AMARANTHE
Tras
una primera jornada que resultó un absoluto éxito en cuanto a público se
refiere, el festival propiamente dicho arrancaba con la actuación de un valor
emergente dentro de la escena europea Amaranthe. Muchos son los aspectos que
definen a los de Gotemburgo como una banda única y muy a tener en cuenta de
cara a los próximos años. Pero sin duda el autentico sello de la formación queda impreso en su tripleta de vocalista, que con sus registros son capaces de
transportarnos desde la elegante sensualidad que nos aporta la atractiva Elyze
Ryd, la elegancia que imprime Jake E., o ese abrasivo toque gutural que nos
propone la última incorporación de la banda Henrik Englund.
Tres
plásticos ha facturado la formación sueca/danesa desde su creación en 2008, el último
de ellos “Massive Addictive”, que les ha permitido girar por el viejo
continente como cabezas de cartel. De modo que había muchísimas ganas por ver
que tal respuesta ofrecería el sexteto en el entorno de un gran festival como
el Leyendas a primera hora de la tarde. Ante una audiencia mayoritariamente
joven, las huestes lideradas por la Elize Ryd inauguraban de forma oficial este
decima edición del Leyendas del Rock con “Digital World”, consiguiendo que la
gente pese al calor se convirtiera en parte fundamental del show, animando
insistentemente y coreando con fervor los estribillos de piezas básicas en su
repertorio como “Hunger” o “Invincible”.
Y es
que si algo caracteriza las descarga de Amaranthe es la simpatía y el buen
rollo contagioso que la banda desprende sobre las tablas. Aunque para los más
veteranos resulta difícil de asimilar una propuesta como la suya, en la que se
alternan pasajes netamente metaleros con elementos electrónicos y casi más
propios de la música dance, lo cierto es que los más jóvenes se dejaron
arrastrar sin ningún tipo de miramientos por la intensidad desbordante de
“Massive Addictive” y la marchorsa “Electroheart”. De su primera etapa no se
quedarían en el tintero la deliciosa “Amaranthine”, que se convertiría en el
preámbulo perfecta para encarar una recta final que daba arranque con
“Afterlife”.
Simpáticos,
cercanos y muy dicharacheros Amaranthe demostraron que son una banda con un
presente brillante y un futuro de lo más prometedor, y buena muestra de ello
fue la acogida y la respuesta que obtuvieron piezas como la adictiva
“Dynamite”, la “mansoniana” “Drop Dead Cynical” y la final “The Nexus”. Unos
temas poderosos e ideales para el directo, una puesta en escena cuidada y muy
trabajada son las principales armas de una banda que va a dar mucho que hablar
durante los próximos años.
BACKYARD BABIES
Aún recuerdo aquella panda de desarraigados
suecos macarras y desenfadados que llegaron a nuestro país acompañando a Ac Dc
para presentar su tercer trabajo “Making Enemies Is Good”. Mucho ha llovido
desde entonces y los Backyard Babies de 2015, pese a que continúan con la misma
formación, parecen haber perdido un poco de esa garra punzante e incisiva que
marcó algunos de sus trabajos más aclamados. Tras un periodo de tiempo
apartados del mundanal ruido, el cuarteto regresa ahora con las pilas bien
cargadas y con energías renovadas, de hecho
la presente gira por festivales
está sirviendo como reencuentro con sus seguidores antes de la edición de su nuevo trabajo “Four
By Four”, que se espera para finales de este mismo mes de Agosto.
Tras la tormenta de actitud y decibelios
que supuso la descarga de los thrashers alemanes Destruction, el clásico de
Guns N Roses “Wellcome To The Jungle” sonando a todo trapo a través del P.A.
sería el elegido para marcar la transición hacia derroteros más melódicos.
Ataviados con sus clásicas chupas de cuero el cuarteto de Nässjö aparecía en
escena dispuesto a hacernos pasar un buen rato gracias a la pegada de una de
las composiciones que formará parte del material que han estado grabando junto
al productor Jacob Hellner (Rammstein, Apocalyptica), el contagioso “Th1rt3en
Or Nothing”, que la verdad no acabó de cuajar entre una audiencia poco iniciada
en esos ritmos más bailables. Mucho mejor acogida tendría la segunda pieza de
la tarde el clásico “Highlights”, que suponía su primera incursión en “Total
13” de 1998, mostrándonos a un Dregen completamente desatado, recorriendo de
punta a punto el escenario mientras no dejaba de animar a las primeras filas.
Algo más estático y comedido se mostró la
otra cara visible del combo sueco, el guitarrista y vocalista, Nicke Borg. Pese
a ello, no faltaron esas poses netamente punk roqueras ni esos furibundos
ataques vocales en temas como “The Clash”, con la base rítmica formada por
Johan Blomqvist y el batería Peder Carlsson marcando incansablemente el
paso, o el marchoso arranque de la
roquerizada “Brand New Hate”, que servía
para que el publico coreara sus potentes estribillos, ratificando que su trabajo de 2001 es uno de los más
apreciados por la audiencia española. Tras ofrecernos esa suculenta doble
ración de material contenido en “Making Enemies Is Good” llegaba el momento de
centrar su objetivo en las melodías facilonas y accesibles de “Dysfunctional
Professional”, que serían la excusa perfecta para que los más marchosos
pusieran sus pies en movimiento animados por el siempre simpático e hiperactivo
Degren.
De su último trabajo homónimo, publicado en
2008, no faltarían los aromas más melosos de “Abandon”, que a la postre se
acabarían convirtiendo en la antesala perfecta para la explosión roquera contenida
en la marchosa “A Song for The
Outcast”,que sería la excusa perfecta para aunar la voz de todos los presentes
para dar forma al primer guiño a su “Stockholm Syndrome”. Si ya durante gran
parte del show fue el propio Dregen quien se encargó de ejercer como animador y
“frontman”, sería al atacar “Star War” cuando el guitarrista se convirtió en el
centro de todas las miradas, haciéndose cargo de las voces mientras espoleaba
al máximo a las primeras filas.
Para el sprint final los suecos decidieron
reservarse el pegadizo “Nomadic”, que personalmente no me acabó de convencer,
ya que creo que le faltó algo de pegada y fuerza, pese a que Dregen y Blomqvist
lo intentaron animando al personal en sus pegadizos estribillos. Mucho mejor
acogida obtuvo el primerizo “Look At You”, que provocó la explosión de júbilo
de las primeras filas. Aprovechando el buen recibimiento, Nick no quiso
abandonar el escenario del Leyendas sin prometernos que la banda regresaría
para presentar su nuevo trabajo en breve. Pero pese al anuncio, el ultimo
cartucho de los suecos no estaría reservado para una composición de nuevo cuño,
sino para las hirientes guitarras y los rotundos coros de “ Minus Celsius. En
resumen, buen concierto en líneas generales del combo sueco, aunque
personalmente hubiera optado por un repertorio más centrado en trabajos como
“Making Enemies Is Good” o “Stockholm Syndrome”. En cualquier caso, Backyard
Babies están de vuelta. Ahora habrá que ver si su nuevo trabajo “Four By Four”
estará a la altura de las expectativas de sus fans.
SONATA ARTICA
Con
el astro rey mostrándose en todo su esplendor y mientras un asfixiante calor se
adueñaba del recinto llegaba el turno de los finlandeses Sonata Artica. Claro ejemplo
de evolución musical la formación capitaneada por el vocalista Tony Kakko arribaba
al escenario Azucena para conmemorar junto a sus fans españoles sus dos décadas
de andadura. Mucha expectación había entre los presentes por averiguar si el
repertorio de esta tarde estaría centrado en el material de su debut
“Ecliptica”, del que recientemente se celebraba su decimoquinto aniversario, o si
bien si los de Kemi optarían por ofrecernos un detallado repaso a toda su trayectoria.
Con
un escenario engalanado con la portada de su ultimo trabajo “Pariah´s Child”,
los músicos saltaban a escena acompañados de “Can-Can Jaakolla”,con un Kakko
exultante dirigiendo al personal como si de un director de orquesta se tratara
para acto seguido embarcarse en el elegante up-tempo “White Pearl, Black Oceans…”, con el que
desplegaban toda la grandilocuencia de su propuesta, gracias a esos pomposos
estribillos pregrabados y la rotunda pegada del batería Tommy Portino. Tras
recibir los primeros aplausos de la tarde, la banda optó por pisar el
acelerador al máximo para rescatar su faceta más netamente powermetalera dando buena cuenta de “X Marks The Spot”, que
fue la elegida para que Kakko nos pusiera a todos a cantar.
El
cambio de tercio llegaría cuando las sutiles notas de los teclados de Henrik
Klingenberg empezaron a juguetear con la melodía de una de las viejas favoritas
de la banda “FullMoon”, que se convertiría en el primer punto álgido de su
descarga con todo el mundo entregadísimo coreando cada una de sus estrofas
mientras Kakko empleaba su pie de micro como si de una guitarra más se tratase.
El ritmo de intensidad que los finlandeses imprimieron a su show fue
verdaderamente arrollador. De modo que sin concedernos ni un segundo de tregua
seria el propio vocalista el encargado de introducirnos a capela el hímnico y
coreadísimo “I Have A Right”, que servía
para certificar la perfecta comunión entre banda y público.
Para
todos los que descubrieron a la banda durante sus primeros años el momento de
clímax llegaría con el segundo recuerdo a su debut, de manos de la rapidísima
acometida contenida en “8th Commandment”, que hacia desgallitarse al personal silenciando al propio Kakko. El contraste
entre presente y pasado lo pondría una de las piezas más brillantes de su
última entrega “The Wolves Die Young”, que aunque, como era previsible, no
consiguió mantener el nivel de intensidad de su antecesora si que recibió una
cálida acogida por parte de los fans del quinteto.
Más
dicharachero y comunicativo que en anteriores ocasiones, Tony Kakko nos explicó
que el siguiente tema le traía recuerdos de su más tierna infancia durante el “speech”
de presentación de “Destruction Preventer”, un nuevo golpe de timón con el que
el combo finlandés volvía a centrar su objetivo sobre el material contenido en
su opera prima, consiguiendo volver a recabar el apoyo de todos los presentes.
El último alarde de elegancia y melodía estaría reservado para un celebradísimo
“Don´t Say A Word” junto a unos fugaces destellos de “Vodka”, que resultaron
ideales como fin de fiesta.
Como
no podía ser de otra forma al concluir el show saludos, reparto de púas y baquetas, fotos de
familia y tiempo para que los músicos recogieran el sincero cariño de la
audiencia española mientras a través del P.A. sonaba “Preacher Speech”. Mucho
han tenido que batallar los finlandeses para conseguir un puesto de privilegio
dentro de la escena metálica europea, pero tras dos década de andadura parece
que Sonata Artica están viviendo uno de
sus mejores momentos.
OVERKILL
Hablar
de la formación capitaneada por el insigne y carismático vocalista Bobby
“Blitz” Ellsworth es hablar de una de las maquinarias de hacer thrash metal más
engrasadas y letales. Nacidos a inicios de la década de los ochenta Overkill se
han convertido con el paso de los años, -gracias a sus discos de estudio, pero
sobre todo gracias a sus devastadores directos-, en una banda de referencia
para todos los amantes del género. Con su última dentellada de estudio “White
Devil Armory”, ya muy rodada los de New Jersey aterrizaban en Villena
dispuestos a dejar una rotunda muestra de su devastador potencial metálico.
Desafortunadamente, la suerte no les acompañó y el quinteto americano acabó
cuajando una actuación que no acabó de colmar las altas expectativas de sus
incondicionales.
Para
la ocasión los de New Jersey convirtieron el escenario Azucena en una réplica prácticamente idéntica
del que pudimos disfrutar en su última visita por salas de hace escasamente
unos meses, contando, además de con el
habitual telón de fondo, con dos paredes de amplificadores y con algunos
elementos lumínicos colocados sobre ellos. Pero como comentaba el sonido no les
acompañó y ya desde los primeros compases de “Armorist” fuimos victimas de un
sonido horroroso, en el que prácticamente eran indescifrables las guitarras y
donde únicamente se podían oír con claridad los coros del eterno escudero de
Bobby, D.D. Verni. Pese a ello, ni banda ni público se rindieron, y lejos de
decaer la gente se volcó con la formación para apoyar al máximo durante los
estribillos de la letal “Hammerhead”, que significaba su primer guiño hacia el
material facturado durante la década de los ochenta.
Y es
que dejando a un lado los problemas técnicos, lo cierto es que Overkill nos
propusieron un repertorio absolutamente matador, combinando algunas de las
mejores composiciones de sus tres últimos lanzamientos y clásicos
incontestables de su primera etapa, algo que acabó repercutiendo en que en el repertorio de esta noche no hubiera ningún
recuerdo a todo el legado que la banda facturó durante la década de los
noventa. En cualquier caso, piezas absolutamente demoledoras como “Electric
Rattlesnake”, gozaron de una calurosa
acogida, espoleando al máximo a una audiencia que no dejó de danzar en círculos
mientras el quinteto aplastaba sin compasión sus instrumentos.
Pese
a que Bobby Ellsworth volvió a demostrar que es un “frontman” salvaje e
imparable, lo cierto es que en esta ocasión fue su compañero D.D. Verni quien se encargó de llevar el timón en muchos
momentos del show, comandando a sus compañeros y retando a la audiencia a
corear más que fuerte que él los hímnicos estribillos contenidos en piezas como
“In Union We Stand”. Con el sonido mejorando poco a poco llegaba el momento de
que Bobby recogiera el micro para darnos las gracias por nuestro apoyo durante
los últimos treinta años, para acto seguido desgallitarse en el arranque de un
“Rotten To The Core”, verdaderamente sublime, que ponía por primera vez el
recinto literalmente patas arriba. La encargada de seguir con el aplastante
paso del bombardero americano sería la más reciente “Bring Me The Night”, que
se convertiría en el primer recuerdo hacia su plástico de 2010 “Ironbound”.
Pero
evidentemente los momentos más calientes y abrasivos de la actuación del combo
americano llegarían cuando tras anunciar Bobby una buena dosis de thrash metal
“old School” la banda empezó a escupir
de forma consecutiva algunas de las gemas que marcaron sus primeros años de
trayectoria. Así que no faltaron durante el tramo central del show impactos
directos y certeros como “End Of The Line”, “Hello From The Gutter”, -ambas
extraídas de ese suculento e irrepetible “Under The Influence” de 1988- y el
devastador “Overkill”, que desataba la locura entre las primeras filas mientras
los primeros “surfers” hacían acto de presencia en un intento desesperado por
acceder al escenario.
La
última muestra del material contenido en sus últimas producciones llegaría de
la mano de la crujiente “Ironbound”, que
acabarían dejando paso a la apabullante
velocidad contenida en “Bitter Pill”. Haciendo uso de su incontestable carisma,
el mítico vocalista pediría nuestra atención durante la presentación del
visceral “Elimination”, que daba el pistoletazo de salida a un final
verdaderamente frenético que se acabaría materializando con ese macarra e
insolente “Fuck You”, que nos dejaría la estampa de todo el recinto mostrando
su dedo corazón a Bobby Ellsworth.
Ninguna
clase de reproche se puede poner a la descarga de estos ilustres veteranos del
thrash metal, que pese a los problemas de sonido lo dieron todo en escena para
conseguir que sus incondicionales
acabaron disfrutando de un gran show.
BLUES PILLS
Como
una bocanada aire fresco, así aterrizaron Blues Pills sobre el escenario Mark Reale.
Seguramente su estilo no fuera el más acorde con un cartel tan metálico como el
del Leyendas, pero lo cierto es que Elin Larsson y sus muchachos nos ofrecieron
una buena muestra de su ecléctico hard rock salpicado de pinceladas bluesy y psicodélicas. Bastante gente fue la que se
animó a presenciar su descarga, y simplemente hicieron falta los primeros
compases de “High Class Woman”, para que Elin nos sedujera a todos con su
preciosa voz, su magnetismo personal y
su impactante puesta en escena.
Además
de la imponente presencia escénica de la vocalista, que no paró de moverse
agitando su melena rubia mientras animaba incansablemente, la formación sueca
desborda elegancia y calidad instrumental por los cuatro costados, destacando
especialmente la genialidad de su guitarrista Dorian Sorriaux quien se embarcó en varios desarrollos
instrumentales cargados de intensidad, “feeling” y psicodelia, consiguiendo que
temas como “Ain´t No Change”, o la intimista y delicada “Astralplane”, fueran
la mejor presentación para los que todavía no les conocían.
Con
tan sólo un disco publicado el cuarteto ya ha conseguido asomar la cabeza en
algunos de los festivales más prestigiosos del viejo continente, y eso se notó
en las tablas y el dominio que exhibieron unos músicos que se mostraron
verdaderamente imparables a la hora de repasar temas como el bluesero “No Hope
Left For Me”, protagonizada por la sentida interpretación de una espectacular
Elin. Tampoco faltarían a lo largo de su descarga esos aromas típicos de la
psicodelia de los años setenta en el ácido y serpenteante “Bliss” o en su
particular versión del clásico de Joe White “Elements And Things”, que sería el
elegido para ponernos a todos a bailar.
Pero
sin duda uno de los momentos más brillantes de su actuación llegaría con la
densidad de “Black Smoke”, proponiéndonos una montaña rusa de emociones que
desembocaría en unos arrolladores in-crescendos instrumentales coronados por la
particular voz de Elin. Con la gente
cada vez más metida dentro de la descarga del combo sueco llegaba el momento de
encarar la recta final de su show, siendo los elegidos para rubricar su
actuación los aromas folk roqueros de “Little Sun” y la poderosa andanada
hardroquera contenida en la espectacular “Devil Man”, que volvía a poner a
todos los presentes en movimiento arrastrados por la potencia y pegada de su
aplastante estribillo.
Tras
el show, caras de sorpresa y estupefacción
entre los curiosos que se acercaron para ver de que iba la propuesta del
combo sueco. Pero entre sus incondicionales rostros de satisfacción que ratificaban
que Blues Pills son un gran banda y una apuesta segura de cara al directo. A
los suecos no les importa compartir escenario con bandas de metal, hard rock o
death metal, ellos llegan enchufan sus instrumentos y nos proponen un viaje en
el tiempo que nos transporta directamente a la década de los sesenta y los
sesenta. Simplemente geniales.
SABATON
Con
la noche ya bien entrada era el momento de uno de los platos fuertes de esta
jornada de jueves, la presencia sobre las tablas de Sabaton. La formación sueca
se ha consagrado definitivamente con “Heroes” como una de las bandas más en
forma dentro del panorama europeo. Así que ante una enorme expectación,
(especialmente entre los más jóvenes), el ejercito comandado por el bajista Pär
Sundström y el vocalista Joakim Brodén tomaban al asalto el escenario para
ofrecernos una descarga repleta de épica, comentarios jocosos y, sobre todo,
heavy metal, en la que el público sería protagonista y ellos ejercerían como
indiscutibles estrellas. Como viene siendo habitual en todas sus presentaciones
la introducción correría a cargo del “The Final Countdown” de sus compatriotas
Europe, alertándonos de su inminente desembarco.
Ataviados
con sus indumentarias castrenses, (instrumentos incluidos) y con una puesta en
escena sorpresivamente sobria, -(sin tanques, ni telones de fondo, ni ningún
elemento que hiciera referencia a su último plástico)-, la batalla se iniciaba
con la introducción “The March To War”, para acto seguido dejar paso a la
poderosa acometida contenida en “Ghost Division”, que nos mostraba a una banda
muy enchufada y sonriente, que tardó muy poco en meterse a toda la audiencia en
el bolsillo. Y es que los suecos se mostraron absolutamente intratables, como
una maquinaria de combate perfectamente engrasada, con todos los miembros de la
banda recorriendo incansablemente el
escenario, -luciendo una sonrisa de oreja a oreja-, mientras Joakim ejercía
como el perfecto maestro de ceremonias, haciendo que todos levantáramos
nuestros puños para corear al unísono los estribillos de la novedosa “To Hell And Back”. Tras un arranque
verdaderamente descomunal era la audiencia la encargada de recoger el testigo
para convertirse en protagonista y corear intensamente el nombre del quinteto.
Pero no fue esta la única vez que esto sucedió, ya que a lo largo de todo el
show Sabaton tuvieron que detenerse en repetidas ocasiones para dejar que la
audiencia les manifestara su cariño en forma de repetidos cánticos de apoyo.
Con
la gente completamente extasiada llegaba el momento de testar el recibimiento que tendrían las composiciones
de su anterior trabajo, y que mejor
elección que la pieza que le prestaba título “Carolus Rex”, que nos dejaría la
estampa de todo el recinto acompañando la entrada con palmas. Sorprendido ante
la respuesta del público español Joakim se dirigía al respetable para agradecerle
su lealtad, pero justo en ese instante la audiencia se arrancaba a corear la
melodía de “Swedish Pagans”, ante la cara de estupefacción de un sobrepasado
vocalista. No había posible elección, así que a petición popular la siguiente
en sonar fue la citada “Swedish Pagans”, provocando la locura entre una
audiencia que estaba disfrutando al máximo de la descarga de sus héroes.
Pero
dejando a un lado el buen rollo y la conexión entre banda y público, lo cierto
es que la descarga del combo sueco pasó sobre nosotros como un auténtico
huracán, y buena muestra de ello fue la incontestable potencia con la que
sonaron piezas como “No Bullets Fly”. Además, Joakim demostró tener un
ocurrente sentido del humor, consiguiendo que durante tema y tema alguno
esbozará más de una sonrisa con sus achispados comentarios. El momento del
vacile llegaría cuando el vocalista empuñó una guitarra para, -después de
ofrecernos una buena muestra de sus dotes como guitarrista-, embarcarse junto a sus compañeros en una
tremenda versión del “Resist And Bite”. Durante los últimos tiempos los suecos
se han convertido en unos asiduos a nuestros escenarios, de modo que también
habría tiempo para recordar anteriores visitas a nuestro país antes de
abalanzarse sobre “Screaming Eagles”, tras la cual desaparecerían entre
bambalinas dejando el escenario sumido en la más absoluta oscuridad.
Como
si de un llamamiento a sus incondicionales se tratase “The Art Of War”, sería
la elegida para allanar el paso a la descomunal “Panzerkampf”, que se
convertiría en una excelente ejemplo de la predilección por la temática bélica,
y en especial de la segunda guerra mundial, de la formación sueca. Imparables
hacia un incontestable triunfo Sabaton siguieron desgranando con absoluta
convicción piezas como “Attero
Dominatus”, que fue la elegida para poner el punto y seguido a esta primera
parte del show.
No
se harían derogar en exceso para su vuelta sobre las tablas, así que
acompañados de sirenas y luces rojas volverían para asestarnos un último y
letal asalto que estuvo protagonizado por “Night Witches”, último guiño que se
permitieron a “Heroes”, la inevitable “Primo Victoria”, que fue la excusa
perfecta para que Joakim jugueteara con la audiencia poniéndola a botar
mientras no dejaba de cantar; para dejar que fuera “Metal Crüe” la encargada de
poner el broche definitivo a su brillante actuación.
Ensalzados
por los mas jóvenes y criticados por los más veteranos, Sabaton continúan
avanzando con paso firme para convertirse en un nombre de referencia dentro del
heavy metal europeo. Ahora sólo hace falta ver si los suecos están en su mejor
momento y han alcanzado su cénit, o, si por el contrario, tienen margen todavía
para seguir escalando posiciones. Eso sí, creo que va siendo hora de que la
banda piense seriamente en la posibilidad de incorporar un teclista de cara a
los directos, ya que esos teclados pregrabados nunca me han acabado de
convencer y restan frescura y espectacularidad a un show de muchos quilates.
GAMMA RAY
Indudablemente
uno de los máximos atractivos de esta jornada de jueves era la presencia de
Gamma Ray. Durante los últimos tiempos el mítico Kay Hansen se ha convertido en
un asiduo de nuestros escenarios ya sea al frente de sus rayos gamma o junto a
Michael Kiske en su nueva andadura Unisonic.
En esta ocasión los de Hamburgo no traían un nuevo trabajo bajo el
brazo, ni falta que les hacia porque la formación goza de un fantástico estatus
entre los metaleros españoles.
Precedidos
por su habitual introducción “Wellcome”, los germanos tomaban posiciones para
dar el pistoletazo de salida a su show con la pieza que inaugura su mas
reciente entrega el complejo y denso “Avalon”, una elección ariesgada con la
que Hansen dejaba claro que en esta ocasión presentaba un nivel vocal bastante
bueno comparado con el rendimiento que nos ha ofrecido en sus ultimas visitas.
Con un sonido muy bueno, por lo menos desde mi posición, la banda empezó a
desgranar algunas de sus piezas más conocidas, siendo la elegida para iniciar
este recorrido por su pasado “Heaven Can Wait”. Sorpresivamente Hansen se
mostró en todo su esplendor, acaparando todo el protagonismo sobre las tablas
mientras potenciaba al máximo su faceta de guitar-hero, proponiendo haciéndose
cargo de la mayoría de los solos y ofreciéndonos un gran catalogo de posturas a
la hora de atacar su instrumento.
Quizás
no me acabó de convencer esa fijación por alargar al máximo los temas, haciendo
cantar a la gente cada uno de los estribillos y embarcándose en largos
desarrollos que hacían que el show no acabara de coger velocidad. Un claro
ejemplo de lo comentado anteriormente sucedió cuando el cuarteto atacó el
mítico “I Want Out”, todo un pelotazo para la audiencia española pero que fue
alargado con un extraño desarrollo reggae en su parte central que no acabó de
convencer a nadie. Pese a ello, alguna piezas como “Dream Healer”, recuperada
para este periplo europeo por grandes festivales si que parecieron conectar con
la audiencia que la recibió con los brazos abiertos y desbordando entusiasmo.
De
su etapa más reciente no quisieron dejarse en el tintero ese speedico “Master
Of Confussion”, contenido en su ultimo trabajo y que se ha convertido en una
fija de sus repertorios, o el despliegue épico contenido en una monumental
“Rebelion In Dreamland”, rescatada de su aclamado “Land Of The Free”, pero de
la que en esta ocasión se reservaron su segunda parte. Con la gente
completamente entregada y con la banda mostrándose muy a gusto sobre las tablas
llegaba el momento de volver la vista atrás hacia “Somewhere Out In Space”, que
nuevamente contó con el apoyo de todo el respetable para corear su estribillo
para poner el broche de oro a esta primera parte del show.
Para su retorno sobre las tablas Hansen y sus muchachos optarían
por ese ritmo machacón y pesado del hímnico “To The Metal”, mientras que la
elegida para el adiós definitivo seria una celebradísima “Send Me A Sign”, con
la que los alemanes se despedían por todo lo alto. Personalmente, debo
reconocer que la actuación se me hizo un poco corta y me dejo con una sabor un
tanto agri-dulce, ya que estando Hansen en tan buen estado vocal me pareció que
el show, con un par de temas más, habría sido perfecto, pero la fijación del
mítico guitarrista de alargar los temas hasta la saciedad acabó restando
frescura y espontaneidad a un show que podría haber sido memorable.
DÖRIA
El esfuerzo acostumbra a dar siempre frutos
satisfactorios. Incansables al desaliento los chicos de Döria serían los
elegidos para clausurar esta jornada de Jueves en el escenario Mark Reale. La
verdad es que no éramos muchos los que nos congregamos para seguir su
actuación, pero tal y como comentó Rafa Basa, -que fue quien ejerció como
maestro de ceremonias-, los que estábamos allí éramos amantes del heavy metal
de calidad. Tras haber cosechado unas excelentes críticas con la edición de su
segundo trabajo "Golpea Otra Vez", Döria arribaban a esta décima
edición del Leyendas con novedades en su formación, concretamente presentando a
su nuevo guitarrista Juan Martín, que sustituye a Laura Moral que dejó la banda
a finales del pasado 2014.
Bien arropados por una buena representación
de amigos e incondicionales el quinteto catalán saltaba a escena dispuesto a
ayudarnos a quemar los últimos cartuchos de la noche con una buena ración de su
potente heavy metal melódico. Liderados por un sonriente y simpático Marti
Dòria el grupo no tuvo ninguna clase de problema para conectar con los allí
reunidos, inaugurando su descarga con la misma pieza que abre su último
plástico "Aún Recuerdo", dejando bien claro que la elección de su
nuevo “hacha” ha sido todo un acierto, ya que se complementa a la perfección
con su socio a las seis cuerdas Víctor Vázquez. Era tarde y había poco tiempo
para presentar sus composiciones, de modo que la banda optó por imprimir un
ritmo alto al show. Así que tras recibir los primeros aplausos de la noche y
sin concedernos ni un segundo de tregua llegaba el momento "Bajo La
Nieve", que fue fantásticamente recibida por una audiencia que acompañó el
arranque con palmas para que
posteriormente fuera Marti el encargado
de rematar la pieza con una fantástica interpretación.
Y es que durante todo el show el vocalista
se mostró simpático y comunicativo, interactuando constantemente con la gente,
lanzando camisetas de regalo entre los presentes y consiguiendo hacernos
partícipes a todos de temas como "Despierta", que significaba su
primer recuerdo hacia su "Despertar". Para todos los que hemos venido
siguiendo la trayectoria de Döria resulta evidente que el combo catalán tiene
una propuesta variada y heterogénea, y la mejor muestra fue el derroche de
intensidad, romanticismo y elegancia que nos propusieron en temas como
"Desdibujando Sueños".
Pero sin duda los allí reunidos, y más a
esas horas tan intempestivas, teníamos ganas de marcha y actitud 100 % rock n rollera,
y esta llegaría con el ritmo contagioso y adictivo de "La Soga", que
les servía para elevar el ánimo de un público que parecía no desfallecer.
Además de presentarnos algunas de las mejores composiciones de sus dos trabajos
de estudio, el combo catalán quiso aprovechar la ocasión para ofrecernos una
muestra del material en el que están trabajando actualmente y que formara parte
de su tercera entrega, concretamente el tema "Que Más Da".
El momento de retomar la química y el buen
rollo con el público llegaría al atacar una de sus piezas más emblemáticas y
conocidas "Pensavientos", que fue la elegida para que Marti montará
una “guerra de sexos” entre voces masculinas y femeninas. La picardía y el
desparpajo de los barceloneses saldría a
relucir en esa tentadora "Caperucita Feroz”. Mientras que la encargada de
despedir su actuación sería la versión del "Hail And Kill", de los
americanos Manowar, con todo la banda rayando a
un excelente nivel y con su vocalista, Marti Dòria, destapándose como un
excelente “frontman”.
Dejando a un lado las descargas aquí reseñadas, aunque no pude seguirlas de forma integra a causa de solapaciones inoportunas y porque, lógicamente, uno necesita sus momentos para comer, refrescarse y charlar con amigos y conocidos, si que me gustaría comentar que los alemanes DESTRUCTION estuvieron a un gran nivel, dando rienda suelta a su furibundo thrash metal, enlazando de forma magistral temas de su primera época con himnos de factura más reciente, consiguiendo conectar con la gente. Particularmente emotiva y avasalladora resultó la descarga de los americanos DEATH quienes comandados por el insigne bajista Steve Digiorgio nos ofrecieron una interesantísima retrospectiva sobre el pasado de la banda que sirvió como merecido homenaje a la figura de su fallecido líder el irrepetible Chuck Schuldiner. Casi poniendo el broche de oro a esta jornada de Jueves contaríamos también con la presencia de los riojanos Tierra Santa quienes dieron buena cuenta de ese heavy metal melódico y repleto de melodía, demostrando que pese al paso de los años la banda sigue luchando contra el desaliento, facturando una actuación que hizo las delicias de sus incondicionales y en la brillaron con luz propia viejas favoritas como "Séptima Estrella", "La Sombra De La Bestia" o "Alas De Fuego".
No hay comentarios:
Publicar un comentario