Fieles
a su cita con la parroquia metálica catalana las huestes capitaneadas por el
incombustible y carismático Alexi Laiho
regresaban al enclave habitual de sus últimas visitas en la Ciudad Condal, la
sala mediana del Razzmatazz, para presentar las composiciones de su última
referencia discográfica “I Worship Music”, editada a principios de este mismo
mes de octubre. La principal novedad con respecto a su anterior visita, de hace
un par de años, era la presencia del guitarrista Antti Wirman, sustituyendo a
Roope Latvala. Además, en esta ocasión, los chicos de Espoo contarían con unos
invitados de excepción los británicos Sylosis, quienes nos brindarían la
oportunidad de degustar algunos de los mejores momentos de su cuarta obra
“Dormant Heart”, que veía la luz a principios de año.
Pese
a las habituales colas aguardando la apertura de puertas del recinto, lo cierto
es que en esta ocasión la sala quedó lejos de alcanzar su máxima capacidad,
viéndose mermado su aforo hasta unas tres cuartas partes. A diferencia de lo
que sucediera con las estrellas de la noche, Sylosis no se ha prodigado en
exceso en nuestros escenarios. De hecho creo recordar que la de esta noche era
la segunda aparición de los de Reading en tierras catalanas. Sin duda este fue
uno de los alicientes para que a la hora prevista para el inicio de su descarga
la sala presentara ya una media entrada.
Aunque
los cambios de formación han sido una constante en la trayectoria de los
británicos, desde que el guitarrista Josh Middleton decidiera hacerse cargo del
aspecto vocal en “Edge Of The Earth” la banda ha ganado en personalidad y
pegada, perfilando una propuesta más afilada y agresiva, en la que los fraseos
thrasheros han ido ganando espacio a los tempos más densos y machacones. Contando con el soporte incondcional de la
audiencia la descarga del combo británico arrancaba con una primera alusión a
su más reciente entrega, espetándonos de forma abrupta los devastadores riffs
de “Dormant Heart”, que se convertía en el preámbulo perfecto para una descarga
protagonizada por la voracidad y la contundencia. Y es que a lo largo de su
presentación fueron constantes las demandas de Middleton para organizar “circle-pits”, como sucedería a lo largo de
“Teras”.
Pese
a disponer de un modesto juego de luces, -durante su descarga fue prácticamente
imposible diferenciar el rostro de los miembros de la banda-, lo cierto es que Sylosis
disfrutaron de un sonido bastante aceptable, consiguiendo que piezas como “Fear
The World”, sonaran hirientes e intensas, lo que propició que no tuvieran
problemas para conectar con una audiencia que se mostraba cada vez más animada
y entusiasta. Tras ofrecernos en el arranque una buena muestra de su propuesta,
haciendo convivir presente y pasado, llegaba el momento de centrarse en las
composiciones de “Dormant Heart”, presentándonos los camaleónicos desarrollos
contenidos en piezas como “Leech”.
Tampoco
faltarían las angustiosas ambientaciones contenidas en “Mercy”, con un
Middleton muy solvente a la hora de combinar pasajes limpios y su habitual
registro rasgado, mientras las primeras filas levantaban los puños para
acompañar los rotundos golpes del batería Ali Richardson. Pero como comentaba anteriormente, la formación con el
paso de los años ha ido definiendo su estilo, y una buena muestra fue la
rotundidad thrashera que desplegaron en “Servitude”, que a la postre sería la
elegida para cerrar el segmento dedicado a su última placa. El momento álgido
de su descarga llegaría con “Stained Humanity”, para el que Middleton
organizaría un seguido “wall of death”.
Con
el personal bastante animado era el momento propicio para concentrarse en las
composiciones de su segundo trabajo “Edge Of The Earth”, del que nos ofrecieron
la dupla formada por la devastadora “Altered
States Of Consciousness” y “Empyreal”, que con sus intricados dibujos
guitarrísticos pondría el colofón definitivo a cuarenta y cinco minutos de show. Un sonido
apabullante junto a una propuesta repleta de contundencia y diferentes guiños a
otros estilos fueron los principales atractivos de la presentación de unos
Sylosis que convencieron a gran parte de los presentes.
Si
la sobriedad escénica había marcado la descarga de los encargados de abrir la
velada, antes del desembarco de Children Of Bodom el escenario fue decorado con
diferentes elementos que hacían alusión a la portada de su último trabajo “I
Worship Chaos”, junto a unos barriles
repartidos a lo largo de todo el escenario. Además, a diferencia de lo que
suele ser habitual, la batería de Jaska Raatikainen se alzaba en un lateral del
escenario mientras que en el otro extremo se situaba el set del teclista Janne Wirman.
Con absoluta puntualidad, a las 21 horas, las luces del local se apagaban
mientras el rugido de la audiencia acompañaba la entrada de los músicos en
escena para inaugurar la velada con un rotundo “I Hurt”, que nos dejaba a una banda un tanto
estática, pero liderada por un hiperactivo Alexi, que necesitó tan solo unos segundos
para adoptar su clásica pose a la hora de atacar su instrumento.
Tras
una impactante primera toma de contacto, con una de las piezas más directas y
letales de su último trabajo llegaba el momento de zarandear a una audiencia
deseosa de dejarse arrastrar por la velocidad y la locura, y que mejor elección que un
coreadísimo “Are You Dead Yet?”, que servía como perfecta sintonía para los
primeros moshpits de la noche. Aunque el sonido fue un tanto embarullado
durante los primeros compases del show, lo cierto es que un efectivo juego de
luces y la entrega de sus incondicionales fueron suficientes argumentos para que el quinteto acabara rubricando un
fantástico arranque. Lejos de concentrarse en sus composiciones más recientes,
los finlandeses optaron por poner toda la carne en el asador desde el mismo
arranque. Así que tras dejarnos a oscuras durante unos segundos los teclados serían
los encargados de anunciarnos “Bodom
After Midnight”, que fue la elegida para que Alexi se situara por primera vez en
la tarima de Janne Wirman, para batirse ambos en un arduo duelo instrumental.
Habiéndose
metido a gran parte de la audiencia en el bolsillo con semejante colección de
clásicos era el momento propicio para ofrecernos una nueva muestra de “I
Worship Chaos”, presentandonos su primer single “Morrigan”, que pese a gozar de
una buena acogida hizo descender el nivel de euforia entre los presentes. Pese
a ello, no habría opción de relejarse ni de perderle el pulso al show, ya que,
tras agradecernos nuestra presencia, Alexi anunciaba una nueva mirada al
pasado, protagonizada ahora por la pieza que daba título a su anterior entrega
“Halo Of Blood”, que fue acompañada por un vistoso juego de luces y por la
rabia incontrolada de un frontman que se mostró tan mordaz e irreverente como
de costumbre, espetándonos un rotundo “Fuck” como despedida del tema. A estas
alturas del show los finlandeses ya habían podido comprobar que continuaban gozando
del cariño y el apoyo de la audiencia
catalana. Quizás fuera este el motivo por el que los músicos se fueron animando
a medida que avanzaba la actuación, mostrándose mucho más dinámicos a la hora
de atacar piezas como “Bodom Beach Terror”, que marcaba
una nueva incursión en el material de su cuarto trabajo “Hate Crew Deathroll”.
Más
atrás en el tiempo nos llevaría un coreadísimo “Everytime I Die”, que rubricaba
la perfecta sintonía entre banda y público, con un Alexi excelso en su papel de
frontman, dirigiéndose enfervorizado a la audiencia para liderar el cántico que
se acabaría fusionando con la melodía central del tema. No abandonarían el material de su tercera obra “Follow The Reaper”, así que, tras dejar que
la gente coreara el nombre de la banda durante unos instantes, la brutal
acometida de los finlandeses prosiguió con una devastadora interpretación de
“Hate Me!”, que desataba la locura entre una audiencia absolutamente extasiada.
El punto álgido de la noche legaría cuando Alexi anunciaba el siguiente tema,
“Lake Bodom”, que se convertiría en la excusa perfecta para que las primeras
filas se pusieran a saltar acompañando su desarrollo.
Con
las ansias colmadas de sus más fervientes incondicionales había que seguir
presentado nuevas composiciones. De modo que sin dejarnos recuperar el aliento Alexi
nos convocaría para un nuevo moshpit antes de atacar con absoluta convicción la
que a la postre se acabaría convirtiendo en la última representación de su
noveno trabajo, la homónima “I Worship
Chaos”. Aunque a lo largo de la velada Alexi cambio en repetidas ocasiones de
instrumento, lo cierto es que el ritmo de la descarga fue absolutamente arrollador,
con los finlandeses encadenando una tras otra sus composiciones. Quizás uno de
los pocos momentos en los que el quinteto levantó el pie del acelerador para
concentrarse en su faceta más melódica llegaría al atacar una celebradísima
“Angels Don´t Kill”.
Tras
recibir, una vez más, el aplauso y el reconocimiento de todos los presentes
Alexi nos miraba desafiante antes de embarcarnos en una rotunda dupla rescatada
de su trabajo de 2008, de manos de “Sixpounder” y “Blooddrunk”, que volvían a
llevar a la sala al más absoluto paroxismo. No podía faltar en el sprint final
de la velada el particular homenaje que la banda tributa a todos sus seguidores
con “Hate Crew Deathroll”, que contaría con la complicidad de una audiencia que
no se cortó a la hora de entonar y acompañar con palmas sus hímnicos estribillos.
Con los teclados de Janne marcando la entrada llegaría el momento de la primera
despedida de manos de “Downfall”, que fue acompañada por el vuelo de varias
cervezas en señal de alegría y jolgorio, dejándonos la imagen de toda la sala cantando mientras los músicos se
retiraban entre bambalinas.
Con
el escenario completamente a oscuras las sirenas se dejarían oír para
alertarnos del inminente retorno del quinteto sobre las tablas para rematar la
velada con una desquiciante “In Your Face”, que les servía para despedirse
definitivamente dejándonos la impresión de que la banda actualmente está atravesando un magnífico momento.
Si
en anteriores visitas los chicos de Espoo habían dejado opiniones encontradas
entre sus seguidores, creo que en esta ocasión el veredicto fue unánime entre
los asistentes, ya que nos encontramos con una banda sólida, veterana y
compacta, que ralló a un excelente nivel y que para este nuevo tour ha preparado un
repertorio absolutamente imparable.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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