[IN MUTE]
La carrera de cualquier banda está plagada de buenos
momentos y otros menos destacables. Sin duda si observamos con detenimiento el
currículum de [In Mute] podremos apreciar que a lo largo de sus más de diez
años de vida los valenciano han tenido
un par de puntos de inflexión que han acabado marcando su posterior
trayectoria. Por un lado, la inclusión de su vocalista Steffi, -tras la
grabación de un primer trabajo "Aeternum", que paso bastante
desapercibido-, y, como no, el alzarse con la victoria en la edición de 2014 de
la prestigiosa W:O:A: Metal Battle.
Y es que desde que publicaran "One In A Milion" el quinteto
valenciano ha puesto su objetivo en la carretera, girando de forma incansable por
toda la geografía nacional para llevar su propuesta al mayor número de
seguidores. Esto ha repercutido en que la banda actualmente tiene un directo
verdaderamente apabullante, con cinco músicos perfectamente sincronizados y que
han adquirido unas tablas y un empaque que para si quisieran muchas formaciones
foráneas.
Pese a la temprana hora, - su actuación era la que abría
la jornada del Sábado en el escenario Mark Reale,- [In Mute] consiguieron
llenar hasta casi su máxima capacidad el recinto. No se sí sería por la
curiosidad de muchos a los que les sonaba su nombre, por la tormenta que estaba
ahogando la descarga de los alemanes Tankard, o fruto del girar incesante de la
banda durante los últimos meses, pero lo cierto es que las hordas comandadas
por ese vendaval escénico que es Steffi dejaron un muy buen sabor de boca, amén
de conseguir captar algún nuevo adepto para su causa.
Precedidos de una intrigante introducción los valencianos
abrían su particular caja de pandora con el trallazo certero y rotundo que significó
"Unusual", con el que el quinteto nos daba la bienvenida y nos
invitaba, -propulsados por la poderosa pegada de Adrián, que no paró en ningún
momento de aporrear su doble pedal-, a adentramos en su personal universo de
oscuridad, agresividad y melodía.
Entre la euforia desatada de sus seguidores y la
estupefacción de los que todavía no les conocían, Steffi fue pasando lista con
la mirada entre las primeras filas antes de ofrecernos las pinceladas más
melódicas contenidas en la pieza que prestaba título a su último lanzamiento "One In A Million",
que suscitó una magnífica reacción. Con Steffi perfecta en su papel de “frontwoman”,
y después de espetarnos de forma rotunda un lacónico: "Somos [In Mute] y
hemos venidos a partiros los cuellos", llegaba el momento de recabar el
apoyo de las primeras filas antes de centrar su objetivo en una de las piezas
más viscerales de su debut "Mar De Dudas".
Pese a que fue Steffi quien se llevó la mayoría de las miradas,
gracias a su imponente presencia escénica y a su innegable carisma, lo cierto
es que todos sus compañeros cumplieron con creces su cometido, consiguiendo que
temas como su versión del "Imperium" de Machine Head provocaran unos
demoledores “circle-pits”. Aunque no gozaron de un gran sonido, - a lo largo
del show fueron evidentes algunos fallos puntuales-, lo cierto es que [In Mute]
se mostraron muy cómodos y concentrados en escena, dispuestos a sacar el máximo
partido a sus cincuenta minutos de show. Así que tras volarnos la cabeza con
una descomunal "Out Of Control", era el momento propicio para
retornar sobre el material de su opera prima de manos de la tortuosa "Al
Limite", que nos dejaría la estampa de la vocalista grabando con una
microcamara al personal de las primeras
filas.
Aunque como era previsible el grueso de su repertorio
estuvo centrado en "One In A Million", -que los valencianos tocaron
íntegramente-, tampoco quisieron desaprovechar la ocasión para presentar alguna
de las nuevas composiciones que formaran parte su nuevo trabajo, siendo la
elegida "Disease", una muestra
palpable de que la banda no ha aplacado su ira y que están dispuestos a seguir
pateando cabezas.
Para el tramo final de su presentación los valencianos se
reservaron dos ases en la manga. De modo que la encargada de dar arranque a
esta recta final sería la intrigante "The Cage", acompañada por esos
movimientos de contorsionista de Steffi, para acabar dejando paso a una
corrosiva "Waiting", que sería la elegida para rubricar una de las
mejores y más seguidas descargas en el escenario Mark Reale de esta décima edición
del Leyendas Del Rock.
EPICA
Tras
la tormenta que se desató durante la actuación de Tankard parece que las nubes
y el agua se decidieron a darnos una tregua para permitirnos disfrutar
intensamente de la descarga de Epica. La formación holandesa parece seguir
imparable en su fulgurante carrera hacia al estrellato, tal y como lo atestigua
la excelente acogida que ha recibido su última obra “The Quantum Enigma”. Sin duda una de las
claves de su éxito ha sido la continuidad de su núcleo duro a lo largo de los
años, el teclista Coen Janssen, el guitarrista Mar Jansen y la vocalista Simone
Simons, quienes parecen haber encontrado la formula perfecta para crear ese
metal repleto de sinfonismo, elegancia y
toques progresivos.
Debo
admitir que teniendo en cuenta la larga trayectoria que atesora la formación
holandesa me sorprendió, y mucho, que optaran por un repertorio tan centrado en
su última trabajo. De hecho, en el set tuvieron cabida hasta cinco composiciones
de “The Quantum Enigma”, algo que no acabó de agradar a muchos de sus seguidores,
ya que esperaban un repertorio más
variado, y más si tenemos en cuenta que la banda ya había pisado nuestros
escenarios presentando esta última obra. Tampoco acabó de convencerme el sonido
de los holandeses durante muchos tramos del show, de hecho durante algunos instantes
el sonido se fue del escenario dejando al público completamente estupefacto.
Seguramente este sería el motivo por lo que en esta ocasión pudimos ver a una
Simone Simons bastante más fría y distante de lo habitual.
Acompañados
de la introducción “Origenem”, los miembros de la formación holandesa fueron
tomando posiciones en un escenario dispuesto
a dos alturas y engalanado con la
portada de su último trabajo para dar el pistoletazo de salida a su descarga
con la impactante “The Second Stone”,
mostrándonos en el arranque el equilibrio perfecto entre la ferocidad de las
guitarras de Jansen y Delahaye y el elegante y característico registro
mezzoprano de Simone Simons. Aunque durante estos primeros compases el sonido
no acabó de acompañar, lo cierto es que la entrega de los miembros de la banda,
-especialmente de Coen Janssen parapetado tras sus teclados giratorios-, consiguió que piezas como “The Essence Of
Silence”, sonaran verdaderamente devastadoras con un imponente Mark Jansen
haciéndose cargo de las partes guturales.
Tras
habernos obsequiado con una doble ración de su material más reciente llegaba el
momento de echar la vista atrás para dar cancha a un tema que habla sobre el
amor y el respeto, tal y como anticipó Simons
durante la presentación de
“Martyr Of The Free World”, que sería la elegida como representante del
material contenido en “Design Your
Universe”. Con el sol colándose a través del entramado de nubes que cubría el
recinto del Leyendas llegaba el momento de seguir azotando nuestras cervicales con la implacable “The Obsessive
Devotion”, que, introducida por Mark Jansen, acabaría convirtiéndose en uno de
los pasajes más destacables de su actuación.
Pero
sin dudas uno de los momentos más emotivos para todos los seguidores de Epica
llegaría cuando el sexteto desempolvó una de esas gemas de su catálogo, el primerizo “Sensorium”, que servía para
escenificar la plena comunión entre banda y publico, con las primeras filas
apoyando intensamente con palmas en el arranque. Tras recoger una cálida y
estruendosa ovación era el momento de volver sobre el material de “The Quantum
Enigma”, y que mejor para presentarlo ante sus incondicionales que una nueva
doble ración compuesta por la turbadora intensidad metalera contenida en
“Chemical Insomnia” y “Victims Of Contingency”, para la que Coen Janssen
volvería a abandonar su posición tras la teclas para empuñar su vistoso keytar.
Con
la gente levantando los brazos en señal de apoyo y satisfacción con el
espectáculo ofrecido llegaría el momento de adentrarnos en la grandilocuencia de “Sancta Terra”, antes
de que la propia Simone nos anunciara una de sus piezas favoritas “Unchain Utopia”, que sería la elegida para
cerrar el capitulo dedicado a su último trabajo. Antes de despedirse definitivamente,
todavía tendrían tiempo para ofrecernos una nueva muestra de contundencia y
épica de manos de los ampulosos desarrollos de “Consing To Oblivion”. En
definitiva, no gozaron del mejor sonido del festival, no fue la mejor actuación
que he podido ver de los holandeses, pero lo cierto es que los chicos de Simone
Simons siempre rallan a un excelente nivel, y esta aparición en el Leyendas no
fue una excepción.
SODOM
Viejo
bastión del thrash metal europeo los germanos Sodom siempre han sido un nombre
de obligada mención para todos los amantes de ese thrash metal sucio, corrosivo
y altamente influenciado por la rudeza de bandas como Motörhead. Haciendo gala
de su habitual actitud desafiante y su interminable colección de trallazos clásicos
el trío salió dispuesto a dejarse la piel sobre las tablas apoyándose en piezas
como “Agent Orange” o “The Vice Of Villing”.
Con
ese aurea mística y legendaria que siempre les ha rodeado e infringiendo ese
genuino aroma a gasolina quemada no faltarían a su cita algunas andanadas
repletas de velocidad y watios como “Outbreak Of Evil” o esa seminal y
destructiva “Sodomy And Lust”, que no hacia más que caldear los animo de una
audiencia que poco a poco se iba animando tras reponerse del chaparrón sufrido
a primera hora de la tarde.
Siempre
certeros, durante su escueto y apretado show no hubo momentos para el relax ni
las largas charlas, de modo que sus sesenta minutos de show se pasaron raudos
como un suspiro, y la mejor prueba fueron la ácida vitalidad que exhibieron al
atacar himnos como “Blasphemer”, “City Of Gold” o “Napalm In The Morning”, que
servían al trío para poner de manifiesto que pese al paso de los años la
artillería pesada de su reportorio sigue siendo igual de destructiva y letal.
KREATOR
El
cuarto y último representante en hacer acto presencia del legendario “Teutonic
4” eran los incombustibles Kreator. Asiduos a nuestros escenarios, tanto en
salas como en grandes festivales, las huestes de Mille Petrozza suelen ser sinónimo de velocidad,
intensidad y agresividad. Poco importa que la banda no tenga nuevas
composiciones que ofrecer, ni que su última entrega “Phantom Antichrist” haya
sido ya presentada en nuestro país en numerosas ocasiones, ya que el
carismático “frontman” de los germanos posee un estatus y un carisma que le
convierten en uno de los iconos del thrash europeo.
Lejos
de parecer preocupados o intimidados por las descargas que nos habían ofrecido
sus compatriotas del “Teutonic 4”,
Kreator salieron a escena como suele ser habitual en ellos, concentrados
al máximo y con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a ofrecer un nuevo
ritual de caos y violencia sonora. Adelantándose unos minutos al horario
previsto y con un vistoso escenario a dos alturas, -por cuya parte superior habían
repartidos diferentes micrófonos-, aparecía en escena ante sus adeptos un desafiante Mille Petrozza acompañado por
“Choir Of The Damned”, mientras el resto de sus compañeros ocupan sus
respetivas posiciones para espetarnos el primer trallazo de la noche “Enemy Of
God”, recibido con una abundante lluvia de confeti mientras Petrozza se encaramaba
por primera vez a las escaleras para
situarse junto a la batería de un incontestable Ventor.
Desde
su particular atalaya Petrozza realizaría su primer llamamiento a las tropas, movilizándonos
para el primer “moshpit” de la noche, el
que acompañaría a la llegada de la primera sorpresa del show “Terrible Certainly”,
toda una demostración de thrash metal “old school” que conseguía desatar la
euforia entre una audiencia deseosa de emociones fuertes. Pese a que los
germanos a día de hoy están viviendo uno de sus mejores momentos, los más
veteranos todavía recordamos como se les cuestionó su evolución durante la
segunda mitad de la década de los noventa. Pese a ello, la banda ha seguido
interpretando algunos de los mejores cortes de esa etapa, convirtiéndolos en
piezas indispensables en sus directos,
concediendo un protagonismo destacado a piezas como “Phobia”, que gracias a la respuesta de la
gente y a las inmensas columnas de humo que la acompañaron se acabó
convirtiendo en uno de los momentos más memorables del show.
No
hubo tregua ni parlamentos excesivamente largos durante la actuación del combo
germano. Así que tras finiquitar un arranque abrumador llegaba el momento de
seguir castigando nuestras cervicales con una nueva mirada a los primeros
tiempos de la banda, en este caso con la pieza que cerraba su segundo álbum
“Awakening Of The Gods”, que nos dejaría un final apoteósico con Petrozza
clavado en el centro del escenario mientras sus compañeros se posicionaban en
el nivel superior junto a la batería. Con la guitarra de Sami Yli-Sirniö
todavía hiriendo nuestros tímpanos su “jefe”
nos pondría a todos a dar palmas antes de someternos definitivamente al
severo correctivo que significó “Endless Pain”.
El
momento de la épica llegaría con “Warcurse”, con un Petrozza en plan
estelar dirigiéndose al respetable antes
de asolarnos con una tormentosa acometida final. Uno de los pocos momentos de
tregua que nos ofrecieron los germanos llegaría cuando el escenario se quedó
totalmente a oscuras y a través del P.A. empezó a sonar la introducción de su
ultimo trabajo “Ars Mantra”, algo que nos acabaría abocando sobre una rotunda
“Phantom Antichrist”, con la que los germanos ponían de manifiesto el gran calado
que ha conseguido su última entrega entre sus incondicionales.
Sin
abandonar el material de su último plástico la siguiente en hacer acto de
presencia sería la más densa y pantanosa “From Flood Into Fire”, y si alguien
pensaba que ese tempo más machacón y lineal conseguiría parar el ritmo del show
no podía estar más equivocado, ya que la gente respondió a la perfección a las
provocaciones de un Petrozza que cada vez que alzaba el puño conseguía aunar
las voces de todos los presentes junto a
unas imponentes columnas de humo. Pero la voracidad del cuarteto parecía
no tener fin esta noche, de modo que mientras la audiencia aclamaba con
veneración el nombre de la banda, los músicos nos sorprendían con una
despiadada “Extreme Aggression”, que nos hacía retroceder nuevamente hasta la
década de los ochenta.
Impresionante,
Kreator volvían a demostrar que para ellos no existe diferencia entre presente
y pasado, sino simplemente una interminable colección de clásicos que piden a
gritos ser descargados a una velocidad supersónica y con una actitud brutal. Y
es que aunque Petrozza sigue siendo ese líder firme y expeditivo, resulta
innegable el empaque y la personalidad que dan a la banda el guitarrista Sami
Yli-Sirniö y la base rítmica formada por el incombustible Ventor y el bajista
Christian Giesler. Por si alguien albergaba alguna duda sobre el incisivo
mensaje de algunas de sus letras ahí quedaron en el aire las mordaces críticas
contenidas en piezas como “Suicide Terrorist”, la descomunal “Hordes Of Chaos
(A Necrologue For The Elite)”, o la apocalíptica “Civilization Collapse” que
fue la elegida para cerrar esta primera parte del show.
Nadie
se movió de su sitio. Todos sabíamos que Petrozza y sus muchachos todavía
tendrían que regresar para ofrecernos una última pincelada de violencia sonora.
Así que con los reunidos elevando sus brazos al cielo llegaba el momento de
retomar el ceremonial con “The Pariah”, que nos anunciaría la inminente llegada de “Violent Revolution”.
La ultima llamada al caos llegaría antes del arranque de la seminal “Pleassure
To Kill”, que sería la elegida para protagonizar un final estelar con todo el
escenario cubierto de humo y teñido de rojo
mientras Petrozza nos emplazaba hasta su próxima visita.
LOS SUAVES
Banda querida y respetada como pocas, hace
años que Los Suaves dejaron de ser un simple grupo musical para convertirse en
una parte importante de cada uno de sus seguidores. Y es que como reza una de los
lemas que lleva años acompañando a los orensanos: "Los Suaves Somos
Todos". Poco importa que Yosi ya no vocalice en muchas de las canciones,
-se le perdona-, o que en algunas de sus giras no haya estado al nivel, ya que
sus seguidores han mantenido intacta su lealtad a lo largo de los años. Lamentablemente,
todo tiene su fin, y parece que la formación gallega esta escribiendo en estos
días los últimos capítulos de su
historia con un último periplo de conciertos bajo la denominación: "La
Música Termina". De modo que esta última visita al Leyendas se presentaba
como una cita ineludible para todos los seguidores de la banda capitaneada por
los hermanos Domínguez y el virtuoso guitarrista Alberto Cereijo.
Como acostumbra a pasar en cada una de sus
actuaciones la principal incógnita giraba en torno al estado vocal y anímico que
presentaría el carismático vocalista. Y en honor a la verdad hay que decir que
Yosi, a sus 67 años, cumplió
sobradamente con su papel. Eso sí, rindiendo mucho mejor como animador de la
audiencia que como vocalista. Gozando como siempre del cariño incondicional de
sus seguidores el último viaje de los gallegos en Villena arrancaba con “Cuando
Los Sueños Se Van”, presentándonos a una banda absolutamente imparable, con
Alberto Cereijo y Fernando Calvo alternándose el protagonismo a las seis
cuerdas mientras el equipo formado por Charly y Tino se mostraba absolutamente
infalible. Mientras tanto Yosi se encargaba de centrar sobre él todas las
miradas, ya fuera agitando su larga melena blanca, dando cabriolas por el
escenario o haciendo gritar a la gente
cada vez que alzaba los brazos al aire.
En cuanto al repertorio hubo un poco de
todo, desde momentos reflexivos a medio tiempo como el intimista “Palabras Para
Julia”, a momentos de verdadera intensidad roquera de la mano de viejas
favoritas de la gente como “Maldita Sea Mi
Suerte”, que convertían a la audiencia en protagonista indiscutible de
la velada. Tampoco faltarían a lo largo de la descarga las charlas de Yosi
anunciando la despedida definitiva de la banda, justo antes de sumergirnos en
ese grito ensordecedor que retumbó en el ánimo de todos los presentes al
anunciar “No Puedo Dejar El Rock”, que volvió
a sonar como toda una declaración de
intenciones.
Con el escenario teñido en tonos azulados y
los relámpagos anunciándonos la inminente llegada de la tormenta llegaba el
momento de mantener los ánimos del respetable en todo lo alto, siendo la
elegida para ello “Viajando Al Fin De La Noche”, que nos dejaría uno de esos
monumentales solos de Alberto Cereijo. Y es que curiosamente mientras la
mayoría de las miradas en escena se centraban sobre Yosi, sus compañeros
demostraban una y otra vez que tras él hay una banda absolutamente impresionante, capaz
de llevar todo el peso musical sobre sus hombros mientras el vocalista se dedica a deambular por el escenario
haciendo que la gente se lo pase en grande.
Tampoco se dejaron en el tintero el
recuerdo hacia uno de sus máximo referentes, de modo que no podía faltar a su
cita “¿Sabes? ¡Phil Lynott Murió”, que sería la encargada de adentrarnos en una
segunda mitad de show que estaría marcada por himnos como “Mi Casa”, que sonó
vibrante y descorazonadora para poner el
recinto literalmente patas arriba. Como si de una fiesta se tratara la gente se
había convertido en la auténtica protagonista de la velada, saltando
intensamente mientras coreaba de forma ensordecedora cada una de las estrofas contenidas en temas
como “El Afilador”, que era la elegida
para transportarnos a los lejanos
tiempos del “Santa Compaña”.
Como buenos embajadores de la cultura
gallega no podía faltar durante el sprint final de su actuación la aparición de
la bandera gallega durante la mítica “Dolores Se Llamaba Lola”, que nos dejaría
a un Yosi completamente desatado saliendo de escena para buscar a un cámara que
grabara las evoluciones de un público completamente entregado, que despidió al
quinteto con un cariño y una entrega verdaderamente asombrosos.
Para su primer retorno sobre las tablas se
reservarían uno de sus desarrollos más metaleros, el que serviría como
introducción para “San Francisco Express”, que nos dejaría a las guitarras de
Alberto y Fernando atronando nuestros tímpanos, para posteriormente dejar paso
al dramatismo contenido en el tema que prestaba el nombre a su tercer trabajo
de 1988 “Ese Día Piensa En Mí”. La
encargada de poner el punto y seguido a esta primera trilogía sería la
profética “Ya Nos Vamos”, durante la que Yosi sacó algunos cubos de confeti
para vaciar sobre las cabezas de sus compañeros, antes de dejar que volviera a
ser Cereijo el encargado de rubricar el tema con otro alarde solista.
Tras unos largos segundos de incertidumbre
y tras realizarse la habitual foto de familia post-show, todo parecía indicar que el concierto había terminado. Pero todavía
regresarían una vez más los orensanos para rematar la velada con una nueva
tripleta, compuesta en esta ocasión por “Esta Vida Me Va A Matar”, “Dulce
Castigo” y el colofón final de manos de “La Noche Se Muere”, con el vocalista
presentando a todos sus compañeros antes de desaparecer y dejar que fueran
ellos los encargados de despedir el show
con un pasaje instrumental absolutamente demoledor.
Historia viva de nuestro rock, los Suaves
son una de esas bandas imprescindibles, sin la que no se podría entender el
rock n roll en nuestro país. Parece que en estos días la banda se está
despidiendo de forma definitiva de todos sus seguidores. En cualquier caso,
siempre nos quedaran para el recuerdo sus directos y una colección de
fantásticos discos.
OBUS
Desde
1981, -tal y como indicaban las lonas que decoraban el escenario-, Obús
llevan pateándose los escenario de este
país. Durante estos 34 años ha habido épocas mejores y peores, además de un
periodo de descanso durante la década de los noventa, pero nunca nadie ha
podido discutir la entrega, la calidad y la actitud de una banda que siempre ha
llevado con orgullo la bandera del heavy metal nacional. Tras una temporada en
el dique seco, -a causa de la participación de Fortu en un conocido programa de
televisión-, los madrileños volvían a pisar el escenario del Leyendas para
ratificar que siguen siendo esos tipos macarras, gamberros y entrañables que
siempre han sido.
Muchos
han sido los que han criticado las
andanzas televisivas de Fortu, pero lejos de amedrentarse ante críticas y
comentarios, lo cierto es que el vocalista se mostró sobre las tablas tan “estrella” como siempre, paseándose
desafiante por el escenario, contorneándose provocativamente y sabiendo
conectar con la audiencia desde los primeros compases del show. Ante tales
circunstancias el concierto se presentaba como un excelente termómetro para
calibrar la opinión de su público tras las aventuras isleñas del mítico
vocalista. Desgraciadamente no faltó el exaltado de turno que a punto estuvo de reventar el concierto al alcanzar
con una botella al vocalista, pero en líneas generales la acogida de los
incondicionales de la banda fue totalmente satisfactoria.
Con
un escenario dominado por una altísima tarima donde se ubicaba la betería de
Carolos Mirat, los miembros de la banda aparecían en escena, siendo el ultimo
en hacer acto de presencia y apareciendo bajo la tarima de la batería el
carismático vocalista, para arrancar la descarga de forma magistral con “Juego
Sucio”. Como sucedió con muchos de los shows, en el arranque el sonido no fue
todo lo nítido y contundente que nos hubiera gustado, pero afortunadamente la
cosa poco a poco se fue solventando. Así que cuando la banda atacó la segunda
pieza de la noche, la rasposa y machacona “Más Que Un Dios”, la cosa empezó a
normalizarse. Precisamente fue durante este corte cuando se produjo el
desagradable incidente que comentaba anteriormente. Y es que hacia la mitad del
tema Fortu se subió sobre una pequeña tarima, -situada en el centro del escenario-,
para mirar provocativamente a las
primeras filas mientras se mantenía inmóvil con los brazos abiertos de par en
par, lo que aprovechó algún descerebrado para arrojarle una botella. La
contestación del vocalista no pudo ser más enérgica y acertada, ya que sin parar
el tema recriminó de forma rotunda la estúpida acción del indeseable provocando
la cerrada ovación de todos los presentes.
Debo
admitir que pensé que el incidente afectaría de forma negativa al desarrollo
del show, pero lo cierto es que lo ocurrido pareció espolear todavía más a la
banda, y especialmente a un Fortu que desde ese momento se mostró absolutamente
imparable, dando mordiente y vitalidad a temas clásicos como “Necesito Más”,
que contó con el apoyo de todos los presentes, y tras el cual el vocalista nos
espetó un emocionado: “¡Os quiero Cabrones!” El momento de pisar el acelerador
al máximo llegaría con el primerizo “Pesadilla Nuclear”, que sería el elegido
para que Paco nos ofreciera su primera gran aportación solista.
Tras
ofrecernos unas cuantas reverencias el vocalista desaparecía bajo la batería de
Carlos Mirat, para regresar tan sólo unos segundos más tarde repartiendo
bendiciones en el arranque de “Te Visitará La Muerte”, que fue la escogida por
Fortu para mandar un recadito a un conocido tertuliano televisivo. Pero hasta aquí
llegaron las alusiones a la caja tonta y a sus personajes. Y es que la banda no
se detuvo apenas entre tema y tema, apostando por imprimir un altísimo ritmo a
su show, enlazando los temas de forma consecutiva para conseguir que su descarga se convirtiera en una
sucesión imparable de himnos. Así que durante el show no faltarían momentos
absolutamente memorables como “Que te Jodan”, que supuso el primer guiño a su
disco de retorno del año 2000 “Desde El
Fondo Del Abismo”, y que nos dejaría al vocalista en toda su esencia,
paseándose desafiante por el escenario mientras nos conminaba a todos a levantar
nuestro dedo corazón al aire.
Con
toda la gente metida en el bolsillo era el momento de sacar la artillería
pesada para acabar de provocar la locura entre sus incondicionales. De modo que
lo que vino a continuación fue una buena dosis del material contenido en su
tercer trabajo publicado en 1984. Precisamente, la encargada de iniciar esta
suculenta trilogía sería la pieza que prestaba titulo al álbum “El Que Más”,
con un Fortu estelar jugando con su pie de micro para levantarlo al aire con la
llegada de los estribillos. El segundo asalto estaría protagonizado por “La
Raya”, con el vocalista pidiendo nuestras palmas antes de acabar el tema
cantando entre las piernas de su compañero Paco. Mientras que la elegida para
poner el broche de oro de este trío absolutamente matador sería el mítico
“Autopista”.
Parecía
que el concierto había alcanzado su punto culminante, pero los madrileños
veteranos e incombustibles consiguieron prolongar el éxtasis de sus seguidores
con la irreverente “Corre Mamón”, que nos dejaría con la estampa de Fortu,
Fernando y Paco encaramados sobre las pequeñas tarimas mientras Carlos daba
cuenta de su batería en un final verdaderamente bizarro y acelerado. La vuelta
al material de la década de los ochenta estaría marcado por “Da igual”. Pero
sin duda uno de los momentos más intensos llegaría con “Dinero, Dinero”, que
convertiría el recinto en una autentica fiesta, con Fortu ejerciendo como el
perfecto maestro de ceremonias, haciéndonos calentar las gargantas antes de
encarar el acto final con ese derroche de rabia y auto reivindicación que es
“Va A Estallar El Obús”, que a modo de declaración de intenciones sonó igual de
potente y punzante que el que abría su debut allá por 1981.
Genio
y figura hasta la sepultura. Obús volvieron a demostrar el porque son una de
las bandas más queridas y respetadas de la escena metálica nacional, y porque
su vocalista ha sido y sigue siendo uno de los mejores “frontman” de nuestro
país.
LUJURIA
Los
encargados de cerrar esta décima edición del Leyendas Del Rock serían
precisamente una de las bandas fetiches del festival, Lujuria. Liderados por el
carismático, controvertido e incombustible Oscar Sancho los segovianos
volvieron a dejar claro el porque son una de las bandas que más tirón tienen actualmente
en nuestro país. Como viene siendo
habitual en todas sus presentaciones el vocalista se volvió a mostrar altamente
mordaz a la hora de sus comentarios y apreciaciones entre tema y tema, disparando sin ningún tipo
de rubor contra compañeros músicos,
políticos, estamentos religiosos y…. En definitiva, contra cualquiera que no
comulgue con la especial concepción de la vida del líder de la banda.
Era
tarde pero el quinteto no estaba dispuesto a dejar que los que todavía
permaneciamos despiertos y en pie para seguir su descarga acabaramos rendidos
por el cansancio y el desanimo. Luciendo una vistosa capa confeccionada a base
de camisetas de anteriores ediciones Oscar salió a la arena dispuesto a dejar
una buena muestra de su gran talento como “showman”, atacando en el arranque la
pieza que da nombre a su ultimo Ep “Esta Noche Manda Mi Polla”. Especialmente
crítico se mostró el vocalista al exponer las razones por las que la banda
había recurrido a este peculiar formato: “No tenemos un duro”, lo que acabó
suscitándole el apoyo de todos los presentes.
Tras
presentarnos una de sus últimas composiciones y ganarse la atención de todos
los presentes llegaba el momento de empezar a bucear entre la amplia
discografía de la formación segoviana, recurriendo para ello a trallazos del
calibre de “Sperman”, “un coreadísimo “Cinturón de Castidad”, o la lección de
frivolidad e historia de la música
clásica contenida en esa desternillante “Mozart Y Salieri”.
De
su etapa más reciente la elegida para poner a todo el mundo a botar, después de
que Oscar mandara algún mensajito envenenado, sería “Cae La Mascara”, para acto
seguido dejar paso a la composición que prestaba título a su anterior trabajo
“Sexurreccion”. Para los más veteranos y fieles seguidores del quinteto el
momento de mayor clímax llegaría cono “Corazón de Heavy Metal” y “Joda A Quien
Joda”, que conseguían que el recinto se inundara de una buena colección de
dedos corazones saludando al cielo.
No
tendrían prisa los segovianos en finiquitar su actuación, así que después de una
nueva charla de Oscar y tras recabar en escena la presencia del cantante de
Vhäldemar, -quienes habían sido los encargados de cerrar el escenario Mar Reale-,
llegaría el fin de fiesta definitivo con la irreverente y primeriza “Estrella
Del Porno” y una de las piezas que más quebraderos de cabeza ha dado a la banda
debido a malos entendidos y manipulaciones: “Dejad Que Los Niños Se Acerquen A
Mi”. Y así fue como los más trasnochadores despedimos esta décima edición del
Leyendas Del Rock mientras a través del P.A. atronaba a todo volumen y a modo
de despedida el himno oficioso del festival “Leyendas Del Rock (Es Donde
Residen Mis Sueños)”.
Además durante esta última jornada también pudimos disfrutar de las descargas de los entrañables TANKARD, en una actuación que lamentablemente quedó algo deslucida por la lluvia. También dejaron una fantástica impresión los chicos de XANDRIA que en el escenario Mark Reale dieron una clase magistral de ese power metal cargado de elegancia y sincronismo. Quizás más alejado de los parámetros más metaleros llamó mucho la atención el repaso a toda su carrera que nos ofrecieron SOBER, incluyendo algunos interesantísimos guiños a las etapas de SAVIA Y SKIZOO, contando con la inestimable colaboración de ese monstruo que es Morti. Algo más discreta sería la descarga de SATYRICON que no acabó de convencer a muchos de los presentes, ya que sonaron excesivamente planos y previsibles.
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