Siempre
resulta difícil para una banda establecida, que cuenta con una sólida base de
seguidores y un amplio bagaje a sus espaldas, el enfrentarse a la entrada de un
nuevo vocalista. Aunque seguramente sea mucho más fácil cuando el que hasta ese
momento había ejercido como vocalista, en este caso, Tony Delgado, ha decidido
concentrarse en su faceta como guitarrista dejando el protagonismo vocal en
manos de Carlos Nano Sanz. Desde que se conociera la noticia a mediados del
pasado mes de marzo el ahora quinteto se ha ido presentando en diferentes
capitales dejando a su paso unas magníficas sensaciones y la impresión
generalizada de que Dünedain han dado un importante impulso a su carrera.
Dos
años hacia que los abulenses no pisaban
los escenarios de la capital catalana, si la memoria no me falla desde su
visita al Music Hall junto a Zenobia en una cita especial que rememoraba aquel mítico "Unidos Por
El Metal". De modo que había ya ganas de tenerles por aquí de vuelta y comprobar
el potencial de su nueva formación. Paradójicamente, los encargados de abrir la
velada, los barceloneses Kilmara, se encentraban en la situación opuesta, ya
que tras más de una década contando con la presencia del vocalista Chistian
Kohl, éste ha decidido abandonar el barco, con lo que la descarga de esta noche
se convertía en su última actuación con ellos. El enclave escogido para
albergar la descarga de ambas formaciones sería la sala dos del Salamandra, donde un centenar y medio de aficionados se
acercaron para valorar el estado de forma del metal nacional.
El
hecho de tocar en casa y las especiales circunstancias del concierto hicieron
que Kilmara se vieran arropados por una buena representación de amigos y
seguidores, concediendo a su descarga un ambiente muy desenfadado y cercano.
Quizás fuera por eso que me dio la sensación de que a la banda le costó un poco
entrar en el concierto. En cuanto al repertorio que nos ofrecieron fue un pequeño
repaso, en orden cronológico, de las composiciones de sus tres discos
publicados, lo que a la postre nos sirvió para apreciar la evolución que ha
seguido la propuesta de la banda.
Recibiendo
el apoyo y el cariño de sus seguidores la descarga del combo catalán se
iniciaba con el contagioso ritmo de "October Leaves", con la
guitarras Kike Torres y Jony Portillo dejando su huella mientras Christian se
encargaba, con su característica voz, de poner la nota melódica gracias a esos
estribillos marca de la casa. Algo más oscura y cadenciosa sonaría “By Far Too
Old”. Mientras que la encarga de completar la tripleta dedicada a su debut de
2007 “Hunting Dreams” sería la power
metalera “Don´t Step Back”.
La
nota de color de su descarga la pondría la bailarina que apareció en escena
para contornearse provocativamente siguiendo las melodías orientales que marcarían
el arranque de “Let Sadness Be Destiny”, que nos adentraría en texturas más
compactas y machaconas. Durante toda la actuación se respiró un magnifico
ambiente entre los músicos. De hecho el propio Christian se mostró bastante
distendido a la hora de presentar los temas, permitiéndose incluso algunas bromas con sus
compañeros, como cuando vaciló a Kike retándole a reproducir el solo que
el ex Helloween, Roland Grapow, grabará para “Show Me The Way”. El encargado de
relajar mínimamente el ambiente sería el uptempo “Blindfold” que con sus
fantásticos estribillos en plan hímnico significaba el cierre del capítulo
dedicado a “Don´t Fear The Wolf”(2010).
Para
dar el pistoletazo de salida a esta tercera parte del show, la que dedicaron a
su mas reciente entrega “Love Songs And Other Nightmares”(2014), la banda
contaría con un invitado especial, Gerard Chicote, que se encargaría de dar la
réplica a Christian haciéndose cargo de las voces más incisivas de “Fantasy”. Habiéndose
adentrado en tesituras más cañeras la
siguiente en hacer acto de presencia fue “Cold Rain”, con la base
rítmica compuesta por el batería Javi Morillo y el bajista Raúl Ruiz sonando
potente y despiadada. Pero como comentaba anteriormente, la de esta noche era
una cita especial para los barceloneses. Así que para el siguiente tema,
“Alpha”, Christian invitó a algunos de los músicos que han pasado por la banda
durante los últimos años para que le acompañaran a la hora de entonar su
particular homenaje a la cerveza.
Pese
a lo emotivo de la situación, lo cierto es que el vocalista y sus compañeros se
tomaron la situación con muy buen rollo, ya que fue el propio Christian el que saco
hierro al asunto dedicando “The Break Up, a los que tan solo unos minutos más
tarde serian sus “exs”. La encargada de cerrar su descarga, después de saludar
y despedirse de familiares y seguidores, sería la pieza que cierra su último
plástico, “Time Flies”, en sonó en su versión bilingüe. Entre los abrazos de
unos músicos emocionados sobre el escenario, y con la gente aplaudiendo intensamente
se cerraba esta etapa en la carrera de Kilmara. Así que esperemos que ahora la banda
pueda encontrar un reemplazo de garantías y seguir escribiendo la historia de una formación muy querida dentro del
panorama metálico catalán.
Mucha
expectación entre los presentes y bastante curiosidad,-por que no decirlo-,
había entorno a la actuación de estos nuevos Dünedain. Dejando a un lado las
regrabaciones que la banda ha ido colgando con su nuevo vocalista, la única
referencia previa que un servidor tenía sobre Carlos Sanz era su papel como
“Dickinson” en Iron What?. Así que tenía muchas ganas de verle en su nuevo
puesto atacando los clásicos de la banda. También quería ver el nuevo rol que
asumiría en escena Tony, al que personalmente noté muy cómodo y centrado a la
hora de atacar sus solos de guitarra, aunque cabe remarcar que también tuvo una
buena cuota de protagonismo a la hora de hacerse cargo de algunas estrofas y de
las segundas voces.
El
encargado de presentar a los abulense sería Rafa Basa, quien se desplazó
expresamente desde la capital para seguir la descarga de ambas formaciones. Con
el logo de la banda proyectado sobre la parte de trasera del escenario los
músicos fueron tomando posiciones sobre el escenario, siendo el último en aparecer en
escena su nuevo fichaje para dar el
pistoletazo inicial con “Fiel A Mi Libertad”, que nos presentaba a una banda
sonriente e ilusionada, con la firme determinación de convencer a unos
seguidores que se mostraron entusiastas y participativos a lo largo de todo el
show, dejándose arrastrar por las poderosas acometidas que nos propusieron en
“Buscando El Norte”, que nos servía, tras la sorpresa inicial, para apreciar las
buenas formas de Carlos, y la profundidad
que han ganado los estribillos de la banda con esa novedosa dupla vocal.
Si
en lo musical el acoplamiento con el nuevo vocalista parece haber sido perfecto,
lo cierto es que escena Carlos se mostró todavía algo tímido, e incluso me dio
la impresión de que es Tony quien sigue
llevando las riendas y controlando los tempos de la descarga. En cualquier
caso, esto pequeño detalle no desmereció para nada una fantástica actuación.
Como era presumible el grueso del repertorio de esta noche estuvo centrado en
las dos partes de “Buscando El Norte”. De modo que la encargada de cerrar una
tripleta que nos auguraba una noche de emociones fuertes sería la melódica “La
Rosa Negra”, para la que nos tenían preparado un vibrante final, con Tony
exprimiendo al máximo su instrumento mientras Carlos nos ofrecía unos electrizantes agudos. La comunión entre
banda y público fue verdaderamente asombrosa, y más aun cuando Carlos nos
prometió una buena sesión de auténtico heavy metal antes de dejar que Mariano y
Tony empezaran a dibujar en sus guitarras el inicio de “Noche De Sueños”, que
se convertiría en el primer recuerdo hacia “Magia”, con Miguel e Izco marcando
contundentemente el paso mientras el propio Tony se encargaba de las primeras
estrofas para acabar entregando el testigo a Carlos.
Pese
a que la melodía es una de los principales baluartes de Dünedain, el quinteto
se mostró absolutamente intratable a la hora de pisar el acelerador en temas
como “Valor”, del que me gustó especialmente el concurso de su batería Miguel. Tampoco faltarían los
aromas más hardroqueros que nos insufló la optimista “La Tierra De Los Sueños”,
que fue acompañada con palmas en el arranque, y para la que, en esta ocasión,
contarían también con la voz de Izco para dar forma a sus hímnicos estribillos.
El contraste llegaría con la rotunda
pegada de ese ciclón en directo que es “1000 Golpes”, toda una explosión de
autentico heavy metal que les servía
para exhibir sus guitarras más crudas e incisivas.
Para
rebajar mínimamente el nivel de revoluciones, que no de intensidad, la
elegida sería “Entre Tú Y Yo”, que
marcaba el retorno al estilo más clásico de la banda y que volvía a retrotraernos
al material de su último largo “Magia”. No tardarían mucho en volver a
embarcarnos en esas trepidantes cabalgadas netamente powermetalaeras de manos
un himno como es “Mi Alma Sigue En Pie”,
que sembró la sala con un buen puñado de puños al aire. El momento simpático de
la velada llegaría cuando banda y público felicitaron a Miguel Arias, que
cumplía años esa misma noche.
Tras
habernos hecho vibrar intensamente a base de velocidad y unos magníficos
estribillos marca de la casa, llegaba el momento de mostrarnos su faceta más
intimista y emotiva de manos de una emocionante “La Última Parada”, con ambos
guitarristas en escena mientras Izco aprovechaba para bajar a la barra para
refrescarse.
Habiendo recibido una de las mejores ovaciones de la velada, el bajista regresaba junto a sus compañeros para adentrarnos en una de las piezas más vibrantes y cañeras de toda la velada, con la banda realizando un sensacional trabajo en “El Año De La Rabia”, todo un vendaval en vivo que hizo que la gente volviera a animarse al máximo. Expoliados por la respuesta de la gente la banda no levantaría el pistón y continuaría su descarga con los imparables estribillos de “Una Razón”, que, una vez más, fueron coreados intensamente por los fieles de los abulenses.
Habiendo recibido una de las mejores ovaciones de la velada, el bajista regresaba junto a sus compañeros para adentrarnos en una de las piezas más vibrantes y cañeras de toda la velada, con la banda realizando un sensacional trabajo en “El Año De La Rabia”, todo un vendaval en vivo que hizo que la gente volviera a animarse al máximo. Expoliados por la respuesta de la gente la banda no levantaría el pistón y continuaría su descarga con los imparables estribillos de “Una Razón”, que, una vez más, fueron coreados intensamente por los fieles de los abulenses.
Para
encarar la recta final del show el quinteto optaría por una de sus
composiciones más novedosas, un descomunal “Melancolía”, que sonó
particularmente potente, con Tony y Mariano doblando sus guitarras en un
intenso juego de armonías. El tiempo de los abulenses se estaba agotando pero
antes de retirarse por primera vez a los camerinos todavía tendrían ocasión de
hechizarnos con el envolvente juego de voces de “Solo Un Momento”.
En
el retorno sería Tony quien cogería el micrófono para presentarnos como se
merecía a su nuevo vocalista antes de volver a la acción con “Por Los Siglos De
Los Siglos”. El final de fiesta definitivo, con toda la sala botando y cantando
enfervorizada, llegaría con el canto al optimismo que significó “Corazón De
Invierno”. No me cabe ninguna duda, Dünedain han acertado plenamente con la incorporación
del vocalista Carlos Sanz. Con la
asignatura del directo superada con nota, ahora sólo hace falta que la banda
entre en el estudio y podamos escuchar que tal suenan sus nuevas composiciones.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ
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