Cual
ave fénix el incombustible Jeff Watters vuelve a renacer y regresa a la carga
con el décimo quinto trabajo de sus Annihilator. Tras haber contado en los
últimos tiempos con el concurso del guitarrista y vocalista Dave Padden
(2003-2014), Watters retoma nuevamente su faceta como vocalista, tras casi dos
décadas, en este "Suicide Society". Aunque en principio podría
parecer una apuesta arriesgada, lo cierto es que este nuevo trabajo de la
formación canadiense conserva intacta la esencia y la personalidad de los
Annihilator de toda la vida, e incluso me atrevería a decir que tiende un puente
hacia el material que la banda facturó durante los primeros años de su carrera,
proponiéndonos constantes guiños a álbumes como "Never, Neverland",
"Set The World On Fire" o "King Of The Kill", lo que les
garantiza una buena acogida entre sus fans más veteranos que siempre se han
decantado por esa vertiente más thrashera de sus inicios.
Otro
detalle que llama la atención es una producción muy sobria y para nada
sobrecargada, en la que Watters parece haberse concentrado en dar un
protagonismo absoluto a la contundencia y vivacidad de las guitarras. Si
hablamos del aspecto vocal, lo cierto es que Watters parece encontrarse en un
buen momento de forma, desenvolviéndose con absoluta solvencia entre los
registros más rasgados y agresivos, y esos temas más pausados y melódicos que
serán los encargados de ofrecernos el contraste en un álbum rápido, contundente
pero ante todo muy técnico y dinámico. Aunque ha sido el propio Watters quien
se ha encargado de tocar todos los instrumentos de cuerda que aparecen en el
disco, para hacerse cargo de la batería ha contado con los servicios de Mike
Harshaw, que si no hay cambio de planes formara la base rítmica durante la
próxima gira con el bajista Cam Dixon, un viejo conocido para los seguidores de
la banda.
Como
si fuera una presentación en toda regla el plástico se abre con el tema
homónimo "Suicide Society", con una sucesión de riffs marcados y
eléctricos dominando el tema, quizás no sea un corte excesivamente explosivo
para el arranque pero nos deja unos buenos fraseos solistas y la demostración
palpable de que Watters no ha perdido ese registro amplio y lleno de matices
que le permite moverse como pez en el agua por las diferentes ambientaciones
que propone el corte. Algo más clásicos suenan cortes como "My
Revenge" o " Narcotic Avenue" poseedores de un ritmo más
acelerado y unas guitarras más hirientes y afiladas que nos traen de vuelta esa
vertiente más thrashera que se verá culminada por unos coros compactos y
directos, que resultarán ideales para corear durante sus directos, junto a una
parte central más melódica y ambiental que les servirá para redondear dos gemas
que están llamadas a convertirse en fijas de su nuevo repertorio.
Como
comentaba en la introducción si algo llama la atención de este "Suicide
Society", es la variedad del material que contiene. Así que tras darnos
una buena muestra de su potencial más thrashero llega el momento de adentrarse
en texturas más melódicas de manos de "Snap", que guarda una estrecha
relación con aquel "Set The World On Fire" de inicios de la década de
los noventa, gracias a ese cuidado tratamiento en las voces y a la elegancia y
pulcritud de sus guitarras, aunque sin que en ningún momento esto signifiqué
que la banda pierda su habitual pegada. El equilibrio perfecto entre
contundencia y melodía quedara plasmado en piezas como "Creepin'
Again" en la que se alternaran la velocidad de sus estrofas con la
luminosa musicalidad de sus cuidados estribillos, completando una de las piezas
más brillantes de esta nueva entrega del combo canadiense. Pese al paso de los
años Watters no parece haber perdido la pasión por el clasicismo metalero y la
mejor muestra es el guiño a "The Hellion", de los maestros Judas
Priest, en el arranque de esa sobrecogedora demostración de rabia que es la
oscura "The One You Serve", en la que opta por sacrificar la
velocidad para sonar más dramático y ambiental en el arranque, para dejar que
el tema vaya creciendo progresivamente gracias a la pegada de Mike Harsaw.
Si
eres de los seguidores de la vieja escuela, de aquellos que se engancharon al combo
canadiense durante sus primeras obras, una de las piezas que formara parte de
tus favoritas será sin duda "Break, Enter", con esas fulgurantes
aceleraciones clásicas dentro de la escena thrashera junto a una base rítmica
crujiente y desbordante de intensidad que creara el marco perfecto para
recuperar al Watters mas enojado a las voces.
La
encargada de hacernos retornar sobre sonoridades más oscuras será la machacona
"Death Scent", que pasa por ser la pieza más camaleónica de todo el
plástico, con una estructura inicial algo lineal que nos acabara abocando sobre
un desarrollo intermedio melódico e inquietante que hará crecer nuestras
expectativas antes de rematarnos definitivamente con uno de los fraseos más
explosivos de todo el disco. El cierre vendrá marcado por "Every
Minute", un melódico uptempo que alterna partes con las guitarras acunando
la voz de Watters y unos descomunales
estribillos marca de la casa que vuelven a traernos al recuerdo el material
contenido en su álbum de 1993.
En
definitiva, Jeff Watters ha creado un disco que parece diseñado para el
disfrute de sus fans más veteranos, echando mano de todos esos guiños y ticks
que siempre han caracterizado su propuesta, creando nueve composiciones en las
que podemos reencontrarnos con los Annihilator más thrashers y speed metaleros,
pero también, aunque en menor medida, con los más melódicos y accesibles.
DISCOGRAFICA:
UDR Music
Lista
de Temas
1. Suicide Society
2. My Revenge
3. Snap
4. Creepin’ Again
5. Narcotic Avenue
6. The One You
Serve
7. Break, Enter
8. Death Scent
9. Every Minute
No hay comentarios:
Publicar un comentario