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domingo, 16 de agosto de 2015

LEYENDAS DEL ROCK-VILLENA-6-AGO-2015


AMARANTHE

Tras una primera jornada que resultó un absoluto éxito en cuanto a público se refiere, el festival propiamente dicho arrancaba con la actuación de un valor emergente dentro de la escena europea Amaranthe. Muchos son los aspectos que definen a los de Gotemburgo como una banda única y muy a tener en cuenta de cara a los próximos años. Pero sin duda el autentico sello de la formación  queda impreso en su tripleta de vocalista, que con sus registros son capaces de transportarnos desde la elegante sensualidad que nos aporta la atractiva Elyze Ryd, la elegancia que imprime Jake E., o ese abrasivo toque gutural que nos propone la última incorporación de la banda Henrik Englund.


Tres plásticos ha facturado la formación sueca/danesa desde su creación en 2008, el último de ellos “Massive Addictive”, que les ha permitido girar por el viejo continente como cabezas de cartel. De modo que había muchísimas ganas por ver que tal respuesta ofrecería el sexteto en el entorno de un gran festival como el Leyendas a primera hora de la tarde. Ante una audiencia mayoritariamente joven, las huestes lideradas por la Elize Ryd inauguraban de forma oficial este decima edición del Leyendas del Rock con “Digital World”, consiguiendo que la gente pese al calor se convirtiera en parte fundamental del show, animando insistentemente y coreando con fervor los estribillos de piezas básicas en su repertorio como “Hunger” o “Invincible”.

Y es que si algo caracteriza las descarga de Amaranthe es la simpatía y el buen rollo contagioso que la banda desprende sobre las tablas. Aunque para los más veteranos resulta difícil de asimilar una propuesta como la suya, en la que se alternan pasajes netamente metaleros con elementos electrónicos y casi más propios de la música dance, lo cierto es que los más jóvenes se dejaron arrastrar sin ningún tipo de miramientos por la intensidad desbordante de “Massive Addictive” y la marchorsa “Electroheart”. De su primera etapa no se quedarían en el tintero la deliciosa “Amaranthine”, que se convertiría en el preámbulo perfecta para encarar una recta final que daba arranque con “Afterlife”.


Simpáticos, cercanos y muy dicharacheros Amaranthe demostraron que son una banda con un presente brillante y un futuro de lo más prometedor, y buena muestra de ello fue la acogida y la respuesta que obtuvieron piezas como la adictiva “Dynamite”, la “mansoniana” “Drop Dead Cynical” y la final “The Nexus”. Unos temas poderosos e ideales para el directo, una puesta en escena cuidada y muy trabajada son las principales armas de una banda que va a dar mucho que hablar durante los próximos años.

BACKYARD BABIES

Aún recuerdo aquella panda de desarraigados suecos macarras y desenfadados que llegaron a nuestro país acompañando a Ac Dc para presentar su tercer trabajo “Making Enemies Is Good”. Mucho ha llovido desde entonces y los Backyard Babies de 2015, pese a que continúan con la misma formación, parecen haber perdido un poco de esa garra punzante e incisiva que marcó algunos de sus trabajos más aclamados. Tras un periodo de tiempo apartados del mundanal ruido, el cuarteto regresa ahora con las pilas bien cargadas y con energías renovadas, de hecho  la presente  gira por festivales está sirviendo como reencuentro con sus seguidores  antes de la edición de su nuevo trabajo “Four By Four”, que se espera para finales de este mismo mes de Agosto.

Tras la tormenta de actitud y decibelios que supuso la descarga de los thrashers alemanes Destruction, el clásico de Guns N Roses “Wellcome To The Jungle” sonando a todo trapo a través del P.A. sería el elegido para marcar la transición hacia derroteros más melódicos. Ataviados con sus clásicas chupas de cuero el cuarteto de Nässjö aparecía en escena dispuesto a hacernos pasar un buen rato gracias a la pegada de una de las composiciones que formará parte del material que han estado grabando junto al productor Jacob Hellner (Rammstein, Apocalyptica), el contagioso “Th1rt3en Or Nothing”, que la verdad no acabó de cuajar entre una audiencia poco iniciada en esos ritmos más bailables. Mucho mejor acogida tendría la segunda pieza de la tarde el clásico “Highlights”, que suponía su primera incursión en “Total 13” de 1998, mostrándonos a un Dregen completamente desatado, recorriendo de punta a punto el escenario mientras no dejaba de animar a las primeras filas.

Algo más estático y comedido se mostró la otra cara visible del combo sueco, el guitarrista y vocalista, Nicke Borg. Pese a ello, no faltaron esas poses netamente punk roqueras ni esos furibundos ataques vocales en temas como “The Clash”, con la base rítmica formada por Johan Blomqvist y el batería Peder Carlsson marcando incansablemente el paso,  o el marchoso arranque de la roquerizada  “Brand New Hate”, que servía para que el publico coreara sus potentes estribillos, ratificando  que su trabajo de 2001 es uno de los más apreciados por la audiencia española. Tras ofrecernos esa suculenta doble ración de material contenido en “Making Enemies Is Good” llegaba el momento de centrar su objetivo en las melodías facilonas y accesibles de “Dysfunctional Professional”, que serían la excusa perfecta para que los más marchosos pusieran sus pies en movimiento animados por el siempre simpático e hiperactivo Degren.

De su último trabajo homónimo, publicado en 2008, no faltarían los aromas más melosos de “Abandon”, que a la postre se acabarían convirtiendo en la antesala perfecta para la explosión roquera contenida en la marchosa  “A Song for The Outcast”,que sería la excusa perfecta para aunar la voz de todos los presentes para dar forma al primer guiño a su “Stockholm Syndrome”. Si ya durante gran parte del show fue el propio Dregen quien se encargó de ejercer como animador y “frontman”, sería al atacar “Star War” cuando el guitarrista se convirtió en el centro de todas las miradas, haciéndose cargo de las voces mientras espoleaba al máximo a las primeras filas.

Para el sprint final los suecos decidieron reservarse el pegadizo “Nomadic”, que personalmente no me acabó de convencer, ya que creo que le faltó algo de pegada y fuerza, pese a que Dregen y Blomqvist lo intentaron animando al personal en sus pegadizos estribillos. Mucho mejor acogida obtuvo el primerizo “Look At You”, que provocó la explosión de júbilo de las primeras filas. Aprovechando el buen recibimiento, Nick no quiso abandonar el escenario del Leyendas sin prometernos que la banda regresaría para presentar su nuevo trabajo en breve. Pero pese al anuncio, el ultimo cartucho de los suecos no estaría reservado para una composición de nuevo cuño, sino para las hirientes guitarras y los rotundos coros de “ Minus Celsius. En resumen, buen concierto en líneas generales del combo sueco, aunque personalmente hubiera optado por un repertorio más centrado en trabajos como “Making Enemies Is Good” o “Stockholm Syndrome”. En cualquier caso, Backyard Babies están de vuelta. Ahora habrá que ver si su nuevo trabajo “Four By Four” estará a la altura de las expectativas de sus fans.

SONATA ARTICA

Con el astro rey mostrándose en todo su esplendor y mientras un asfixiante calor se adueñaba del recinto llegaba el turno de los finlandeses Sonata Artica. Claro ejemplo de evolución musical la formación capitaneada por el vocalista Tony Kakko arribaba al escenario Azucena para conmemorar junto a sus fans españoles sus dos décadas de andadura. Mucha expectación había entre los presentes por averiguar si el repertorio de esta tarde estaría centrado en el material de su debut “Ecliptica”, del que recientemente se celebraba su decimoquinto aniversario, o si bien si los de Kemi optarían por ofrecernos  un detallado repaso a toda su trayectoria.

Con un escenario engalanado con la portada de su ultimo trabajo “Pariah´s Child”, los músicos saltaban a escena acompañados de “Can-Can Jaakolla”,con un Kakko exultante dirigiendo al personal como si de un director de orquesta se tratara para acto seguido embarcarse en el elegante up-tempo  “White Pearl, Black Oceans…”, con el que desplegaban toda la grandilocuencia de su propuesta, gracias a esos pomposos estribillos pregrabados y la rotunda pegada del batería Tommy Portino. Tras recibir los primeros aplausos de la tarde, la banda optó por pisar el acelerador al máximo para rescatar su faceta más netamente powermetalera  dando buena cuenta de “X Marks The Spot”, que fue la elegida para que Kakko nos pusiera a todos a cantar.

El cambio de tercio llegaría cuando las sutiles notas de los teclados de Henrik Klingenberg empezaron a juguetear con la melodía de una de las viejas favoritas de la banda “FullMoon”, que se convertiría en el primer punto álgido de su descarga con todo el mundo entregadísimo coreando cada una de sus estrofas mientras Kakko empleaba su pie de micro como si de una guitarra más se tratase. El ritmo de intensidad que los finlandeses imprimieron a su show fue verdaderamente arrollador. De modo que sin concedernos ni un segundo de tregua seria el propio vocalista el encargado de introducirnos a capela el hímnico y coreadísimo  “I Have A Right”, que servía para certificar la perfecta comunión entre banda y público.

Para todos los que descubrieron a la banda durante sus primeros años el momento de clímax llegaría con el segundo recuerdo a su debut, de manos de la rapidísima acometida contenida en “8th Commandment”, que hacia desgallitarse al personal  silenciando al propio Kakko. El contraste entre presente y pasado lo pondría una de las piezas más brillantes de su última entrega “The Wolves Die Young”, que aunque, como era previsible, no consiguió mantener el nivel de intensidad de su antecesora si que recibió una cálida acogida por parte de los fans del quinteto.

Más dicharachero y comunicativo que en anteriores ocasiones, Tony Kakko nos explicó que el siguiente tema le traía recuerdos de su más tierna infancia durante el “speech” de presentación de “Destruction Preventer”, un nuevo golpe de timón con el que el combo finlandés volvía a centrar su objetivo sobre el material contenido en su opera prima, consiguiendo volver a recabar el apoyo de todos los presentes. El último alarde de elegancia y melodía estaría reservado para un celebradísimo “Don´t Say A Word” junto a unos fugaces destellos de “Vodka”, que resultaron ideales como fin de fiesta.

Como no podía ser de otra forma al concluir el show  saludos, reparto de púas y baquetas, fotos de familia y tiempo para que los músicos recogieran el sincero cariño de la audiencia española mientras a través del P.A. sonaba “Preacher Speech”. Mucho han tenido que batallar los finlandeses para conseguir un puesto de privilegio dentro de la escena metálica europea, pero tras dos década de andadura parece que Sonata Artica están viviendo  uno de sus mejores momentos.

OVERKILL

Hablar de la formación capitaneada por el insigne y carismático vocalista Bobby “Blitz” Ellsworth es hablar de una de las maquinarias de hacer thrash metal más engrasadas y letales. Nacidos a inicios de la década de los ochenta Overkill se han convertido con el paso de los años, -gracias a sus discos de estudio, pero sobre todo gracias a sus devastadores directos-, en una banda de referencia para todos los amantes del género. Con su última dentellada de estudio “White Devil Armory”, ya muy rodada los de New Jersey aterrizaban en Villena dispuestos a dejar una rotunda muestra de su devastador potencial metálico. Desafortunadamente, la suerte no les acompañó y el quinteto americano acabó cuajando una actuación que no acabó de colmar las altas expectativas de sus incondicionales.

Para la ocasión los de New Jersey convirtieron el escenario  Azucena en una réplica prácticamente idéntica del que pudimos disfrutar en su última visita por salas de hace escasamente unos meses, contando, además de con el  habitual telón de fondo, con dos paredes de amplificadores y con algunos elementos lumínicos colocados sobre ellos. Pero como comentaba el sonido no les acompañó y ya desde los primeros compases de “Armorist” fuimos victimas de un sonido horroroso, en el que prácticamente eran indescifrables las guitarras y donde únicamente se podían oír con claridad los coros del eterno escudero de Bobby, D.D. Verni. Pese a ello, ni banda ni público se rindieron, y lejos de decaer la gente se volcó con la formación para apoyar al máximo durante los estribillos de la letal “Hammerhead”, que significaba su primer guiño hacia el material facturado durante la década de los ochenta.

Y es que dejando a un lado los problemas técnicos, lo cierto es que Overkill nos propusieron un repertorio absolutamente matador, combinando algunas de las mejores composiciones de sus tres últimos lanzamientos y clásicos incontestables de su primera etapa, algo que acabó repercutiendo en que en  el repertorio de esta noche no hubiera ningún recuerdo a todo el legado que la banda facturó durante la década de los noventa. En cualquier caso, piezas absolutamente demoledoras como “Electric Rattlesnake”, gozaron de  una calurosa acogida, espoleando al máximo a una audiencia que no dejó de danzar en círculos mientras el quinteto aplastaba sin compasión sus instrumentos.

Pese a que Bobby Ellsworth volvió a demostrar que es un “frontman” salvaje e imparable, lo cierto es que en esta ocasión fue su compañero D.D. Verni  quien se encargó de llevar el timón en muchos momentos del show, comandando a sus compañeros y retando a la audiencia a corear más que fuerte que él los hímnicos estribillos contenidos en piezas como “In Union We Stand”. Con el sonido mejorando poco a poco llegaba el momento de que Bobby recogiera el micro para darnos las gracias por nuestro apoyo durante los últimos treinta años, para acto seguido desgallitarse en el arranque de un “Rotten To The Core”, verdaderamente sublime, que ponía por primera vez el recinto literalmente patas arriba. La encargada de seguir con el aplastante paso del bombardero americano sería la más reciente “Bring Me The Night”, que se convertiría en el primer recuerdo hacia su plástico de 2010 “Ironbound”.

Pero evidentemente los momentos más calientes y abrasivos de la actuación del combo americano llegarían cuando tras anunciar Bobby una buena dosis de thrash metal “old School”  la banda empezó a escupir de forma consecutiva algunas de las gemas que marcaron sus primeros años de trayectoria. Así que no faltaron durante el tramo central del show impactos directos y certeros como “End Of The Line”, “Hello From The Gutter”, -ambas extraídas de ese suculento e irrepetible “Under The Influence” de 1988- y el devastador “Overkill”, que desataba la locura entre las primeras filas mientras los primeros “surfers” hacían acto de presencia en un intento desesperado por acceder al escenario.

La última muestra del material contenido en sus últimas producciones llegaría de la mano de la crujiente  “Ironbound”, que acabarían dejando paso a  la apabullante velocidad contenida en “Bitter Pill”. Haciendo uso de su incontestable carisma, el mítico vocalista pediría nuestra atención durante la presentación del visceral “Elimination”, que daba el pistoletazo de salida a un final verdaderamente frenético que se acabaría materializando con ese macarra e insolente “Fuck You”, que nos dejaría la estampa de todo el recinto mostrando su dedo corazón a Bobby Ellsworth.

Ninguna clase de reproche se puede poner a la descarga de estos ilustres veteranos del thrash metal, que pese a los problemas de sonido lo dieron todo en escena para conseguir  que sus incondicionales acabaron disfrutando de un gran show.

BLUES PILLS

Como una bocanada aire fresco, así aterrizaron Blues Pills sobre el escenario Mark Reale. Seguramente su estilo no fuera el más acorde con un cartel tan metálico como el del Leyendas, pero lo cierto es que Elin Larsson y sus muchachos nos ofrecieron una buena muestra de su ecléctico hard rock salpicado de pinceladas bluesy  y psicodélicas. Bastante gente fue la que se animó a presenciar su descarga, y simplemente hicieron falta los primeros compases de “High Class Woman”, para que Elin nos sedujera a todos con su preciosa voz, su magnetismo personal  y su impactante puesta en escena.

Además de la imponente presencia escénica de la vocalista, que no paró de moverse agitando su melena rubia mientras animaba incansablemente, la formación sueca desborda elegancia y calidad instrumental por los cuatro costados, destacando especialmente la genialidad de su guitarrista Dorian Sorriaux  quien se embarcó en varios desarrollos instrumentales cargados de intensidad, “feeling” y psicodelia, consiguiendo que temas como “Ain´t No Change”, o la intimista y delicada “Astralplane”, fueran la mejor presentación para los que todavía no les conocían.

Con tan sólo un disco publicado el cuarteto ya ha conseguido asomar la cabeza en algunos de los festivales más prestigiosos del viejo continente, y eso se notó en las tablas y el dominio que exhibieron unos músicos que se mostraron verdaderamente imparables a la hora de repasar temas como el bluesero “No Hope Left For Me”, protagonizada por la sentida interpretación de una espectacular Elin. Tampoco faltarían a lo largo de su descarga esos aromas típicos de la psicodelia de los años setenta en el ácido y serpenteante “Bliss” o en su particular versión del clásico de Joe White “Elements And Things”, que sería el elegido para ponernos a todos a bailar.

Pero sin duda uno de los momentos más brillantes de su actuación llegaría con la densidad de “Black Smoke”, proponiéndonos una montaña rusa de emociones que desembocaría en unos arrolladores in-crescendos instrumentales coronados por la particular voz de Elin.  Con la gente cada vez más metida dentro de la descarga del combo sueco llegaba el momento de encarar la recta final de su show, siendo los elegidos para rubricar su actuación los aromas folk roqueros de “Little Sun” y la poderosa andanada hardroquera contenida en la espectacular “Devil Man”, que volvía a poner a todos los presentes en movimiento arrastrados por la potencia y pegada de su aplastante estribillo.

Tras el show, caras de sorpresa y estupefacción  entre los curiosos que se acercaron para ver de que iba la propuesta del combo sueco. Pero entre sus incondicionales rostros de satisfacción que ratificaban que Blues Pills son un gran banda y una apuesta segura de cara al directo. A los suecos no les importa compartir escenario con bandas de metal, hard rock o death metal, ellos llegan enchufan sus instrumentos y nos proponen un viaje en el tiempo que nos transporta directamente a la década de los sesenta y los sesenta. Simplemente geniales.

SABATON

Con la noche ya bien entrada era el momento de uno de los platos fuertes de esta jornada de jueves, la presencia sobre las tablas de Sabaton. La formación sueca se ha consagrado definitivamente con “Heroes” como una de las bandas más en forma dentro del panorama europeo. Así que ante una enorme expectación, (especialmente entre los más jóvenes), el ejercito comandado por el bajista Pär Sundström y el vocalista Joakim Brodén tomaban al asalto el escenario para ofrecernos una descarga repleta de épica, comentarios jocosos y, sobre todo, heavy metal, en la que el público sería protagonista y ellos ejercerían como indiscutibles estrellas. Como viene siendo habitual en todas sus presentaciones la introducción correría a cargo del “The Final Countdown” de sus compatriotas Europe, alertándonos de su inminente desembarco.

Ataviados con sus indumentarias castrenses, (instrumentos incluidos) y con una puesta en escena sorpresivamente sobria, -(sin tanques, ni telones de fondo, ni ningún elemento que hiciera referencia a su último plástico)-, la batalla se iniciaba con la introducción “The March To War”, para acto seguido dejar paso a la poderosa acometida contenida en “Ghost Division”, que nos mostraba a una banda muy enchufada y sonriente, que tardó muy poco en meterse a toda la audiencia en el bolsillo. Y es que los suecos se mostraron absolutamente intratables, como una maquinaria de combate perfectamente engrasada, con todos los miembros de la banda recorriendo incansablemente  el escenario, -luciendo una sonrisa de oreja a oreja-, mientras Joakim ejercía como el perfecto maestro de ceremonias, haciendo que todos levantáramos nuestros puños para corear al unísono los estribillos de la novedosa  “To Hell And Back”. Tras un arranque verdaderamente descomunal era la audiencia la encargada de recoger el testigo para convertirse en protagonista y corear intensamente el nombre del quinteto. Pero no fue esta la única vez que esto sucedió, ya que a lo largo de todo el show Sabaton tuvieron que detenerse en repetidas ocasiones para dejar que la audiencia les manifestara su cariño en forma de repetidos cánticos de apoyo.

Con la gente completamente extasiada llegaba el momento de testar el  recibimiento que tendrían las composiciones de su anterior  trabajo, y que mejor elección que la pieza que le prestaba título “Carolus Rex”, que nos dejaría la estampa de todo el recinto acompañando la entrada con palmas. Sorprendido ante la respuesta del público español Joakim se dirigía al respetable para agradecerle su lealtad, pero justo en ese instante la audiencia se arrancaba a corear la melodía de “Swedish Pagans”, ante la cara de estupefacción de un sobrepasado vocalista. No había posible elección, así que a petición popular la siguiente en sonar fue la citada “Swedish Pagans”, provocando la locura entre una audiencia que estaba disfrutando al máximo de la descarga de sus héroes.

Pero dejando a un lado el buen rollo y la conexión entre banda y público, lo cierto es que la descarga del combo sueco pasó sobre nosotros como un auténtico huracán, y buena muestra de ello fue la incontestable potencia con la que sonaron piezas como “No Bullets Fly”. Además, Joakim demostró tener un ocurrente sentido del humor, consiguiendo que durante tema y tema alguno esbozará más de una sonrisa con sus achispados comentarios. El momento del vacile llegaría cuando el vocalista empuñó una guitarra para, -después de ofrecernos una buena muestra de sus dotes como guitarrista-,  embarcarse junto a sus compañeros en una tremenda versión del “Resist And Bite”. Durante los últimos tiempos los suecos se han convertido en unos asiduos a nuestros escenarios, de modo que también habría tiempo para recordar anteriores visitas a nuestro país antes de abalanzarse sobre “Screaming Eagles”, tras la cual desaparecerían entre bambalinas dejando el escenario sumido en la más  absoluta oscuridad.

Como si de un llamamiento a sus incondicionales se tratase “The Art Of War”, sería la elegida para allanar el paso a la descomunal “Panzerkampf”, que se convertiría en una excelente ejemplo de la predilección por la temática bélica, y en especial de la segunda guerra mundial, de la formación sueca. Imparables hacia un incontestable triunfo Sabaton siguieron desgranando con absoluta convicción  piezas como “Attero Dominatus”, que fue la elegida para poner el punto y seguido a esta primera parte del show.

No se harían derogar en exceso para su vuelta sobre las tablas, así que acompañados de sirenas y luces rojas volverían para asestarnos un último y letal asalto que estuvo protagonizado por “Night Witches”, último guiño que se permitieron a “Heroes”, la inevitable “Primo Victoria”, que fue la excusa perfecta para que Joakim jugueteara con la audiencia poniéndola a botar mientras no dejaba de cantar; para dejar que fuera “Metal Crüe” la encargada de poner el broche definitivo a su brillante actuación.

Ensalzados por los mas jóvenes y criticados por los más veteranos, Sabaton continúan avanzando con paso firme para convertirse en un nombre de referencia dentro del heavy metal europeo. Ahora sólo hace falta ver si los suecos están en su mejor momento y han alcanzado su cénit, o, si por el contrario, tienen margen todavía para seguir escalando posiciones. Eso sí, creo que va siendo hora de que la banda piense seriamente en la posibilidad de incorporar un teclista de cara a los directos, ya que esos teclados pregrabados nunca me han acabado de convencer y restan frescura y espectacularidad a un show de muchos quilates.

GAMMA RAY

Indudablemente uno de los máximos atractivos de esta jornada de jueves era la presencia de Gamma Ray. Durante los últimos tiempos el mítico Kay Hansen se ha convertido en un asiduo de nuestros escenarios ya sea al frente de sus rayos gamma o junto a Michael Kiske en su nueva andadura Unisonic.  En esta ocasión los de Hamburgo no traían un nuevo trabajo bajo el brazo, ni falta que les hacia porque la formación goza de un fantástico estatus entre los metaleros españoles.

Precedidos por su habitual introducción “Wellcome”, los germanos tomaban posiciones para dar el pistoletazo de salida a su show con la pieza que inaugura su mas reciente entrega el complejo y denso “Avalon”, una elección ariesgada con la que Hansen dejaba claro que en esta ocasión presentaba un nivel vocal bastante bueno comparado con el rendimiento que nos ha ofrecido en sus ultimas visitas. Con un sonido muy bueno, por lo menos desde mi posición, la banda empezó a desgranar algunas de sus piezas más conocidas, siendo la elegida para iniciar este recorrido por su pasado “Heaven Can Wait”. Sorpresivamente Hansen se mostró en todo su esplendor, acaparando todo el protagonismo sobre las tablas mientras potenciaba al máximo su faceta de guitar-hero, proponiendo haciéndose cargo de la mayoría de los solos y ofreciéndonos un gran catalogo de posturas a la hora de atacar su instrumento.

Quizás no me acabó de convencer esa fijación por alargar al máximo los temas, haciendo cantar a la gente cada uno de los estribillos y embarcándose en largos desarrollos que hacían que el show no acabara de coger velocidad. Un claro ejemplo de lo comentado anteriormente sucedió cuando el cuarteto atacó el mítico “I Want Out”, todo un pelotazo para la audiencia española pero que fue alargado con un extraño desarrollo reggae en su parte central que no acabó de convencer a nadie. Pese a ello, alguna piezas como “Dream Healer”, recuperada para este periplo europeo por grandes festivales si que parecieron conectar con la audiencia que la recibió con los brazos abiertos y desbordando entusiasmo.

De su etapa más reciente no quisieron dejarse en el tintero ese speedico “Master Of Confussion”, contenido en su ultimo trabajo y que se ha convertido en una fija de sus repertorios, o el despliegue épico contenido en una monumental “Rebelion In Dreamland”, rescatada de su aclamado “Land Of The Free”, pero de la que en esta ocasión se reservaron su segunda parte. Con la gente completamente entregada y con la banda mostrándose muy a gusto sobre las tablas llegaba el momento de volver la vista atrás hacia “Somewhere Out In Space”, que nuevamente contó con el apoyo de todo el respetable para corear su estribillo para poner el broche de oro a esta primera parte del show.

Para su retorno sobre las tablas Hansen y sus muchachos optarían por ese ritmo machacón y pesado del hímnico “To The Metal”, mientras que la elegida para el adiós definitivo seria una celebradísima “Send Me A Sign”, con la que los alemanes se despedían por todo lo alto. Personalmente, debo reconocer que la actuación se me hizo un poco corta y me dejo con una sabor un tanto agri-dulce, ya que estando Hansen en tan buen estado vocal me pareció que el show, con un par de temas más, habría sido perfecto, pero la fijación del mítico guitarrista de alargar los temas hasta la saciedad acabó restando frescura y espontaneidad a un show que podría haber sido memorable.


DÖRIA

El esfuerzo acostumbra a dar siempre frutos satisfactorios. Incansables al desaliento los chicos de Döria serían los elegidos para clausurar esta jornada de Jueves en el escenario Mark Reale. La verdad es que no éramos muchos los que nos congregamos para seguir su actuación, pero tal y como comentó Rafa Basa, -que fue quien ejerció como maestro de ceremonias-, los que estábamos allí éramos amantes del heavy metal de calidad. Tras haber cosechado unas excelentes críticas con la edición de su segundo trabajo "Golpea Otra Vez", Döria arribaban a esta décima edición del Leyendas con novedades en su formación, concretamente presentando a su nuevo guitarrista Juan Martín, que sustituye a Laura Moral que dejó la banda a finales del pasado 2014.

Bien arropados por una buena representación de amigos e incondicionales el quinteto catalán saltaba a escena dispuesto a ayudarnos a quemar los últimos cartuchos de la noche con una buena ración de su potente heavy metal melódico. Liderados por un sonriente y simpático Marti Dòria el grupo no tuvo ninguna clase de problema para conectar con los allí reunidos, inaugurando su descarga con la misma pieza que abre su último plástico "Aún Recuerdo", dejando bien claro que la elección de su nuevo “hacha” ha sido todo un acierto, ya que se complementa a la perfección con su socio a las seis cuerdas Víctor Vázquez. Era tarde y había poco tiempo para presentar sus composiciones, de modo que la banda optó por imprimir un ritmo alto al show. Así que tras recibir los primeros aplausos de la noche y sin concedernos ni un segundo de tregua llegaba el momento "Bajo La Nieve", que fue fantásticamente recibida por una audiencia que acompañó el arranque con palmas  para que posteriormente fuera  Marti el encargado de rematar la pieza con una fantástica interpretación.

Y es que durante todo el show el vocalista se mostró simpático y comunicativo, interactuando constantemente con la gente, lanzando camisetas de regalo entre los presentes y consiguiendo hacernos partícipes a todos de temas como "Despierta", que significaba su primer recuerdo hacia su "Despertar". Para todos los que hemos venido siguiendo la trayectoria de Döria resulta evidente que el combo catalán tiene una propuesta variada y heterogénea, y la mejor muestra fue el derroche de intensidad, romanticismo y elegancia que nos propusieron en temas como "Desdibujando Sueños".

Pero sin duda los allí reunidos, y más a esas horas tan intempestivas, teníamos ganas de marcha y actitud 100 % rock n rollera, y esta llegaría con el ritmo contagioso y adictivo de "La Soga", que les servía para elevar el ánimo de un público que parecía no desfallecer. Además de presentarnos algunas de las mejores composiciones de sus dos trabajos de estudio, el combo catalán quiso aprovechar la ocasión para ofrecernos una muestra del material en el que están trabajando actualmente y que formara parte de su tercera entrega, concretamente el tema "Que Más Da".

El momento de retomar la química y el buen rollo con el público llegaría al atacar una de sus piezas más emblemáticas y conocidas "Pensavientos", que fue la elegida para que Marti montará una “guerra de sexos” entre voces masculinas y femeninas. La picardía y el desparpajo de los barceloneses  saldría a relucir en esa tentadora "Caperucita Feroz”. Mientras que la encargada de despedir su actuación sería la versión del "Hail And Kill", de los americanos Manowar, con todo la banda rayando a  un excelente nivel y con su vocalista, Marti Dòria, destapándose como un excelente “frontman”.

Dejando a un lado las descargas aquí reseñadas, aunque no pude seguirlas de forma integra a causa de solapaciones inoportunas y porque, lógicamente, uno necesita sus momentos para comer, refrescarse y charlar con amigos y conocidos, si que me gustaría comentar que los alemanes DESTRUCTION estuvieron a un gran nivel, dando rienda suelta a su furibundo thrash metal, enlazando de forma magistral temas de su primera época con himnos de factura más reciente, consiguiendo conectar con la gente. Particularmente emotiva y avasalladora resultó la descarga de los americanos DEATH quienes comandados por el insigne bajista Steve Digiorgio nos ofrecieron una interesantísima retrospectiva sobre el pasado de la banda que sirvió como merecido homenaje a la figura de su fallecido líder el irrepetible Chuck Schuldiner. Casi poniendo el broche de oro a esta jornada de Jueves contaríamos también con la presencia de los riojanos Tierra Santa quienes dieron buena cuenta de ese heavy metal melódico y repleto de melodía, demostrando que pese al paso de los años la banda sigue luchando contra el desaliento, facturando una actuación que hizo las delicias de sus incondicionales y en la brillaron con luz propia viejas favoritas como "Séptima Estrella", "La Sombra De La Bestia" o "Alas De Fuego".





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