Consolidado ya como una cita ineludible
para todos los seguidores del hard rock y el heavy metal el Rock Fest Barcelona
volvía a la carga con una tercera edición en la que repetiría emplazamiento, el
Parc de Can Zam de Santa Coloma de Gramanet, para ofrecernos tres intensas
jornadas de calor, buen rollo y música en directo. Tal y como sucediera en la
edición del pasado año la acción se concentraría en los dos escenarios
principales, en los que se irían sucediendo las actuaciones. Para esta edición
la organización recuperaría la carpa Rock Tent en la que finalizadas las
actuaciones principales los mas animados tendrían ocasión de continuar la
fiesta con música en directo y sesiones de música hasta altas horas de la
madrugada.
Una de las novedades más llamativas con
respecto a anteriores ediciones fue la pequeña carpa dedicada a Motörhead en la
que los chicos de la banda de tributo Motörhits irían haciendo apariciones.
Tampoco faltarían la zona de mercadillo, más amplia y con mas tiendas, varias
barras para la bebida, la zona habilitada para las comidas y unas gradas
cubiertas que sirvieron para que la gente pudiera descansar a la sobra. En
definitiva todo lo necesario para pasar un fantástico fin de semana contando
con el concurso de artistas de primera línea como King Diamond, Slayer, Blind
Guardian, Whitesnake y, como no, Iron Maiden.
NONSENSE
Como ya sucediera en las anteriores
ediciones del festival la organización tuvo el detalle de dejar que una banda
local, los jovencísimos Nonsense, fueran los encargados de dar el pistoletazo
de salida a estos tres días de diversión, calor y metal en cualquiera de sus
múltiples vertientes.
Así que mientras los más madrugadores
tomaban posiciones de lo que sería su hábitat durante las siguientes jornadas
el cuarteto de Santa Coloma se dedicó a ofrecernos un detallado repaso a los
temas de su lanzamiento "Another Way To Escape".
Aunque en algunos momentos el escenario
se les quedo un poco grande, no me cabe la menor duda de que supieron disfrutar
la experiencia intensamente haciendo que sus temas a medio camino entre el
metal, el punk y las tendencias core nos dejarán con un muy buen sabor de boca.
ORPHANED LAND
Con bastante mas gente en el registro le
tocaría el turno a los chicos de Orphaned Land que desgranarían su propuesta
muy influencia por las sugerentes sonoridades de su Israel natal. Durante los
últimos tiempos el quinteto se ha prodigado bastante en los escenarios de
nuestro país, y eso se notó en el suculento y la entrega de una audiencia que
poco se iba animando gracias a temazos como "All Is One" y "The
Simple Man".
Comandados por el carismático y
sonrriente Kobi Farhi los israelitas supieron conectar con sus seguidor y
seducir a muchos curiosos que habían oído hablar de ellos pero que todavía no
habían tenido ocasión de verles. poco importó el intempestivo horario de su
actuación, las 13, 20 horas, ya que la banda dejo una buena muestra de su
originalidad y su calidad en temas como el exótico "The Kiss Of
Babylon", o esa joya que lleva por título "Sapari".
Como no podía ser de otra forma para el
tramo final de su presentación se dejarían sus temas más emblemáticos,
haciéndonos entonar las envolventes melodías de "In The Never Ender Way
(Entering The Ark) y la inevitable "Ornaments Of Gold". Un soplo de
aire fresco en un ambiente sofocante, eso representó la descarga de unos
Orphaned Land que están viviendo su mejor momento.
GRAVE DIGGER
Los veteranos metaleros alemanes Grave
Digger fueron durante la segunda mitad de los noventa una de las bandas que más
toco en nuestro país presentando trabajos conceptuales como "Tunes Of
War", "Knights Of The Cross" o "Excalibur", pero en
los últimos tiempos la banda parece haber perdido un poco de tirón entre la
parroquia metalera nacional.
Respaldados sobre un sonido arrollador y
liderados por el incombustible y carismático Chris Boltendahl los germanos
hacían rugir a sus seguidores por primera vez con una dosis de clasicismo
metalero de manos del primerizo "Headbanging Man". De su época de
mayor esplendor durante la segunda mitad de la década de los noventa no
faltarían trallazos desoladores como "The Dark Of The Sun" o
"Excalibur", que hacia que la gente se animará a corear su himnico
estribillo mientras el frontman se pasraba por el escenario pasando revista a
sus devotos.
Una cogida bastante más duscreta
tendrían sus temas de sus últimos trabajos como "Seasons Of The With"
o la hard roquera "Tattoed Rider", ambas rescatadas de su redondo de
2014 "Return Of The Reaper". Como suele ser habitual en sus
conciertos el teclista de la banda permanecería impasible en una esquina del
escenario vestido con su disfraz de muerte mientras sus compañeros volvían a
hacer cantar a la presentes con "Highlan Farewell".
Para volver a espolear al personal y
dejarnos a todos con ganas de mas los germanos apostarían para protagonizar su
intenso sprint final optarían por el demoledor "Rebellion (The Clans Are
Marching)", y esa oda al heavy metal que es la primeriza "Heavy Metal
Breakdown". actitud, entrega y heavy metal, la descarga del combo germano
fue el remedio perfecto para el tórrido calor que a primera hora tarde asilaba
sin compasión el parc de Can Zam de Santa Coloma.
MOONSPELL
Si algo ha marcado la trayectoria de los
portugueses Moonspell es su capacidad para ir evolucionando y mutando disco a
disco. Asiduos habituales de nuestros escenarios, la banda capitaneada por el
incombustible Fernando Ribeiro tendría que soportar los rigores de
primera hora de la tarde. Pese a ello, no se amilanaron y aparecieron en escena
haciendo gala de una fantástica actitud y de un sonido atronador. Ante un buen
sequito de incondicionales su descarga estaría estructurada en un dos partes
bien diferenciadas. Mientras los primeros compases estarían reservados para el
material de su última obra “Extinct”, el resto estaría dedicado a repasar
algunas de las piezas más emblemáticas de sus primeros trabajos.
La principal diferencia con respecto a
anteriores visitas fue que Pedró Paixâo se centró exclusivamente en los
teclados, dejando de lado su faceta de guitarrista. Vestidos de riguroso
negro y desafiando la claridad del astro rey los vampiros de Brandona
arrancaban confiando en la buena acogida de su último redondo, del que nos
ofrecieron piezas como “Breathe (Until We Are No More)”, o el propio “Extinct",
que les servía para mostrarnos la dualidad de su propuesta, conjugando a la
perfección la rotunda visceralidad de las estrofas y la candidez melódica de
los estribillos.
Simpático y muy comunicativo, Fernando
se mostró cercano y no dudó en practicar su castellano a la hora de presentar
temas como “Opium”, que marcaba el punto de partida de nuestro viaje a la
nostalgia. Como no podía ser de otra forma la conexión entre banda y público
fue absoluta, y más cuando empezaron a desplegar su halo de misterio y
oscuridad en temas como la inquietante “Awake!”, “Ruin & Misery” o un
coreadísimo “Vampiria”, que se convertiría en uno de los momentos álgidos
del show.
Pero sin duda si hubo un tema que puso a
las primeras filas a botar intensamente ese fue “Alma Mater”, que el propio
Fernando presentó como una de las piezas indispensables para cualquier seguidor
de Moonspell. Tampoco faltaría ese jugoso guiño a las sonoridades celtas que
significó “Ataegina”, ni su devoción por la licantropía en la final “Full Moon
Madness”, que se convertiría en la excusa perfecta para que todos aulláramos,
en esta ocasión, bajo el resplandeciente sol de primera hora de la tarde.
Antes de marcharse del escenario
Fernando todavía tendría tiempo de emplazarnos para su próxima visita a finales
de este mismo año. Dejando ironías a un lado, -a cuenta de la hora del show-,
lo cierto es que Moonspell demostraron que están en un gran momento de forma,
convirtiéndose en una de las actuaciones destacadas de esta primera jornada del
festival.
DRANGONFORCE
Debo admitirlo, un servidor tenia muchas
ganas de ver en directo a los británicos Dragonforce. La velocidad, el
virtuosismo y el amor por las melodías de los video juegos de la década de los
ochenta ha sido una constante a lo largo de su carrera.
Muchos pensaron que cuando su vocalista ZP Threat abandonó el barco en 2010 la
banda no conseguiría levantar cabeza, pero afortunadamente y gracias a las
redes sociales la formación consiguió encontrar a un sustituto de garantías en
la figura de Mark Hudson.
En esta ocasión el quinteto no traía un
nuevo trabajo que presentar, ya que su ultimo lanzamiento ha sido el
recopilatorio “Killer Elite”, con lo que los londinenses concentrarían a lo
largo de su escasa hora de show algunos de sus composiciones más destacadas.
Aunque quizás Hudson no tenga el carisma y la personalidad de su antecesor, lo
cierto es que el rubio vocalista hizo gala de unos altísimos registros a lo
largo de la inicial “Holding On”, mientras sus compañeros Sam Totman y , en especial,
Herman Li se dedicaban a deleitarnos con un infinito catalogo de posturas en
plan guitar-hero mientras no dejaban de cruzar sus endiablados fraseos.
Quizás el mayor hándicap de su actuación
fue un sonido algo enmarañado, ya que cuando la banda pisaba el acelerador al
máximo en temas como “Heroes Of Our Time” todo se convertía en una bola de
sonido en la que únicamente se distinga con calidad la poderosa pegada del
batería Gee Aznalone. Afortunadamente la cosa hiria mejorando a medida que
avanzaba el show permitiéndonos apreciar esos fantásticos armónicos iniciales
que marcarían la speedica “Operation Ground And Proud”.
De su ultima trabajo de estudio “Maximum
Overload”, que se publico hace un par de años no se olvidarían del camaleónico
“Symphony Of The Night”, que hacia que la gente no dejara de hacer headbanging
mientras las voces de los músicos y la audiencia se fundían a la hora de corear
su estribillo. Igualmente emotivo y emocionante resultaría el rotundo “Cry
Thunder”, durante lucio especialmente Hudson demostrando sus buenas
aptitudes como vocalista.
A diferencia de lo que suele suceder con
muchas bandas, en el caso de los británicos el dinamismo es una constante a lo
largo de todo su actuación, con los músicos corriendo por el escenario incansablemente
mientras no dejan de intercambiar sus posiciones, así que esta vitalidad se
acabó contagiando en unos seguidores que vibraron intensamente al son de la
melódica “Valley Of The Damned” o la supersónica “Through The Fire And Flames”,
que se encargaba de finiquitar una actuación notable, aunque mejorable en
cuanto a sonido.
CORONER
En muchas ocasiones se ha tildado al
thrash metal como un estilo acotado y perfectamente definido. Pues bien, para
rebatir esta afirmación contaríamos con el concurso de Coroner, una
formación incomprendida en su época, pero que se ha convertido en un nombre de
culto al ser considerados como uno de los precursores de thrash progresivo.
Muchos años han pasado desde que la formación suiza pisara los escenarios de nuestro
país por última vez, -tal y como recordó el propio Ron Broder -, así que
durante los instantes previos al arranque del show podía palparse
en el ambiente la expectación de sus incondicionales.
Con su alineación clásica de trío, los
de Zúrich nos ofrecieron una descarga sólida y muy compacta, en la que hicieron
gala de sus habilidades técnicas para proponernos un repaso a través de los
momentos más memorables de su escueta producción discográfica. Avalados
por la rotundidad de su base rítmica el show arranca con el pesadumbroso tempo
de “Golden Cashmere Sleeper, Part 1”. Quizás este tema no fuera una buena
elección para abrir el show, ya que la gente se mostró algo fría con ellos.
Afortunadamente, la decoración cambiaría radicalmente cuando la gente reconoció
los poderosos riffs y las enrevesadas variaciones rítmicas contenidas en
“Serpent Moves” o “Son Of Lilith”.
Pese a que su descarga no se caracterizó
por la movilidad escénica, lo cierto es que el publico pareció absolutamente
encantado de volverse a reencontrar con piezas como “Internal Conflicts”, que
hacia que los más animados empezaran a correr en círculos. Como no podía ser de
otra forma, no faltaron a lo largo de su actuación los jocosos comentarios de
Ron Broder durante algunas de las presentaciones, acordándose del candidato
republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, durante la introducción del
corrosivo “Masked Jackal”.
Aunque la banda nunca llegó a gozar de
la fama y el reconocimiento que tuvieron algunos de sus coetáneos, lo cierto es
que Broder no dejó pasar la ocasión de mandar un afectuoso saludo a sus
compañeros de Kreator antes de dar arranque a la última pieza que
interpretaron, “Grin (Nails Hurt)”.
Nunca fueron una banda más dentro de la
escena thrasher europea. Siempre fueron de aquellos que prefirieron abrir
caminos a seguir la senda trazada por otros. Muchos éramos los que pensábamos
que ya no tendríamos ocasión de verles en directo, así que su descarga en el
Rock Fest sirvió para que los suizos volvieran a reencontrarse con sus fans
españoles.
TYKETTO
Los encargados de poner la nota de
elegancia y distinción a esta primera jornada del Rock Fest. Aunque la banda
actualmente no esta promocionando ningún nuevo trabajo, su ultima obra de
estudio fue “Dig In Depp” en 2012, Danny Vaughn y sus muchachos han decido
salir a la carretera para conmemorar con todos sus seguidores el vigesimoquinto
aniversario de su debut “Don´t Come Easy”, y para ello tocaron el disco
integro, aunque curiosamente en orden inverso.
Derrochando estilo y personalidad, con
una camiseta y unas deportivas a juego de color rojo), Danny aparecía en escena
luciendo su eterna sonrisa y su guitarra acústica para seducir a todos
los presentes con las suntuosas melodías del marchoso “Sail Away”. Tras demostrar
que no ha perdido ni un ápice de la voz que le consagró como uno de los grandes
vocalistas del hard rock melódico llegaba el momento de hacer mover a la gente
con el vacilón “Strip Me Down”.
Ademas de desgranar de forma integra el
álbum, el vocalista se mostro bastante cordial comentándonos algunas anécdotas
del pasado antes de hacernos calentar las gargantas durante los compases
previos de “Nothing But Love”, que nuevamente interpretaría acompañado de la
acústica. Pero sin duda los temas que mas calaron entre el respetable fueron
piezas como los roqueros “Walk On Fire” y “Lay Your Body Down”.
El contraste a tanta excitación lo
pondría la sensibilidad de la emotiva “Standing Alone”, que aplacaba el animo
del publico para acariciar con sus aterciopeladas melodías. Aunque no
abandonarían completamente ese registro más calmado la cosa iría repuntando
poco a poco gracias al dinamismo de “Seasons”, para acabar adentrarnos en los
pasajes casi A.O.R. de “Burning Down Inside”.
Viendo la trayectoria que había llevado
el show estaba claro que el final definitivo estaría protagonizado por “WIngs”
y la declaración de intenciones que representó “Forever Young”, que hacia que
gran parte de los presentes corearan al unísono su impactante estribillo.
Quizás la hora no fuera la más adecuada para la descarga de Tyketto. Además,
aunque fuimos muchos los que pasamos un rato más que agradable con el ejercicio
de nostalgia que nos propusieron los americanos, lo cierto es que entre la gran
mayoría de los asistentes al festival su actuación pasó bastante desapercibida.
HEAVEN SHALL BURN
Como suele ser habitual en todos los
grandes festivales la variedad y los cambios estilísticos fueron una
constante a lo largo de toda la jornada. Así que tras la ración de melodía y
elegancia que significó la actuación de Tyketto llegaba el momento de
sucumbir ante las sonoridades extremas y los textos comprometidos de
Heaven Shall Burn. Con un repertorio muy centrado en el material de su última
entrega, “Veto”, que vio la luz hace ya tres años, el quinteto de Saalfeld
salió con las pilas bien cargadas, dispuesto a ofrecer a sus incondicionales
una buena ración de lo que habían ido a presenciar, y unos buenos argumentos
para muchos curiosos que sin conocerles se acercaron a presenciar su concierto.
Comandados por esa apisonadora en
directo que es su vocalista, Marcus Bischoff, los germanos se mostraron
absolutamente imparables, contagiando a la gente su vitalidad desde que
arrancaran con el demoledor “Hunters Will Be Hunted”. Un sonido atronador y una
actitud salvaje fue lo que marcó la brutal acometida de un quinteto que
consiguió que gran parte de los presentes se abandonara en los
circle-pits que provocaron temas como “Land Of The Upright Ones” o
“Combat”.
Con la gente cada vez más animada las
primeras filas se convertirían en un mar de puños que apuntaban al escenario
durante los intensos desarrollos de “Profane Believers”, que servían para poner
de manifiesto que los alemanes, además de ser unos maestros a la hora de pisar
el acelerador, también saben adentrarse en tesituras más melódicas gracias al
fantástico trabajo de guitarras dobladas que realizan Maik Weichert y Alexander
Dietz.
El momento para someter a un intenso
castigo a nuestras cervicales llegaría con la brutalidad que destilaron los
corrosivos riffs de “Behind A Wall Of Silence”, rescatada de aquel lejano
“Whatever It May Take”. Mientras que la encargada de volver a incidir sobre su
última obra de estudio sería la camaleónica “Godiva”. Para rematar su
incendiaria descarga Heaven Shall Burn optarían por ofrecernos una doble ración
de su quinto trabajo “Iconoclast (Part 1: The Final Resistance)”, del que
desgranaron su versión del “Black Tears” de los suecos Edge Of Sanity, y
la demoledora de “The Disease”, que significaba un brillante punto y final para
un show que gustó y convenció a gran parte de los asistentes.
MAGO DE OZ
Pese a que la polémica y la controversia
siempre han acompañado a Mago de Oz, lo cierto es que a la hora prevista para
su actuación el recinto presentaba un fantástico ambiente. Amados y odiados a
partes iguales, los madrileños tienen el don de no dejar indiferente a nadie, y
esta ocasión no fue una excepción. Aunque en los últimos meses la banda ha
estado presentando su “Finisterra Opera Rock”, la hora de que disponían
resultaba a todas luces insuficiente para desgranar al completo tan magna obra.
Con un escenario decorado con uno
vistoso telón trasero y con una gigantesca cabeza de payaso presidiendo el
escenario, los músicos irían apareciendo en escena para tomar posiciones y
desatar la euforia con “Satania”, que fue acompañada con una intensa lluvia de
confeti y unas vistosas llamaradas de fuego. Como siempre los más críticos
centrarían su mirada sobre un Zeta que se mostró de lo más resolutivo a nivel vocal,
aunque un tanto frio en su trato con el respetable. Afortunadamente contaría
con la colaboración de una sonriente Patricia Tapia, que abandonó en repetidas
ocasiones su posición, en la parte trasera del escenario, para compartir
protagonismo vocal con su compañero.
Lo que no acabó de convencerme fue el
sonido, ya que durante los primeros compases del show apenas podían
distinguirse las guitarras de Carlitos y Frank. No sería hasta que llegó “La
Cruz de Santiago”, cuando todos los instrumentos empezaron a percibirse con
claridad para adentrarnos en esa cabalgada power metalera que ha sido
potenciada a su máxima expresión gracias a la inclusión de nuevos arreglos.
Tras haber calentado los ánimos del
personal con una doble ración de “Finisterra Opera Rock” llegaba el momento de
recabar el apoyo de las primeras filas durante los compases iniciales de
“Pensatorium”, que se acabaría convirtiendo el primer y único recuerdo
hacía el material de “Ilussia”. El momento de aunar nuestras
gargantas llegaría con “La Danza Del Fuego”, con todo el mundo botando y
bailando para acompañar las melodías que Mohamed sacaba de su violín.
El punto de sobriedad lo pondría
una fantástica “Astaroth” que con Patricia y Zeta batiéndose en un
intenso duelo vocal se acabaría convirtiendo en uno de los puntos álgidos del
show. Pero si hubo un momento que escenificó la comunión perfecta entre banda y
publico ese fue “ Molinos de Vientos” con toda la banda botando en el escenario
junto a un “super héroe” de lo más especial que no quiso perderse la
fiesta.
No sería esta la única sorpresa que nos
tenían preparada los madrileños, ya que para acompañarles durante la
grandilocuente “Finisterra”, que sería la elegida para cerrar el show,
contarían con el concurso del guitarrista Manuel Seoane que dejó una
buena muestra de su elegancia y virtuosismo. Al final, como siempre sucede con
Mago, división de opiniones. Mientras algunos aseguraban haber disfrutado con
ellos como no lo hacían en años, otros prefirieron ir a la carpa para refrescarse
mientras seguían su descarga a través de las pantallas. Y sí, efectivamente,
pese a la insistencia de algunos que se dejaron la garganta pidiéndola,
en esta ocasión, no tocaron “Fiesta Pagana”.
KREATOR
Ni recuerdo las veces que Mille
Petrozza y sus muchachos han visitado nuestro país para presentar su
último trabajo “Phantom Antichrist”. Sin ir más lejos, la banda ya estuvo en
este mismo escenario en la primera edición del Rock Fest. Y es que los germanos
son siempre un valor seguro y una garantía de éxito de cara al directo, aunque
en esta ocasión un sonido algo bajo de potencia acabó lastrando la descarga del
cuarteto de Essen. Con el sol ya en su ocaso, Kreator fueron los primeros que
pudieron sacar rendimiento a un espectacular juego de luces. Además no sería
este el único recurso escénico que los germanos se guardarían en la manga, ya
que si en el inicio dos enmascarados sostuvieron sendas bengalas, a lo
largo del show nos sorprenderían con varias lluvias de confeti, llamaradas de fuego,
y unas vistosas columnas de humo que acompañarían a los momentos más vibrantes
del show.
Como siempre suele ser habitual la
audiencia acabaría jugando un papel fundamental durante el show, ya que
Petrozza volvería a tirar de galones para meterse a la gente en el bolsillo,
incitándola a thrashear intensamente siguiendo las demoledoras embestidas
que supusieron trallazos ya clásicos como “Enemy Of God”, o la pieza que
prestaba título a su tercer trabajo “Terrible Certainty”, que introducida con
el mítico “1,2,3,4”, ponía el recinto patas arriba mientras una densa nube de
polvo se alzaba sobre nuestras cabezas.
Pese al paso de los años la banda no ha
perdido su visceralidad ni su pegada, gracias en parte a la inconmensurable
pegada de un Ventor absolutamente imperial, siempre preciso y potente a la hora
de aporrear su kit. Igualmente resolutivo se mostró Sami Yli-Sirniö, quien no
dudó en dar la replica a su “jefe” durante los abrasivos intercambios que
protagonizarían el imprescindible “Phobia”, que fue coreado con absoluta
devoción mientras las columnas de humo hacían su primera aparición escénica.
El ritmo del show fue trepidante. Así
que sin apenas darnos ni un segundo de tregua Petrozza nos miraba desafiante y
nos dividía en dos mitades antes de asestarnos la dupla formada por
“Awakening Of The Gods” y el descomunal “Endless Pain”. No
levantarían el pie del acelerador, de modo que durante la speedica “Warcurse”,
-que nos dejaría la estampa del cuarteto apretando los dientes mientras
las columnas de humo volvían a hacer acto de presencia-, Petrozza sacó una
metralleta para rociar con agua a unas primeras filas que parecían abducidas
por el ceremonial thrashero de los germanos.
Con el escenario sumido en la más
absoluta oscuridad y entre los rugidos de la audiencia sonaría “Mars Mantra”,
marcando la llegada de una pieza que se ha convertido en una de las
imprescindibles de su repertorio “Phantom Antichrist”. La elegida para hacernos
recuperar el aliento y ahondar en la faceta mas melódica del cuarteto sería “From
Flood Into Fire”, que con el escenario revestido de una intensa iluminación
rojiza y con la aparición del fuego se convertiría en otro de los momentos
culminantes de show.
Con la gente completamente entregada
una explosión seguida de una abundante lluvia de confeti nos adentraría
en “Horder Of Chaos (A Necrologue For The Elite)”, que nos dejaría a
Christian Giesler aporreando su bajo mientras Petrozza y Sami se enzarzaban en
otro de sus trepidantes duelos. El último cartucho antes de que los germanos se
perdieran por primera vez entre bambalinas estaría reservado para “Civilization
Collapse”, que se cerraba con otra rotunda explosión.
Para los bises nuevamente volverían a
hacer acto de presencia los enmascarados con las bengalas durante “The Patriarch”,
antes de que la banda se apoderara del escenario para darnos la estocada
definitiva con un coreadísimo “Violent Revolution” y un “Pleassure To Kill”,
que saboreamos intensamente todos los fanáticos de su primera etapa.
Pese a tener que lidiar con un sonido a
todas luces insuficiente para la propuesta de una banda como Kreator, lo cierto
es que Petrozza y sus muchachos volvieron a dejar claro que a día de hoy son
uno de los máximos referentes dentro del thrash europeo. Eso sí, personalmente,
creo que va siendo hora de renovar el repertorio y, porque no, recuperar joyas
como “People Of The Lie”, “Some Pain Will Last” o el injustamente olvidado
“Betrayer”.
MICHAEL SCHENKER
Tengo que reconocer que estaba un tanto
desconcertado con respecto a la actuación Michael Schenker. Y es que a lo largo
de su longeva trayectoria el guitarrista alemán además de formar parte de
bandas míticas como Scorpions o U.F.O., ha facturado una buena colección de
álbumes en solitario como M.S.G. y también con su ultima aventura Temple Of
Rock. Con lo que realmente no sabía exactamente quienes serian los músicos que
le acompañarían en esta ocasión ni cual sería el repertorio escogido.
Eso sí, lo que no se puede negar es el
cariño y la admiración que el guitarrista sigue conservando entre la parroquia
metalera, especialmente por parte de los más veteranos que siguen teniéndole en
gran consideración. EL primer objetivo era desvelar la identidad de sus
acompañantes, así que mientras sonaban los compases del mítico “Into The Arena”,
pudimos distinguir el rostro del batería Ted McKenna, el bajista Chris Glenn y
el teclista Steve Mann. Pero todavía quedaba desvelar la incógnita más
importante quien era el tipo que se ocultaba bajo el sombreo. Pues sí, era un
viejo conocido para los seguidores de M.S.G., Gay Barden.
Teniendo esto en cuenta resultaba obvio
pensar que el repertorio que nos presentaría el insigne guitarrista alemán
estaría centrado en el material que grabaron juntos. Curiosamente, en esta
ocasión el sonido tampoco estaría a la altura, especialmente durante los
primeros compases del show. Pese a ello, la gente respondió a la
perfección en temas como “Attack Of The Mad Axeman” o “Rock My Nights Away”,
que servían para que el guitarrista repitiera una y otra vez su legendaria pose
encorvado sobre su instrumento.
Pese a que Michael ha tenido una vida
algo tormentosa, lo cierto es que demostró encontrarse en un buen momento de
forma, atacando de forma impasible su instrumento en temas como un coreadísimo
“On And On” y dejando una buena de su sensibilidad en “Cry Of The Nations”. La
elegida para poner el punto y seguido al repaso de su carrera con MSG sería el
fantástico “Armed And Ready”.
Para poner la guinda al pastel y tener
un bonito detalle con todos esos seguidores que le han acompañado a lo largo de
todos estos años, el guitarrista optaría por “Coast To Coast”, que fue
canturreada con devoción por gran parte de los presentes, y una doble ración
del material más clásico de U.F.O. “Doctor Doctor”, que provoco la lucra generalizada
y la incendiaria “Rock Bottom”.
Buen concierto en líneas generales de un
Michael Schenker que muchos creíamos perdido para la causa, y es que desde
decidió enderezar su vida y centrarse en el trabajo esta consiguiendo
reconquistar el estatus y el reconocimiento que parecía había perdido.
BLIND GUARDIAN
Durante
años hemos sido muchos los que anhelábamos
que Blind Guardian dieran un paso atrás, que recurrieran a aquello que
llaman una vuelta a las raíces y volvieran a deleitarnos con un trabajo
desbordante de power metal rápido y épico. Pero parece que la apuesta de la
banda liderada por el carismático Hansi Kürsch está cada vez mas encaminada
hacia la grandilocuencia y la sobriedad. Precisamente sería esa sobriedad la
que marcaría su descarga, ya que no llevaban ninguna clase de atrezo ni montaje
escénico, confiando así todo a su propuesta musical.
Pese
a la expectación que había suscitado su presencia como uno de los platos
fuertes de esta primera jornada del Rock Fest, lo cierto es que los alemanes
salieron a escena un tanto fríos, dando el pistoletazo de salida con un
descafeinado “The Ninth Wave”. Paradójicamente, el más animado sobre el
escenario fue el propio Hansi, al que noté algo más comunicativo que en sus últimas
visitas, haciendo constantes guiños a las primeras filas e incluso esbozando
alguna tímida sonrisa. El remedio para este arranque un tanto dubitativo sería
“The Script For My Requiem”, que, ahora sí, hacia desperezarse a una audiencia
que empezaba a acusar el cansancio tras tantas horas de música en directo.
Y
es que resulta evidente que cuando la banda tira de su material más clásico es
cuando obtiene la mejor respuesta de sus seguidores, y la prueba definitiva fue
ver a millares de aficionados entonar al unísono el estribillo de “Time Stands
Still (At The Iron Hill)”, lo que acabó propiciando que la audiencia coreara el
nombre de la banda al finalizar el tema.
Aprovechando la entrega del público era buen momento para volver a hacer hincapié
en el material de sus últimos trabajos, siendo el elegido para mantener el nivel
de intensidad “Tanelorn (Into The Void)”, que alternó rotundas acometidas y pasajes
más envolventes y melódicos.
El
retorno sobre el material facturado
durante la década de los noventa vendría de la mano de una alargada versión
de “The Last Candle”, que volvía a hacer
rugir a la audiencia mientras Hansi dirigía el coro como si de un director de
orquesta se tratase. Las guitarras de André Olbrich y Marcus Siepen
continuarían siendo protagonistas a lo largo de “Imaginations From The Other Side”, que marcaba
el punto culminante del show, con la banda rayando a un excelente nivel
mientras la gente se desgallitaba para corear su conocido estribillo.
Desafortunadamente
el nivel de entrega de la audiencia decrecería notablemente a lo largo de un
“Sacred Worlds”, que sonó demasiado recargado y algo falto de pegada. La cosa
repuntaría con “Bright Eyes”, mientras que las guitarras acústicas aparecerían
en escena para acompañar al vocalista durante una sobrecogedora interpretación
de “The Bard´ Song – In The Forest”, con la gente cantando cada una de sus
estrofas mientras Hansi miraba complacido al respetable.
Antes
de despedirse Hansi y sus muchachos todavía se guardarían una ultima bala en la
recamara para dejarnos a todos con un buen sabor de boca gracias a la rotunda cabalgada power metalera que significó
“Valhalla”, poniendo así el broche a una actuación un tanto irregular, en la
que pudimos constatar que la gente sigue prefiriendo ver en directo esos zarpazos directos, rápidos y
técnicos que les convirtieron en uno de los grandes exponentes del power
europeo a principios de los noventa.
KING DIAMOND
Tras una larguísima jornada de sol,
calor y música, por fin llegaba el momento que muchos habían estado esperando,
la descarga de King Diamond. Durante los meses previos a la celebración del
festival se había producido un intenso debate entre el publico alrededor de si
la presencia del mítico vocalista sería reclamo suficiente para ser cabeza de
cartel de esta primera jornada. Y a tenor de lo visto y de las opiniones
recabadas al finalizar el show, el veredicto no puede ser más unánime: La
descarga de King Diamond se ganó a pulso el ser considerada la mejor del día.
En primer lugar el vocalista danés
presentó una formación de auténtico lujo, contando con la participación del
guitarrista Andy LaRocque, algo que añadía un aliciente más a una descarga que
si precisamente destacó por algo fue por su montaje y su producción escénica. Y
es que a lo largo de su descarga King Diamond acompañó cada una de sus
composiciones de una cuidada puesta en escena, dando al concierto un cariz casi
teatral. Lamentable, los que no se posicionaron en las primeras filas acabarían
perdiéndose gran parte de la trama argumental del show , ya que las imágenes
que nos ofrecían a través de las pantallas estaban más pendientes de los
músicos que de la acción que se estaba desarrollando sobre el escenario.
Como si por él no hubiera pasado el
tiempo, el mítico vocalista danés aparecería en escena luciendo su sombrero, su
característico maquillaje y blandiendo ese micrófono sostenido entre dos huesos
en forma de cruz para tras “Out From The Asylum” adentrarnos en su particular
universo con “Welcome Home”. Ya desde los primeros compases del show pudimos
apreciar que Diamond estaba en un fantástico estado vocal, atacando sin ninguna
clase de dificultad esos falsetes marca de la casa mientras empujaba la silla
de ruedas de una decrepita anciana.
La función había empezado, de modo que
las guitarras netamente heavymetaleras atronarían con fuerza a lo largo de
“Sleepers NIghts”. Pero sin duda el primer gran momento del show, con la gente
todavía recuperándose del impacto inicial, llegaría con “Halloween”, que nos
dejaría al vocalista paseando desafiante por todo el escenario mientras no
dejaba de incitar a las primeras filas a que cantaran con él cada una de sus
demoniacas estrofas.
Tras ofrecernos el rotundo “Eye Of
TheWitch”, llegaba el momento de subirnos al tren de la nostalgia, así que el
Rey nos tendría preparada una jugosa sorpresa, presentándonos dos piezas
clásicas dentro del repertorio de su ex -banda Mercyful Fate, “Melissa” y la
oscura y melancólica “Come To The Sabbath”, que conseguían desatar la euforia
antes de que el escenario quedara sumido en la más absoluta oscuridad.
Tras unos segundo de tensa espera
empezaba a sonar la introducción “Funeral”, así que todos sabíamos que lo que
venia a continuación era el capitulo dedicado a esa magna obra que lleva por
titulo “Abigail”. Si ya durante la primera parte del show, los trucos escénicos
y los efectos habían jugado un papel importantísimo, sería a partir de este
momento cuando todo lo que sucediera sobre el escenario sería clave para
seguir el desarrollo del show.
Así que uno tras otros se irían
sucediendo, y en el mismo orden que en el plástico, todos y cada una de los
temas de “Abigail”. De modo que la veloz “A Mansion In Darkness”, dejaría
paso a la intrigante “The Family Ghost”. Una de los momentos mas destacados del
show llegaría con la introducción de “The 7th Day Of July1777”, que se
acabaría convirtiendo en un torbellino de puro heavy metal.
El ritmo no decaería y los riffs se
tornarían mas densos y cadenciosos a lo largo de “Omens”, para acabar dejando
paso al oscuro ceremonial que presenciamos a lo largo “The Possession”. La
rubrica a semejante derroche de recursos escénicos y heavy metal estaría
protagonizado por el icónico “Abigail” y la deliciosa “Black Horsemen”, que
fundiría a la perfección la potencia de las eléctricas y la dulce sensibilidad
de las acústicas.
Muchas, muchísimas ganas había de tener
por aquí al Rey presentando uno de sus faraónicos espectáculos, así que hora la
pregunta es más obligada que nunca: ¿Cuándo regresa?
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFONSO DIAZ y ALFREDO RODRIGUEZ
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