Casi veinticinco años llevan los madrileños Saratoga en la brecha, que se dice pronto. Durante todo este tiempo por la banda han desfilado algunos nombres ilustres dentro del panorama nacional, con los que el incombustible Niko Del Hierro ha facturado una colección de himnos imprescindibles para dos generaciones de metaleros. Tras protagonizar uno de los regresos más celebrados de los últimos tiempos Saratoga ponían recientemente en circulación su duodécima obra de estudio “ Morir En El Bien, Vivir En El Mal”, y se embarcaban en una extensa gira promocional que ha recorrido algunas de las principales plazas de nuestro país. Pero dejando a un lado el contacto directo con sus seguidores en las multitudinarias firmas de discos, si hay algo que ha caracterizado siempre al combo madrileño ha sido la rotundidad de sus directos. Así que para ser testigos de primera mano del inicio de su nueva gira, que tiene previstas fechas en nuestro país y en el continente americano, nos trasladamos hasta Tarragona.
El
enclave escogido para el arranque de
este nuevo tour era la céntrica Sala Zero, un local de mediana capacidad en el
que los madrileños podrían sentir la cercanía de sus incondicionales durante
las casi dos horas de show que nos ofrecieron. Si en su anterior gira la banda
se dedicó a repasar algunos clásicos imprescindibles de su longeva trayectoria, de cara a esta nueva
andadura el cuarteto parece decidido a otorgar el protagonismo que se merece a
su nueva obra, lo que pone de manifiesto que este retorno discográfico no ha
sido simplemente para cumplir, sino que Saratoga tienen plena confianza en sus
nuevas composiciones. Pero antes de presenciar la descarga de las estrellas de
la noche todavía tendríamos ocasión de seguir la descarga de los castellonenses
Heresy Of Dreams, quienes llegaban
dispuestos a volarnos la cabeza ofreciéndonos un exhaustivo repaso de su
segundo trabajo “Ante La Bestia”.
Con
un buen ambiente en el local el quinteto aparecía en escena acompañado de la
introducción que abre su último trabajo, para rápidamente dejar que las
tormentosas guitarras de César Cubillas y Carlos González nos mostraran su
apuesta decidida por un heavy metal potente y con algunos tintes clásicos.
Ataviado con una chaqueta de cuero, de la que no se desprendió durante todo el
show, el vocalista Daniel Robles se
convirtió en el enlace perfecto entre la banda y el público, liderando a sus
compañeros a lo largo de trallazos incontestables como “Nuestra Ley Es Esta”, de la que destacaría la
rotundidad de la base rítmica que formaron el bajista Alfonso García y el batería
Rubén Palau.
Pese
a que la formación castellonense se mostró compacta y muy rodada, lo cierto es
que quizás un volumen excesivamente alto
propició que el sonido acabara perdiendo matices, haciendo que todo sonara algo
embarullado. Si a lo largo de su debut
“Nuestra Ley Es Esta ”, el quinteto mostraba una firme convicción por el
clasicismo heavymetalero, de cara a su segunda entrega, aunque sin perder sus
raíces, parecen haber apostado por insuflar nuevos aromas a su propuesta,
apostando por un sonido de guitarras más crudo y contemporáneo, tal y como
dejaron patente a lo largo de “Inmortal”, que fue fantásticamente recibida por
la audiencia.
Tampoco
faltarían a lo largo de la velada esos rotundos
medios tiempos de escuela germánica como “Divide Y Vencerás”, que contaría con el apoyo
en los coros de una audiencia cada vez más animada y participativa. La vuelta
sobre la velocidad y las guitarras más agresivas, casi fronterizas con el
thrash, llegaría de manos del corrosivo “Imparable”, que hacia subir la
temperatura en el recinto mientras el quinteto nos sometía a una rotunda sesión
de headbanging. El repaso al material contenido en su segundo largo continuaría
con el cambio de registro que supuso “Liberando Tu Dios”, un tema muy especial para ellos,
según nos comentó el propio Daniel. Para poner el broche definitivo a su
descarga, y sellar la alianza con sus
seguidores, Heresy Of Dreams optarían por el hímnico “Quiero Heavy Metal”, que
convertido en toda una declaración de intenciones volvería a hacer que todos
los presentes elevaran sus puños al aire para corear su brutal estribillo.
Mientras que para cerrar una descarga salvaje y marcada por el autentico
espíritu del heavy metal recurrían al primerizo “Ruge El Motor”, tras el que se
bajaron del escenario dejando unas buenas sensaciones.
Para
las bandas que tienen un extenso bagaje a sus espaldas siempre resulta un reto
integrar sus nuevas composiciones dentro del repertorio, ya que esto implica
dejarse en el tintero algunas de las favoritas de la audiencia. Pero cuando los
nuevos temas vienen reclamando su espacio, sólo hace falta que la gente se
acostumbre a ellos y los sienta suyos para tararearlos. Afortunadamente, el
nuevo trabajo de Saratoga parece haber colmado las expectativas de sus
seguidores, tal y como indican los excelentes resultados cosechados en las
listas de ventas. Sin duda el retorno de Dani Pérez tras los tambores y, sobre
todo, la forma de componer y la calidad que aporta Jero Ramiro se han dejado
notar con fuerza en unas composiciones
que parecen contener la esencia clásica de la banda, aunque sin renunciar a la orientación de sus últimas entregas.
Con una sala prácticamente llena y que aguardaba impaciente la salida a escena del cuarteto del foro, Jero, Dani y Niko aparecían en escena para tomar sus instrumentos y enfrascarse en un desarrollo instrumental que acabaría desembocando en el primer trallazo de la noche “Perseguido”. Como un torbellino tomaba el escenario un Tete Novoa absolutamente desatado, como siempre en plena forma física y vocal, y al que noté especialmente resolutivo a la hora de encarar las tonalidades más agudas. Tras haber testado el potencial de su nuevo material, con una sala que no vaciló a la hora de corear el melódico estribillo del tema de apertura, el cuarteto nos proponía una primera mirada al pasado con “Contigo, Sin Ti”, que no hacia más que caldear el ambiente entre una audiencia totalmente rendida a los madrileños.
Tras
recibir la primera ovación de la noche era el propio Tete quien nos daba la
bienvenida antes de hacer que la sala se viniera literalmente abajo con los
rotundos riffs de “A Morir”, que se convertía en la primer recuerdo a su quinto trabajo “Agotaras”, que nos
dejaría la estampa de los fundadores de la banda, Niko y Jero, compartiendo el
centro del escenario mientras Tete se esquinaba hacia la derecha para
ofrecernos una buena colección de agudos. La anécdota de la velada llegaría
durante la presentación de “No Sufriré Jamás Por Ti”, cuando el vocalista confundió la Costa Brava (Girona)
con la Costa Daurada, lo que provocó la reacción de la audiencia. Pero dejando
a un lado los lances propios del directo, lo cierto es que la comunión entre
banda y público fue absoluta, con un Niko hiperactivo, aporreando su bajo
incansablemente mientras nos regalaba algunas de sus imposibles muecas; un Jero
imperial, mostrando temple y calidad; y un Dani perfecto tras su kit, dejando
patente que, a día de hoy, es uno de los baterías más completos y potentes de
nuestro país.
Para
volver a incidir en el material de su último redondo los madrileños optarían
por el arrollador “Etérea”, una historia cañera y futurista durante la que la
banda volvió a mostrar su faceta más crítica e incisiva. Una nueva mirada hacia
el pasado nos conduciría sobre ese himno que es “Heavy Metal”, que propiciaba
que todo el mundo levantara sus puños al aire para corear su fantástico
estribillo. Aprovechando el ambiente creado, la banda no levantaría el pie del
acelerador y continuaría haciéndonos ejercitar las cervicales al son de “Vientos De Guerra”, con la que demostraban
que sus clásicos han resistido perfectamente el inexorable paso del tiempo, ya que siguen sonando igual de frescos y poderosos
que antaño.
Con
la gente coreando intensamente el nombre del grupo, su mirada se detendría
sobre el primer trabajo que Tete grabó con la banda, “VII”, del que rescatarían
“El Vuelo Del Halcón”, durante la que nuevamente Jero y Niko volverían a
adueñarse del centro del escenario. Me gustó mucho la forma en que Jero trató
el material grabado en su día por Tony Hernando, ya que pese a conservar la
esencia que le diera el guitarrista salmantino, lo cierto es que Jero consiguió
llevarlo a su terreno, dándole su toque personal y característico. El primer
momento de relax de la velada llegaría cuando Tete se recogió la melena y atacó
la emotiva “Lejos De Ti”, toda una
sorpresa que la banda haya mantenido en el repertorio esta melancólica balada
incluida en su tercer trabajo, “Mi Ciudad”.
Tras
recabar una sonora ovación llegaba el momento de las presentaciones, con la
banda enfrascada en ese marchoso ejercicio instrumental, que se ha convertido
en parte indispensable de sus shows, y en el que en esta ocasión incluirían
algunos pasajes del “Smoke On The Water”, “The Number Of The Beast” y “Enter
Sandman”, como preámbulo para el solo de batería de Dani Pérez. Habiendo
recobrado fuerzas y con nuevo look, ahora con chaleco tejano y sin camiseta,
Tete regresaba sobre las tablas para hacernos vibrar a todos con el rotundo “Con Mano Izquierda”. De entra las
nuevas composiciones que estrenaron, una de las que mejor acogida obtuvo fue
“Morir En El Bien, Vivir En El Mal” que fue coreada con auténtica devoción por
sus incondicionales, poniendo de manifiesto que tiene visos de convertirse en
un nuevo clásico dentro de su repertorio.
Cercano,
bromista y simpático, Tete nos amenazaba con la retirada, pero las demandas del
público y la resistencia del propio Dani a abandonar el escenario acabarían
propiciando que la banda se abalanzará sobre “A Sangre y Fuego”, durante la que
Jero se explayó a gusto con su guitarra para acabar arrancando una de las
mayores ovaciones de la noche. Lamentablemente la descarga del combo madrileño
estaba tocando a su fin, pero antes de abandonar el escenario Tete nos haría
levantar los puños al aire para acompañarle en el épico final que
protagonizaría “Resurrección”.
Atendiendo
la demanda de sus seguidores Saratoga no tardarían en regresar sobre las tablas
para rematar definitivamente la velada con dos trallazos que pondrían la sala
literalmente patas arriba. Para reivindicarse como abanderados del power metal
más rápido y melódico la banda nos presentaría el que ha sido carta de presentación de su último
redondo “Como El Viento”. Mientras que para cerrar su brutal descarga optarían
por un tema que se ha convertido en todo un himno para sus seguidores, “Perro
Traidor”; que volvía a aunar las voces de todos los presentes mientras Tete
recogía un teléfono de entre las
primeras filas para inmortalizar el apoteósico final.
La
suerte esta echada. Saratoga han facturado con “Morir En El Bien, Vivir En El
Mal”, un trabajo que tiene visos de convertirse
en uno de los más exitosos de su carrera. Me imagino que a medida que vaya
avanzando la gira la banda ira incluyendo nuevos temas en sus directos, pero a
tenor de lo visto en el arranque de su nueva gira, no me cabe la menor duda de
que la maquinaria de los madrileños está ya perfectamente engrasada.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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