El pasado Sábado 28 de noviembre un servidor y Carlos Oliver fuimos invitados, junto a compañeros de otros medios y una nutrida representación de músicos de la escena barcelonesa, a la fiesta de presentación del nuevo trabajo de Obsidian Kingdom, “A Year With No Summer”. El lugar escogido fue el Mutuo Centro de Arte de Barcelona, un céntrico local de exposiciones en donde además de deleitarnos con las nuevas composiciones del quinteto pudimos disfrutar de un show de proyecciones especialmente diseñado para la ocasión.
Tras
las buenas críticas recibidas con su
anterior trabajo “Mantiis- An Agony In Fourteen Bites”, los barceloneses
viajaron hasta los Orgone Studios de Londres para ponerse bajo la batuta del
productor Jaime Gómez Arellano (Ghost, Paradise Lost, Ulver), con el que han
grabado un disco que supone un importante paso en su carrera, ya que abre,
todavía más, su abanico estilístico, adentrándose en terrenos y tesituras que
todavía no habían explorado. Además de los ya habituales, el guitarrista y vocalista
Rider G Omega, el batería Ojete Mordaza II y el teclista Zer0
Æmeour Íggdrasil, la banda se completa
ahora con el guitarrista Seerborn Ape Tot y el bajista Om Rex Orale.
Como
comentaba anteriormente, el nuevo plástico de Obsidian Kingdom supone una
cierta ruptura con el estilo que hasta ahora había perfilado la banda, ya que
han desaparecido casi por completo los registros guturales. Pese a ello, esto
no quiere decir que la banda haya perdido en cuanto a intensidad y pegada, si
no que han sabido canalizar toda esa energía y reconducirla para dar a algunas de
sus composiciones una vertiente más progresiva.
Otro
punto muy a tener en cuenta son las atmosferas que Obsidian Kingdom han sabido
crear, haciéndonos experimentar a lo largo de la obra diferentes emociones y
ambientaciones. Pero sin duda si hay algo que destacaba en “A Year With No
Summer”, es la contundencia de su base rítmica, -que quizás es donde más se
nota la mano de Arellano-, ya que ahora suena mucho más cruda y orgánica,
convirtiéndose en el soporte perfecto para que la banda pueda dar vida a sus intrincadas
estructuras.
En
cuanto al concepto que engloba “A Year With No Summer”, aunque no quisieron
darnos muchos detalles, sí que nos confirmaron que las siete pistas que
integran el álbum tienen un hilo conductor, con lo que al igual que sucediera
con su anterior entrega nos encontramos ante un trabajo conceptual.
Como
siempre ocurre en estos casos, resulta muy difícil sacar conclusiones de un
disco con tan sólo una escucha, y más cuando nos enfrentamos a un trabajo
complejo y que requiere del 100% de la atención del oyente para ser valorado en
su justa medida.
De modo que tendremos que esperar hasta el próximo 11 de marzo
(fecha de edición prevista por su discográfica Seasons Of Mist ), para emitir juicios
definitivos. Aunque tras una primera escucha puedo decir que la banda continua
con su constante evolución musical, y que, además, este “A Year With No Summer”
sorprenderá a más de uno.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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