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miércoles, 24 de agosto de 2016

LEYENDAS DEL ROCK-VILLENA-13-AGO-2016

DELAIN

A primera hora de la tarde y con el sol apretando fuerte sobre nuestras cabezas aparecían en escena Delain. La formación creada por el teclista Martijn Westerholt tras su salida de Within Temptation está consiguiendo poco a poco hacerse con un hueco dentro de la escena sinfónica internacional. Para ello ha sido clave la presencia de la vocalista Charlotte Wessels quien ha aportado algunas de sus composiciones y ese  registro con rango de  soprano que hace tan reconocible  la propuesta de los holandeses.


Con su nuevo trabajo “Moonbathers” a punto de ver la luz el sexteto de Zwolle hacia los honores a su nuevo sencillo “Suckerpunch”, dejando claro que la banda va a continuar evolucionando en su propuesta, sonando cada vez más modernos y contemporáneos, aunque sin renunciar a la personalidad que se han forjado a lo largo de la última década. Sonriente y elegantemente ataviada con una chaqueta de flecos blanca, Wessels se convirtió rápidamente en el centro de todas las miradas exhibiendo  sus mejores registros en temas como “Get The Devil Out Of Me” o   “Army Of Dolls”, que nos dejaría  el primer solo  de Timo Somers.

Los grandilocuentes teclados de Martijn Westerholt serían los encargados de adentrarnos en el primerizo “Sleepwalkers Dreams”, que hacia bajar el nivel de revoluciones para centrar nuestro objetivo en la intensidad de un tema que se ha convertido en todo un clásico de sus presentaciones. Aunque su nueva obra no verá la luz hasta finales del  mes de Agosto los holandeses no quisieron desaprovechar la ocasión de presentarnos otra de sus nuevas composiciones “The Glory And The Scum”, que llamó la atención por la crudeza de sus guitarras y esa ambientación más oscura y misteriosa.

De su anterior trabajo “The Human Contradiction”, no se dejarían en el tintero “Here Come The Vulture”, que servía para que las primeras filas levantaran sus puños al aire siguiendo las indicaciones de la vocalista. Aún más atrás en el tiempo nos conducirían “Mother Machine” y la hímnica “We Are The Others”, que prestaba título a su tercer trabajo.

El momento de que todos nos pusiéramos a saltar frenéticamente llegaría junto a “Don´t Let Go”, que se convertiría en el tema más celebrado del show y que acabaría dejando paso a la camaleónica  “Pristine”, todo un derroche de buen gusto, fuerza e intensidad que sirvió para que la banda se retirara acompañada de una rotunda ovación.


WOLFHEART
                                                                                                               
Desde las frías tierras finlandesas llegaban los chicos de Wolfheart para presentarnos las composiciones de su segundo trabajo “Shadow World”. Y es que lo que empezó siendo el proyecto individual del guitarrista y vocalista Tuomas Saukkonen se ha acabado convirtiendo en una banda gracias a la incorporación del guitarrista Mika Lammassaari, el batería Joonas Kauppinen y el bajista Lauri Silvonen.


Aunque todavía son poco conocidos en nuestro país, Wolfheart nos ofrecieron una buena sesión de death metal melódico, salpicando su sonido de algunas pinceladas  ambientales y épicas. El encargado de dar el pistoletazo de salida fue su primer single “The Hunt”, y rápidamente pudimos apreciar que la coordinación entre Saukkonen y Lammassaari era asombrosa, con ambos hachas intercambiándose el papel  solista en unas composiciones plagadas de cambios y variaciones.

No tardarían en llegar las composiciones de su más reciente entrega discográfica “Shadow World” dejándonos unas fantásticas sensaciones al atacar piezas como “Aeon Of Cold” o “Abyss”, que nos volaba la cabeza con ese fulgurante ataque a dos guitarras. Me sorprendió que no fuera Saukkonen quien se encargara de las presentaciones, ya que fueron sus compañeros los encargados. El frontman únicamente se dirigiría  a nosotros antes de atacar “Routa Pt.2”, que fue la elegida para cerrar el show.

Pero antes de que esto sucediera todavía tendríamos ocasión de degustar  su faceta más extrema y cercana a tesituras blackmetaleras durante el arranque de “Ghost Of Karelia”, o de dejarnos envolver por las etéreas ambientaciones de la novedosa “Veri”. En definitiva, grata sorpresa la que representó para muchos el descubrimiento de  Wolfheart, una banda joven, con tablas, calidad y proyección. Habrá que seguirles la pista.

POWERWOLF

Los lobos germanos son a día de hoy una formación en pleno ascenso, con su último lanzamiento bajo el brazo "Blessed & Possessed" han conseguido dar un salto cualitativo y reivindicarse como uno de las atracciones de la temporada de festivales europeo. Su propuesta aunque no es novedosa, si que sabe combinar a la perfección potencia, melodía, estribillos altamente coreables y esa ambientación litúrgica y con connotaciones eclesiástica.


Ataviados con sus habituales maquillajes e indumentaria de "guerra" el quinteto salía muy motivado para conectar con su creciente parroquia de incondicionales y desafiando el intenso calor de media tarde para azotarnos sin piedad con la dupla compuesta por "Blessed & Possessed" y "Coleus Sanctus". Como ya sucediera en sus reciente visita a nuestro país, la comunión con el público fue absoluta gracias al concurso del vocalista Attila Dorn y el teclista Falk Maria Schlegel, que no dudó en abandonar su posición tras los teclados para animar a las primeras filas.

Quizás el único hándicap de la formación germana es que continúan sin contar con los servicios de un bajista en sus directos, pero dejando a un lado este punto, lo cierto es que la pareja de hachas formada por Charles Greywolf y Matthew Greywolf sonó sólida, compenetrada y compacta en temas como "Amen & Attack", cuyo estribillo fue coreado con absoluta devoción, o el ocultista "Army Of The Night".

Sin concedernos no un segundo de tregua, uno a uno los himnos de los lobos germanos fueron sucediéndose para provocar la euforia de unos incondicionales que se dejaron la garganta mientras levantaban sus brazos al aire para acompañar el irreverente  "Resurrection By Erection" y "Armata Strigoi". Pese al intenso ritmo que imprimieron a su show la intensidad no decaería en ningún momento gracias a la inmediatez desplegada en "Sanctified By Dynamite", que volvía a aunar a teclista y vocalista en el centro del escenario para exaltar a un público de lo mas animado y participativo.

El capítulo final de los licántropos alemanes estaría reservado para el humeante "Let There Be Night", "Worewolves Of Armenia", que nos adentraba en las leyendas del este de Europa, y el imprescindible "All We Need Is Blood", que sellaba la alianza entre banda y público. Son todavía una banda relativamente joven, con ganas, actitud y un directo arrollador. Yo si fuera tu no les perdería la pista porque Powerwolf van a dar mucho de que hablar durante los próximos años... Y sino al tiempo.



NAZARETH

Si durante la jornada del jueves los encargados de poner la nota de clasicismo hard roquero fueron los británicos Uriah Heep, pera este último  día de festival contaríamos con la presencia de Nazareth quienes presentaban la novedad de su nuevo vocalista Carl Sentence, que ha tomado el relevo de  Dan McCafferty, retirado a causa de una enfermedad pulmonar.


Banda imprescindible para entender la evolución del hard rock, los escoceses llegaban a Villena dispuestos a ofrecernos algunos de sus temas más emblemáticos, haciendo especial hincapié en el material contenido en el mítico “Hair Of  The Dog” de 1975. Ante una audiencia atenta y expectante el show daba arranque con la garra roquera del marchoso “Silver Dollar Forget”, la pieza que abría su quinto trabajo “Rampant”. Mucho más marcado y contundente sonaría el implacable riff de “Miss Misery”, que provocaba la reacción de un público que parecía despertar tras mostrarse algo frío en el arranque.

Pese a que se echó en falta la presencia del mítico Dan McCafferty, lo cierto es que me gustó mucho la actitud y las formas  de su nuevo vocalista que no paró de pasear por el escenario buscando la complicidad de las primeras filas durante temas como  el imprescindible “Razamanaz”, que sería el escogido para el primer gran alarde de un Jimmy Murrison que no vaciló a la hora de coger las riendas de la banda durante varios pasajes del show. Algo más comedido se mostró el bajista Pete Agnew, único miembro que ha permanecido en la banda durante toda su andadura.

Tras haber mostrado algunas de sus armas en un arranque eléctrico y marchoso el cambio de tercio hacia tesituras más relajadas llegaría con “Star”, que nos dejaría la imagen del vocalista empuñando su pandereta mientras demandaba nuestra colaboración para corear su estribillo. La primera mirada al material que facturaron durante la década de los ochenta estaría reservada para  la deliciosa balada “Dream On”, que tras un fantástico inicio a capela serviría para que las primeras filas se pusieran a mover los brazos de izquierda a derecha.

Los covers de otros artistas siempre fueron pieza clave en las grabaciones de Nazareth, especialmente en sus primeras obras, así que la primera que tuvimos ocasión de escuchar fue la composición de Grin “Beggars Day”, que nos hacia virar de nuevo hacia tesituras mas hardroqueras. No abandonarían el material de “Hair Of The Dog”, ya que las encargadas de proseguir con el show serían “Changin´Times” y la propia “Hair Of The Dog”, que con su irreverente estribillo se acabaría convirtiendo en una de las más coreadas de la tarde.

Pero sin duda una de las que mejor sonó gracias a su dinámica base rítmica y a su fantástico riff central  fue la contagiosa “Expect No Mercy”, una pieza que en su tiempo rompió moldes, pero que a tenor de lo visto parece que ha  resistido muy bien el paso del tiempo. Para la recta final del show los escoceses se reservarían dos versiones más, el intimista “Love Hurts” de The Everly Brothers, que volvía a calmar mínimamente los ánimos,; y una alargada “This Flight Tonight”, que serviría para que Sentence nos pusiera nuevamente a todos a cantar.

Evidentemente  se quedaron muchos temas en el tintero, ya que personalmente me  hubiera encantado escuchar temas como “Not Fakin´It”, “Holiday” o “Telegram”, pero sus escasos setenta minutos resultaron insuficientes para repasar su casi medio siglo de existencia. Esperemos que pronto tengamos la ocasión de verles liderando su propio espectáculo.


HELLOWEEN

Pocas, muy pocas bandas hay que puedan presumir de gozar del arraigo del que disfrutan los germanos Helloween. En su enésima  visita a nuestro país las Calabazas de Hamburgo no traían nuevo trabajo bajo el brazo, ya que su última referencia de estudio “My God-Given Right” vio la luz a mediados del pasado 2015. En cualquier caso, la mítica formación capitaneada por el incombustible bajista Markus Grosskopt y el guitarrista Michael Weikath regresaba para hacer vibrar  a su parroquia de incondicionales  con una buena selección de sus mejores clásicos.


Con la gente agolpándose frente al escenario Jesús De La Rosa la grandilocuente introducción “Walls Of Jericho” marcaría la entrada de los músicos sobre el escenario para dar el pistoletazo de salida con una de sus imprescindibles cabalgadas “Eagle Fly Free”. El montaje escogido para la ocasión fue el mismo que en su anterior visita, con un escenario dominado por las tonalidades azules y con elementos que hacían referencia a su último trabajo. Desde los compases iniciales vimos como la gente se entregó al máximo, pero rápidamente pudimos apreciar que el gran hándicap de la velada sería un Andi Deris que rayó muy por debajo de sus posibilidades. Como contrapartida, el vocalista nos ofreció su mejor versión como “frontman”, animando constantemente a la audiencia. Pero sin duda todo ese esfuerzo no sirvió para que piezas imprescindibles como “Dr. Stein” brillaran en todo su esplendor.

Tras semejante dupla de apertura y con la gente muy metida en el show Deris nos deleitaría con su peculiar “spanglish” durante la presentación del novedoso “My God-Given Right”, que fue muy bien recibido por unos seguidores que corearon cada una de sus melodías mientras las guitarras de Weikath y Sascha Gerstner se desdoblaban en esos incendiarios duelos marca de la casa. El primer recuerdo al material facturado durante la década de los noventa llegaría con un “Steel Tormentor”, que pasó algo desapercibido.

Curiosamente gozaría de una mejor acogida el melódico “Waiting For The Thunder”, en el que se entremezclarían los teclados grabados y una base rítmica potente y muy marcada que resultó ideal para que la voz de Deris quedara algo más resultona. No abandonarían el material contenido en su obra de 2013, ya que la siguiente en sonar sería, precisamente, la pieza que le prestaba título “Straight Out Of Hell”, proponiéndonos un rotundo cambio de registro para adentrarnos en tesituras más rápidas y tenebrosas.


Lejos de concentrar todo su repertorio en sus primeros trabajos los alemanes demostraron tener una confianza ciega en sus últimas obras. Así que tras la doble ración de su trabajo de 2013 llegaba el momento de volver a centrar nuestro objetivo en su más reciente entrega, desgranando de forma sucesiva “Heroes” y “Lost In America”, que el propio vocalista presentó como una historia disparatada  pero real.

Con un Andi simpático y distendido había llegado el momento de ponernos a todos a cantar con el clásico juego de izquierda y derecha, y para ello que mejor que la coreable melodía de “Power”, que se convertiría en la segunda escala en  “The Time Of The Oath”. Para poner el punto y seguido a la velada los alemanes nos tendrían preparada una suculenta sorpresa, un imparable medley en el que se fundieron  pasajes de temas míticos como “Helloween”, “Sole Survivor”, (único recuerdo que se permitieron al disco  debut de Deris, “Master Of The Rings”), “I Can”, el oscuro “Are You Metal?” y el hímnico “Keeper Of The Seven Keys”, que hacia cantar a todo el público antes de que los músicos fueran abandonando el escenario uno a uno.

Para su retorno sobre las tablas, acompañados de los cánticos del respetable, se reservarían dos composiciones que no necesitan presentación: “Future World” que fue introducida por Sascha para desatar la locura entre las primeras filas; y la inevitable “I Want Out” que fue coreada como el himno que es. En definitiva, un  buen repertorio, una banda que se mostró sólida y compacta, aunque liderada por un vocalista que estuvo bastante reservón.

 TARJA


Resulta evidente que Tarja Turunen goza de un gran tirón entre la parroquia nacional. Y es que nada más acabar la descarga de las calabazas germanas muchos fueron los que optaron por hacer un rápido cambio de escenario para asegurarse un buen lugar desde el que seguir la actuación de la soprano de Kitee. Sin duda gran parte de esa expectación venia dada por escuchar algunas de las composiciones de su nuevo trabajo “The Shadow Self”, que veía la luz a principios del mes de Agosto.


Acompañada de una banda compacta y rotunda, en la que destacaba la presencia del ex–Apocalyptica Max Lilja, la vocalista aparecía exultante para concentrarse  en los intensos desarrollos de  “No Bitter End”, que nos sorprendía con su descomunal potencia, su orientación vanguardista y el uso recurrente de unas voces grabadas sobre las que Tarja desplegaría todo su caudal vocal. No sería está la única de las nuevas composiciones que sonarían, ya que a lo largo de los primeros compases del show tendríamos ocasión de degustar “Demons In You”, una de las que mejor acogida obtuvo, y la más melódica “Eagle Eye”.

Vistiendo un elegante vestido blanco, la vocalista finlandesa hizo gala de un más correcto castellano a la hora de dirigirse a sus seguidores durante las presentaciones, algo que acabó valiéndole más de una ovación. En cuanto al material de sus anteriores entregas no se olvidaría de “Never Enough” o el machacón “Ciarán´s Well”, en el que nos deleitaría  con sus registros más operísticos mientras recorría el escenario pasando revista a las primeras filas.

Para los que todavía no habían tenido ocasión de escuchar su nuevo material  la sorpresa llegaría con el cover de Muse “Supremacy”, que sonó denso y oscuro en el arranque para dejar que la vocalista desplegara después su faceta más lírica. No sería hasta el tramo final del show cuando Tarja echaría mano del material de su ex–banda para ofrecernos un medley compuesto por “Tutankhamen/Ever Dream/Slaying The Dreamer”, provocando la euforia de muchos de sus seguidores.


Con la gente acompañando con palmas la batería marcial de “Victim Of Ritual” nos adentraba en una recta final que se vería culminada con la grandilocuencia de “Until My Last Breath”, que ponía a sus incondicionales a botar. A la conclusión, disparidad de opiniones entre sus seguidores. Mientras algunos daban el visto bueno a esta propuesta más moderna y vanguardista, otros mostraban un cierto escepticismo sobre el rumbo que ha tomado la carrera de la vocalista  finlandesa. Eso sí, a lo que nadie puso ninguna objeción fue a la forma de cantar de una Tarja que se mostró pletórica.


LA LEÑERA

Los encargados de cerrar el escenario Mark Reale serían los chicos de La Leñera que nos harían pasar un rato de lo más entretenido proponiéndonos un detallado repaso por las mejores composiciones de los míticos Leño, así que no faltarían cortes como “Si Señor, Si Señor”, “Entre Las Cejas”, “Sorprendente” o “Calendario”, que sirvieron para que los más veteranos rememoraran las andanzas del legendario trío capitaneado por el incombustible Rosendo Mercado.


TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ




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