Como
viene siendo habitual en las ediciones de los últimos años, aunque el festival
oficialmente arrancaba el Jueves, para los lugareños, los más madrugadores y
los más fiesteros, la organización había dispuesto una primera jornada de
bienvenida en la que tomarían parte para calentar el ambiente bandas como Oker, The Storm, Sepultura, Rosendo y los
autoproclamados Dioses del metal Gigatron. Pese al intenso calor que acompañó a
esta primera jornada festivalera, lo cierto es que la afluencia de publico fue masiva,
alcanzado su mejor registro durante la descarga del mítico guitarrista de
Carabanchel, Rosendo Mercado.
OKER
Pero
antes de la llegada del mítico compositor de temas emblemáticos dentro del rock
nacional como “Maneras De Vivir” o “El Tren”, tendríamos tiempo de deleitarnos
con la descarga de una joven banda que esta dando mucho que hablar en los
últimos tiempos, los madrileños Oker que serían los encargados de abrir esta
décima edición del Leyendas del Rock con su debut oficial en el festival. Para
cualquiera que haya escuchado los trabajos de la formación madrileña resulta
evidente su apuesta decidida por un heavy metal marchoso y adictivo, en el que
destacan sus pegadizos estribillos, esas pinceladas netamente ochenteras y la
labor de su vocalista Xina.
Pese
al intenso calor de media tarde lo cierto es que los chicos de Oker no tuvieron
ninguna clase de dificultad para conectar con una audiencia cada vez más numerosa
y animada que lejos de aplatanarse se mostró muy participativa, dando mordiente
y vitalidad a temas como la inicial “Culpable”, o el vacilón “Burlando a La
Muerte”. El nuevo guitarrista de la banda Alberto Marcos se mostró
perfectamente integrado con el resto de sus compañeros, consiguiendo que piezas
clásicas en su repertorio como “Dale Caña”, sonaran con la misma intensidad y
frescura que habitualmente.
Para
calentar aún mas nuestra gargantas los madrileños nos ofrecerían los
contagiosos estribillos contenidos en piezas de corte hímnico como “Heavy
Metal”, que a modo de declaración de intenciones hacia que las primeras filas
alzaran sus puños al aire, “Oker” y, puestos a hablar de declaraciones de
intenciones no podía faltar tampoco la rugosidad metálica contenida en
“Rebeldes De Acero”. En resumen, la actuación de Oker resultó una excelente
manera de dar el pistoletazo de salida a esta décima elección del Leyendas del
Rock, gracias a la garra y la entrega de una banda que pese a su juventud tiene
sus miras puestas en el clasicismo metalero de la década de los ochenta.
THE
STORM
Tras
la tormenta de watios y heavy metal que nos ofrecieron Oker los encargados de
tomar el testigo serían The Storm. Pertenecientes a otra generación, la
formación sevillana regresaba al escenario del Leyendas después de cinco años
para proponerse un detallado recorrido a través de su hard rock salpicado de
elegancia, buenas melodías y esos característico toques de teclados herederos
de la mejor escuela Purple/Rainbow.
Aunque
las composiciones de la formación andaluza no era excesivamente conocidas entre
la audiencia, mayoritariamente muy joven, lo cierto es que The Storm
demostraron una calidad y una actitud verdaderamente envidiables dejando unas magnificas
sensaciones al atacar piezas clásicas en su repertorio como “I Don´t Know” o
“It´s All Right”, dos singles que llegaron a aterrizar en su época en las
listas de éxitos anglosajonas.
Pero
no se dedicaron únicamente The Storm a descargar todo su repertorio en la
lengua de Sheakespeare, durante su actuación también hubo tiempo para su
versión del “Concierto de Aranjuez”, el melódico “El Día De la Tormenta” o “Señor Del Viento”.
Aunque personalmente debo reconocer que los temas que más me gustaron dentro de
la actuación del combo andaluz fueron gemas como “Crazy Machone” o “Women
Mine”, que fueron convenientemente arregladas con los omnipresentes teclados.
Calidad,
clasicismo y unas excelentes composiciones fue lo que nos ofrecieron los
míticos The Storm, una banda que durante su época gozó de un éxito moderado y
que ahora regresan no sólo para reivindicarse como pioneros de un estilo, sino
para demostrar que sus actuales composiciones tienen suficiente potencia y
calidad para competir con las bandas que nos llegan desde más de nuestras fronteras.
SEPULTURA
Los
brasileños Sepultura son una de esas formaciones que gozan del beneplácito y el
cariño de la audiencia española. Aunque para muchos la banda lleva años inmersa en un lento declive,
concretamente desde la salida de su ex
vocalista Max Cavalera, lo cierto es que
es que desde que Andres Kisser comanda los destinos de los brasileños el
cuarteto ha asumido una nueva personalidad con el vocalista Derrick Green al
frente. Si nos centramos en el repertorio que nos ofreció el combo de Belo
Horizonte consistió en un detallado repaso a sus treinta años de historia, proponiéndonos
un exhaustivo recorrido a través de algunos de los mejores momentos de su longeva
discografía.
Como
una auténtico vendaval las huestes comandadas por Andreas Kisser llegaron
dispuestas a arrasar con todo a su paso, de modo que para abrir la batalla los
brasileños optaron por ofrecernos la primera mirada a su glorioso pasado de
manos de “Troops Of Doom”, que les servía para romper el hielo y empezar a
estrechar los lazos de unión con un público devoto y de lo más participativo.
Aunque el sonido fue bueno en líneas generales, lo cierto es que sonaron bastante
más potentes temas de su última etapa como “kairos”, ya que cuando la banda
atacaba temas de la época de Max como “Propaganda”, se perdía algo de
contundencia, ya que cuando Andreas se centraba en los solos los temas sonaban
algo vacíos y faltos de fuerza.
Pese
a ello, esa falta de contundencia a causa de la ausencia de una segunda guitarra
se vio totalmente subsanada por la entrega que los fans ofrecieron en temas
legendarios como “Dead Embryonic Cells”, o un coreadísimo “Inner Self”, que
servían como representación de los días de más éxito de la formación brasileña
durante la década de los noventa. Constantes fueron los pogos y los moshpit
durante su descarga, y aunque cabe remarcar que Derrick Green no cuenta con el mismo
carisma que su antecesor, lo cierto es que el vocalista de color supo como
conectar con sus incondicionales. Además su compañero a las seis cuerdas,
Andreas Kisser, también ejerció como frontman en la presentación de algunos de
los temas, como sucedió durante los prolegómenos de un imponente “Territory”,
que se convirtió en el primer punto culminante de la noche, o en el hímnico “Sepultura Under My Skin”, que
aunó las voces de todos los presentes para dar forma a su aplastante
estribillo.
Pese
a ser considerados como una de las piedras angulares del thrash metal durante
su descarga los brasileños también tuvieron ocasión de desempolvar algunas
piezas que tienen un abrasivo filo hardcore, de modo que no faltaron las violentas
acometidas contenidas en piezas como la certera “Choke” o la devastadora y
amenazante “Cut-Throat”, con las que conseguían mantener el nivel de intensidad
entre una audiencia que no paraba de botar intensamente. Con algo menos de
euforia sería recibida “The Vatican”. Pero la cosa rápidamente repuntaría
cuando para el sprint final la banda echo mano de otra retahíla de clásicos indiscutibles
de su carrera, entrelazando de forma
consecutiva trallazos del calibre de “Refuse/Resis”, junto a una buena ración
de “covers” compuesta por “Policia”, cantada por el propio Andreas, y
“Orgasmatron”, de Motörhead. Para finiquitar definitivamente esta primera parte
del show los brasileños nos asolarían con el inevitable “Arise”, que desataba
la locura entre las primeras filas.
No
se hicieron de rogar en exceso para su retorno sobre las tablas, así que acompañados del apoyo percusivo de Green, -que
se empleó a fondo en esta faceta a lo largo de todo el show-, el cuarteto
regresaba dispuesto a ofrecernos una última muestra de su imparable potencial,
recurriendo para ello a un celebradísimo “Ratamahatta”, que nos conducía
directamente a los tiempos del icónico “Roots”. Con la gente completamente
entregada y sin movernos de ese mismo trabajo, que marcó el final de una era
para los brasileños, llegaba el momento del adiós definitivo de mano de ese
himno generacional en el que se ha convertido “Roots Bloody Roots”.
Para
muchos los brasileños nunca llegaran a alcanzar el nivel que tuvieron durante
la primera mitad de la década de los noventa. Ahora, con Derrick Green al
frente, la banda ya no es ese animal salvaje e implacable capaz de devorar a
cualquiera. Pero en cualquier caso, los sepultura del siglo XXI son una buena
formación con tablas y experiencia que
lucha por mantenerse en el presente sin dejar completamente de lado su pasado.
ROSENDO
Sería
muy difícil, por no decir imposible, el poder entender el rock en nuestro país
sin un personaje como el mítico Rosendo Mercado. Precursor del denominado rock
urbano durante los primeros años de la transición el guitarrista de Carabanchel
prestó su voz y su guitarra para dar enjundia a uno de los nombres más clásicos
y añorados de nuestro rock, los inmortales Leño. Pero cuando esta aventura
llegó a su fin Rosendo decidió embarcarse en una carrera en solitario que ha
proseguido hasta nuestros días.
Incombustible,
el veterano guitarrista con alma de poeta urbano ha dejado tras de sí una
innumerable colección de himnos y álbumes en los que a su manera y con su
peculiar sentido del humor ha ido retratando la sociedad española a lo largo de
las ultimas tres décadas. Además de su inseparable guitarra, Rosendo hace ya
tiempo que decidió contar con los servicios del bajista Rafa J. Vegas y el
batería Mariano Montero, apostando por la crudeza y la inmediatez del formato
trío, tanto para la grabación de sus discos como para sus directos.
Curiosamente, fue la descarga del carismático Rosendo la que más afluencia de
público congregó durante esta primera
jornada del festival, demostrando que ese blues con alma roquera, ácido y
crítico a partes iguales sigue siendo el mejor reclamo para sus incondicionales.
Como
si no pasara el tiempo por él, Rosendo se mostró en plena forma desgranando con
total convicción algunos de los temas más emblemáticos de su longeva carrera en
solitario, concediendo un papel destacado a las piezas contenidas en sus
últimos trabajos, dando el arranque a su show con cortes como “Atajo de
Cobayas”, “¿De Que Vas?”, “Amaina Tempestad” o “Corazón”.
Pese
a su veteranía Rosendo parece tener muy bien estudiado el ritmo y el feeling que
debe mantener en todo momento. Así que al igual que sucediera en su reciente
descarga en el Rock Fest de Barcelona, el guitarrista rápidamente alcanzó su
velocidad de crucero proponiéndonos a continuación una sucesión de temas
compuesta por la marchosa “Date Por Disimulao” y “Muela La Muela”. Pero indudablemente el
primer punto álgido de la velada llegaría con la mítica composición que el
guitarrista de Carabanchel escribiera para su anterior formación Leño “El
Tren”, que provocaba la explosión de jubilo de un público que tarareo la letra
con auténtica devoción.
Las
aguas volverían a su cauce al abordar nuevamente temas de su propia cosecha
como “Hasta de Perfil”, “Vergüenza Torera” o ese ácido e incisivo “Por Meter
Entre Mis Cosas La Nariz”. Como siempre sucede en cada una de sus descargas
tampoco faltaría el homenaje a su queridísimo barrio de Carabanchel de manos de
“El Ganador”, que acabaría siendo la antesala perfecta para una nueva colección
de clásicos como “Flojos de Pantalón”, un celebradísimo “Pan De Higo” y
“Agradecido”, que convertían el recinto en una verdadera fiesta, antes de dejar
paso al mítico himno de Leño “Maneras De Vivir”. Pero no sería este tema el
encargado de finiquitar una buena descarga del mítico Rosendo, ya que la
encargada de poner la guinda de oro al show sería “Navegando A Muerte”, con
toda la banda despidiéndose emocionada desde el centro del escenario mientras
recogían el calor y el cariño de todos sus
incondicionales.
GIGATRON
¿Qué
se puede decir de Charly Glamour y sus muchachos? Gigatron son un caso aparte
dentro del panorama roquero nacional. Con ellos no hay medias tintas o los amas
o los odias. Para muchos no dejan de ser una broma de mal gusto que no hacen
más que ridiculizar algunas de las piezas más legendarias de nuestro estilo.
Mientras que para otros son una excelente excusa para divertirse y despotricar
mientras se le da una vuelta de tuerca y se le cambia la letra a algunos de los
himnos más importantes y reconocibles del heavy metal.
Dejando
a un lado estas apreciaciones, lo cierto es que Gigatron son una buena banda,
tocan con convicción y tienen al frente a un “frontman” con desparpajo y
carisma, capaz de poner a cantar a todos los presentes cualquier chorrada que
se le pase por la cabeza. A pesar de ser una hora ya bastante intempestiva, lo
cierto es que Gigatron contaron con una buena representación de
incondicionales, siendo visibles entre la muchedumbre espadas y hachas que no
hacían más que ambientar y dar colorido al recinto de cara al inminente desembarco
de los autoproclamados “Dioses Del
Metal”.
En
plan épico, el cuarteto tomaba las tablas del escenario del Leyendas para
demostrar que están aquí para quedarse. Descarados, intensos y provocativos
Gigatron nos ofrecieron un buen rato de locura musical y una inagotable
sucesión de risas y carcajadas, dando inicio al recital con la oda que encierra
“Warrior Of The Barrio”, que era la elegida para abrir fuego. Como siempre
Charlie Glamour se mostró mordaz e implacable, explayándose a gusto en sus
ácidos discursos entre tema y tema, disparando sin compasión contra pijos,
políticos y toda esa chusma que tanto odian. Amparándose en la hermandad
metálica no faltaron a lo largo de su show piezas como “Banderas De Roña”, o
ese descomunal “El Barco De Colegas”, que provocaba que la gente se pusiera a
saltar poseída por su contagioso ritmo y su espíritu festivo.
Sin
dejar que el ánimo de los presentes decayese la siguiente en hacer acto de
presencia sería “La Tierra Del Rock”, que volvería a aunar las voces de todos
los presentes para dar colorido a la noche. Pero evidentemente los temas que
mejor funcionaron fueron esas piezas clásicas que se han convertido en santo y
seña de su carrera y que les identifican como estrellas indiscutibles del metal
en nuestro país. Así que el recinto se vendría literalmente abajo cuando la
banda atacó su mega-single “Caballón”. Pero por si la audiencia no había tenido
suficiente, el momento que todos habíamos estado esperando llegaría como “Te
Peto El Cacas”, el trallazo que una banda sueca “hurto” a nuestros héroes para
convertirlo en un clásico del hard rock más pijo y amariconado.
Recogiendo
entre tema y tema el fervor del publico y su apoyo incondicional llegaba el momento
de seguir navegando por su glorioso pasado, siendo la escogida para que todo el
mundo levantara sus brazos al aire otra vieja favorita “Grábame El De Slayer”,
que en esta ocasión contó con un inicio mas dulce y relajado. De los temas de
su último lanzamiento no faltarían a su cita ese áspero y roquero “Apocalipsis
Molón”; que servía para ratificar la excelente acogida que ha tenido la ultima
entrega de los Dioses del Metal.
Para
poner el broche definitivo a la noche y a esta primera jornada del festival optarían
por “El Barbero de Vallekas”, la inclemente “Heavy Hasta La Muerte”, convertida
ya en todo un himno para los incondicionales de la formación y la intratable
“Rebeldes de Cuero”.
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