jueves, 26 de noviembre de 2015

BLACK STAR RIDERS+4BITTEN+THE WEYERS-RAZZMATAZZ 2-BCN-15-NOV-2015



Dejando a un lado el pasado y el nexo de unión que representa la figura del guitarrista Scott Gorham, lo cierto es que el segundo trabajo de Black Star Riders “The Killer Instinct” ha supuesto su consolidación definitiva, y es que la formación está compuesta por músicos de reconocido prestigio dentro de la escena roquera  internacional. Tras la cancelación de la que iba a ser su primera visita a nuestro país,  hace un par de años, el quinteto americano se presentaba en la Sala mediana del Razzmatazz para ofrecernos los mejores momentos de sus dos obras de estudio  junto al delicioso ejercicio de nostalgia que representaba la oportunidad de volver a escuchar algunas de las piezas clásicas del repertorio de  los míticos Thin Lizzy.

Un ambiente frío y con la gente todavía impactada por los hechos acontecidos en Francia durante ese mismo fin de semana  conformaban el panorama  al que se tendrían que enfrentar las tres bandas que completaban el cartel de esta noche. Para ir abriendo boca contaríamos en el inicio con la presencia de The Weyers, una formación poco habitual, ya que se presentaron en formato de dúo, que nos presentaría las composiciones de su ultima entrega “Beep Beep Beep”. Mientras que los elegidos como segundo aperitivo antes de la descarga del plato fuerte de la noche serian los griegos 4Bitten.

Ante apenas una treintena de personas saltaban a escena The Weyers, que dispusieron de un espacio muy limitado para montar un vistoso set escénico, destacando el enorme micrófono que presidia el escenario y la posición en primera línea de la batería de Luke Weyermann. A escasos metros de distancia se posicionaría  su socio y hermano, Adi Weyermann, que se encargaría de poner la voz y la guitarra a sus composiciones. En cuanto a su propuesta el dúo dejó clara su apuesta decidida por un rock n´roll básico y marchoso, dejando que temas como la inicial “Big Mouth” se convirtieran en su mejor carta de presentación.

Como era previsible no faltó un sentido recuerdo a las victimas de los atentados terroristas en Francia antes de la presentación de “Julia”, que a la postre se acabaría convirtiendo en el mejor corte de su escueta presentación, ya que nos mostró la facilidad del dúo para abordar diferentes estilos, sonando delicados e intensos en el inicio, pero también rabiosos y machacones en un final trepidante.

Además de lo original de su propuesta, me gustó mucho lo cercano y comunicativo que se mostró Adi Weyermann durante todo el show, ya que pese al desconocimiento generalizado de los temas por parte del público, consiguió  que la gente se arrancara a acompañar con palmas temas como el  vacilón “The Changeling”.

Las atmosferas más relajadas e intimistas llegarían de manos de la delicada “My Mean Mind”, durante la que Adi se dedicó a iluminar a las primeras filas con una pequeña  luz situada junto a los dos micrófonos que utilizó  durante la presentación. Con algo más de gente copando las primeras filas la formación de los hermanos Weyermann se despedía con el tema que presta el nombre a su más reciente entrega discográfica, haciéndonos cantar los contagiosos estribillos de “Beep Beep Beep”. En resumen, una buena sesión de classick-rock, directo y marchoso fue los que ofrecieron The Weyers para dar el arranque a esta jornada de domingo.

Pese a su larga trayectoria tampoco puede decirse que los siguientes en hacer acto de presencia fueran excesivamente conocidos por estos lares. Aunque no era esta la primera vez que los atenienses pisaban los escenarios de la Ciudad Condal, lo cierto es que la frialdad del público barcelonés se dejó notar a lo largo de sus cuarenta minutos de show. 

Capitaneados por el guitarrista George M. y la vocalista Fofi Roussos, 4Bitten nos ofrecieron un exhaustivo repaso a su última obra de estudio “Rewind & Erase”. Cabe remarcar que a diferencia de lo que suele ser habitual en las formaciones con chica al frente, Fofi no es una vocalista de corte operístico ni lírico, ya que la propuesta de los griegos está encaminada hacia un heavy/ rock áspero y contundente.

Con mucha fuerza y con los dos líderes de la banda mostrándose muy activos y participativos arrancaba “Broke”, que era la escogida para romper el hielo dejando que los poderosos riffs de George M. intentaran sin éxito empezar a calentar el ambiente. Pese a ello, la banda no se desanimó y siguió ofreciendo su mejor versión en temas como el melódico “Die In Vain”, que servían para que Fofi se mostrara en todo su esplendor.

Quizás lo más atractivo de la propuesta del combo ateniense fuera la variedad estilística de sus composiciones. Así que tras mostrarnos en el arranque su faceta más roquera llegaba el momento de dejar que las guitarras sonaran más afiladas e hirientes a lo largo del incisivo “Pull Me In”. Con Fofi ejerciendo como maestra de ceremonias y tras agradecernos nuestra presencia volverían a proponernos los marchosos estribillos de “Cause I Can”. Mientras que la elegida para presentarnos su vertiente más oscura y melancólica sería “Redefine Your Fate”.

Pero sin duda la autentica esencia de la banda quedaría plasmada en piezas como “Save My Soul”, que dedicaron al celebre asesino Ed Gain, y en la que se conjugaron a la perfección esa propuesta ruda y guitarrera con la versatilidad vocal de una Fofi absolutamente imparable, que incluso se permitió jugar con sus registros durante el tramo final del tema. Para redondear una descarga que fue claramente de menos a más optarían por “Rewind & Erased”, que parecía despertar a una audiencia que, en esta ocasión, sí que se involucró a la hora de acompañar con palmas el arranque. Una lástima que la acogida del publico barcelonés fuera tan fría, ya que los griegos demostraron tablas y una gran calidad para dar vida a unas composiciones vibrantes y muy dinámicas.

Aunque viendo la media de edad de los asistentes resultaba evidente que el principal reclamo para la descarga de esta noche eran los temas de los míticos Thin Lizzy, lo cierto es que Black Star Riders en ningún momento quisieron exprimir al máximo la carta de la nostalgia, ya que su repertorio fue una equilibrada  combinación de material propio y algún guiño puntual a la banda que liderara el añorado Phil Lynott.  Algo más de media sala fue el aforo que al final se acabó dando cita  para presenciar la descarga de la formación americana. De modo que tras una larga introducción los músicos saltaban al escenario para dejar que las guitarras de Gorham y Johson inundaran el recinto con los contagiosos riffs de “Bloodshot”. Lo primero que me llamó la atención fue el carisma y la  personalidad que irradió Ricky Warwick, mostrándose  en todo momento como un excelente “frontman”, sabiendo manejar al personal con esa pose marcadamente roquera y un tanto macarra.

Tras recibir la calurosa bienvenida de la audiencia Warwick se daba la vuelta para empuñar una guitarra y junto al resto de sus compañeros proponernos el primer clásico de la noche “Jailbreak”, que desató la locura en la sala, con todos los presentes saltando contagiados por su marchosa melodía. Con la gente ya entonada llegaba el momento de empezar a desgranar las composiciones de su segunda obra,  “The Killing Instinct”, recurriendo a ese mítico sonido de guitarras dobladas durante el arranque de “Soldierstown”, que nos dejaría la estampa de Gorham y Johnson ocupando el centro del escenario mientras el vocalista se situaba junto a la batería de Jimmy DeGrasso.

A pesar de ser una banda de auténticos “all-stars”, lo cierto es que Black Star Riders se mostraron como una formación sólida y compacta, en la que  lejos de los individualismos personales lo que prima es el colectivo. Una buena muestra la pudimos apreciar a lo largo del medio tiempo “Charlie I Gotta Go”, en la que los encargados de asumir todo el protagonismo fueron Damon Johnson y Ricky Warwick. Tras darnos las gracias por nuestra presencia el vocalista se deshacía de sus gafas de sol y su chaqueta  antes de volverse a colgar la guitarra para ponernos a todos a botar con el adictivo “Are You Ready”, que volvía a hacer  subir las revoluciones entre el personal mientras Gorham demostraba que no ha perdido ni un ápice de clase a la hora de atacar su instrumento.

El cambio de tercio llegaría con el vocalista británico empuñando  la acústica para dar esa ambientación más nostálgica al inicio del que fuera segundo single de su debut,  “Hey Judas”, que acabaría explotando en un estribillo marca de la casa. El retorno sobre el material de su segundo redondo estaría marcado por el ritmo contundente y hard roquero de “Through The Motions”, que gozó de una excelente acogida. Siguiendo con la tónica que estaba llevando el show, la siguiente en sonar tendría que ser un nuevo cover de “los Lizzy”, y la elegida para que nuevamente todos aunáramos nuestras gargantas sería una celebradísima  “Waiting For An Alibi”.

Para cualquiera que haya escuchado los álbumes de Black Star Riders resulta innegable la inmediatez y la pegada de sus composiciones, así como unos estribillos pegadizos y 100% coreables, que lograron que temas como “Hoodoo Voodoo” se acabaran convirtiendo en uno de los puntos álgidos de la noche.

Sin bajar ni por un momento el nivel de intensidad, la encargada de tomar el testigo sería la pieza que prestaba título a su opera prima “All Hell Breaks Loose”, con el bajo del último fichaje del quinteto, Robbie Crane, marcando el paso de forma implacable. Pero sin duda si hubo un tema que puso la sala literalmente  patas arriba ese fue “The Boys Are Back In Town”, con la banda exprimiéndose al máximo mientras Warwick elevaba el pie de micro sobre su cabeza cada vez que nos tocaba entonar su festivo estribillo.

Parecía difícil que el quinteto consiguiera mantener semejante nivel de intensidad y  entrega entre sus seguidores, pero la noche proseguiría por todo lo alto con temas de esencia clásica como el single que supuso su  carta de presentación, “Bound For Glory”. Habiendo recibido una sonora ovación llegaba el momento de las presentaciones, con Gorham introduciendo a sus compañeros antes de permitirnos recobrar el aliento con los aromas más bluesys y sosegados del embaucador “Blindsided”, que se convertía en el primer momento  relajado de la velada.

No tardaría mucho en retornar la contundencia de las guitarras y las melodías folkies para protagonizar un vibrante  “Kingdom Of The Lost”, que ponía a toda la pista a botar siguiendo su contagioso ritmo. Con Gorham ocupando el centro del escenario arrancaría “Finest Hour”, para que rápidamente fuera la acústica  de Warwick la encargada de llevar las riendas del tema. La fiesta estaba llegando a su fin, pero el quinteto todavía guardaba algunos ases escondidos bajo la manga. Así que tras unos segundos de tensa calma  la banda atacaba con absoluta devoción “Emerald”, ocupando los instrumentos de cuerda el centro del escenario mientras DeGrasso aporreaba contundentemente su instrumento. Aprovechando la euforia que desató este nuevo recuerdo al legado de Thin Lizzy  llegaba el momento de poner el punto y seguido a la velada con un eléctrico  “The Killer Instinct”.

Acompañados de los cánticos de una audiencia particularmente ruidosa, los músicos volvían a empuñar sus instrumentos para rubricar una excelente actuación. Así que para despedirse por todo lo alto que mejor que un nuevo ejercicio de nostalgia, -doble en esta ocasión-, de manos de un par de  clásicos como son “Rosalie”, que fue acompañada con absoluta devoción por todos los presentes, y una potentísima versión del “Whiskey In The Jar”, que ponía el broche de oro a una vibrante velada de alto octanaje roquero.

Debo admitir que me lleve una magnifica sorpresa con la descarga de Black Star Riders, y más cuando  pensaba encontrarme con una banda que basaría su repertorio en la nostalgia. Pero aunque tuvimos una buena ración, la verdad es que el grueso del set  de esta noche estuvo centrado en el material de sus dos entregas discográficas. 




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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