Durante
años Black Ice han presentado su tributo a la mítica formación de los hermanos
Young por toda la geografía nacional, firmando unos directos intensos,
vibrantes y que son sinónimo de diversión y buen rollo. Además, a diferencia de
lo que sucede con otras bandas tributo, el quinteto no busca únicamente
interpretar lo más fidedignamente los clásicos atemporales de los australianos,
sino que se trabajan pequeños detalles como el vestuario, las poses y los
movimientos escénicos de todos sus miembros. Sí, por supuesto, que estuvieron
Angus ( Charly Young) y Brian (Andrés García) con sus respectivos uniformes,
pero es que incluso Malcolm (Óscar Bernad), Cliff (Pedro García y Phil o Chris
(Javier Galán), también lucieron sus características indumentarias.
Si
preguntamos a cualquier seguidor de Ac Dc, cual es el mejor momento de una
carrera que supera las cuatro décadas, seguramente las respuestas serían de lo
mas variopintas. Mientras que algunos recordarían con nostalgia aquellos
míticos shows abriendo para The Who,
otros optarían por sus diferentes apariciones en Donington Park, liderando el
Monsters Of Rock, o sus apariciones junto a The Rolling Stones en 2004. Pero en
cualquier caso, estoy convencido de que dos de los momentos más votados serían
el mítico concierto en París, del 9 de diciembre de 1979, todavía con Bon
Scott, y, ya en este siglo XXI, su concierto en Munich el 14 de junio de 2001
presentando "Stiff Upper Lip". Afortunadamente ambos conciertos
quedaron inmortalizados para la posteridad, y, precisamente, esos dos
lanzamientos ("Let There Be Rock: The Movie-Live In París" y
"Stiff Upper Lip Live") serian el hilo conductor de la descarga de
Black Ice en la sala mediana del Razzmatazz.
Pese
a que el recinto no llegó a llenarse, lo cierto es que los maños consiguieron
congregar a un buen número de devotos de los australianos, reuniendo a una
audiencia de diferentes generaciones, y es que el legado de los de Sidney llega
por igual a niños y mayores, de modo que la expectación podía palparse en el ambiente.
Dos pantallas, situadas a ambos lados del escenario, proyectaban imágenes del
montaje del escenario del show que protagonizaría la primera parte de la
velada, el de París 1979. Ataviados con una indumentaria muy acorde con la moda
de finales de los setenta: chalecos tejanos, jeans y camisetas ajustadas, el
quinteto salía a escena para abrir fuego con un marchoso y efectivo "Live
Wire", que servía para que Charly Young nos ofreciera una primera ración
de ardiente rock n roll. Para meternos de lleno en el espectáculo el escueto
saludo de los maños sería: "Good Night París", antes de atacar "
Shot Down In Flames", que empezaba a hacer rugir a la audiencia mientras
Andrés García hacia su primera excursión al foso para recabar el entusiasta apoyo
de las primeras filas.
Este
primer tramo del show, centrado en la etapa de Bon Scott, nos sirvió para
volver a degustar algunos de los clásicos que la banda registró en sus primeros
trabajos. Así que no faltaron a su cita viejas favoritas como el suculento
"Walk All Over You", que con ese swing tan especial y característico
a cargo del batería Javier Galán fue acogido entre palmas antes de que Charly
nos deleitara con su primer gran alarde solista, recorriendo el escenario
mientras se convertía en el centro de todas las miradas. El momento del vacile
llegaría con "The Jack", con la ardiente voz de Andrés atenazando al
respetable a la vez que nos animaba a convertirnos en parte activa de la
fiesta.
Ya
sin corbata y completamente empapado, Charly era el encargado de marcar la
introducción que nos abocaría sobre un tempranero "Highway To Hell",
que hacia que la gente se volviera absolutamente loca, con toda la sala
cantando ante la cara de satisfacción de unos músicos completamente entregados
y que no dudaron en reproducir ese socarrón final, con Charly introduciendo el
mástil de su guitarra entre las piernas de Andrés.
Tras
la interpretación de semejante clásico parecía difícil que los maños
consiguieran mantener semejante nivel de intensidad, pero no fue así, ya que el
siguiente tramo del show fue de lo mejor de toda la velada con trallazos
incontestables como el primerizo "High Voltage", que era la escogida
para el primer paseo por el local de Charly y Andrés en dirección a la barra
del local. La primera sorpresa de la noche llegaría junto a la gamberra
"Whole Lotta Rosie", y aunque no hubo hinchable, tampoco hizo falta,
ya que la propia Rosie, -interpretada por Vicky Tafalla- apareció en escena,
ataviada con su provocativa indumentaria y moviendo las caderas lascivamente
mientras cantaba el tema a dúo con Andrés.
Sin
tiempo para reponernos del shock de ver como Rosie tomaba vida sobre el
escenario llegaba el momento de volver a bucear en el último trabajo que los
australianos grabaran junto al vocalista escocés, con un frenético "If You
Want Blood", que sería el preámbulo perfecto para la pieza que daba por
finalizada esta primera parte del show, una acelerada "Let There Be Rock",
que nos hacia mover los pies mientras Andrés se posicionaba en el foso para
dirigir a sus compañeros como si fuera un director de orquesta.
Tras
una incendiaria primera hora de espectáculo, los músicos se retiraban a
camerinos para regresar unos diez minutos después para, con vestuario renovado,
-Charly luciendo traje carmesí y el resto de sus compañeros con una
indumentaria negra más contemporánea-volver a encender la mecha del público con
la pieza que abría y daba título al decimocuarto trabajo de los australianos, "Stiff Upper Lip".
Tal y como ya
habían anunciado, la segunda parte del espectáculo estaría centrada en el
concierto en Múnich de 2001, por lo que pudimos saborear una buena ración del
material grabado por Brian Johnson, así que todos nos pusimos a saltar
frenéticamente cuando reconocimos "You Shook Me All Night Long".
El
momento de hacer rugir a la audiencia llegaría con una atronadora versión del
"Thunderstruck", con nuevo paseo de ambos líderes entre la audiencia
antes de acabar, nuevamente, encaramados en la barra del local. Durante el
camino de vuelta al escenario hubo tiempo para las fotos sin que ello
interfiriera en el desarrollo del tema. Sin abandonar el material facturado
durante la década de los noventa, la fiesta continuaría con "Hard As A
Rock", toda una declaración de intenciones en la que Charly tuvo su
momento de gloria al corear el título de la canción.
Y
es que Charly, no paró durante todo el show de agitarse, saltar, revolcarse por el suelo, mientras sometía a su
guitarra a un duro castigo durante "Shoot To Thrill". Tampoco
faltaría el mítico streptesse del guitarrista durante una alargada versión del
vacilón "Bad Boy Boggie", que concluía con Charly mostrando unos
gallumbos negros con la inscripción “Barcelona” con la tipología clásica de los
australianos. A pecho descubierto y con la gente absolutamente desatada turno
para otra pieza legendaría que ha marcado la carrera de los australianos,
"Back In Black”, y con ella nuevamente se desató la locura.
No
habría tiempo para recuperar el aliento, y es que el ritmo de la descarga fue
absolutamente trepidante. Así que acto seguido tendríamos una nueva oportunidad
para dejarnos la voz a la hora de entonar el estribillo de "Dirty Deeds
Done Dirt Cheap". Nuestro viaje a través de la década de los setenta
proseguiría con T.N.T. Mientras que para la traca final, con salva de cañonazos
incluida cada vez que Andrés gritaba: "Fire", optarían por la inevitable
"For Those About To Rock (We Salute You)".
Aunque
muchos pensábamos que este había sido el último tema de la velada, nadie se
movió de su sitio. Así que el quinteto todavía retornaría sobre las tablas para
un coreadísimo "Moneytalks", con Rosie de vuelta al escenario para
repartir billetes junto al vocalista. Pese a ello, el tema quedó un tanto
deslucido por los continuos problemas de Andrés con los monitores. Sorpresivamente,
y de forma precipitada, los responsables de la sala optaron por encender las
luces y poner música, lo que hizo que la audiencia mostrara su disconformidad.
Así que para rematar la velada los maños todavía retornarían sobre las tablas
para rubricar su descarga con una nueva interpretación del clásico entre los
clásicos de la discografía de los australianos "Highway To Hell".
Más
vivo que nunca, el legado de Ac Dc goza en pleno siglo XXI de un excelente
estado de salud, y mientras existan formaciones que traten su material con
tanto cariño y respeto reverencial como en el caso de Black Ice esto no va a cambiar. Siempre habrá
quien critique la labor de las bandas tributo, pero seamos sinceros, acercarse a ver un grupo en directo, cantar viejos himnos de Ac Dc y tomarse unas copas
con los colegas siempre será un excelente plan para un sábado por la noche.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
TEXTO:ALFONSO DIAZ
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