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jueves, 20 de agosto de 2015

LEYENDAS DEL ROCK-VILLENA-8-AGO-2015


[IN MUTE]

La carrera de cualquier banda está plagada de buenos momentos y otros menos destacables. Sin duda si observamos con detenimiento el currículum de [In Mute] podremos apreciar que a lo largo de sus más de diez años  de vida los valenciano han tenido un par de puntos de inflexión que han acabado marcando su posterior trayectoria. Por un lado, la inclusión de su vocalista Steffi, -tras la grabación de un primer trabajo "Aeternum", que paso bastante desapercibido-, y, como no, el alzarse con la victoria en la edición de 2014 de la prestigiosa W:O:A: Metal Battle.

Y es que desde que publicaran  "One In A Milion" el quinteto valenciano ha puesto su objetivo en la carretera, girando de forma incansable por toda la geografía nacional para llevar su propuesta al mayor número de seguidores. Esto ha repercutido en que la banda actualmente tiene un directo verdaderamente apabullante, con cinco músicos perfectamente sincronizados y que han adquirido unas tablas y un empaque que para si quisieran muchas formaciones foráneas.

Pese a la temprana hora, - su actuación era la que abría la jornada del Sábado en el escenario Mark Reale,- [In Mute] consiguieron llenar hasta casi su máxima capacidad el recinto. No se sí sería por la curiosidad de muchos a los que les sonaba su nombre, por la tormenta que estaba ahogando la descarga de los alemanes Tankard, o fruto del girar incesante de la banda durante los últimos meses, pero lo cierto es que las hordas comandadas por ese vendaval escénico que es Steffi dejaron un muy buen sabor de boca, amén de conseguir captar algún nuevo adepto para su causa.

Precedidos de una intrigante introducción los valencianos abrían su particular caja de pandora con el trallazo certero y rotundo que significó "Unusual", con el que el quinteto nos daba la bienvenida y nos invitaba, -propulsados por la poderosa pegada de Adrián, que no paró en ningún momento de aporrear su doble pedal-, a adentramos en su personal universo de oscuridad, agresividad y melodía.

Entre la euforia desatada de sus seguidores y la estupefacción de los que todavía no les conocían, Steffi fue pasando lista con la mirada entre las primeras filas antes de ofrecernos las pinceladas más melódicas contenidas en la pieza que prestaba título  a su último lanzamiento "One In A Million", que suscitó una magnífica reacción. Con Steffi perfecta en su papel de “frontwoman”, y después de espetarnos de forma rotunda un lacónico: "Somos [In Mute] y hemos venidos a partiros los cuellos", llegaba el momento de recabar el apoyo de las primeras filas antes de centrar su objetivo en una de las piezas más viscerales de su debut "Mar De Dudas".

Pese a que fue Steffi  quien se llevó la mayoría de las miradas, gracias a su imponente presencia escénica y a su innegable carisma, lo cierto es que todos sus compañeros cumplieron con creces su cometido, consiguiendo que temas como su versión del "Imperium" de Machine Head provocaran unos demoledores “circle-pits”. Aunque no gozaron de un gran sonido, - a lo largo del show fueron evidentes algunos fallos puntuales-, lo cierto es que [In Mute] se mostraron muy cómodos y concentrados en escena, dispuestos a sacar el máximo partido a sus cincuenta minutos de show. Así que tras volarnos la cabeza con una descomunal "Out Of Control", era el momento propicio para retornar sobre el material de su opera prima de manos de la tortuosa "Al Limite", que nos dejaría la estampa de la vocalista grabando con una microcamara al personal de  las primeras filas.

Aunque como era previsible el grueso de su repertorio estuvo centrado en "One In A Million", -que los valencianos tocaron íntegramente-, tampoco quisieron desaprovechar la ocasión para presentar alguna de las nuevas composiciones que formaran parte su nuevo trabajo, siendo la elegida  "Disease", una muestra palpable de que la banda no ha aplacado su ira y que están dispuestos a seguir pateando cabezas.


Para el tramo final de su presentación los valencianos se reservaron dos ases en la manga. De modo que la encargada de dar arranque a esta recta final sería la intrigante "The Cage", acompañada por esos movimientos de contorsionista de Steffi, para acabar dejando paso a una corrosiva "Waiting", que sería la elegida para rubricar una de las mejores y más seguidas descargas en el escenario Mark Reale de esta décima edición del Leyendas Del Rock.

EPICA

Tras la tormenta que se desató durante la actuación de Tankard parece que las nubes y el agua se decidieron a darnos una tregua para permitirnos disfrutar intensamente de la descarga de Epica. La formación holandesa parece seguir imparable en su fulgurante carrera hacia al estrellato, tal y como lo atestigua la excelente acogida que ha recibido su última obra  “The Quantum Enigma”. Sin duda una de las claves de su éxito ha sido la continuidad de su núcleo duro a lo largo de los años, el teclista Coen Janssen, el guitarrista Mar Jansen y la vocalista Simone Simons, quienes parecen haber encontrado la formula perfecta para crear ese metal repleto de sinfonismo, elegancia  y toques progresivos.

Debo admitir que teniendo en cuenta la larga trayectoria que atesora la formación holandesa me sorprendió, y mucho, que optaran por un repertorio tan centrado en su última trabajo. De hecho, en el set tuvieron cabida hasta cinco composiciones de “The Quantum Enigma”, algo que no acabó de agradar a muchos de sus seguidores, ya  que esperaban un repertorio más variado, y más si tenemos en cuenta que la banda ya había pisado nuestros escenarios presentando esta última obra. Tampoco acabó de convencerme el sonido de los holandeses durante muchos tramos del show, de hecho durante algunos instantes el sonido se fue del escenario dejando al público completamente estupefacto. Seguramente este sería el motivo por lo que en esta ocasión pudimos ver a una Simone Simons bastante más fría y distante de lo habitual.

Acompañados de la introducción “Origenem”, los miembros de la formación holandesa fueron tomando posiciones en un escenario  dispuesto a dos alturas y  engalanado con la portada de su último trabajo para dar el pistoletazo de salida a su descarga con la impactante  “The Second Stone”, mostrándonos en el arranque el equilibrio perfecto entre la ferocidad de las guitarras de Jansen y Delahaye y el elegante y característico registro mezzoprano de Simone Simons. Aunque durante estos primeros compases el sonido no acabó de acompañar, lo cierto es que la entrega de los miembros de la banda, -especialmente de Coen Janssen parapetado tras sus teclados giratorios-,  consiguió que piezas como “The Essence Of Silence”, sonaran verdaderamente devastadoras con un imponente Mark Jansen haciéndose cargo de las partes guturales.

Tras habernos obsequiado con una doble ración de su material más reciente llegaba el momento de echar la vista atrás para dar cancha a un tema que habla sobre el amor y el respeto, tal y como anticipó Simons  durante la presentación de  “Martyr Of The Free World”, que sería la elegida como representante del material contenido en  “Design Your Universe”. Con el sol colándose a través del entramado de nubes que cubría el recinto del Leyendas llegaba el momento de seguir azotando nuestras  cervicales con la implacable “The Obsessive Devotion”, que, introducida por Mark Jansen, acabaría convirtiéndose en uno de los pasajes más destacables de su actuación.

Pero sin dudas uno de los momentos más emotivos para todos los seguidores de Epica llegaría cuando el sexteto desempolvó una de esas gemas de su catálogo,  el primerizo “Sensorium”, que servía para escenificar la plena comunión entre banda y publico, con las primeras filas apoyando intensamente con palmas en el arranque. Tras recoger una cálida y estruendosa ovación era el momento de volver sobre el material de “The Quantum Enigma”, y que mejor para presentarlo ante sus incondicionales que una nueva doble ración compuesta por la turbadora intensidad metalera contenida en “Chemical Insomnia” y “Victims Of Contingency”, para la que Coen Janssen volvería a abandonar su posición tras la teclas para empuñar su vistoso keytar.

Con la gente levantando los brazos en señal de apoyo y satisfacción con el espectáculo ofrecido llegaría el momento de adentrarnos en  la grandilocuencia de “Sancta Terra”, antes de que la propia Simone nos anunciara una de sus piezas favoritas  “Unchain Utopia”, que sería la elegida para cerrar el capitulo dedicado a su último trabajo. Antes de despedirse definitivamente, todavía tendrían tiempo para ofrecernos una nueva muestra de contundencia y épica de manos de los ampulosos desarrollos de “Consing To Oblivion”. En definitiva, no gozaron del mejor sonido del festival, no fue la mejor actuación que he podido ver de los holandeses, pero lo cierto es que los chicos de Simone Simons siempre rallan a un excelente nivel, y esta aparición en el Leyendas no fue una excepción.

SODOM

Viejo bastión del thrash metal europeo los germanos Sodom siempre han sido un nombre de obligada mención para todos los amantes de ese thrash metal sucio, corrosivo y altamente influenciado por la rudeza de bandas como Motörhead. Haciendo gala de su habitual actitud desafiante y su interminable colección de trallazos clásicos el trío salió dispuesto a dejarse la piel sobre las tablas apoyándose en piezas como “Agent Orange” o “The Vice Of Villing”.

Con ese aurea mística y legendaria que siempre les ha rodeado e infringiendo ese genuino aroma a gasolina quemada no faltarían a su cita algunas andanadas repletas de velocidad y watios como “Outbreak Of Evil” o esa seminal y destructiva “Sodomy And Lust”, que no hacia más que caldear los animo de una audiencia que poco a poco se iba animando tras reponerse del chaparrón sufrido a primera hora de la tarde.

Siempre certeros, durante su escueto y apretado show no hubo momentos para el relax ni las largas charlas, de modo que sus sesenta minutos de show se pasaron raudos como un suspiro, y la mejor prueba fueron la ácida vitalidad que exhibieron al atacar himnos como “Blasphemer”, “City Of Gold” o “Napalm In The Morning”, que servían al trío para poner de manifiesto que pese al paso de los años la artillería pesada de su reportorio sigue siendo igual de destructiva y letal.

KREATOR

El cuarto y último representante en hacer acto presencia del legendario “Teutonic 4” eran los incombustibles Kreator. Asiduos a nuestros escenarios, tanto en salas como en grandes festivales, las huestes de  Mille Petrozza suelen ser sinónimo de velocidad, intensidad y agresividad. Poco importa que la banda no tenga nuevas composiciones que ofrecer, ni que su última entrega “Phantom Antichrist” haya sido ya presentada en nuestro país en numerosas ocasiones, ya que el carismático “frontman” de los germanos posee un estatus y un carisma que le convierten en uno de los iconos del thrash europeo.

Lejos de parecer preocupados o intimidados por las descargas que nos habían ofrecido sus compatriotas del “Teutonic 4”,  Kreator salieron a escena como suele ser habitual en ellos, concentrados al máximo y con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a ofrecer un nuevo ritual de caos y violencia sonora. Adelantándose unos minutos al horario previsto y con un vistoso escenario a dos alturas, -por cuya parte superior habían repartidos diferentes micrófonos-, aparecía en escena ante sus adeptos  un desafiante Mille Petrozza acompañado por “Choir Of The Damned”, mientras el resto de sus compañeros ocupan sus respetivas posiciones para espetarnos el primer trallazo de la noche “Enemy Of God”, recibido con una abundante lluvia de confeti mientras Petrozza se encaramaba por primera vez a  las escaleras para situarse junto a la batería de un incontestable Ventor.

Desde su particular atalaya Petrozza realizaría su primer llamamiento a las tropas, movilizándonos para el  primer “moshpit” de la noche, el que acompañaría a la llegada de la primera sorpresa del show “Terrible Certainly”, toda una demostración de thrash metal “old school” que conseguía desatar la euforia entre una audiencia deseosa de emociones fuertes. Pese a que los germanos a día de hoy están viviendo uno de sus mejores momentos, los más veteranos todavía recordamos como se les cuestionó su evolución durante la segunda mitad de la década de los noventa. Pese a ello, la banda ha seguido interpretando algunos de los mejores cortes de esa etapa, convirtiéndolos en piezas indispensables en  sus directos, concediendo un protagonismo destacado a piezas como  “Phobia”, que gracias a la respuesta de la gente y a las inmensas columnas de humo que la acompañaron se acabó convirtiendo en uno de los momentos más memorables del show.

No hubo tregua ni parlamentos excesivamente largos durante la actuación del combo germano. Así que tras finiquitar un arranque abrumador llegaba el momento de seguir castigando nuestras cervicales con una nueva mirada a los primeros tiempos de la banda, en este caso con la pieza que cerraba su segundo álbum “Awakening Of The Gods”, que nos dejaría un final apoteósico con Petrozza clavado en el centro del escenario mientras sus compañeros se posicionaban en el nivel superior junto a la batería. Con la guitarra de Sami Yli-Sirniö todavía hiriendo nuestros tímpanos su “jefe”  nos pondría a todos a dar palmas antes de someternos definitivamente al severo correctivo que significó “Endless Pain”.

El momento de la épica llegaría con “Warcurse”, con un Petrozza en plan estelar  dirigiéndose al respetable antes de asolarnos con una tormentosa acometida final. Uno de los pocos momentos de tregua que nos ofrecieron los germanos llegaría cuando el escenario se quedó totalmente a oscuras y a través del P.A. empezó a sonar la introducción de su ultimo trabajo “Ars Mantra”, algo que nos acabaría abocando sobre una rotunda “Phantom Antichrist”, con la que los germanos ponían de manifiesto el gran calado que ha conseguido su última entrega entre sus incondicionales.

Sin abandonar el material de su último plástico la siguiente en hacer acto de presencia sería la más densa y pantanosa “From Flood Into Fire”, y si alguien pensaba que ese tempo más machacón y lineal conseguiría parar el ritmo del show no podía estar más equivocado, ya que la gente respondió a la perfección a las provocaciones de un Petrozza que cada vez que alzaba el puño conseguía aunar las voces de todos los presentes junto a  unas imponentes columnas de humo. Pero la voracidad del cuarteto parecía no tener fin esta noche, de modo que mientras la audiencia aclamaba con veneración el nombre de la banda, los músicos nos sorprendían con una despiadada “Extreme Aggression”, que nos hacía retroceder nuevamente hasta la década de los ochenta.

Impresionante, Kreator volvían a demostrar que para ellos no existe diferencia entre presente y pasado, sino simplemente una interminable colección de clásicos que piden a gritos ser descargados a una velocidad supersónica y con una actitud brutal. Y es que aunque Petrozza sigue siendo ese líder firme y expeditivo, resulta innegable el empaque y la personalidad que dan a la banda el guitarrista Sami Yli-Sirniö y la base rítmica formada por el incombustible Ventor y el bajista Christian Giesler. Por si alguien albergaba alguna duda sobre el incisivo mensaje de algunas de sus letras ahí quedaron en el aire las mordaces críticas contenidas en piezas como “Suicide Terrorist”, la descomunal “Hordes Of Chaos (A Necrologue For The Elite)”, o la apocalíptica “Civilization Collapse” que fue la elegida para cerrar esta primera parte del show.

Nadie se movió de su sitio. Todos sabíamos que Petrozza y sus muchachos todavía tendrían que regresar para ofrecernos una última pincelada de violencia sonora. Así que con los reunidos elevando sus brazos al cielo llegaba el momento de retomar el ceremonial con “The Pariah”, que nos anunciaría  la inminente llegada de “Violent Revolution”. La ultima llamada al caos llegaría antes del arranque de la seminal “Pleassure To Kill”, que sería la elegida para protagonizar un final estelar con todo el escenario cubierto de humo y teñido de rojo  mientras Petrozza nos emplazaba hasta su próxima visita.

LOS SUAVES

Banda querida y respetada como pocas, hace años que Los Suaves dejaron de ser un simple grupo musical para convertirse en una parte importante de cada uno de sus seguidores. Y es que como reza una de los lemas que lleva años acompañando a los orensanos: "Los Suaves Somos Todos". Poco importa que Yosi ya no vocalice en muchas de las canciones, -se le perdona-, o que en algunas de sus giras no haya estado al nivel, ya que sus seguidores han mantenido intacta su lealtad a lo largo de los años. Lamentablemente, todo tiene su fin, y parece que la formación gallega esta escribiendo en estos días  los últimos capítulos de su historia con un último periplo de conciertos bajo la denominación: "La Música Termina". De modo que esta última visita al Leyendas se presentaba como una cita ineludible para todos los seguidores de la banda capitaneada por los hermanos Domínguez y el virtuoso guitarrista Alberto Cereijo.

Como acostumbra a pasar en cada una de sus actuaciones la principal incógnita giraba en torno al estado vocal y anímico que presentaría el carismático vocalista. Y en honor a la verdad hay que decir que Yosi,  a sus 67 años, cumplió sobradamente con su papel. Eso sí, rindiendo mucho mejor como animador de la audiencia que como vocalista. Gozando como siempre del cariño incondicional de sus seguidores el último viaje de los gallegos en Villena arrancaba con “Cuando Los Sueños Se Van”, presentándonos a una banda absolutamente imparable, con Alberto Cereijo y Fernando Calvo alternándose el protagonismo a las seis cuerdas mientras el equipo formado por Charly y Tino se mostraba absolutamente infalible. Mientras tanto Yosi se encargaba de centrar sobre él todas las miradas, ya fuera agitando su larga melena blanca, dando cabriolas por el escenario  o haciendo gritar a la gente cada vez que alzaba los brazos al aire.

En cuanto al repertorio hubo un poco de todo, desde momentos reflexivos a medio tiempo como el intimista “Palabras Para Julia”, a momentos de verdadera intensidad roquera de la mano de viejas favoritas de la gente como “Maldita Sea Mi  Suerte”, que convertían a la audiencia en protagonista indiscutible de la velada. Tampoco faltarían a lo largo de la descarga las charlas de Yosi anunciando la despedida definitiva de la banda, justo antes de sumergirnos en ese grito ensordecedor que retumbó en el ánimo de todos los presentes al anunciar  “No Puedo Dejar El Rock”, que volvió a sonar  como toda una declaración de intenciones.

Con el escenario teñido en tonos azulados y los relámpagos anunciándonos la inminente llegada de la tormenta llegaba el momento de mantener los ánimos del respetable en todo lo alto, siendo la elegida para ello “Viajando Al Fin De La Noche”, que nos dejaría uno de esos monumentales solos de Alberto Cereijo. Y es que curiosamente mientras la mayoría de las miradas en escena se centraban sobre Yosi, sus compañeros demostraban una y otra vez que tras él hay  una banda absolutamente impresionante, capaz de llevar todo el peso musical sobre sus hombros mientras el vocalista  se dedica a deambular por el escenario haciendo que la gente se lo pase en grande.

Tampoco se dejaron en el tintero el recuerdo hacia uno de sus máximo referentes, de modo que no podía faltar a su cita “¿Sabes? ¡Phil Lynott Murió”, que sería la encargada de adentrarnos en una segunda mitad de show que estaría marcada por himnos como “Mi Casa”, que sonó vibrante y descorazonadora  para poner el recinto literalmente patas arriba. Como si de una fiesta se tratara la gente se había convertido en la auténtica protagonista de la velada, saltando intensamente mientras coreaba de forma ensordecedora  cada una de las estrofas contenidas en temas como  “El Afilador”, que era la elegida para transportarnos  a los lejanos tiempos del  “Santa Compaña”.

Como buenos embajadores de la cultura gallega no podía faltar durante el sprint final de su actuación la aparición de la bandera gallega durante la mítica “Dolores Se Llamaba Lola”, que nos dejaría a un Yosi completamente desatado saliendo de escena para buscar a un cámara que grabara las evoluciones de un público completamente entregado, que despidió al quinteto con un cariño y una entrega verdaderamente asombrosos.

Para su primer retorno sobre las tablas se reservarían uno de sus desarrollos más metaleros, el que serviría como introducción para “San Francisco Express”, que nos dejaría a las guitarras de Alberto y Fernando atronando nuestros tímpanos, para posteriormente dejar paso al dramatismo contenido en el tema que prestaba el nombre a su tercer trabajo de 1988  “Ese Día Piensa En Mí”. La encargada de poner el punto y seguido a esta primera trilogía sería la profética “Ya Nos Vamos”, durante la que Yosi sacó algunos cubos de confeti para vaciar sobre las cabezas de sus compañeros, antes de dejar que volviera a ser Cereijo el encargado de rubricar el tema con otro alarde solista.

Tras unos largos segundos de incertidumbre y tras realizarse la habitual foto de familia post-show, todo parecía indicar  que el concierto había terminado. Pero todavía regresarían una vez más los orensanos para rematar la velada con una nueva tripleta, compuesta en esta ocasión por “Esta Vida Me Va A Matar”, “Dulce Castigo” y el colofón final de manos de “La Noche Se Muere”, con el vocalista presentando a todos sus compañeros antes de desaparecer y dejar que fueran ellos  los encargados de despedir el show con un pasaje instrumental absolutamente demoledor.

Historia viva de nuestro rock, los Suaves son una de esas bandas imprescindibles, sin la que no se podría entender el rock n roll en nuestro país. Parece que en estos días la banda se está despidiendo de forma definitiva de todos sus seguidores. En cualquier caso, siempre nos quedaran para el recuerdo sus directos y una colección de fantásticos discos.

OBUS

Desde 1981, -tal y como indicaban las lonas que decoraban el escenario-, Obús llevan  pateándose los escenario de este país. Durante estos 34 años ha habido épocas mejores y peores, además de un periodo de descanso durante la década de los noventa, pero nunca nadie ha podido discutir la entrega, la calidad y la actitud de una banda que siempre ha llevado con orgullo la bandera del heavy metal nacional. Tras una temporada en el dique seco, -a causa de la participación de Fortu en un conocido programa de televisión-, los madrileños volvían a pisar el escenario del Leyendas para ratificar que siguen siendo esos tipos macarras, gamberros y entrañables que siempre han sido.

Muchos han sido  los que han criticado las andanzas televisivas de Fortu, pero lejos de amedrentarse ante críticas y comentarios, lo cierto es que el vocalista se mostró sobre las tablas  tan “estrella” como siempre, paseándose desafiante por el escenario, contorneándose provocativamente y sabiendo conectar con la audiencia desde los primeros compases del show. Ante tales circunstancias el concierto se presentaba como un excelente termómetro para calibrar la opinión de su público tras las aventuras isleñas del mítico vocalista. Desgraciadamente no faltó el exaltado de turno  que a punto  estuvo de reventar el concierto al alcanzar con una botella al vocalista, pero en líneas generales la acogida de los incondicionales de la banda fue totalmente satisfactoria.

Con un escenario dominado por una altísima tarima donde se ubicaba la betería de Carolos Mirat, los miembros de la banda aparecían en escena, siendo el ultimo en hacer acto de presencia y apareciendo bajo la tarima de la batería el carismático vocalista, para arrancar la descarga de forma magistral con “Juego Sucio”. Como sucedió con muchos de los shows, en el arranque el sonido no fue todo lo nítido y contundente que nos hubiera gustado, pero afortunadamente la cosa poco a poco se fue solventando. Así que cuando la banda atacó la segunda pieza de la noche, la rasposa y machacona “Más Que Un Dios”, la cosa empezó a normalizarse. Precisamente fue durante este corte cuando se produjo el desagradable incidente que comentaba anteriormente. Y es que hacia la mitad del tema Fortu se subió sobre una pequeña tarima, -situada en el centro del escenario-, para mirar provocativamente  a las primeras filas mientras se mantenía inmóvil con los brazos abiertos de par en par, lo que aprovechó algún descerebrado para arrojarle una botella. La contestación del vocalista no pudo ser más enérgica y acertada, ya que sin parar el tema recriminó de forma rotunda la estúpida acción del indeseable provocando la cerrada ovación de todos los presentes.

Debo admitir que pensé que el incidente afectaría de forma negativa al desarrollo del show, pero lo cierto es que lo ocurrido pareció espolear todavía más a la banda, y especialmente a un Fortu que desde ese momento se mostró absolutamente imparable, dando mordiente y vitalidad a temas clásicos como “Necesito Más”, que contó con el apoyo de todos los presentes, y tras el cual el vocalista nos espetó un emocionado: “¡Os quiero Cabrones!” El momento de pisar el acelerador al máximo llegaría con el primerizo “Pesadilla Nuclear”, que sería el elegido para que Paco nos ofreciera su primera gran aportación solista.

Tras ofrecernos unas cuantas reverencias el vocalista desaparecía bajo la batería de Carlos Mirat, para regresar tan sólo unos segundos más tarde repartiendo bendiciones en el arranque de “Te Visitará La Muerte”, que fue la escogida por Fortu para mandar un recadito a un conocido tertuliano televisivo. Pero hasta aquí llegaron las alusiones a la caja tonta y a sus personajes. Y es que la banda no se detuvo apenas entre tema y tema, apostando por imprimir un altísimo ritmo a su show, enlazando los temas de forma consecutiva para conseguir  que su descarga se convirtiera en una sucesión imparable de himnos. Así que durante el show no faltarían momentos absolutamente memorables como “Que te Jodan”, que supuso el primer guiño a su disco de retorno del año 2000  “Desde El Fondo Del Abismo”, y que nos dejaría al vocalista en toda su esencia, paseándose desafiante por el escenario mientras nos conminaba a todos a levantar nuestro dedo corazón al aire.

Con toda la gente metida en el bolsillo era el momento de sacar la artillería pesada para acabar de provocar la locura entre sus incondicionales. De modo que lo que vino a continuación fue una buena dosis del material contenido en su tercer trabajo publicado en 1984. Precisamente, la encargada de iniciar esta suculenta trilogía sería la pieza que prestaba titulo al álbum “El Que Más”, con un Fortu estelar jugando con su pie de micro para levantarlo al aire con la llegada de los estribillos. El segundo asalto estaría protagonizado por “La Raya”, con el vocalista pidiendo nuestras palmas antes de acabar el tema cantando entre las piernas de su compañero Paco. Mientras que la elegida para poner el broche de oro de este trío absolutamente matador sería el mítico “Autopista”.

Parecía que el concierto había alcanzado su punto culminante, pero los madrileños veteranos e incombustibles consiguieron prolongar el éxtasis de sus seguidores con la irreverente “Corre Mamón”, que nos dejaría con la estampa de Fortu, Fernando y Paco encaramados sobre las pequeñas tarimas mientras Carlos daba cuenta de su batería en un final verdaderamente bizarro y acelerado. La vuelta al material de la década de los ochenta estaría marcado por “Da igual”. Pero sin duda uno de los momentos más intensos llegaría con “Dinero, Dinero”, que convertiría el recinto en una autentica fiesta, con Fortu ejerciendo como el perfecto maestro de ceremonias, haciéndonos calentar las gargantas antes de encarar el acto final con ese derroche de rabia y auto reivindicación que es “Va A Estallar El Obús”, que a modo de declaración de intenciones sonó igual de potente y punzante que el que abría su debut allá por 1981.

Genio y figura hasta la sepultura. Obús volvieron a demostrar el porque son una de las bandas más queridas y respetadas de la escena metálica nacional, y porque su vocalista ha sido y sigue siendo uno de los mejores “frontman” de nuestro país.

LUJURIA

Los encargados de cerrar esta décima edición del Leyendas Del Rock serían precisamente una de las bandas fetiches del festival, Lujuria. Liderados por el carismático, controvertido e incombustible Oscar Sancho los segovianos volvieron a dejar claro el porque son una de las bandas que más tirón tienen actualmente  en nuestro país. Como viene siendo habitual en todas sus presentaciones el vocalista se volvió a mostrar altamente mordaz a la hora de sus comentarios y apreciaciones  entre tema y tema, disparando sin ningún tipo de rubor contra compañeros  músicos, políticos, estamentos religiosos y…. En definitiva, contra cualquiera que no comulgue con la especial concepción de la vida del líder de la banda.

Era tarde pero el quinteto no estaba dispuesto a dejar que los que todavía permaneciamos despiertos y en pie para seguir su descarga acabaramos rendidos por el cansancio y el desanimo. Luciendo una vistosa capa confeccionada a base de camisetas de anteriores ediciones Oscar salió a la arena dispuesto a dejar una buena muestra de su gran talento como “showman”, atacando en el arranque la pieza que da nombre a su ultimo Ep “Esta Noche Manda Mi Polla”. Especialmente crítico se mostró el vocalista al exponer las razones por las que la banda había recurrido a este peculiar formato: “No tenemos un duro”, lo que acabó suscitándole el apoyo de todos los presentes.

Tras presentarnos una de sus últimas composiciones y ganarse la atención de todos los presentes llegaba el momento de empezar a bucear entre la amplia discografía de la formación segoviana, recurriendo para ello a trallazos del calibre de “Sperman”, “un coreadísimo “Cinturón de Castidad”, o la lección de frivolidad e historia de la  música clásica contenida en esa desternillante “Mozart Y Salieri”.

De su etapa más reciente la elegida para poner a todo el mundo a botar, después de que Oscar mandara algún mensajito envenenado, sería “Cae La Mascara”, para acto seguido dejar paso a la composición que prestaba título a su anterior trabajo “Sexurreccion”. Para los más veteranos y fieles seguidores del quinteto el momento de mayor clímax llegaría cono “Corazón de Heavy Metal” y “Joda A Quien Joda”, que conseguían que el recinto se inundara de una buena colección de dedos corazones saludando al cielo.

No tendrían prisa los segovianos en finiquitar su actuación, así que después de una nueva charla de Oscar y tras recabar en escena la presencia del cantante de Vhäldemar, -quienes habían sido los encargados de cerrar el escenario Mar Reale-, llegaría el fin de fiesta definitivo con la irreverente y primeriza “Estrella Del Porno” y una de las piezas que más quebraderos de cabeza ha dado a la banda debido a malos entendidos y manipulaciones: “Dejad Que Los Niños Se Acerquen A Mi”. Y así fue como los más trasnochadores despedimos esta décima edición del Leyendas Del Rock mientras a través del P.A. atronaba a todo volumen y a modo de despedida el himno oficioso del festival “Leyendas Del Rock (Es Donde Residen Mis Sueños)”.

Además durante esta última jornada también pudimos disfrutar de las descargas de los entrañables TANKARD, en una actuación que lamentablemente quedó algo deslucida por la lluvia. También dejaron una fantástica impresión los chicos de XANDRIA que en el escenario Mark Reale dieron una clase magistral de ese power metal cargado de elegancia y sincronismo. Quizás más alejado de los parámetros más metaleros llamó mucho la atención el repaso a toda su carrera que nos ofrecieron SOBER, incluyendo algunos interesantísimos guiños a las etapas de SAVIA Y SKIZOO, contando con la inestimable colaboración de ese monstruo que es Morti. Algo más discreta sería la descarga de SATYRICON que no acabó de convencer a muchos de los presentes, ya que sonaron excesivamente planos y previsibles.




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