Como
una tradición más, coincidiendo con las fechas navideñas, la mítica formación
ourensana regresaba a la Ciudad Condal para protagonizar una de las últimas
citas de su gira "La Música Termina 2015", un extenso periplo que
arrancó el pasado mes de marzo y en el que la banda capitaneada por los
hermanos Domínguez se esta despidiendo de la audiencia que les ha acompañado
durante los últimos 36 años, y que según se anunció recientemente tendrá
continuidad durante el próximo año. No creo que para nadie resultará una
sorpresa que Los Suaves llenarán una vez más, -y van unas cuantas-, la sala
grande del Razzmatazz. De hecho hacia meses que se habían agotado las entradas,
así que el ambiente en los alrededores del recinto era el de las grandes
ocasiones, con un buen numero de seguidores ataviados con camisetas del grupo
abarrotando los bares próximos mientras aguardaban la apertura de puertas.
Muchos
eran los comentarios y chascarrillos
entre los presentes poniendo en duda que esta fuera la última aparición del
quinteto en Barcelona, pero lo cierto es que en el ambiente se podía palpar la
expectación que auguraba que esta noche de viernes sería una velada realmente
especial. Con una cortina ocultando el escenario de miradas indiscretas, la
gente fue accediendo al local de forma tranquila y escalonada hasta que pocos
minutos antes de las 20,30 las luces se apagaban y se retiraba la cortina
dejando ante nuestros ojos un escenario sobrio, -como en ellos suele ser
habitual-, y únicamente decorado con un gran telón de fondo con el logo clásico
de la banda junto a la leyenda "La Música Termina" y sendas pancartas
laterales.
La
primera incógnita de la noche era saber el estado en el que se encontraba Yosi
tras su aparatoso accidente en Ponferrada. Afortunadamente parece que la cosa
quedó simplemente en un susto, ya que el carismático vocalista apareció en
escena exultante, dispuesto a liderar a sus compañeros en el vibrante arranque
que significó "Preparado Para El Rock And Roll", que era la elegida
para dar el pistoletazo de salida a una velada repleta de clásicos y emotividad.
Tras cantar la primera estrofa el vocalista se despojaba de la chaqueta para
aferrarse a su pie de micro mientras la gente le acompañaba haciendo suyo el
estribillo. Como siempre impecable y sonriente, Alberto Cereijo fue quien se encargó de la mayoría de los
solos de la noche, dejando muestras de su maestría en temas como "Cuando
Los Sueños Se Van".
En
cuanto al repertorio escogido para la ocasión los ourensanos optaron por
ofrecernos guiños a casi todos sus trabajos de estudio, obviando únicamente las
composiciones de "Frankestein" y "El Jardín De Las
Delicias". Si prometedor fue el arranque, con una banda en forma y una
audiencia completamente entregada, la encargada de convertir la sala en un
karaoke sería "Palabras Para Julia", con Yosi señalando a las
primeras filas para hacernos partícipes del tema y conseguir que la sala se viniera abajo. Alzando su pie
de micro al aire Yosi arrancaba una
fulgurante "Maldita Sea Mi Suerte", que se cerraba con una audiencia
eufórica que coreó insistentemente el nombre del vocalista.
La
banda ya había estado por aquí hacia unos meses, tal y como nos recordó el
propio Yosi antes de explicarnos la
desgarradora historia de "Lisa (1970-1996), que nos servía para recuperar
mínimamente el aliento mientras Cereijo y Fernando Calvo se posicionaban en el
centro del escenario. La escogida para volver a provocar la explosión de
euforia de todos los presentes sería la primera mirada hacia su trabajo de
1993,"Malas Noticias", de manos de "Por Una Vez En La
Vida", que nos dejaría la imagen del Yosi paseándose por el escenario antes de que
hiciera acto de presencia la lluvia de
confeti que acompañó a "No Puedo Dejar El Rock".
Uno
tras otro esos clásicos que sus seguidores han hecho suyos a lo largo de los
años fueron cayendo impidiendo que el ambiente en la sala decreciese durante
toda la velada. Así que con el escenario completamente a oscuras e introducido
por el sonido de la tormenta, Yosi aparecería en escena, -cigarro en mano-,
para adentrarnos en "Viajando Al Fin De La Noche", que marcaba uno de
los puntos álgidos del show, con Cereijo volviendo a exprimir al máximo su
guitarra mientras Charly y Tino se mostraban absolutamente intratables. Aún más
atrás en el tiempo nos trasladaría "¿Sabes ¡Phil Lynott Murió!", que
ponía a todo el mundo a botar mientras, aprovechando el descontrol, un
espontáneo intentaba llegar hasta el escenario.
El
recuerdo a los primeros años de la banda llegaría con "Siempre
Igual", con la gente entregada acompañando con palmas el arranque para
acabar coreando cada una de sus desgarradoras estrofas. La intensidad y el
dramatismo llegarían acompañados de la amarga "Si Pudiera", ofreciéndonos
una nueva pincelada del material que
publicaron a inicios de la década de los noventa, y que tendría continuidad con
la composición que daba título a su quinta obra de estudio y primera que publicaron
bajo los auspicios de la multinacional Polygram "Malas Noticias".
Pero sin duda, otro de los momentos de
la noche llegaría con "Pardao", para la que Yosi se sumaría a Cereijo
y Calvo como tercer guitarrista.
La
crudeza de las guitarras protagonizaría una cañera versión de "Mi
Casa", que se convertiría en el primer recuerdo hacia "Si Yo Fuera
Dios". Mientras que la segunda lluvia de confeti estaría reservada para
"El Afilador", que como viene siendo habitual en sus presentaciones
fue la elegida para hacer patria, sacando la bandera gallega a escena mientras
Cereijo tocaba el himno. La encargada de finiquitar por todo lo alto esta
primera parte del show sería su imprescindible himno "Dolores Se Llamaba
Lola", con la gente haciéndose cargo de la letra mientras Yosi sacaba a
escena a un cámara para que inmortalizara el fantástico ambiente que se
respiraba en el local.
Con
la gente coreando intensamente el nombre de la banda el lejano rugir de la
locomotora del tren nos anunciaba el retorno del quinteto para embarcarnos en
"San Francisco Express". Sin darnos tiempo para reponernos atacarían
"Dile Siempre Que No Estoy", con Yosi haciéndose cargo de la armónica
inicial. Como anticipo de su segunda retirada a los camerinos nos dejarían
"Ya Nos Vamos" con el vocalista enloquecido en escena portando cubos
de confeti que derramó sobre sus compañeros antes de acabar tirando los cubos
al público mientras Cereijo nos proponía un suculento guiño al "Highway Star
" de Deep Purple.
El
segundo bis de la noche arrancaría con su particular villancico "Navidades
Suaves", con la banda luciendo gorros navideños y con la irrupción en
escena de dos papa Noeles que se dedicaron a tirar confeti. Para encarar el
tramo final del show los gallegos nos tenían reservado los sinsabores de "Dulce
Castigo" y una alargada versión de
"La Noche Se Muere", que nos abocaría sobre un final épico, con
Cereijo y Calvo batiéndose en un
larguísimo desarrollo instrumental. Tras desaparecer del escenario la tensión
se mantuvo durante varios minutos, con la gente coreando el nombre de la banda
esperando un tercer retorno sobre las tablas. Pero lamentablemente la descarga
había finalizado.
A
la salida sensaciones encontradas. Por una lado, la euforia por haber asistido
a un gran concierto. Y por el otro, la
tristeza lógica de saber que la banda está dando sus últimos shows. En
cualquier caso, como comentaba al inicio, días después del concierto se
confirmaba que Los suaves sumara nuevas fechas a esta gira de despedida. Así
que aún tendremos ocasión de volver a ver en Barcelona a una de las bandas más
longevas y carismáticas de la escena nacional.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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