Una
doble ración de folk metal finlandés era los que nos proponían Moonsorrow y
Korpiklaani en un atractivo cartel para todos los seguidores de la escena
nórdica en la sala mediana del Razzmatazz. Raíces folk y paganas,
ambientaciones oscuras y unos desarrollos complejos y repletos de épica
instrumental conformaban la propuesta de los encargados de abrir la velada,
Moonsorrow. Mientras que para cambiar radicalmente de registro y convertir el recinto en una
auténtica fiesta contaríamos con la presencia de Korpiklaani. Curiosa mezcla la
que nos proponía este Finnish Folk Metal Mafia, que consiguió congregar a una
audiencia joven, entusiasta y, ante todo, muy animada y participativa. A
diferencia de lo que suele ser habitual, en esta ocasión, las dos bandas
participantes se medirían en igualdad de condiciones, ya que dispondrían de un tiempo y unas condiciones
escénicas similares, así que ambas formaciones tendrían ocasión de presentarnos su show completo.
Con
un sobrio telón de fondo, en el que podía verse el logo de la banda, y
acompañados de una iluminación de lo más tétrica Moonsorrow aparecían en escena
dispuestos a desplegar su halo mistérico
con la pieza que titula su última obra, "Jumalten Aika", inundando el
recinto con la magnificencia de sus rotundas embestidas épicas. Pese a que hubo
muchos recordings durante su descarga, especialmente en lo concerniente a la
instrumentación folk y los rimbombantes
coros, lo cierto es que el combo de Helsinki sonó contundente y preciso hasta
el extremo. Y es que su propuesta no es apta para los no iniciados, por ello
los que se decidieron a acudir a la cita disfrutaron con la melancólica
contundencia de "Raunioilla”, que se convertiría en el primer recuerdo
hacia su “Kivenkantaja” de 2003.
Aunque
les costó un poco entrar en situación, a causa de la densidad instrumental de sus
composiciones, el quinteto poco a poco consiguió que la gente se fuera
implicando, logrando que temas como el magnificente "Suden Tunti",
que les servía para regresar sobre sus nuevas composiciones, hiciera subir el
nivel de intensidad del show. Tampoco querrían dejarse en el tintero algún
guiño hacia su tierra natal, así que como representante de su trabajo de 2005
"Verisäkeet", su frontman, Ville Sorvali, nos anunciaría desafiante la camaleónica "Jotunheim".
Si
hay algo que caracteriza las composiciones de Moonsorrow es la sobriedad de sus
desarrollos, narrando en sus letras leyendas y mitos propios de su zona. Así
que para marcar el ecuador del show apostarían por una de las piezas más
complejas y ambiciosas de su último redondo, "Ruttolehto", para la
que contarían con la participaron del vocalista de Korpiklaani, Jonne Järvelä ,
que salió a escena en dos momentos puntuales para dar un toque dramático y lúgubre.
Aunque gran parte de su reportorio estuvo centrado en su última entrega, el quinteto
también tendría ocasión de ponerse
nostálgico al recuperar el primerizo "Ukkosenjumalan Poika”, que se
convertiría en uno de los puntos culminantes de la velada.
La
guinda definitiva para una descarga que sobrepasó holgadamente la hora de
duración lo pondría otra de las
composiciones que mejor resume la actual
propuesta de los finlandeses “Ihmisen Aika (Kumarrus Pimeyteen)”, una
fantástica “suite” en la que se intercalaron melodías épicas, coros
grandilocuentes y su faceta más visceral
y aniquiladora.
Tras
el habitual receso, que sirvió para que la gente se recuperara tras la rotunda descarga
de Moonsorrow, la audiencia se preparaba para danzar al ritmo de las
composiciones de los “Yokels” de Lahti.
Con su último trabajo "Noita"
ya muy rodado Korpiklaani tomaban el escenario para dar el pistoletazo de
salida con el desenfadado "Viinamäen Mies" y "Journey Man",
concediendo un protagonismo destacado a instrumentos poco habituales dentro de
la ortodoxia metalera como el acordeón y el violín. Su puesta en escena fue
rotunda y divertida, proponiendo con absoluta convicción un acelerado ritmo de
polka que hacía que Jonne Järvelä se convirtiera en el animador de la velada haciéndonos cantar
mientras no dejaba de agitar sus larguísimas rastas.
Pese
al hándicap que podría suponer que las letras de sus canciones sean en finlandés, lo cierto es que este detalle poco
importó, ya que los seguidores de la banda se esforzaron al máximo a la hora de
acompañar temas como "Pili On
Pajusta Tehty" o "Kantasio", que hacían que, contagiados por el desenfrenado
ritmo del acordeón, todos nos pusiéramos a mover los pies.
Tras haber puesto a prueba
nuestras habilidades danzadoras, con esa sucesión de contagiosas melodías que
hacían que la gente elevará sus bebidas al aire para brindar con la banda,
llegaba el momento de que una sugerente percusión tribal nos condujera sobre
“Lempo”, haciéndonos cambiar el paso
para adentrarnos en desarrollos más densos y farragosos.
Uno
tras otro los latigazos de los finlandeses iban asolándonos sin compasión, y es
que la propuesta del sexteto es una apuesta decidida por unas composiciones
rápidas y pegadizas, cuyo principal objetivo es conectar con la gente para
convertirse en la banda sonora de una fiesta.
Pese a ello, Korpiklaani también
quisieron dejarnos alguna muestra de sus
raíces más netamente metaleras durante la parte intermedia del show, haciendo que
piezas como “Petoeläimen Kuola" o " Sumussa Hämärän Aamun", nos
sirvieran para recuperar el aliento mientras el sexteto ponía de manifiesto que
también sabe dejar a un lado el jolgorio y la diversión para concentrarse en sonoridades más oscuras y contundentes.
Pese
a que su última obra, "Noita", tuvo un protagonismo destacado, Korpiklaani
no quisieron dejarse en el tintero alguna pincelada de su predecesor "Manala",
de modo que no faltarían piezas como “Ruumiinmultaa”, que fue recibida con absoluta
devoción poniendo de manifiesto el calado que tuvo su trabajo de 2012.
Aunque
si hubo un par de temas que provocaron la locura generalizada entre la
audiencia esos fueron un celebradísimo "Rauta", que aunó las voces de
todos los presentes mientras el grupo no paraba de animar e intercambiar sus
posiciones contagiado por el entusiasmo del respetable; y el tabernero "Metsämies",
que con sus delirantes aceleraciones provocaba que la pista se convirtiera en
un verdadero desmadre.
Una
nueva mirada sobre “Karkelo”, nos adentraría en el folk n´ roll que nos
propusieron en “Kultanainen”, fusionando
a la perfección las elegantes melodías del violín y una base rítmica
absolutamente imparable. Para encarar la recta final del show tocaba una última
ración de "Noita", de modo que volveríamos sobre su material más novedoso
para degustar el tenebroso medio tiempo "Minä Näin Vedessä Neidon",
la desternillante "Sahti", y "Kylästä Keväinen Kehto”. Para el
cierre de esta primera parte del show se reservarían una de sus piezas más
emblemáticas "Wooden Pints", con la que nos hacían viajar al
primerizo “Spirit In The Forest".
No
tardarían mucho en regresar sobre las tablas para poner patas arriba el local
con los etílicos aromas de "Vodka", que desataba la locura en una
pista que se convirtió en un mar de cuerpos que danzaban alocadamente. Mientras
que el colofón definitivo lo pondría su
particular loa al dorado brebaje, "Beer Beer”, que hacia que todo el mundo
se pusiera a cantar mientras elevaba sus
vasos para despedir a la banda por todo lo alto.
En
resumen, gran velada de metal finlandés la que nos ofrecieron Moonsorrow y
Korpiklaani, demostrando que la unión hace la fuerza. Aunque ambas formaciones
rayaron a un excelente nivel, creo que en esta ocasión fueron Moonsorrow quienes acabaron llevándose el
gato al agua.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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