Los
seguidores del power metal nacional teníamos el pasado sábado una cita
ineludible en la Sala Bóveda de la
Ciudad Condal para disfrutar de un
atractivo cartel compuesto por dos bandas valencianas que unían fuerzas para
presentar sus últimas referencias de
estudio. El plato principal de la velada serían Ópera Magna que con su "Del
Amor Y Otros Demonios: Acto II" bajo el brazo llegaban dispuestos a
demostrar que a día de hoy son una de las bandas más en forma dentro panorama estatal.
Mientras que los encargados de dar el pistoletazo de salida serían Sylvania,
quienes presentarían algunas de las composiciones de su flamante nuevo trabajo
"Recuerdos Del Mañana".
Si
ya de por si resulta difícil hacerse un hueco en una ciudad como Barcelona, en
la que hay múltiples ofertas de ocio cada fin de semana, en esta ocasión, la
descarga coincidía en horario con la
final de la Liga de Campeones, algo que hacia presagiar que la asistencia de
público no sería tan numerosa como merecía la cita. Afortunadamente, pese a que
la sala no llegó a llenarse, acabó congregando a un nutrido número de seguidores que se encargaron de
arropar y apoyar a las dos bandas participantes, algo que los músicos de ambas
formaciones agradecieron desde el escenario en repetidas ocasiones.
Tras
el carrusel de cambios vividos durante los últimos tiempos Sylvania parecen
haber logrado la ansiada estabilidad tras la incorporación del batería Sergio
Pinar y el vocalista Alfonso Arróniz, con quienes grabaron el EP "Transylvania" el pasado 2015. Una
exitosa campaña de crowdfunding ha propiciado que la formación liderada por el
bajista Álvaro Chillarón y el guitarrista Alberto Tramoyeres haya conseguido
grabar su obra más ambiciosa hasta la fecha, el conceptual "Recuerdos Del
Mañana".
Acompañados
de la introducción “A Través De Los Siglos” el cuarteto aparecía ante sus
seguidores para ofrecernos una buena muestra del material contenido en el
citado trabajo, mezclando a la perfección:
velocidad, melodía y unos cuidados arreglos orquestales que propiciaron que
temas como "Un Mundo Infeliz", nos sirvieran para testar la evolución
que ha seguido su propuesta. Especialmente reseñable resultó el concurso de
Alfonso Arróniz, perfecto en su papel de vocalista, pero algo tímido en su faceta
como frontman, ya que fue el guitarrista Alberto Tramoyeres quien ejerció como
maestro de ceremonias, encargándose de la presentación de la mayoría de los
temas.
Su
primera mirada al pasado estaría reservada para "La Princesa
Prometida", con la que pisaban el acelerador al máximo para dejar patente
sus primerizas influencias, con Alberto haciendo volar sus dedos para comandar
a sus compañeros en una vertiginosa cabalgada al mas puro estilo Helloween. Pero
no todo iba a ser velocidad y melodías resplandecientes, de modo que la faceta
más densa y oscura de los valencianos quedaría plasmada en su versión del
"Hijo De La Luna", de Mecano, que contaría con el concurso de los
asistentes para acompañar a Alfonso en su dramática interpretación.
La
elegida para seguir ahondando en sonoridades más densas y cadenciosas sería "La Tentación del Mal", una
nueva mirada sobre su nuevo trabajo que nos dejaba a Alfonso y Alberto
desdoblándose en las tareas vocales mientras Álvaro se encargaba de asolarnos
con la potencia de su bajo de cinco cuerdas. De entre las nuevas composiciones
de las que más me gustaron fue "Luna Quebrada", que gracias a su
dinamismo y a la pegada de su estribillo tiene visos de convertirse en un himno
imprescindible para sus seguidores.
De
su anterior EP no quisieron dejarse en el tintero su versión "Desátame
2.0" de Mónica Naranjo, que sonó absolutamente demoledora con Alfonso
llevando sus cuerdas vocales al límite en un final épico; y esa joya de aromas
medievales que lleva por título "Finis Templarii". Para encarar la
recta final del show apostarían por la coreadísima “Lazos De Sangre”, para acto
seguido rendir pleitesía a una de sus máximas influencias con un
"Eagle Fly Free" que sonó algo deslavazado por un error en la letra.
Para poner el broche definitivo a su presentación optarían por la pieza que
prestaba el título a su anterior EP "Transylvania". Buen concierto de
Sylvania que nos ofrecieron una buena
muestra de sus nuevas composiciones sin olvidar sus anteriores entregas.
Poco
a poco, gracias a la calidad de sus trabajos y a la potencia de sus directos
Ópera Magna se están consolidando como uno de los principales referentes dentro
del power sinfónico en nuestro país. Sin duda, el espaldarazo definitivo a su
carrera se inició con la edición de la primera entrega de la trilogía "Del
Amor Y Otros Demonios", de la que esta noche nos presentaban su segunda parte.
La elegancia de sus melodías, la épica, y la rotundidad de sus composiciones se
han convertido en las señas de identidad de una formación que parece en clara progresión ascendente. Como un
torbellino desatado la banda aparecía en escena para dejar patente su excelsa
calidad técnica con la apabullante dosis de virtuosismo que encierra "Rojo
Escarlata", que nos presentaba a una banda enchufada y plenamente
entregada desde el minuto uno, dispuesta a convencer a sus seguidores con una
puesta en escena sobria y efectiva. Si ya el tema instrumental de apertura
había servido para calentar los ánimos del respetable, la espita que convirtió
la sala en una fiesta fue la aparición en escena de José Vicente Broseta para
liderar a sus compañeros en "Para Siempre", haciendo gala de unos
portentosos agudos y de una personalidad arrolladora que le sirvió para
conectar rápidamente con una audiencia que se involucró al máximo con la
descarga del combo valenciano.
Habiéndonos
regalados dos zarpazos de su última entrega, el show proseguiría con una primera
mirada al pasado, rescatando el primerizo "Horizontes De Gloria",
para desplegar todo su potencial powermetalero mientras nos dejaban la estampa
de toda la banda agrupada en torno a Javier Nula, que se marcó uno de sus
espectaculares ejercicios solistas. El ritmo del show fue trepidante, así que
sin apenas darnos tiempo para recuperar el aliento llegaría el momento de la
grandilocuencia neoclásica contenida en "Donde Latía Un Corazón", que
fue fantásticamente recibida por sus incondicionales, poniendo de manifiesto
que está llamada a convertirse en una pieza imprescindible en sus conciertos.
Tal
y como nos comentó el propio Broseta, a lo largo de la velada Ópera Magna
desgranarían temas de todos sus trabajos, de modo que las elegidas como primera
muestra del material contenido en su
obra conceptual “Poe”, sería la tripleta
compuesta por “Edgar Allan Poe”, la melódica “Un Sueño En Un Sueño”, que
nos pondría a todos a botar antes de que el vocalista nos presentará al hombre
tras los teclados, Rubén Casas; y la vibrante “El Corazón Delator”, que les servía
para pisar nuevamente el acelerador al máximo desatando la euforia entre las
primeras filas.
Aún
más atrás en el tiempo nos conduciría “El Fuego De Su Venganza”, con un Broseta
perfecto en su papel como frontman, arengando al publico a levantar los puños
al aire mientras la apabullante base rítmica que forman el batería Adrià Romero y el bajista Alejandro
Penella nos conducía a través de otra vertiginosa cabalgada. Después de
semejante derroche de adrenalina había que relajar mínimamente los ánimos,
recurriendo para ello a los hímnicos estribillos y los aromas medievales de
“Hijos De La Tempestad”, con la que volvían a incidir en el material de su
última obra para ofrecernos un rotundo duelo entre los teclados y las guitarras
de Nula y Enrique Mompó.
El
momento emotivo de la velada, con Broseta sentado sobre la tarima de la
batería, estaría reservado para “El
Retrato Oval”, en la que el vocalista nos regaló una fantástica interpretación
repleta de intensidad y feeling, para acabar arrancando una sonora ovación del
respetable. El primer guiño hacia el material contenido en su anterior trabajo,
“Del Amor Y Otros Demonios: Acto I”, vendría marcado por el excelso uptempo “Después De Ti”, que
arrancaría de forma intimista para ir
ganando en intensidad progresivamente hasta que la gente acabó coreando su
melodía.
Habiendo
conseguido la comunión perfecta entre banda y público, Broseta se dirigía al
respetable para presentarnos uno de sus temas favoritos “El Entierro
Prematuro”, que interpretaría firmemente aferrado a su pie de micro, mientras
Nula nos ofrecía otro de sus endiablados solos antes de adentrarnos en un final épico. Antes
de retirarse a los camerinos todavía tendrían ocasión de poner a trabajar
nuestras cervicales con los destellos power metaleros de “Tierras De Tormento”,
que conseguía volver a poner a toda la sala a botar.
Con
el escenario cubierto por una densa cortina de humo, los músicos regresarían
sobre las tablas para rematar la faena con la ampulosidad de “Por Un Corazón De
Piedra”, la velocidad de “El Pozo Y El Péndulo”, rubricada por unos fantásticos
coros y unas guitarras absolutamente incontestables; y los registros más
rasgados e incisivos de “La Herida”, que cerraba por todo lo alto una
velada repleta de virtuosismo,
intensidad y heavy metal.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:JAIME AIT MORILLO
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