En esta undécima edición del Leyendas el death metal melódico ha gozado de una representación muy especial, contando con dos bandas clave para su desarrollo y que fueron pilares indiscutibles de lo que se conoció como sonido Göteborg. Si ya en la jornada del jueves At The Gates dejaron una buena muestra de su arrollador potencial, el viernes, a una hora más temprana, aparecerían sobre las tablas Dark Tranquillity dispuestos a ratificar que la escena europea del death melódico sigue contando con el beneplácito de los fans.
Durante los últimos meses la formación sueca ha estado apartada de los escenarios, ya que ha estado grabando y dando los últimos retoques a su próximo trabajo "Atoma", que verá la luz a principios del próximo mes de Noviembre. Como siempre mucha expectación había suscitado la presencia del combo sueco, ya que su evolución a lo largo de los años no ha acabado de convencer a sus seguidores más veteranos.
Difícil tarea suponía repasar más de veinticinco años de trayectoria y diez álbumes en poco mas de cincuenta minutos, así que su actuación tuvo un ritmo dinámico desde que la banda apareciera en escena para abrir fuego con "The Science Of Noise". Desde el mismo arranque Mikael Stanne se mostró como ese frontman sólido y resolutivo, capaz de captar la atención de las primeras filas para manejarlas a su antojo a lo largo de “White Noise/Black Silence”.
Amparados sobre una sobria puesta escena y respaldados sobre un sonido potente y nítido Dark Tranquillity dejaron patente que la contundencia no tiene que estar reñida con esos pasajes más melódicos que fueron introducidos por los teclados grabados que acompañaron a “The Lesser Faith” o “The Silence In Between”. Aunque evidentemente los temas más celebrados fueron los que nos mostraron la faceta más agresiva de los suecos, y una buena muestra fue la brutal acogida que recibió “Terminus (Where Death Is Most Alive”), que se convertiría en el primer punto álgido del show con Mikael Stanne clavando las rodillas en el escenario para dar mayor dramatismo a su interpretación.
Con un complacido Stanne paseándose por el escenario, un desgarrador rugido nos adentraba en “The Wonders At Your Feet”, que marcaría el equilibrio perfecto entre contundencia y melodía, contando con el respaldo de una audiencia que parecía estar disfrutando al máximo. Mas fieras y amenazantes se tornarían las guitarras de apertura de la camaleónica “Therein”, único recuerdo que se permitieron hacia aquel lejano “Projector” de 1999.
Una última mirada sobre su último trabajo “Construct” nos adentraría sobre un compacto “State Of Trust”, durante el que el vocalista combinó a la perfección registros limpios y sus habituales rugidos. Para completar su actuación los suecos optarían por ofrecernos una doble ración de nostalgia recurriendo a la demoledora “Final Resistance”, que volvía a poner en acción a las primeras filas, y una de las piezas que mejor puede definir la evolución que ha seguido el sonido de la banda “Misery´s Crown”.
LEIZE
Si
hay una banda que ha conseguido ganarse el respeto y el reconocimiento del
público nacional esos son los guipuzcoanos Leize. Con más de tres décadas a sus
espaldas la formación capitaneada por el incombustible Félix Lasa sigue gozando
del respaldo de sus seguidores, tal y como quedó patente con el fantástico
aspecto que presentaba el “Mark Reale- Riot Stage desde minutos antes del
arranque de su show. Entre el público asistente podían apreciarse dos
generaciones de seguidores. Los más veteranos tendrían su buena ración de
clásicos gracias a una serie de himnos extraídos de sus primeros trabajos publicados a finales
de los ochenta, mientras que los más jóvenes tendrían ocasión de dejarse la
garganta coreando algunos de los temas de su último redondo “Cuando Te
Muerden”.
Con la gente muy animada y con muchas ganas de fiesta, la descarga del cuarteto de Zarauz daba el pistoletazo de salida con “Sin Sitio”, dejando claro que la tripleta que conforman Felix, Patxi y el hiperactivo Toño, no ha perdido ese punto de frescura y espontaneidad que siempre les ha caracterizado. Tras recibir las primeras muestras de cariño de una audiencia que se entregó al máximo con ellos la descarga proseguiría con la primera mirada al pasado de manos de “Futuro Para Mí”, que desataba la euforia entre su parroquia más veterana.
Los
encargados de acercarnos a la más candente actualidad del cuarteto serían el
reivindicativo “Donde Está”, que se convertiría en la excusa perfecta para
ponernos a todos a botar, y “Sospechoso”, que fue coreado como si fuera un
himno más de su extensa trayectoria. No había mucho tiempo y si mucho material
que repasar, así que no se entretendrían en charlas. Quizás, una de las más
extensas fue la que sirvió como
introducción para “Hundiéndome En La Noche”, que fue convenientemente adaptada
por Félix para convertirla en “Hundiéndome En La Tarde de Villena”.
Si
durante la primera parte del show el cuarteto había aprovechado para
presentarnos algunas de sus nuevas composiciones el tramo final de su presentación
estaría reservado para himnos míticos como “A Tu Lado”, que Félix dedicó a su
hija presente entre el publico; y un
coreadísimo “Buscando… Mirando”, ambos rescatados de su segundo trabajo de
1989.
La
fiesta estaba tocando a su fin, pero antes de abandonar las tablas de un
recinto abarrotado todavía tendrían ocasión de volver hacernos cantar con
“Devorando Las Calles”, impresionante ver a toda la pista cantar al unísono
mientras Toño llevaba la melodía con su bajo. Mientras que para el cierre definitivo
se dejarían otro de esos trallazos marca de la casa, repleto de rabia y
compromiso social “Muros”, que dejaba
patente que casi tres décadas después de su publicación su critica letra
sigue gozando de plena vigencia.
DIRKSCHENEIDER
El
mítico e incombustible Udo Dirkscheneider parece decidido a poner el punto y
final definitivo a una buena parte de su carrera, concretamente al periodo que marcó su exitosa y longeva etapa al frente
de los legendarios Accept. No hacia muchos meses que el vocalista de Solingen
había pisado los escenarios de nuestro país agotando el papel de las salas
donde tocó, así que muchos fueron los que no quisieron perderse la última
descarga en nuestro país en la que Udo interpretaría algunos de los himnos
míticos de su ex–banda.
Con mucho calor y con la gente apretándose en las primeras filas para no perderse el más mínimo detalle la formación que acompaña al diminuto vocalista alemán tomaría posiciones para someternos sin ningún tipo de contemplaciones al hiriente y afilado “Starlight”. Acompañado por los guitarristas Kasperi Heikkinen y Anddrey Smirnov, su hijo Sven a la batería y su fiel escudero el bajista Fitty Wienhold, la banda se mostró como una maquinaria compacta y perfectamente engrasada dando ese aroma clásico a temas imprescindibles para todo metalero, de modo que la gente coreó con desatada pasión los estribillos de “Living For Tonite” y “London Leatherboys”.
Pese
a que el sonido no fue tan potente como nos habría gustado, lo cierto es que la
entrega del publico hizo que la descarga con temas como el melódico “Midnight
Mover” o el acelerado “Breaker” fuera cogiendo mordiente. Curiosamente noté al
mítico vocalista algo estático y un tanto cansado, situándose en numerosas
ocasiones junto a la batería para dejar que sus compañeros llevaran el peso del
show. Pese a ello Udo se mostro tan potente y afilado como de costumbre
emocionando a más de un veterano con la interpretación de “Princess Of The
Dawn”o el speed metalero “Retless And Wild”, que conseguía que el recinto se
viniera literalmente abajo.
Muchos
fueron los momentos en los que la audiencia se dejó notar con fuerza, haciendo
que fuera prácticamente imposible distinguir la voz de Udo. Quizás los momentos
más vibrantes se producirían durante los rudos desarrollos de “Metal Heart”,
que haría acto de presencia justo después del irreverente “Son Of A Bitch” y
“Screaming For A Love-Bite”
Como
no podía ser de otra forma para el final el quinteto se dejaría un par de
piezas que no podían faltar en una cita tan señalada y especial “Fast As A
Shark”, que nos ponía a todos a hacer headbanging antes de que coreáramos su
inconfundible melodía central y como colofón un “Balls To The Wall”, que ponía
la guinda a un muy buen show.
ELUVEITIE
La
formación suiza parece tener un idilio especial con el público del
Leyendas. Si ya en ediciones anteriores, 2012 y 2014, Chrigel Glanzmann y sus
muchachos sorprendieron a más de uno con sus fantásticas presentaciones, en
esta ocasión la banda nos ofrecería dos actuaciones. La primera fue al
medio día en la plaza Mayor de Villena, donde en formato acústico e
instrumental repasarían algunos de sus temas más emblemáticos. Mientras que la
segunda estaría programada para última hora de la tarde del jueves en el
escenario Azucena.
Durante las últimas semanas se han sucedido las noticias en torno a los cambios en el seno de la formación, ya que la banda ha sufrido una importante remodelación de cara a este nuevo periplo de festivales por el viejo continente. Afortunadamente, los nuevos miembros de la banda, - Michalina Malisz, Jonas Wolf y Alain Ackermann-, rayaron a un buen nivel, demostrando que se han acoplado a la perfección con el resto de sus compañeros. La segunda incógnita era saber si la vocalista Liv Kristine les acompañaría en algunos temas, tal y como sucedió en su presentación en Wacken, pero desafortunadamente esta vez no pudo ser.
Cabe
remarcar que el show que plantearon Eluveitie fue muy completo, proponiéndonos
un primer segmento en el se concentraron en sus composiciones más
festivas y de cariz folk. Mientras que el tramo final estaría reservado para
sus temas más potentes. Recibidos de forma efusiva la banda apareció en escena
para revolucionar al personal y convertir el recinto en una fiesta gracias a
las suntuosas melodías de "King", dejando que la zanfoña, la flauta y
el violín se encargarán de dar esos matices tan característicos en su
propuesta. Como siempre, al frente de la nave estuvo Chrigel Glanzmann que,
ataviado con su inseparable gorro y luciendo sus larguísimas rastas, se mostró
simpático y comunicativo, interactuando constantemente con la audiencia para
hacernos partícipes de temas como el furibundo "The Siege".
Pese
al protagonismo del que gozaron instrumentos poco habituales en las descargas
metaleras, lo cierto es que los suizos disfrutaron de un sonido potente y
nítido, en el que se podían distinguir a la perfección cada uno de los
instrumentos, algo que acabó propiciando que temas como "Thousandfold"
sonarán absolutamente apabullantes. Tras habernos hecho mover los pies llegaba
el momento de cambiar radicalmente de registro para adentranos en las
ambientaciones más oscuras de "The Uprising", que servía para que
Chrigel nos hiciera elevar los cuernos al aire para escenificar la
excelente conexión entre banda y público.
Aunque
el grueso del repertorio de los suizos estuvo centrado en el material de sus
tres últimas entregas, la banda tuvo el detalle de rescatar el tema
"Tegernakô", que formaba parte de su segundo trabajo
"Spirit", y que a la postre se convertiría en el tema más antiguo que
interpretaron. Tras habernos puesto a bailar con ese final cada vez más rápido
y alocado había que variar el rumbo y regresar sobre el material de su último
trabajo “Origins” del que nos ofrecerían el desgarrador "Sucellos".
La
dinámica ascendente que estaba llevando el show no se detendría gracias a la
contundencia que los suizos desplegaron en temas como "Kingdom Come
Undone", que les servía para volver a incidir en su trabajo de 2010,
"Everything Remains (As It Never Was)"; y la desquiciante "Meet
The Enemy". Como colofón para una actuación que sirvió para ratificar que
los suizos siguen creciendo en popularidad año a año nos ofrecerían el
delicioso "Havok". Satisfecho y muy complacido con la respuesta del
respetable Chrigel regresaría sobre las tablas para protagonizar uno de los
momentos de esta undécima edición del Leyendas, un "Inis Mona" que
fue coreado con absoluta devoción por una audiencia que cantó, bailó y se
entregó al máximo con la personal propuesta de unos Eluveitie que siguen
escalando posiciones dentro de la escena europea.
FLOTSAM
& JETSAM
Para
muchos el nombre de la mítica banda de Phoenix es simplemente un apunte
biográfico en la historia de los todo poderosos Metallica, ya que en sus filas
militó el ex-bajista de la banda Jason Newsted. Afortunadamente, viendo
el aspecto que presentaba el recinto donde estaba ubicado el escenario Mark
Reale-Riot resultaba evidente que muchos seguidores del thrash metal old school
decidieron acercarse para comprobar en primera persona que tal sonaban
los temas de su nuevo trabajo homónimo.
Aunque resulta evidente que las composiciones más conocidas del quinteto son los que conformaron sus dos primeras obras, “Doomsday For The Deceiver”(1986) y “No Place For Disgrace” (1988), lo cierto es que los americanos salieron con la consigna clara de hacer que sus nuevas composiciones tuvieran un papel relevante a lo largo del show, con lo que temas como la inicial "Seven Seal", el implacable "Life Is A Mess", o "Iron Maiden", con un fantástico juego de guitarras dobladas, acabaron recibiendo una magnífica acogida.
Potentes,
dinámicos y funcionando como un reloj de alta precisión, las huestes
comandadas por el guitarrista Michael Gilbert y el vocalista Erik A.K. nos
hicieron menear la cabeza con fuerza siguiendo esas tormentosas andanadas
thrasheras que supusieron cortes como "Hammerhead",
"Doomsday For The Deceiver" o el metalero "Desecrator", que
ponían de manifiesto que el material clásico de la banda ha superado muy bien
el inexorable paso del tiempo.
De
su segundo redondo "No Place For Disgrace", no se olvidarían de
"Dreams Of Death", la pieza que presta su nombre al plástico, y la
inevitable "I Live You Die", que servía para Erik A.K., nos pusiera a
todos a cantar antes de que la dupla Simpson/Gilbert nos volara la cabeza con
otra sucesión de humeantes desarrollos solistas.
Como
representación del material facturado durante la década de los noventa el
quinteto se decantaría por incidir sobre el material de "Drift" del
que desgranarían piezas como "Me", "Empty Air" o una
coreadísima "Smoked Out", ya en la recta final del show.
En
definitiva, buena descarga de los thrashers americanos que ratificaron en
directo las buenas sensaciones dejadas en su última visita a nuestro país.
Esperemos que no tarden en regresar por nuestros escenarios para liderar
su propio show.
AVANTASIA
Poco
podía imaginarse Tobias Sammet cuando empezó a barruntar en su cabeza la posibilidad
de crear un proyecto sinfónico bajo el nombre de Avantasia, que aquella
criatura acabaría escapándosele de las manos eclipsando a los propios Edguy. Y
es que en cada una de sus producciones el pequeño vocalista de Fulda ha ido
sumando nuevos invitados que no han hecho más que acrecentar la fama y la
popularidad de un proyecto que a día de hoy parece no tener techo. Tras el
rotundo éxito de sus conciertos en nuestro país el pasado mes de Marzo, la
descarga de Avantasia significaba una de las grandes atracciones de esta
undécima edición del Leyendas.
Cabe
remarcar que su montaje fue el más
grande y ambicioso de todo el festival, con un espectacular escenario a dos
niveles que se comunicaban por una
escalera central. En la parte intermedia su ubicarían sendos balconcillos
enrejados desde los que los “coristas”,
Herbie Langhans y Amanda Somerville, realizarían sus aportaciones. Y todo ello
presidido por la imponente ilustración que Rodney Matthews diseñó para la portada de “Ghostlights”.
Con
la tensión mascándose en el ambiente fue durante los instantes previos al
arranque del show cuando los que
estábamos más cerca del escenario vivimos una de las anécdotas del festival, ya
que de forma sorpresiva se disparó uno de los aspersores empapando a un buen
numero de fans que se llevaron un buen susto. Afortunadamente, el contratiempo pudo resolverse rápidamente, así que cuando
empezó a sonar a través del P.A. “Also Sprach Zerathustra”, todos estábamos ya
pendientes del escenario.
Capitaneados por el batería Felix Bohnke los músicos irían ocupando sus posiciones para abrir con la grandilocuente introducción que serviría como preámbulo para “Mystery Of A Blood Red Rose”. El último en aparecer, descendiendo por la escalera central, sería Sammet ataviado con una larga chaqueta y un sombrero que no se quitaría hasta bien avanzada la velada. La reacción del público no pudo ser más entusiasta, y más cuando todo el recinto explotó para acompañar al vocalista en su pegadizo estribillo.
Tras
comprobar complacido la inmensa cantidad de público que se había congregado
para seguir la descarga de su banda, Sammet nos daba las buenas noches antes de
que las guitarras empezaran a rugir intensamente
para anunciarnos “Invoke The Machine”. No tardaría en hacer acto de presencia
el primer invitado de la noche, Ronnie Atkins, que sería uno de los que mas
minutos permaneció en escena.
Si
algo caracteriza la propuesta de Avantasia es la variedad de sus composiciones,
así que la encargada de mostrarnos su faceta más netamente power metalera sería
“Ghostlights”, durante la que Sammet nos haría calentar las gargantas antes de
que apareciera en escena uno de los invitados estrella de la noche, Michael
Kiske, que volvía a hacer realidad el sueño de aquel joven Sammet que
fantaseaba con su ídolo mientras coreaba los “Keepers”.
Tras
la calurosa bienvenida que el respetable tributo a Kiske, Sammet se dedicó
durante unos minutos a bromear con su sombrero. El cambio hacia tesituras más
baladísticas estaría marcado por “The Great Mystery”, que contaría con el
concurso de Bob Catley, que sería el encargado de poner la nota de elegancia
antes de que entre ambos pusieran al público a mover los brazos de izquierda a
derecha. Con Sammet desprovisto de su sombrero llegaba el momento de bailar
siguiendo el contagioso ritmo de un celebradísimo “The Scarecrow”, que hacia
que el show volviera a ganar en intensidad gracias a la aportación de un soberbio Jorn Lande.
Con
la pareja formada por Herbie Langhans y Amanda Somerville ocupando la parte
superior del escenario llegaría el momento de “Promise Land”, con Sammet
repitiendo pareja por primera vez en la velada. El último de los invitados en aparecer
en escena sería el incombustible Eric Martin que irrumpiría elegantemente
vestido para hacer suyas algunas de las estrofas de “Dying For An Angel”. Si
durante la primera parte del show Sammet se había dedicado a presentarnos a
cada uno de sus invitados, de cara a la
segunda parte nos esperaban algunos de los momentos más memorables del show,
con todos ellos interactuando entre si para dar una emoción especial a temas
como “Twisted Mind”.
El
momento de Amanda Somerville llegaría con la emotiva “Farewell”, en la que
compartiría la parte baja del escenario para interpretar un sentido dueto con
Sammet que se vería rematado por la aparición de un Kiske imperial. Ese
ambientación más propia de los musicales
regresaría con la mágica “The Story Ain´t Over”, con Bob Catley volviendo a
dejar una buena muestra de su indiscutible clase.
Tras
recibir una de las mayores ovaciones de la noche Sammet se acercaba al filo del
escenario para anunciarnos que el siguiente tema fue el que reconcilió a Kiske con el metal “Reach Out For The
Light”, provocando la explosión de euforia de una audiencia que volvió a vibrar
intensamente con los agudos que nos ofrecieron
ambos vocalistas. Impresionado por la respuesta del respetable Sammet no
vaciló a la hora de subir las escaleras para inmortalizar la imagen de la
audiencia con su teléfono. Pero dejando a un lado estos parones puntuales, lo
cierto es que el show tuvo un ritmo trepidante. De modo que para poner el punto
y seguido a la velada optarían por la intrigante “Let The Storm Descend Upon
You”, para la que Sammet volvería a batirse el cobre con Atkins y Lande.
Tras unos instantes de tensa espera Sammet
regresaría para agradecer la ayuda de
todos sus compañeros antes de interpretar el único top ten dentro de la carrera
de Avantasia, -tal y como remarcó con orgullo el propio vocalista-, “Lost In
Space”. Mientras que la encargada de poner el brillante colofón a una actuación
insuperable fue el medley que formaron “Sign Of The Cross” y “The Seven
Angels”, con todos los invitados en escena.
Impresionante,
Avantasia volvieron a ofrecernos un gran espectáculo, un concierto redondo en
el que la banda y todos sus invitados rayaron
a un excelente nivel bajo la
batuta de un Mr. Sammet que poco a poco
va agrandando su leyenda. ¿Hasta donde puede llegar?
MAYHEM
La
década de los noventa fue un periodo convulso para la escena del black
metal noruego. Suicidios, asesinatos, quemas de iglesias, acusaciones de
nazismo ..., todos estos argumentos acabaron propiciando que una banda
como Mayhem tuviera a su alrededor un oscuro halo de misterio. Tras la explosión de luz y
melodía que supuso la descarga de Avantasia, muchos fueron los que
decidieron alargar la velada atraídos por la mística del nombre de la
banda capitaneada por el controvertido Attila Csihar.
Con el escenario completamente a oscuras y con un telón de fondo que nos retrotraía a la portada de "De Mysteriis Dom Sathanas", los noruegos se dedicaron a desgranar en el mismo orden y de forma integra el material de su debut. Entre unas luces de tonalidades azules y el intenso humo que cubría todo el escenario el show arrancaba con "Funeral Fog", con todos los miembros de la banda encapuchados mientras Attila, desde su pequeño púlpito, daba inicio a su ritual blasfemo y demoniaco.
El
cansancio y la poca visibilidad de los músicos sobre el escenario
acabaron propiciando que hubiera una buena desbandada de gente, lo que
provocó que entre la audiencia los incondicionales de los noruegos se dejarán
notar con fuerzas en trallazos incontestables como "Freezing Moon" o
"Cursed In Eternity".
Fríos,
distantes y poco comunicativos, los noruegos ni siquiera se dirigieron al
respetable, limitándose a celebrar su oscuro ceremonial ante una audiencia que
se mantuvo inmóvil y expectante mientras asistía atónita a los infernales
desarrollos contenidos en "Pagan Fears", dominado por ese bajo sucio
y enfermizo; y "Life Eternal", que nos dejaría la figura del
vocalista deambulando por el escenario cual alma en pena mientras no dejaba de
agitarse en uno de sus espasmódicos bailes.
Tampoco
faltarían las dosis de épica instrumental de "From The Dark
Past" o la intensidad aplastante de "Buried By Time". Mientras
que la elegida para dar el carpetazo definitivo a una actuación seminal sería
la propia "De Mysteriis Dom Sathanas". Nunca fueron una banda
accesible para las grandes audiencias, y aunque muchos optaran por emprender la
retirada tras un par de temas, lo cierto es que los noruegos plantearon un show
que parecía diseñado para satisfacer a sus más fieles seguidores.
AVULSED
La
historia de la música extrema en nuestro país no sería la misma sin el concurso
de Avulsed. Pioneros indiscutibles de los sonidos más extremos y radicales las
huestes del incombustible Dave Rotten llevan un cuarto de siglo azotando
nuestras cervicales con su rotundo death metal. Aunque eran los encargados de
cerrar el escenario Mark Reale, lo cierto es que los madrileños consiguieron
congregar a un buen numero de incondicionales que disfrutaron a tope de uno de
los mejores conciertos de la jornada.
Como si de una condena se tratara la descarga daba arranque con las amenazantes melodías que nos abocarían sobre la locura que provocó “Stabwound Orgasm”, con toda la banda machacando intensamente sus instrumentos mientras Rotten no dejaba de hacer molinillos a la vez que encaraba cada una de sus estrofas. La respuesta de los fans no pudo ser más expeditiva, y los circle pits se irían sucediendo uno tras otro para acompañar piezas como “Breaking Hymens” mientras el vocalista se encaraba por primera vez a la valla de seguridad para animar a sus seguidores.
Ingenioso
y dicharachero en sus presentaciones, el “frontman” nos comentó que la banda
está celebrando su vigesimoquinto aniversario. De modo que la siguiente en
hacer acto de presencia sería “Carnivoracity”, que prestaba título a aquel lejano EP de 1994. El contraste entre
el pasado y el presente de la formación madrileña quería plasmado a lo largo
del estremecedor “Dead Flesh Awakened”, que sirvió para que pudiéramos apreciar
las excelentes aptitudes de su nuevo
batería Arjan Van Der Wist.
A
medida que fue avanzando el show tanto el publico como la banda, especialmente
Rotten, se fueron animando. Así que el
vocalista organizaría el primer wall of death para acompañar el desquiciante
”Blessed By Gore”. La fiesta no se detendría y para “Devourer Of The Dead”, el
vocalista bautizaría el circle pit como “ el folladero” provocando la hilaridad
de gran parte de los presentes. Aún iría un paso más allá el vocalista al
bajarse del escenario para sumarse a la frenética carrera de sus seguidores
durante “Nullo (The Pleasure Of Self-Mutilation)”, que concluiría con Rotten cantando desde la pista.
El
momento de comunión perfecto entre Avulsed y sus seguidores llegaría con una
celebradísima “Sick Sick Sex”, que servía para que todos los presentes alzaran
sus puños al aire para corear su estribillo. El remate definitivo para una
actuación incendiaria vendría de la mano de
“Burnt But Not Carbonized” y el imprescindible “Exorcismo Vaginal”, para
que el vocalista volvería a lanzarse sobre la audiencia para protagonizar un final bizarro y
desternillante. Era tarde, estábamos cansados, pero Dave Rotten y sus muchachos
nos demostraron porque llevan 25 años en
esto del death metal, … ¡y los que les quedan!
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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