miércoles, 17 de febrero de 2016

CRONICA:THE BLACK DAHLIA MURDER+BENIGHTED+STAINED BLOOD-RAZZMATAZZ-BCN-29 ENE 2016



En ocasiones las etiquetas son insuficientes para englobar y definir una  propuesta tan variada y heterogénea como la que practican The Black Dahlia Murder. A lo largo de su carrera los americanos han ido moldeando un sonido personal y reconocible, sumergiéndose de lleno en los parajes más oscuros y extremos del death metal melódico, algo que les ha permitido girar con bandas como Cannibal Corpse, Kataklysm o Vader. Pese a ello, el quinteto no se ha librado de las críticas de un sector de sus seguidores que no ha acabado de comulgar con la orientación del  material contenido en sus últimos trabajos.

Fieles a la tradición de visitar el  viejo continente con cada uno de sus lanzamientos, en esta ocasión, la banda arribaba a la sala mediana del Razzmatazz para presentar las composiciones de su séptima obra de estudio “Abysmal”, que veía la luz el pasado mes de Septiembre. Como compañeros de viaje el quinteto de Michigan contaría con los locales Stained Blood, con los que ya compartieron escenario en su última visita a la capital catalana,  que nos ofrecerían una buena muestra del material contenido en su segunda entrega “Hadal”. Mientras que, -tras la caída a última hora de Gorod a causa de la tendinitis de su guitarrista Nicolas Alberny-, los elegidos para calentar el ambiente antes del desembarco de Trevor Strnad y sus muchachos serían los galos Benighted.

Ciñéndose al horario previsto, cuando faltaban pocos minutos para las veinte horas, las luces del local se apagaban para dejar que los chicos de Stained Blood tomaran posiciones acompañados de la introducción “Atlas Decline”, para rápidamente atacar los compases iniciales del trepidante “Perpetual”, que era el escogido para romper el hielo y empezar a movilizar  a una audiencia que poco a poco empezaba a aproximarse al escenario. Acostumbrados al deficiente sonido que solemos padecer en la sala mediana del Razzmatazz, lo cierto es que me sorprendió, y mucho,  la potencia y la nitidez con la que sonaron las tres bandas de la noche. De modo que esa calidad sonora  sirvió para que pudiéramos disfrutar al máximo de la contundencia que los de Sant Boi desplegaron en temas como “Hundred Heads Snake”, en el que combinaron  a la perfección  pasajes oscuros  y melódicos con punzantes ráfagas de corrosivo death-core.

Pese a tener dos álbumes publicados, la descarga del combo catalán estuvo centrada en ofrecernos un amplio repaso a las composiciones de su segunda entrega “Hadal”. Así que no faltaron durante su presentación piezas como “U-530”, que les servía para mostrarnos su faceta más técnica y progresiva, o las densas ambientaciones de “Hemisphaerium”, que lograba contagiar a una audiencia que se mostraba cada vez más entusiasta y participativa, gracias a su convincente puesta en escena y, sobretodo, al concurso de su vocalista Rou, que no dejó de animar a las primeras filas durante todo el show.

Sin duda uno de los momentos culminantes de su actuación llegaría cuando el quinteto presentó “Colosus Embrace”, del que recientemente estrenaron  video-clip y que se acabaría convirtiendo en una de las mejores del show. Aunque no dispusieron de mucho tiempo, Stained Blood supieron sacar un buen partido a su descarga, así que antes de marcharse definitivamente todavía tendrían ocasión de dejarnos una última muestra de su evolución con la dupla que conformaron la impactante “Involution To Animosity”, dominada por la implacable crudeza de los riffs de Borja y Miquel, y la delirante “Sound Of The Abyss”, que mezclando velocidad incendiaria y tiempos machacones dejó unas magnificas sensaciones entre los presentes. Resumiendo, excelente arranque el que nos ofrecieron Stained Blood, reivindicando que dentro del panorama nacional tenemos formaciones con proyección y calidad suficiente para competir con lo que nos llega de fuera.

Los encargados de recoger el testigo de una velada que prometía emociones fuertes eran los franceses Benighted. No era esta la primera vez  que los de Saint-Étienne pisaban tierras catalanas, ya que si la memoria no me falla ya estuvieron por aquí como parte del Move Your Fucking Brain Extreme Festival 2013, algo que se notó en la nutrida representación de incondicionales que copó las primeras filas para dar colorido a su descarga y convertir la pista en un auténtico infierno.

Pese a ser la formación más veterana de las que integraban el cartel de esta noche, Benighted optaron por un repertorio basado en sus últimas entregas, obviando su primera etapa para conceder un protagonismo destacado a sus dos últimas referencias de estudio “Asylum Cave” (2011) y “Carnivore Sublime”(2014). Absolutamente desatados y poniendo toda la carne el asador desde que irrumpieran en escena con “Collection Of Dead Portraits”, los franceses dejaron clara  su apuesta decidida por esas ráfagas de brutalidad extrema salpicadas de pinceladas grindcore. Sin abandonar el material de su último redondo la encargada de proseguir con la carnicería sería “Experience Your Flesh”, que conseguía que el ambiente en la sala no decayera mientras hacían acto de presencia los primeros “surfers” de la noche.

Mención especial merecen los fans de la banda que se dejaron notar con intensidad a lo largo de todo el show, especialmente a la hora de completar el título del tercer corte de la noche “Let The Blood Spill Between My Broken Teeth “, ante la cara de satisfacción de unos músicos complacidos. Y es que la descarga de Benighted nos pasó por encima como un tren de mercancías, haciéndonos mover la cabeza frenéticamente acompañando trallazos subversivos como “Carnivore Sublime”, o “Slut”, que fue el único recuerdo que se permitieron a su “Icon” de 2007.

Y es que pese al ritmo endiablado que imprimieron a su descarga, también tuvimos ocasión de deleitarnos con  los técnicos cambios de ritmo que protagonizaron cortes como “Fritzl” o “Slaughter/Suicide”, con una base rítmica absolutamente demoledora en sus interludios intermedios para posteriormente dejar que las guitarras nos volaran la cabeza con esas aceleraciones marca de la casa. Su faceta más atmosférica y oscura quedaría plasmada a lo largo de los tortuosos desarrollos de “Defiled Purity”, mientras que ese toque más macarra y rock n rollero se dejaría notar con fuerza en “Swallow”, que se convertiría  en la excusa perfecta para  poner a botar a las primeras filas.

Antes de que sonara el despertador que anunciaba la inminente  llegada del último tema de la noche, la pieza que daba titulo a su sexto trabajo, “Asylum Cave”, su vocalista, Julien Truchan, todavía tuvo ocasión de anunciarnos un próximo regreso antes de azotarnos con una última ráfaga de furia incontrolada. Los franceses dieron muestra de su potencial y su veteranía pasando como un vendaval  ante una audiencia  que se mostró completamente entregada.

Difícil, muy difícil lo iban a tener The Black Dahlia Murder para conseguir mantener el nivel de intensidad y potencia que habían desplegado los galos en escena. Pero si hay algo que  caracteriza  las descargas del quinteto es la absoluta entrega de sus fans. Además, los americanos han ido fraguándose una excelente reputación en vivo a lo largo de sus últimas visitas a nuestro país. Así que esa complicidad y la buena acogida que ha recibido su último trabajo “Abysmal”, parecían elementos  suficientes para que los de Michigan acabaran firmando un excelente show. La principal novedad en el seno de la formación era la ausencia de su guitarra solista Ryan Knight, quien  ha sido sustituido  para este periplo europeo por Brandon Ellis (Cannibis Corpse, Arsis).

Acompañados de una intrigante y escueta introducción el quinteto aparecía en un escenario bañado en luces rojizas y engalanado con un enorme telón de fondo y sendas pancartas laterales,  que recordaban el artwork de “Abysmal”, para proponernos un arranque enérgico  y explosivo, recurriendo precisamente  a la pieza de apertura de su último redondo “Receipt”. Como suele ser habitual, los miembros de la banda se mostraron muy dinámicos en escena, especialmente su vocalista Trevor Strnad que no paró de moverse por todo el escenario mientras demandaba insistentemente  la complicidad de las primeras filas en temas como “What A Horrible Night To Have A Curse”, que fue muy celebrado entre sus fans más veteranos.

Sin apenas concedernos ni un segundo de tregua The Black Dahlia Murder nos ofrecieron un radical cambio de registro al adentrarse en los desarrollos más  death metaleros contenidos en “On Stirring Seas Of Salted Blood”, dejando así patente la evolución que ha seguido el sonido de la banda durante los últimos años. El retorno sobre su material más reciente llegaría de la mano de “Threat Level No.3”, con la que volvían a pisar el acelerador al máximo mientras los pogos se tornaban cada vez más intensos. Ahora sí, tras firmar un arranque  demoledor, era Trevor, -con el pelo más largo que en su anterior visita y con gafas-, el encargado de saludarnos antes de presentarnos la pieza que han dedicado al  mítico príncipe de Valaquia,  “Vlad, Son Of The Dragon”.

Pero no sería este el único tema que nos sumergiría de lleno en algunos de nuestros temores nocturnos, ya que un desgarrador aullido serviría como preámbulo para “Moonlight Equilibrium”, que nos dejaría la imagen de un vocalista desatado, agitando violentamente los brazos junto a todos los presentes. Aún más atrás en el tiempo nos conduciría  “Elder Misantrophy”, que suponía su primera incursión en su debut de 2003  “Unhallowed”. La última muestra de su material más reciente estaría reservada  para los abruptos cambios de ritmo que el batería Alan Cassidy   y el bajista Max Lavelle nos propusieron a lo largo de “Abysmal”.

Si durante la primera parte del show el quinteto concedió un protagonismo destacado a las composiciones de su última referencia de estudio, el segundo acto  estaría reservado para un detallado repaso a su extensa trayectoría. Así que la elegida para inaugurar este amplio segmento dedicado a la nostalgia sería la primeriza “Funeral Thrist”, con las guitarras de Brian y Brandon fundiéndose en un ataque implacable. Con Trevor pidiendo que la gente hiciera todo el ruido posible  arrancaba “Everything Went Black”, que se convertiría en uno de los puntos culminantes de la noche, con toda la banda exprimiéndose al máximo sobre las tablas mientras los circle-pits se sucedían en la pista.

Con la gente completamente volcada llegaba el momento de encarar la recta final del show y, lejos de decrecer, el ambiente continuo caldeándose gracias a la mordiente que exhibieron los americanos en  “A Vulgar Picture”, que se convertiría en la antesala perfecta para la corrosiva “I´m Charming”, que nos servía para  apreciar las habilidades de su nuevo fichaje, Brandon,  y redondear una incontestable dupla extraída de su segundo trabajo “Miasma” (2005). Y es que aunque  todo el show estuvo marcado por la brutalidad, lo cierto es que los americanos también tuvieron ocasión de  mostrarnos su faceta más gamberra y socarrona durante la presentación del irreverente “Raped In Hatred By Vines Of Thorn”, que fue la escogida por Trevor para bromear con su compañero Brian Eschbach.

Sin duda otro de los momentos culminantes de la velada llegaría acompañado del tema que prestaba el título a su segundo trabajo “Miasma”, dominado por esos fraseos infernales que  volverían a desatar la euforia entre el respetable. Como en anteriores ocasiones, la nota cachonda la pondría el disparatado baile que se marcó el vocalista a lo largo del implacable “Statutory Ape”, que contó con los desgarradores coros de un Brian Eschbach que se mostró algo más comedido que en anteriores visitas.

Lamentablemente, tal y como nos anunció  Trevor, el tiempo se estaba agotando. Pero antes de despedirse todavía tendrían ocasión de ofrecernos un par de temas más. El primero, sería “Deathmask Divine”, para el que nos animaron a formar un gran circle-pit a lo largo de todo el local. Mientras que la encargada de poner el colofón definitivo  a la velada sería la única concesión que se permitieron a su cuarto trabajo “Deflorate” (2009), una coreadísima “I Will Return”.

Sobreponiéndose a las criticas recibidas por algunos de sus seguidores por la progresión que ha seguido su sonido durante los últimos tiempos, The Black Dahlia Murder volvieron a demostrar que uno de sus puntos fuertes es el directo, dejando a su paso por la Ciudad Condal a una audiencia agotada y  completamente destrozada.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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