Hace
más de tres décadas que un jovencísimo Jeff Scott Soto puso su voz al servicio
de Yngwie J. Malmsteen para grabar algunos de los temas que formarían parte de
“Rising Force”, el debut como solista del virtuoso guitarrista sueco. Desde
entonces el nombre del cantante neoyorquino ha estado vinculado a multitud de
proyectos y bandas, dejando su impronta de calidad en los trabajos de Eyes,
Axel Rudi Pell, Takara, Soul SirkUS, Trans-Siberian Orchestra, W.E.T.,… Con
semejante curriculum a sus espaldas el vocalista de raíces puertorriqueñas se
ha granjeado una excelente reputación, así como la devoción de un buen numero
de incondicionales que le idolatran como una de las mejores voces de la escena
hard & heavy. Sin duda esa estrecha vinculación con sus fans se ha ido
forjando a lo largo de los años gracias a sus constantes visitas a nuestro
país.
En
esta ocasión, el motivo de su presencia era presentar los temas del segundo trabajo
de su banda Soto, “Divak”, en el que quizás ha abandonado la línea más melódica
de anteriores proyectos y se ha concentrado en su faceta más cañera dando así
continuidad al material contenido en su debut del pasado año “Inside The
Vertigo”. Como era previsible los incondicionales del vocalista americano no
quisieron perderse su presentación en la Ciudad Condal, así que la sala pequeña
del Razzmatazz acabó registrando una magnífica entrada para acoger la descarga.
Como aperitivo antes de la aparición en escena del plato fuerte de la noche
contaríamos con el concurso de los suizos Vanadine, quienes repetían en nuestro
país tras sus conciertos del pasado otoño abriendo para Dokken.
Con
el escenario engalanado con sendas pancartas verticales que reproducían la
portada de su debut "Liar", el cuarteto de Weinfelden saltaba a
escena para amenizar la espera proponiéndonos una curiosa mezcla entre el hard
rock de potentes riffs y unas pinceladas de rock alternativo que otorgan a su
propuesta un aire más contemporáneo. Aunque saltaron sobre las tablas muy
motivados, lo cierto es que los esfuerzos de su vocalista, Mitch M. Michel, por
conectar con la audiencia fueron infructuosos, ya que su propuesta no llegó a
cuajar entre los presentes.
Pese
a ello, durante el tramo inicial del show Vanadine apostaron por ofrecernos una
buena muestra de su potencial hard roquero confiando en los compactos riffs de “Sign Of The Times”, para rápidamente dejar
paso a temas como “Displeased”, o “Hurts”, que con sus potentes coros se
acabaría convirtiendo en lo mejor de una descarga que fue perdiendo fuelle a
medida que avanzaba.
Tampoco
jugó a su favor un sonido un tanto irregular, y que el guitarrista Yannick H.
Lehmann debutara esta noche junto a sus compañeros, ya que se le pudo ver algo inseguro
a la hora de atacar los entrecortados riffs del noventero “Da Boobs”. Pero fue a partir de la mitad del
show, al adentrarse el cuarteto en la densidad de medios tiempos como “Rainy Days” o “Liar”, cuando la gente empezó a desconectarse
definitivamente de su actuación.
Afortunadamente,
para la recta final nos tenían preparada una buena ración de estribillos
pegadizos que les ayudaron a levantar un poco el ambiente y dejarnos con un
mejor sabor de boca. Así que no se cortarían a la hora de mostrarnos el dedo
corazón durante los estribillos del irreverente “Fuck U”, para posteriormente regalarnos las melodías más accesibles del último
tema de la noche “Make My Day”, tras el que abandonarían el escenario ante la
apatía generalizada de una audiencia que ya estaba pensando en lo que estaba
por venir.
Aunque
el nombre de Jeff Scott Soto resulta un excelente reclamo y tiene un tirón incontestable,
lo cierto es que el vocalista ha sabido rodearse de una banda de auténticas
garantías de cara a esta nueva aventura que arrancó el año pasado con la
publicación de "Inside The
Vertigo", llevando como compañeros de viaje al batería brasileño Edu
Cominato, al bajista David Z, al guitarrista y teclista BJ y a nuestro Jorge
Salán, que se ha convertido en el lugar teniente del vocalista americano.
Uno a
uno, y acompañados de una calurosa bienvenida, los músicos fueron tomando
posiciones. El último en aparecer en escena sería el propio Soto, con el pelo
recogido y luciendo un vistoso foulard estampado, para rápidamente ofrecernos
una reverencia y abrir fuego con un enérgico "Freak Show". No me
acabó de convencer el sonido algo embarullado durante los primeros compases del
show, pero el vocalista tiró de tablas para meterse al público en el bolsillo,
haciéndonos participes de la densidad
melódica que desplegaron en temas como
"Wrath", que se convertiría en el primer guiño a su anterior entrega.
Pese
a que, tal y como nos indicó Soto, el repertorio de esta noche estaría centrado
en el material de sus dos últimos lanzamiento, resultaba obvio que el neoyorquino
no se dejaría en el tintero algunas de las composiciones que le han acompañado
durante sus últimas giras. De modo que el primer guiño al pasado llegaría de
manos de "21st Century" de JSS, y el “Colour My XTC” de su etapa en Talisman,
con los que daba un importante giro
estilístico a la velada haciendo fluir sus deliciosos aromas funk-roqueros
mientras se soltaba la melena y contaba con el apoyo vocal del resto de sus
compañeros. Sin concedernos ni un segundo de tregua la banda proseguiría su
implacable ataque retornando a la fiereza hard roquera de "Break" antes de que llegara el
primer “speech” de la noche.
Evidentemente,
el paso del tiempo ha hecho mella en el registro del vocalista neoyorquino,
algo que se notó a la hora de encarar las tonalidades más agudas, pero, en
contraposición, sus registros medios suenan ahora más rasgados y potentes, tal
y como quedó patente a lo largo de "Final Say" y la marchosa "The
Fall".
El retorno sobre su último plástico, que se ponía a la venta este
mismo viernes, estaría marcado por el ácido "Cyber Masquerade" que,
respaldado sobre las abrumadoras líneas de bajo de un hiperactivo David Z, disfrutó de una fantástica acogida.
Uno
de los momentos álgidos de la noche llegaría cuando el vocalista cogió la
máquina del tiempo para rescatar un coreadísimo "Warrior", que
desataba la euforia entre los presentes, con un Salán pletórico emulando al
guitarrista germano Axel Rudi Pell.
Igualmente apabullante resultaría
"Livin' The Life", que Soto grabó para la banda sonora de la película
"Rockstar", y durante la que el vocalista hizo alarde de sus
facultades vocales cantando el estribillo a viva voz para recabar el apoyo de
todos los presentes.
Ante
un auditorio rendido, el vocalista tuvo
unas emocionantes palabras contra la barbarie terrorista y los recientes
atentados en Bélgica durante la presentación del novedoso "When I' m
Older". De su material de nuevo
cuño, tampoco se olvidarían de
"Weight Of The World", del que, tal y como nos comentó Salán, acaban
de estrenar video-clip. Precisamente, el propio guitarrista se convertiría en
el protagonista del siguiente corte de la noche, "Risk", todo un
ejercicio de virtuosismo instrumental rescatado de su álbum “Chronicles Of An
Evolution”, que sirvió para que Soto se perdiera entre bambalinas para recobrar fuerzas de cara a la recta final del show.
Rápidamente
regresaría con sus compañeros para ofrecernos otro estreno con
"Unblame", para posteriormente volver a coger a recurrir a la
nostalgia y deleitarnos con "I' m A Viking" y "I' ll see The
Light, Tonight", ambas repescadas del “Marching Out” del guitarrista Yngwie
J. Malmsteen. El elegido para poner el broche definitivo a la velada sería el
vitalista "Stand Up", con el que, una vez más, Soto nos pondría a
todos a cantar para ratificar otro triunfo incontestable del incombustible
vocalista.
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