es que el quinteto facturó una descarga compacta y muy completa, asentando los cimientos de su rotunda actuación desde los primeros compases gracias a la pegada que exhibieron en temas como la inicial “Final Embrace”, que nos presentaba a una banda muy motivada y dispuesta a ofrecer lo mejor de su repertorio durante los siguiente sesenta minutos. Los alemanes no tuvieron ninguna clase de problema a la hora de conectar con una audiencia que les apoyó en todo momento y que quiso ser protagonista del show, apoyándoles a la hora de encarar los estribillos de piezas como “Alive & On Fire” o el rotundo “Nuclear Fire”, que se convertiría en uno de los momentos más destacado de los primeros compases del show.

Con un repertorio equilibrado, en el que convivieron piezas de todas sus épocas, algunos de los cortes que mejor acogida tuvieron entre sus seguidores fueron la intensa y despiadada “Unbreakable (Part 2), de su anterior trabajo publicado en 2012, o un celebradísimo “Seven Seals”, que conseguía que los presentes alzaran sus brazos al aire para acompañar su estribillo. Y es que a medida que la banda se iba adentrando en las composiciones de sus primeros trabajos, la respuesta de su seguidores era más rotunda y efusiva, tal y como sucedió cuando abordaron la pieza que abría su tercer trabajo “Nuclear Fire”, “Angel In Black”, que nos dejaría a un Ralf absolutamente imponente ofreciéndonos una magnifica colección de agudos.

Entre tanto contundencia y actitud 100% metalera también tendríamos tiempo de deleitarnos con esos poderosos up-tempos marca de la casa, repletos de intensidad y dramatismo, con el quinteto rescatando para la ocasión “When Death Comes Knocking”, de su última entrega . Pero evidentemente el personal quería velocidad y ese característico aroma a lo ´Priest que siempre les ha acompañado a lo largo de los años. Así que la mejor recompensa para sus incondicionales llegaría con el primerizo “Chainbreaker”, que fue seguido y coreado con autentica devoción.

El siguiente en hacer acto de presencia seria el ritmo rotundo y casi marcial del suculento “Running In The Dark”, que fue el elegido para aunar las gargantas de todos los presentes con Mat y Ralf ejerciendo como maestros de ceremonias ante una audiencia completamente entregada. Para encarar la recta final los germanos optaron nuevamente por temas con profundidad y pegada como “Metal Is Forever”, con Ralf nuevamente mostrándose absolutamente pletórico, y  “Delivering The Black”. Mientras que la encargada de rubricar su fantástica presentación sería otra pieza de su debut homónimo de 1998, “Battalions Of Hate”.

LGP

A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa se vivió en Cataluña el auge de los denominados  “Quatre Grans Del Rock Catala". De aquellas formaciones la única que tuvo una cierta repercusión entre los seguidores del hard rock y el heavy metal fueron los gerundenses Sangtraït, y más desde que su bajista Quim Mandado pasara a sumir las labores de vocalista en sustitución de Marc González, que posteriormente formaría parte de Aspid.

Tras poner el punto y final a una carrera plagada de éxitos con un concierto a finales de 2001, Mandado y el batería Víctor Rodríguez decidieron unir fuerzas con el guitarrista Joan Cardoner  para formar LGP. Con este formato de trío los gerundenses se presentaban en Can Zam dispuestos a ofrecernos un ejercicio de nostalgia, volviendo a interpretar algunos de los grandes himnos de la mítica formación catalana. Mucha expectación había despertado la actuación de LGP "recordant Sangtraït", ya que muchos de los que no pudieron ver a la banda en su momento podrían sacarse esa espinita,… o eso pensaban.

Y es que aunque la actuación de LGP fue divertida y muy animada, lo cierto es que se echó en falta una segunda guitarra en muchos de los temas, y creo que no habría estado mal invitar a unirse a la descarga a Lupe Villar o Josep María Corominas. Pero sobre todo se notó la ausencia del carismático Papa Juls, un personaje entrañable que además de tocar la armónica se encargaba de ejercer de animador durante los conciertos de la banda. Evidentemente teniendo en cuenta el cartel del festival y el público asistente su repertorio estuvo centrado en su material más contundente, dando buena cuenta de temas indispensables en su discografía como "Fortafora D' Animes" o "El Guerrer", ambas contenidas en aquel magnífico "L' Últim Segell".

De su siguientes trabajo "Contes i Lleguendes", que la banda público en 1993 y que incluía un emotivo homenaje al vocalista de Queen, Freddie Mercury, no faltaron el acelerado y motero single "Alè De Mil Cent", ni el épico "Les Creus Vermelles", que hicieron rugir intensamente a un público más que emocionado. No faltarían durante su show algunas reivindicaciones políticas, con la presencia sobre el escenario de una bandera estelada y cantos de independencia por parte del público, ni tampoco alguno de los temas que el trío ha grabado bajo su actual denominación como "Lliures Com l' Alè Del Vent" o la final "Lligat Amb Cadenes", que no estaba prevista en el show pero que acabó sonando gracias a la entrega y la persistencia del respetable.

También tendrían tiempo de remontarse a la primera época de Sangtraït para obsequiarnos con "Els Senyors De Les Pedres", que fue de una las más coreadas, y la emotiva "El Vol de L' Home Ocell". En resumen, un buen show que sirvió como merecido homenaje y reconocimiento a una banda de referencia para todos los seguidores del hard & heavy cantado en catalán.

KROKUS

Invitados de ultima hora a esta segunda edición del Rock Fest Bcn, los suizos se sumaron al cartel para cubrir la baja del ex vocalista de Skid Row, Sebastian Bach, y a tenor de la descarga que nos ofrecieron, creo que su inclusión fue un total acierto. Con un gran bagaje a sus espaldas la formación suiza es un claro ejemplo de cómo practicar un hard rock marchoso, directo y vibrante, -al más puro estilo de Ac Dc-, para conectar con la audiencia y convertir cualquier recinto en una auténtica celebración roquera.

Liderados por el peculiar vocalista Marc Sorace y con una alineación de tres guitarristas los suizos supieron amenizar a la perfección los calores de media tarde, ofreciéndonos un show cargado de electricidad, melodía y unos estribillos verdaderamente matadores. Además de bucear en su propio material Krokus también nos ofrecieron algunos covers como “American Woman”, durante los primeros compases del show, o “Quinn The Eskimo” del mítico Bob Dylan, que sería la encargada de despedir su actuación.

De su propia producción no faltarían piezas como la inicial “Long Strick Goes Boom” o “Hellraiser”, que conseguían que muchos que en un principio habían decidido prescindir de su actuación se acabaran aproximando al escenario atraídos por ese feeling hardroquero y esos guitarrazos sacados del libro de estilo de los hermanos Young.

Y es que la veterana formación suiza tiene un amplio catálogo de clásicos a sus espaldas, de modo que no faltarían a su cita composiciones como ”Eat The Rich”,  “Heatstrokes”, que sirvió para justificar la presencia de tres “Hachas” en escena, o una acelerada versión de “Easy Rocker”, que personalmente fue una de las que más me gustó de su actuación.

El inconfundible sonido del motor de un helicóptero nos conduciría sobre “Fire”, que sería la elegida para encarar una recta final protagonizada por esos coros efectivos y salvajes de “Headhunter”, que nos dejarían la imagen de gran parte del recinto cantando sus estribillo, para acabar despidiendo con la ya citada versión del maestro Dylan “Quinn The Eskimo”. En resumen, la formación sueca llegó a ultima hora al cartel de esta segunda edición del Rock Fest Bcn, y lo cierto es que acabaron facturando una de las descargas más marchosas y entretenidas de todo el festival. 

WARCRY

Los encargados de reivindicar el metal nacional entre bandas legendarias como Krokus y Loudness fueron los asturianos Warcry. Con un fantástico disco bajo el brazo como es "Inmortal" y avalados por sus espectaculares directos todos esperábamos un concierto plagado de fuego, humo y explosiones, tal y como sucediera en sus presentaciones del pasado año. Pero lo cierto es que, tocando todavía con luz solar, Víctor García y sus muchachos optaron por una puesta en escena bastante más sobria, utilizando únicamente la enorme pantalla trasera para acompañar con proyecciones la mayoría de los temas.

Otro aspecto a destacar fueron los continuos problemas de sonido que padeció el quinteto, algo que a la postre acabaría lastrando su actuación y desquiciando a un Víctor García que, aunque lo intentó, no pudo ofrecernos su mejor versión. De hecho pudimos observar en varias ocasiones como el vocalista hacia ostentosos gestos quejándose del sonido. Aparcando este tema, el vocalista se mostró muy comunicativo y sonriente, dirigiéndose al público en diferentes idiomas a lo largo de toda su presentación.

Al igual que ya sucediera en su última gira un video en el que se proyectaban diferentes imágenes intercaladas con los rostros de los miembros de la banda serviría como introducción para el despliegue melódico que nos ofrecerían en "Quiero Oírte", consiguiendo enganchar inmediatamente a su cada vez más numerosa legión de incondicionales.

Tras saludar a todos los allí reunidos, la banda se embarcaba en un viaje a través de toda su discografía, proponiéndonos dos escalas en su trabajo de 2005 "¿Dónde Está La Luz", descargando de forma consecutiva "Nuevo Mundo", acompañada de un fantástico juego de imágenes, y "Contra El Viento", que fue acompañada con palmas por una audiencia que coreó cada una de sus estrofas, mientras Víctor continuaba batallando con el deficiente sonido de su micrófono.

"Aire", sería la encargada de proseguir con el show mostrando un mejor sonido, para acto seguido adentrarnos en el material contenido en "Alfa", del que rescataron un imponente "Alma De Conquistador" y el incisivo "Cobarde", que acompañado de la proyección de titulares de prensa que denunciaban la violencia de género se acabaría convirtiendo en uno de los puntos álgidos del show.

Pese a ser el centro de todas las miradas Víctor supo conceder a sus compañeros las cuotas de protagonismo que sin duda se merecen, especialmente al guitarrista Pablo García y al teclista Pablo Novoa que dejaron su impronta personal a lo largo de temas como "Devorando El Corazón". Para la recta final del show los asturianos se reservaron sus piezas más emblemáticas, ofreciéndonos un coreadísimo "Capitán Lawrence" y el despliegue de contundencia y épica que encierra "El Guardián de Troya".

Tras poner a las primeras filas a cantar llegaría el momento de reivindicarnos con ese primerizo himno que es "Tu Mismo". Mientras que la elegida para cerrar definitivamente sería "Hoy Gano Yo". Ninguna pega se puede poner a la entrega y la actitud que mostraron los asturianos sobre las tablas, especialmente Víctor, quien pese a no encontrarse cómodo durante gran parte del show no perdió la sonrisa y no dejó de animar a un público que se volcó con ellos en todo momento.

LOUDNESS

Mucha, muchísima expectación había levantado la presencia en el cartel de los míticos Loudness. Y es que la formación nipona tiene el honor de ser considerada una de las bandas pioneras dentro del imperio del sol naciente. Creados a principios de la década de los ochenta los de Osaka nunca habían pisado nuestros escenarios, de modo que había mucha curiosidad por ver como se lo montarían en directo el guitarrista Akira Takasaki y sus secuaces.

Lo primero que destacaría de la actuación de los nipones fue el impresionante sonido que nos ofrecieron, sin duda el más potente e “hiriente” de todo el festival, gracias a un sonido totalmente abrumador. Recibidos con el fervor de un nombre mítico dentro de la escena Loudness nos ofrecieron una clase magistral de heavy metal, dejando buena muestra de su valía al abordar temas como “Crazy Night” o los pegadizos estribillos  “ Like Hell”, que demostraron el enorme tirón que siguen conservando los nipones entre sus incondicionales.

Aunque durante sus primeros años la banda fue considerada como algo exótico, debido a su procedencia, lo cierto es que poco a poco supieron ganarse un lugar dentro de la escena internacional, consiguiendo captar la atención de los seguidores del hard rock y el heavy metal. Pese  a su veteranía los músicos se mostraron muy agiles en escena, es especial su vocalista Minoru Niihara quien, ataviado con gorra, gafas de sol y un chaleco repleto de parches de la propia banda, no paro de animar al personal en temas como “Heavy Chains”.

Marcha, mucha marcha y rock n´roll vibrante y descontrolado fue lo que nos ofrecieron los nipones durante sesenta intensos minutos, que resultaron totalmente insuficientes para repasar una carrera tan longeva y extensa como la suya. En cualquier caso, pudimos degustas la absoluta exquisitez de temas como “We Could Be Together”, “Let It Go” o “Crazy Doctor”.

Con la gente cada vez más animada y metida en el show de los nipones llegaba el momento de “In The Mirror”, que se acabaría convirtiendo en la avanzadilla perfecta para un tramo final protagonizado por la inmediatez de “The Sun Will Rise Again”, la demencial “Esper”, que espoleó al máximo a la audiencia gracias a esas guitarras salvajes y viscerales, y la brutal “S.D.I.”. Se han hecho de rogar para debutar en los escenarios de nuestros país, pero ahora que ya se han estrenado esperemos que no tarden mucho en regresar por estos lares para presentar su propio espectáculo.

ACCEPT

Nombre imprescindible del heavy metal europeo los alemanes Accept continúan en pleno siglo XXI con su imparable carrera. Muchos pensaban que la salida del mítico vocalista Udo Dirkschneider sería un obstáculo imposible de salvar, pero lo cierto es que Peter Baltes y Wolf Hoffmann acertaron con la elección de su sustituto Mar Tornillo, logrando no sólo que la banda no se resintiera con el cambio sino que actualmente los formación germana parece estar viviendo una segunda juventud.

Poco importa que durante los últimos meses la mítica formación haya tenido cambios en su alineación, contando ahora con los servicios del batería Christopher Williams y el guitarrista Uwe Lulis, ya que el paso de los teutones parece firme e imparable. Como siempre Accept contaron con el apoyo incondicional de sus seguidores que llevaron a la banda en volandas durante todo el show. Además el quinteto presentó un puesta en escena verdaderamente convincente, así que a lo largo de su show pudimos ver unas inmensas columnas de humo, algunos efectos visuales y, sobre todo,  de  un sonido nítido y poderoso que nos permitió disfrutar al máximo de un repertorio muy variado y equilibrado.

Pese a su enorme legado los alemanes en ningún momento plantearon un repertorio plagado de clásicos, y dieron bastante salida al material de su ultima etapa. De hecho el arranque del show estuvo marcado por piezas como “Stampede” o “Stalingrad”, que nos servían para ratificar el enorme calado que han tenido sus ultimas obras entre sus seguidores.

Como una maquinaria perfecta de hacer heavy metal, la banda se mostró absolutamente imparable, aunque en esta ocasión vimos a un Mark Tornillo algo más flojo vocalmente, teniendo que exprimirse al máximo a la hora de sacar adelante algunas de las viejas favoritas de la gente. Pese a ello, sus prestaciones estuvieron a la altura a la hora de abordar himnos de la década de los ochenta como “London Leatherboys” o el clásico “Restless And Wild”, que servía para revolucionar al máximo a la audiencia, convirtiéndose  en el primer punto álgido de su espectacular descarga.

Tras recabar una estruendosa ovación el retorno sobre el material de la etapa Tornillo llegaría de manos de la demoledora “Final Journey”, para rápidamente volver a colmarnos con otra reliquia de su pasado más glorioso “Princess Of The Dawn”, que fue la elegida para corroborar la perfecta sintonía y comunión entre banda y publico. Espectacular la imagen de esa multitud coreando ensordecedoramente su inmortal melodía.

Y es que el repertorio que nos ofreció el acorazado alemán fue una sucesión de clásicos y temas actuales, de modo que pieas como “Pandemic”, se convertirían en la antesala perfecta para trallazos descomunales como “Fast As A Shark”, todo un himno para una generación de metaleros que sonó absolutamente devastador. Por si alguien tenía alguna duda de las preferencias de los miembros del combo alemán su declaración de intenciones llegaría acompañada de un coreadísimo “Metal Heart”.

La última incursión en su material más reciente llegaría de manos de esa suculenta y despiadada “Teutonic Terror”, nuevamente acompañada de unas monumentales columnas de humo. Mientras que la encargada de poner el broche definitivo a su actuación sería la inevitable “Balls To The Wall”. Intratables, los alemanes volvieron a demostrar el porque son una de las bandas con más tirón en nuestro país.

JUDAS PRIEST

No lo iban a tener nada fácil los de Birmingham tras la poderosa descarga de Accept. Mucho se había hablado de la gira de despedida que realizaron Judas Priest en 2011-2012, pero tres años después los “defensores de la fe metálica” regresaban a tierras catalanas como cabezas de cartel de esta segunda edición del Rock Fest para presentar su último trabajo "Redeemer Of Souls". Como siempre todos los comentarios previos giraban en torno al estado vocal del mítico Rob Halford. Pues bien, hay que decir que en esta ocasión el incombustible Metal God estuvo a un excelente nivel, e incluso me aventuraría a decir que firmó su mejor actuación en tierras catalanas de los últimos años. Evidentemente, algunos de los temas sonaron algo más ralentizados, permitiendo así  que el vocalista fuera más relajado y pudiera dar el "do pecho" en momentos puntuales del show.

En cuanto al resto de la banda cabe remarcar que estuvieron a un altísimo nivel, como suele ser habitual en ellos. Destacaría especialmente la figura de Richie Faulkner quien se ha convertido en un pilar básico en los directos, ya que durante todo el show no para de correr, animar e interactuar constantemente con el público. Más estático que en anteriores ocasiones se mostró Glenn Tipton, que sigue siendo ese líder en la sombra, atento a todos los detalles y siempre dispuesto a firmar  una perfecta ejecución de los temas. En cuanto a la base rítmica, Ian Hill sigue siendo ese martillo pilón, siempre preciso y resguardado en la  segunda línea zarandeando impetuosamente su bajo, y el grandullón Scott Travis que, oculto tras su imponente kit, volvió a dejarnos una buena muestra de su monumental pegada.

Para el montaje escénico la banda decidió apostar  por diferentes proyecciones a través de las pantallas, ofreciéndonos un magnífico espectáculo. Aunque personalmente debo admitir que eché en falta el fuego, las columnas de humo y algún efecto pirotécnico, algo que en los shows de las grandes bandas siempre es de agradecer, ya que ayuda a dar colorido y anima al personal.  Si hablamos del repertorio nada se puede objetar, ya que además de algunas de sus nuevas composiciones los británicos nos prepararon un set repleto de viejas favoritas, en el que brillaron con especial intensidad clásicos como "Victim Of Changes", "Breakin The Law" o un descomunal "Painkiller", que algunos ni se esperaban. También habría espacio para alguna sorpresa como "Jawbreaker" o "Devil's Child", recuperadas para este nuevo periplo, y alguna baja significativa como todo el material de la etapa "post-Painkiller”,- salvó los cortes de "Redeemer Of Souls"-, y su versión del "Diamond & Rust" de Joan Báez.

Con la noche ya completamente cerrada sobre el recinto de Can Zam y mientras  un enorme telón cubría el escenario, las luces se apagaban para que a través del P.A. empezara a atronar  “Battle Cry”, que a modo de  introducción acabaría dejando paso a la novedosa “Dragonaut”. El último en aparecer en escena fue Rob Halford blandiendo un bastón y vistiendo una de las múltiples chaquetas que lució a lo largo de todo el show. Y es que el vocalista exhibió en escena hasta 7 modelos diferentes, alternando largos guardapolvos negros y plateados, diferentes chupas de cuero y varias tejanas con parches de la banda en la espaldera. Con un sonido nítido y poderoso la descarga proseguiría con la primera concesión a su material clásico “Metal Gods”, con el público coreando ensordecedoramente su estribillo mientras Halford nos ofrecía esos característicos movimientos robóticos.

Tras proclamar la mítica frase: “The Priest Is Back”, la acción no se detendría y con las cuerdas vocales rindiendo a un buen nivel Mr. Halford atacaría “Devil´s Child”, en la que pudimos observar como el vocalista hacia uso del reverb. Pero la primera prueba de fuego en cuanto al estado de forma del veterano vocalista llegaría con “Victim Of Changes”, que se saldó de forma más que satisfactoria dejando a una audiencia totalmente estupefacta ante las prestaciones que estaba ofreciendo Halford. Con Tipton y Faulkner uniendo fuerzas en el centro del escenario llegaba el momento de degustar una nueva porción de “Redeemer Of Souls”, de manos de “Halls Of Valhalla”, perfectamente ambientada por las proyecciones en las pantallas, y que nos serviría para recuperar mínimamente el aliento después de un inicio de show verdaderamente apoteósico.

Las intensas tonalidades azules se apoderarían del escenario para ambientar “Turbo Lover”, que nos dejaría la estampa de un Halford majestuoso, paseando entre sus compañeros luciendo un llamativo guardapolvos de color plateado, mientras en las pantallas se proyectaba la imagen de un mecanismo mecánico que no paraba de girar siguiendo el ritmo que Scott Travis imprimía a su batería. Pese a ser los cabezas de cartel y unos de los patriarcas indiscutibles del género, los británicos tuvieron unas palabras de recuerdo hacia el resto de bandas que habían desfilado por el escenario durante las tres jornadas de festival antes de ofrecernos el tercer y último bocado de su nuevo trabajo, proponiéndonos  la pieza que le presta su nombre “Redeemer Of Souls”. Acompañados de la apocalíptica visión de un mapamundi en llamas Tipton y Faulkner nos introducirán en el lento desarrollo de “Beyond The Realms Of Death”, con el que el quinteto daba el pistoletazo de salida a una segunda mitad de show compuesta única y exclusivamente de temas clásicos.

Completamente intratables, Judas Priest se mostraron en todo su esplendor al atacar esas composiciones que todos hemos tarareado en infinidad de ocasiones, pero que es directo cuando adquieren su verdadera dimensión, y más aún cuando se desata la euforia tal y como sucedió cuando el vocalista anunció piezas como “Jawbreaker”, con la que conseguían poner el recinto literalmente patas arriba. Tras recibir una calurosísima ovación, Halfrod se aproximaría al filo del escenario para presentar “Breaking The Law”, que se convertiría en la excusa perfecta para prolongar un estado de euforia que ya se mantendría durante el resto del show. El golpe de gracia definitivo llegaría con “Hell Bent For Leather”, con Halford luciendo una gorra mientras el logo de la banda aparecía en las pantallas insertado dentro de una bandera británica.

El primer retorno de los músicos sobre las tablas estaría precedido de la intro “The Hellion”, que inevitablemente nos conduciría sobre “Electric Eye”, un tándem clásico dentro de cualquier concierto de la banda. El momento de protagonismo para Richie Faulkner llegaría durante el solo que el rubio guitarrista se marcó a lo largo de “You´ve Got Another Thing Comin´”, que se convirtió en la enésima excusa para ponernos a todos a cantar antes de que la banda volviera a perderse entre bambalinas.

Chupas de Cuero, tachas, guitarras asesinas, hasta este momento los británicos estaban cumpliendo con el guión preestablecido. Únicamente faltaba un elemento que se ha convertido en indispensable en todos sus directos. Y fiel a su cita Halfrod salió a lomos de una motocicleta para interpretar una devastadora versión de “Painkiller”, con toda la banda ofreciendo su faceta más cruda y visceral mientras el vocalista se dejaba la piel para rubricar una actuación verdaderamente brillante. El fin de fiesta definitivo llegaría con el inevitable “Living After Midnight”, con Halford ofreciendo sus reverencias al respetable antes de la entrada de cada uno de los estribillos. Al final caras de satisfacción entre la parroquia de los británicos y la sensación de que todavía tendremos la oportunidad de verles de nuevo por aquí.  “The Priest Will Be Back”. Por cierto, me pareció  muy de agradecer el detalle que tuvo Glen Tipton bajando al foso para repartir sus púas entre los integrantes de la primera fila.

RIOT V

Como era previsible tras la descarga de Judas Priest muchos fueron los que decidieron dar por concluida esta tercera jornada del festival. Así que mientras muchos encaminaban sus pasos hacia sus respectivos lugares de descanso, para los más valientes todavía habría espacio para deleitarnos con una de las bandas que mas curiosidad había por ver de esta segunda edición del Rock Fest Bcn, los americanos Riot V.

Tras la muerte del guitarrista Mark Reale sus compañeros decidieron seguir adelante con su actividad defendiendo el legado de su banda Riot, pero para que no hubiera ninguna clase de mal entendido decidieron agregar a su denominación la “V”, en referencia al quinto cantante oficial que ha tenido la banda, Todd Michael Hall, que es quien ahora lidera a sus compañeros. Precisamente seria Todd el que más destaco en una actuación verdaderamente intachable, con una banda rayando a un excelente nivel junto a un vocalista que se mostró en un excelente estado de forma, afrontando con total convicción los agudos contenidos en temas clásicos como “Thundersteel”, que, ante la sorpresa generalizada, sería la encargada de marcar el arranque de su actuación.

Contundencia, velocidad y mucha melodía es lo que nos ofrecieron Riot a lo largo de su sublime descarga, rescatando para la ocasión trallazos del calibre de “Fire Down Under” o “Flight Of The Warrior”, con las que nos ofrecían una rotunda muestra de power metal de corte americana. Muy comunicativo y extrovertido Todd se mostró en todo momento como un frontman afable y cercano, sabiéndose ganar la complicidad de la audiencia a lo largo de temas como épicos como “Metal Warrior”, o “Sign Of The Crimson Storm”.

Inevitablemente, no faltarían a su cita algunas de las piezas más emblemáticas de su primera época, como por ejemplo “Road Racin´”, que cerraba su segundo trabajo “Narita” de 1979, que sonó con una frescura y una espontaneidad verdaderamente envidiable, ni el portentoso “Outlaw”, rescatado de su primer trabajo de la década de los ochenta “Fire Under Down”.

Pero serían los temas más rápidos y vibrantes como “Angel Eyes” los que mejor funcionaron entre una audiencia deseosa de esos poderosas embestidas  a ritmo de doble bombo y coronadas por la agudísima voz de un imponente Todd. El punto emotivo lo pondría “Take Me Back”. Mientras que las elegidas para volver a hacer subir el nivel de intensidad serían “Swords And Tequila” y la mítica “Warrior”, para la que contaron con Akira  Takasaki y Masayoshi Yamashita de Loudness.

VENOM

Sobreponiéndose al cansancio acumulado después de tres largos e intensos días de música ininterrumpida muchos fueron los que decidieron alargar esta última jornada para presenciar el directo de una banda legendaria que, desafortunadamente, no se ha prodigado mucho en nuestro país, los británicos Venom. Referentes absolutos para todos los seguidores de la música extrema, la banda comandada por el incombustible y carismático Cronos llegaba a Can Zam dispuesta a destrozar a la audiencia proponiéndonos un show explosivo en el que se alternarían los clásicos de sus primeras obras y algunas de las composiciones de su último trabajo "From The Very Depths".

Junto al veterano bajista y vocalista formarían el guitarrista La Rage y el batería Danté que, con su espectacular forma de tocar la batería, se convirtió en el que más minutos estuvo en las pantallas que flanqueaban el escenario. Como si de un macabro ritual se tratase y con el escenario presidido por varios pentagramas nuestro descenso a los infiernos se iniciaba con "Rise", imprimiendo al show una velocidad y un dinamismo que se mantendría durante todo el concierto. Quizás las composiciones de los británicos no sean ningún derroche de virtudes técnicas, pero lo cierto es que trallazos incontestables como el mítico "Die Hard", consiguieron resucitar a más de uno que a esas alturas del festival estaba ya prácticamente rendido.

Impasible y ataviado con sus característicos ropajes escénicos Cronos se mostró en un buen estado de forma, aunque quizás se mantuvo excesivamente estático, al igual que su compañero La Rage. Además del inicial "Rise", de su último plástico no faltarían piezas como el speedico "Long Haired Punks" o el humeante "Grinding Teeth", que pese a no tener el poso de algunas de sus composiciones clásicas si que dejaron una buena impresión entre los presentes.

Y es que durante la descarga de los británicos no hubo tregua, de modo que el viejo Cronos comando a su legión de incondicionales a través de  acometidas salvajes como "Buried Alive", "Wellcome To Hell" o un apoteósico "One Thousand Days In Sodom", que lograba que los presentes alzarán los brazos para corear su implacable estribillo. El momento de aunar todos nuestras voces llegaría con "Countess Bathory", para acto seguido dejar paso a la explosión épica contenida en la iracunda "Warhead".

Como no podía ser de otra forma los bises estarían reservados para la legendaria "Black Metal", con Cronos haciendo alusión a las diferentes ramas de la familia metalera, y la vertiginosa "Witching Hour", tras la que abandonaban el escenario acompañados de una cerrada ovación y dejando en el aire la amenaza de un inminente regreso.

Haciendo balence de esta segunda edicion del Rock Fest Bcn el balance no puede ser más positivo. Exito total de publico y tres días repletos de espectaculo, diversión y heavy metal con un puñado de excelentes bandas rayando a un fantastico nivel. La única pega que los dichosos problemas de sonido acabaron lastrando alguna de las actuaciones, siendo Warcry y Ángeles Del Infierno los principales damnificados. En cualquier caso, esperemos que el año que viene se repita la cita, yo, por mi parte, ya lo estoy deseando.






TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER




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