Enclavado
en la bonita población de Moledo do Minho el festival portugués Sonic Blast se
ha consagrado en menos de cinco ediciones como una cita ineludible para todos
los amantes del stoner, el psych, el classick
rock y las propuestas más psicodélicas, aunque en sus dos últimas
ediciones la organización ha ampliado sus
miras y está dejando espacio a propuestas más metálicas. Sin duda la
proximidad con la frontera gallega ha sido decisiva para que la afluencia de público
se haya convertido en una mezcla casi equitativa entre público luso y español,
creando un ambiente de compañerismo y camaradería que ha propiciado el auge del
festival durante los últimos años.
Y es
que hablar del Sonic Blast no es hacer referencia a uno de los múltiples
festivales que se celebran a lo largo del verano en cualquier rincón del Viejo
Continente, ya que la particularidad del festival portugués es que además de su
oferta musical la organización dispone de espacios para que los más atrevidos e
intrépidos puedan ejercitarse en disciplinas como el surf o el skate. Otro de
los atractivos que cuenta este Sonic
Blast es disponer de dos zonas de conciertos. Una enclavada dentro del recinto
de una piscina, así que mientras va cayendo la tarde y los asistentes descubren
nuevas propuestas de manos de jóvenes valores, la gente puede darse un
refrescante chapuzón. Y el recinto donde esta ubicado el escenario principal,
situados a escasos 50 metros de la piscina, que es donde tienen lugar las actuaciones más destacadas.
En
cuanto a la zona de acampada nuevamente volvería a situarse a unos 300 metros
de donde se realizarían los conciertos, concretamente en un pequeño bosque,
repleto de sombras y muy cerca de la
playa del municipio. A diferencia de lo que sucediera en anteriores ediciones,
de cara a la de este año la organización había preparado una fiesta de
bienvenida para los primeros que llegaron a la zona de acampada proponiéndoles
una triple cita en un local denominado Ruivo´s Bar, contando con la
participación de Galactic Superlords, Astrodome y The Dead Academy.
MANTRA
Pero el
festival propiamente dicho arrancaba a primera hora de la tarde del viernes con el concurso de Mantra, un potente
power-trio procedente de la cercana población de Viana Do Castelo que ante una
audiencia muy relajada, -todavía sentada en sus toallas de playa-, dio buena
cuenta de su portentoso stoner rock salpicado de algunas pinceladas doom y
psicodélicas. El grueso de su actuación estuvo centrado en las composiciones de
su reciente EP “I: Hell Or High Water”, publicado a principios de este mismo
año, y aunque no llegaron a movilizar a los presentes, si que
fueron seguidos con atención por una audiencia deseosa de emociones fuertes que
acompañó desde la distancia la rugosidad contenida en piezas como “Catcher In The Rye” o los aires
más introspectivos y envolventes de “Dusty Road”.
THE BLACK
WIZARDS
Los encargados
de recoger el testigo serían los chicos de The Black Wizards. Liderados por la
vocalista Joana Brito, -todo un torbellino sobre las tablas-, este cuarteto con
pintas de Hippies de la década de los setenta animaron considerablemente la
tarde con esa personal fusión entre el estilo ácido del maestro Hendrix y la
oscuridad riffera de los primeros Sabbath, todo ello convenientemente aderezado
con unas rotundas dosis de improvisación y psicodelia.
Y es que la
banda se mostró a lo largo de todo su show como un colectivo sólido, compacto y
perfectamente conjuntado, haciendo que temas “Back In The Town”, fueran el
mejor antídoto para desprenderse de la morriña propia de media tarde. Además de
mostrar su apuesta decidida por ese rock de estirpe clásica y setentera , The
Black Wizards también nos mostraron su faceta más espiritual e intimista en
temas de ambientación más relajada como “I Don´t Belong Here”, dejando claro
que el material contenido en su primer Ep “Fuzzadelic”, -que fue publicado un viernes
13 febrero-, resulta ideal para los directos.
BIG RED PANDA
Pese a que el
tiempo no acabó de acompañar todo lo que nos hubiera gustado, de hecho durante
esta primera jornada hizo tímido acto de
presencia alguna pequeña precipitación, lo cierto es que los más atrevidos no
quisieron dejar pasar la ocasión para darse un buen chapuzón en la piscina
mientras Big Red Panda tomaba posiciones sobre el escenario. El quinteto de
Ponte Lima destacó por su formación de tres guitarristas, lo que les permitió
dar a composiciones como su nuevo single “High Ride” un toque vitalista y
marchoso.
Tampoco
faltaría a lo largo de su descarga algunos pasajes más elegantes y setenteros
como los contenidos en la explosiva y camaleónica “Centopide”. Pero sin duda
los momentos más destacados de su descarga llegarían al abordar la extensa
“Miles Davis”, en la que el quinteto dio rienda suelta a algunas de sus
inquietudes musicales en un extenso ejercicio instrumental en el que hubo
espacio para potentes andanadas roqueras, algunos pasajes más introspectivos, e
incluso algunos momentos de esencia funk.
THE ATTACK OF
THE BRAIN EATERS
Los primeros
representantes españoles en hacer acto de presencia en esta quinta edición del
Sonic Blast eran los asturianos The Attack Of The Brain Eaters. Este veterano
trío natural de Oviedo llegaba dispuesto a revolucionar la tarde con sus
composiciones directas y contundentes, desmarcándose de los parámetros más
puristas del clásico rock n´roll para dejarnos alguna pincelada de su
contundencia de esencia stoner y espíritu punk gracias al dinamismo de piezas como “Titan”.
Y es que pese a
formar como power-trio la formación asturiana se mostró sólida y compacta,
sabiendo conectar con una cada vez más numerosa audiencia, haciendo que la
gente se dejara arrastrar por las suntuosas melodías contenidas en piezas como
la vibrante “Facts”. Tampoco dejarían de lado esas guitarras más incisivas
junto a unas líneas vocales más agresivas a lo largo de temas como “Daydream”,
que les servían para dejar una magnifica tarjeta de presentación entre el
publico portugués.
CUCHILLO DE
FUEGO
Sin duda dentro
de esta primera jornada en el escenario
de la piscina una de las formaciones que más expectación había levantado eran
Cuchillo de Fuego. Los gallegos ejercieron de perfectos embajadores en tierras
lusas, y se despacharon a gusto con un concierto vibrante y explosivo, que no
dejó indiferente absolutamente a nadie. Con
su agudizada crítica y con ese sentido del humor negro y cargado de ironía el
cuarteto fue disparando algunos de los temas más destacados de su último
trabajo “Triple España”, consiguiendo que temas como “Electrónica Martínez” o
“Bouquet (Fuego y Mierda)”, sirvieran para cambiar la tendencia de una tarde
que hasta su llegada había sido bucólica.
Pese a
intercalar durante las presentaciones de algunos de sus temas el castellano y
el gallego, lo cierto es que dio la sensación de que los discursos de su
vocalista no acabaron de conectar con muchos de los presentes, en cualquier
caso, cuando si que conectaron los gallegos con todos los presentes fue a la
hora de descargar piezas corrosivas y letales como “Barrido”, “Estrella Park” o
la disparatada “Forforcio”.
NERVOUS
Tras el
vendaval gallego los encargados de clausurar esta primera jornada dentro del
recinto de la piscina fueron los americanos Nervous. Con muchas ganas y dispuestos a dejar una
magnifica impresión este trío de Oakland no tuvo ninguna clase de problemas
para conectar con una animada audiencia, y mas cuando antes de empezar su show
su vocalista se dedicó a regalar algunas copias de su último trabajo “Duration
And Delusion” entre los presentes. Pese a no disponer de mucho tiempo Nervous nos
dejaron una buena muestra de un rock ácido y sucio, con algunas suculentas
pinceladas punk.
Muy ágiles en
escena sus composiciones directas, corrosivas y rabiosas fueron el pretexto
perfecto para que la gente abandonara sus toallas y se aproximara hacia el
escenario para seguir de cerca las evoluciones de la banda al atacar temas como
la inicial “The Future” o la vitalista
“Breathing And Choking”. Las guitarras saturadas y rugosas, casi más propias
del sonido grunge de la década de los noventa se erigirían como las
protagonista de piezas como “Cog In The Machine” o “Lapse”.
HIGH
FIGHTER
Tras
haber disfrutado de una intensa y
agradable sobremesa en el marco incomparable del recinto de la piscina llegaba
el momento de peregrinar hacia el escenario principal para seguir disfrutando
de la música en directo. Lo primero que llamó mi atención nada más acceder al
recinto fue que en esta ocasión el escenario estaría presidido por una enorme
pantalla sobre la que se proyectarían imágenes de corte psicodélico que
acompañarían a muchas de las actuaciones de esta primera jornada.
Los
encargados de abrir fuego fueron los alemanes High Fighter. Debo admitir que no
tenía ninguna referencia previa de este quinteto proveniente de Hamburgo, pero
lo cierto es que me acabaron convenciendo. Capitaneados por la vocalista Mona
Miluski, los teutones nos ofrecieron un show potente e impactante, consiguiendo
que muchos de los que no les conocían acabaran acercándose al escenario para caer
rendidos a sus pies. Y es que la banda derrochó potencia y personalidad
presentándonos de forma más que convincente los temas contenidos en su EP debut “The Goat Ritual”.
Precisamente
sería la puesta en escena de su vocalista uno de los mayores alicientes de la
actuación de High Fighter, ya que Mona
se mostró absolutamente intratable en temas como “Scorpionica”, o la más
rabiosa y corrosiva “2Steps Blueskill”, en la que la contundencia y pesadez de
unas estructuras típicamente stoner se fusionaron con unos registros
descarnados e incisivos. Con la gente cada vez más metida en su descarga, también tendríamos ocasión de deleitarnos con
algunos pasajes más oscuros y sabbathicos
como los contenidos en “Black Watters”.
Mucho
más marchoso y hard roquero resultaría el atractivo y camaleónico “Fire In The Sun”, mientras que el encargado
de mostrarnos nuevamente su faceta más agresiva sería la pertinaz y machacona
“In Veins”. En resumen, una fantástica descarga de una banda original e
interesante a la que no habrá que perder la pista de cara a los próximos meses.
BELZEBONG
Con los últimos rayos de sol bañando el recinto y mientras
la brisa empezaba a refrescar el ambiente llegaba el turno de los polacos
Belzebong, quienes arribaban a Moledo dispuestos a hacernos sucumbir ante su
aplastante sucesión de riffs pétreos y mastodónticos, convirtiéndose así en los
primeros representantes de los sonidos más oscuros y doom metaleros.
Su propuesta arriesgada y muy personal se basó en la
rotundidad y contundencia instrumental de unas composiciones extensas y muy elaboradas, en las que se fueron
alternando de forma progresiva diferentes ambientaciones y atmósferas. Aunque
obviamente los polacos no conectaron con tanta facilidad con el público como lo
habían hecho anteriormente los chicos de High Fighters, lo cierto es que
dejaron unas buenas sensaciones al abordar temas densos y correosos como
“Dungeon Vultures” o “Diabolical Dopenosis”.
Como no podía ser de otra forma el grueso de su repertorio
estuvo centrado en el material de su más reciente entrega discográfica
“Greenferno”, del que no faltaron la humeante “Goat Smokin´Blues” y la
devastadora “Inhale In Hell”.
No puede decirse que los polacos se mostraran excesivamente comunicativos en escena, de hecho se dedicaron únicamente a castigar sus instrumentos mientras una densa frialdad se apoderaba de todo el recinto, dejándonos la estampa de la formación castigando sus instrumentos mientras la gente se dejaba arrastrar por ese insaciable torrente de fiera intensidad doom metalera.
No puede decirse que los polacos se mostraran excesivamente comunicativos en escena, de hecho se dedicaron únicamente a castigar sus instrumentos mientras una densa frialdad se apoderaba de todo el recinto, dejándonos la estampa de la formación castigando sus instrumentos mientras la gente se dejaba arrastrar por ese insaciable torrente de fiera intensidad doom metalera.
PLUS ULTRA
Mucho más animada y eléctrica resultó la descarga de Plus Ultra, que era uno
de los platos fuertes para la audiencia lusa. Con la noche ya bien entrada y
con un poco de frío en el cuerpo la actuación de este trío procedente de Oporto
se presentaba como la excusa perfecta para agitar el cuerpo siguiendo esas
composiciones repletas de percusión y ciertos aromas tribales. Derrochando
fuerza y entrega Plus Ultra plantearon un repertorio animado y bizarro, en el que su vocalista acabó
surfeando entre la audiencia.
Como era de esperar Plus Ultra no tuvieron ninguna clase de
dificultad para conectar con un público entregado y muy animoso que respondió a
la perfección ante la hipnótica atmosfera que crearon con piezas como “Blood In
Veins”, que fue la elegida para romper el hielo. Irreverentes y cercanos los
portugueses encandilaron a la audiencia gracias a la contundencia de sus
composiciones y a la extrovertida personalidad de su vocalista, que durante
todo el show no paró de contonearse provocativamente invitando al descontrol al
personal.
Y es que durante su hora sobre las tablas Plus Ultra no nos
ofrecieron ni un segundo de tregua, concediendo un protagonismo destacado a esa
gruesa y saturada guitarra que sería la encargada de conducir temas como “Trust
Is For The Weak”, una pieza clásica dentro de su repertorio que fue de las que
mejor acogida obtuvo.
Para poner el broche definitivo a su brillante descarga optarían por uno de sus temas más rudos y afilados “Scream 37”, que nos dejaría a modo de despedida con la imagen de su guitarrista destrozando su instrumento al estamparlo violentamente contra el suelo.
Para poner el broche definitivo a su brillante descarga optarían por uno de sus temas más rudos y afilados “Scream 37”, que nos dejaría a modo de despedida con la imagen de su guitarrista destrozando su instrumento al estamparlo violentamente contra el suelo.
GREENLEAF
Un nuevo cambio estilístico nos conduciría sobre la densa y
humeante propuesta de Greenleaf. Los suecos salieron a escena sin su habitual
introducción, derrochando simpatía y
luciendo unas largas y frondosas barbas se presentaron diciendo que eran
Z.Z.Top, para acto seguido atacar un
enérgico “I´m Going Down”, que provocaba el desparrame entre una audiencia muy
animada y participativa. Debo admitir que me llamó muchísimo la atención el vivo
contraste escénico que provocaban su hiperactivo vocalista, Arvid Jonsson, y la sobriedad que transmitía su bajista,
Johan Rockner, quien atacó casi sin inmutarse piezas como la que abre su ultimo
trabajo “Trails And Passes”, “Our Mother Ash”.
Tras proponernos un arranque verdaderamente fulgurante con
el que los suecos se metieron a toda la audiencia en el bolsillo llegaba el
momento de concedernos un pequeño respiro, y la elegida para hacernos recuperar
el aliento fue “Ocean Deep”, encandilándonos con esas ambientaciones más sugerentes
y envolventes. Pero rápidamente el cuarteto recuperaría el pulso de la descarga
con su genuina invitación al baile contenida en esa adictiva y desternillante
“The Drum”, que crearía el clima adecuado para que la banda estrenara una nueva
composición que formara parte de su nuevo trabajo y que llevará por titulo “A Million Fire Flags”.
Tampoco quisieron dejarse en el tintero esos suculentos
aromas blueseros contenidos en “Stray Bullit Woman”, que sería una de las
piezas escogidas para representar el material contenido en su trabajo de 2007 “Agents
Of Ahriman” y que se convertiría en la excusa perfecta para aunar
nuestras gargantas a la hora de corear
sus fantásticos estribillos.
El retorno sobre su último obra estaría marcado por la
vuelta a terrenos más psicodélicos y ambientales de manos de “With Eyes Wide Open”, mientras que la elegida para finiquitar su
actuación seria la vibrante “Alishan Mountain”, tras la que los suecos
saludaban desde el centro del escenario dejando tras de si a una audiencia
totalmente satisfecha.
MY SLEEPING KARMA
Los encargados de echar el cierre a esta primera jornada del
festival eran My Sleeping Karma. Tras las buenas críticas cosechadas en su
actuación del pasado año los de Aschaffenburg retornaban a tierras lusas para
salir victoriosos una vez más. Tremendamente motivados ante la cita, la
formación germana hizo piña en el centro del escenario para conjurarse antes de
dar el pistoletazo de salida a su descarga.
Avalados por una propuesta tan personal y diferenciadora,
los germanos nos propusieron un rotundo viaje a través de su cascada de
intensidad y emociones trasladándonos a través de las ambientaciones etéreas y
envolventes contenidas en piezas como “In TEnsion” o “Prithvi”, con las que el
cuarteto daba rienda suelta a su vertiente más
progresiva y psicodélica. Y es que para cualquiera que haya seguido la
trayectoria de My Sleeping Karma resulta evidente que lo menos importante en
sus presentaciones es el nombre de las composiciones interpretadas, ya que
simplemente hay que cerrar los ojos y dejarse imbuir por esos grandiosos duelos
que nos proponen los teclados de Norman y las guitarras de Seppi.
Pero dejando a un lado los desarrollos solistas de la
formación germana, lo cierto es que los cimientos sobre los que se sustenta su
propuesta vienen dados por la aplastante base rítmica que forman Matte y un
inconmensurable Steffan, dejando su impronta personal en piezas como “Enigma
23” o la bipolar “Glow 11”, que nos llevaría a alcanzar el éxtasis más absoluto
mientras los músicos se abandonaban en uno de sus habituales desarrollos
instrumentales.
Y es que dejando a un lado la innegable calidad técnica del
cuarteto, lo cierto es que My Sleeping Karma supieron estar a la altura de lo
que el público demandaba de ellos, de modo que además de acompañarnos con esos
pasajes potentes e hipnóticos también contaron con unas atractivas proyecciones
sobre la pantalla que presidía el escenario, lo que sirvió para dar colorido y
un aspecto de lo más psicodélico a piezas como “Ahimsa” o “Hymn 72”, con las
que el quinteto volvía a ratificar su incontestable triunfo en tierras lusas.
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