Ansiosa y expectante, así aguardaba la vieja guardia del thrash en la capital catalana este “Europe Under Attack 2016”, liderado por uno de los míticos bastiones del Big Four Teutón, Destruction, quienes además aprovecharían la ocasión para presentar su última obra de estudio "Under Attack". Como compañeros de viaje el trío liderado por el incombustible Schmier contaría con el concurso de otra banda veterana, pero en este caso procedente del otro lado del Atlántico, Flotsam & Jetsam. Los elegidos para completar el cartel y aportar la savia joven que todo género necesita para no extinguirse serían los suecos Enforcer, toda una bomba de relojería que ya ha probado su valía sobre nuestros escenarios en repetidas ocasiones; y las feroces thrashers brasileñas Nervosa, quienes recientemente nos visitaron liderando su propia gira presentado su demoledor segundo trabajo "Agony".
El enclave escogido para tan suculento
festín sería la sala mediana de un Razzmatazz que desde primera hora de
la tarde presentó un buen ambiente, aunque algo por debajo de las previsiones
de los organizadores, lo que provocó que una cortina delimitara la sala durante
las dos primeras descargas de la tarde.
Con la sala todavía tomando colorido
arrancaba la descarga de las chicas de Sao Paolo, Nervosa. Pese a su corta
trayectoria la banda demostró unas tablas y una personalidad muy marcada,
dejando patente que su constante trasiego en la carretera les ha servido para
dar a su propuesta un toque más potente y convincente, tal y como demostraron
desde que dieran el pistoletazo de salida a su show con el tortuoso
"Hypocrisy", que hacia calentar las cervicales a una audiencia
bastante animada pese a ser todavía media tarde.
Lejos de mostrarse intimidadas o
cohibidas Nervosa supieron rentabilizar al máximo su escaso tiempo
sobre las tablas, contentando a sus incondicionales y presentado
sus credenciales a los que todavía no las conocían, dejando unas fantásticas
impresiones con los seminales cambios de "Arrogance ", que
fueron la mejor carta de presentación para su nueva batería Samantha Landa.
Enérgica, rabiosa y muy cercana su
vocalista y bajista, Fernanda Lira, se erigiría como maestra de
ceremonias, chapurreando un más que correcto castellano durante la
presentación de "Death!", que hacia subir el nivel de intensidad
entre una audiencia cada vez más numerosa. El único lunar de su actuación fue
lo estático que se mostró la guitarrista Prika Amaral, quien no abandonaría su
posición durante todo el show. Pese a ello el combo brasileño no tuvo
problemas para conectar con el respetable gracias a la tenacidad y contundencia
que mostraron en trallazos incontestables como "Masked Betrayer".
Y es que la mejor prueba de que
Nervosa supieron aprovechar su oportunidad fue que la audiencia coreara
el nombre del trío justo antes de que la banda de embarcara en una recta final
compuesta por el novedoso "Hostages" y el seminal "Into
The Moshpit". En definitiva: son jóvenes, poseen la actitud necesaria y
una colección de temas que funcionan muy bien directo.
Con su último trabajo ya muy rodado el
cuarteto sueco basó su repertorio en sus composiciones, así que el tramo
inicial del show estaría protagonizado por piezas como "Undying Evil"
o la más melódica "From Beyond", que era la escogida para hacernos
calentar la garganta con las primeras filas coreando al unísono su fantástico
estribillo. Pese a que la formación funcionó como una máquina perfectamente
engrasada, fue Olof quien ejerció como su líder Indiscutible, llevando todo el
peso de la banda para hacerse cargo de gran parte de los solos de guitarra.
Como ya sucediera en sus anteriores visitas
no faltarían las tachas, los chalecos de cuero y ese intenso humo que cubrió el
escenario durante andanadas como "Live For The Night", que se
convertiría en el primer recuerdo a su segundo trabajo "Diamonds". La
sorpresa de la noche llegaría cuando sin previo aviso los de Arkiva se
descolgaron con un cover del "I Turned Into A Monter" de los
americanos Mistfits, que desafortunadamente paso un tanto desapercibido ante
una audiencia netamente metalera.
Si la descarga de Enforcer estuvo
marcada por la velocidad y la actitud, tampoco se quedaron atrás en cuanto a
proponernos un show vivaz y dinámico, encadenando los temas para aprovechar al
máximo sus cuarenta minutos sobre las tablas. Así que con el personal
completamente desatado llegaba el momento de rebajar los ánimos con el medio
tiempo "Below The Slumber", que nos mostraba su faceta más melódica.
La encargada de volver a recuperar el nivel de intensidad del show sería una
coreadísima "Mesmerized By Fire", que se ha convertido en una de las
imprescindibles en todas sus presentaciones.
Con el escenario teñido de rojo llegaría el
momento de "Speak The Tonge Of Heathen Gods", que serviría como
avanzadilla para el último recuerdo de "From Beyond", de manos del
demoniaco "Hell Will Follow". Para el sprint final se
reservarían otra buena ración de estribillos pegadizos con "Take Me
Out Of This Nightmare", mientras que para cerrar el show y dejar las
espadas en todo lo alto optarían por la devastadora "Midnight Vice".
Aunque algunos se mostraron algo exceptivos con su presencia, lo cierto es que
los suecos supieron sacar partido a su aparición en un cartel en el que no
acababan de encajar. Llevan tiempo poniendo patas arriba los locales en los que
tocan, y la verdad es que, lejos de mostrarse cansados o mecánicos, cada
vez suenan más enérgicos, compactos y maduros. Si continúan con su progresión
ascendente y logran plasmar su fuerza en sus próximas obras de estudio tienen
visos de convertirse en una banda imprescindible dentro del metal
europeo.
Los encargados de recoger el testigo serían
la banda capitaneada por el vocalista Eric A.K. y el guitarrista Michael
Gilbert, quienes tras su reciente visita en el festival Leyendas Del Rock
regresaban a nuestros escenarios para presentar las composiciones de su
fantástico trabajo homónimo. Aunque Flotsam & Jetsam nunca fueron un nombre
puntero dentro de la escena metálica, su dilatada trayectoria y la calidad de
sus trabajos les han válido un puesto de privilegio entre los seguidores
que no se dejan arrastrar por las modas y que tienen el juicio necesario para
distinguir la calidad, dejando a un lado campañas de marqueting y publicidad.
Como un auténtico vendaval, aunque con un
sonido algo saturado de la sección rítmica, el combo de Phoenix aparecía en
escena dispuesto a dejar fiel testimonio de sus tablas y el dominio escénico de
un frontman que se mostró absolutamente colosal, liderando tanto a sus
compañeros como a las primeras filas a lo largo del metalizado "Seventh
Seal". Poco tiempo dispondrían los americanos para resumir una trayectoria
de mas de tres décadas, de modo que su descarga tuvo un ritmo delirante,
enlazando con el tema de apertura el corrosivo "Empty Air", que se
convertiría en el primer recuerdo hacia el material que facturaron durante la
década de los noventa.
Convertido en el perfecto nexo de unión
entre banda y público el carismático Eric A.K. fue quien llevo las
riendas del show de los americanos, moviéndose incansablemente sobre las tablas
mientras buscaba insistentemente la complicidad de una audiencia que se
mostró eufórica al reconocer los primeros compases del mítico
"Dreams Of Death". Más atrás en el tiempo, y consiguiendo mantener el
alto nivel de intensidad que estaba llevando el show, nos conducirá el
primerizo "Hammerhead", que nos dejaría con otro incendiario
intercambio a cargo de las guitarras de Gilbert y Conley.
El retorno al presente estaría marcado por
la afilada "Monkey Wrench", que escenificaba la evolución de una
banda que ha sabido adaptarse a los tiempo sin hacer concesiones ni
perder su personalidad. Para los amantes de su vertiente más tradicional
y netamente heavy metalera el quinteto no quiso dejarse en el tintero piezas
como "Desecrator", que servirían para que el vocalista nos
ofreciera sus registros más agudos.
Con la sección rítmica formada por el
batería Jason Bittner y el bajista Michael Spencer marcando
incansablemente el paso se abriría la aplastante "Me", que volvía a
incidir sobre el material incluido en su "Drift" de 1995, que
rebajaría ligeramente los ánimos antes de que la banda se adentrara en la
tercera y última muestra de su trabajo homónimo con un "Life Is A
Mess", que fue fantásticamente acogido por sus seguidores.
Lamentablemente el tiempo de los americanos
se estaba agotando pero antes de abandonar el escenario todavía tendrían
ocasión de ofrecernos dos temas rescatados de su trabajo de 1988, un
estratosférico "Hold On You", y, como no, la pieza que le prestaba su
nombre "No Place For Disgrace", que era la escogida para certificar
una brillantísima actuación que se nos hizo especialmente corta. Experiencia,
calidad y actitud, siguen siendo las bazas de unos Flotsam & Jetsam que
tras más de tres décadas en la carretera siguen sintiendo la pasión y la
adrenalina del directo.
Hacia bastante tiempo que los
thrashers germanos no se dejaban caer por las salas de capital catalana, de
modo que la presentación de su décimo tercer trabajo de estudio “Under Attack”
sería la excusa perfecta para resolver tan dilatada ausencia. Difícil papeleta
a la que tenían que enfrentarse Schmier y sus muchachos tras la arrolladora
descarga de Flotsam & Jetsam, pero su estilo más corrosivo y directo
resultó ideal para conectar con una audiencia salvaje y eufórica, que coreó con
devoción una buena colección de clásicos que han quedado grabados a fuego en
toda una generación de thrashers.
Respaldados sobre un telón de
fondo y sendas pancartas laterales el trío germano irrumpía en escena para poner el local patas arriba
con la novedosa “Under Attack”, consiguiendo que las primeras filas se
enzarzaran en un moshpit que no se detendría a lo largo de toda el show. Si fulgurante fue el arranque, con un Schmier
absolutamente desatado, que no dejó de recorrer el escenario utilizando los
tres micrófonos que habían repartidos a lo largo de las tablas, la sala se vino
literalmente abajo cuando la gente reconoció los primeros compases del seminal
“Curse Of The Gods”, que nos dejaría la batería de Vaaver haciendo retumbar
furiosamente los cimientos del local.
Pese al paso de los años
Destruction demostraron no haber perdido la rabia y ese espíritu devastador que
siempre les ha caracterizado, haciendo que temas de nuevo cuño como
“Pathogenic”, sirvieran para que los más animados elevaran sus puños al aire
para corear su demoledor estribillo a la vez un vistoso juego de luces se encargaba de dar
colorido a la descarga. Con la gente ya plenamente metida en el show la banda
no dudaría en pisar el acelerador a fondo para asestarnos un trallazo certero
como fue “Nailed To The Cross”, dejando que Schmier soltara una buena colección
de sus agónicos aullidos mientras la guitarra de Mike se encargaba de
taladrarnos los tímpanos en una de sus infernales carreras.
Sin miramientos y sin
concedernos ni un segundo de tregua para recuperar el aliento, el repaso por su
prolífica discografía proseguiría con otra de sus piezas emblemáticas “Mad
Butcher”, que nos retrotraía a aquel lejano “Sentence Of Death” de 1984. El
contraste entre el pasado y el presente quedaría plasmado en “Dethroned”, que
nos mostraba una vertiente algo más melódica del combo germano concediendo un
mayor protagonismo a ese estribillo que fue coreado con absoluta devoción por
sus más fieles incondicionales. Una nueva mirada sobre su material clásico,
aquel que facturaron durante la gloriosa década de los ochenta, nos abocaría
sobre los crujientes riffs que marcarían
“Life Without A Sense”.
Con el escenario sumido en la más absoluta penumbra una inquietante alocución serviría como preámbulo para el seminal “Total Disarter”, que dejaba claro que el trío no estaba dispuesto a dejar que el show decreciese en intensidad, sometiendo a las cervicales de sus seguidores a un severo castigo. Uno tras otro los temas de los germanos fueron cayendo sobre el respetable como ataques demoledores, pero por si algún despistado todavía no sabía donde estaba, Schmier anunciaría exultante el siguiente corte de la noche, un “Thrash Attack” que sonó como toda una declaración de intenciones, con la banda destilando actitud sobre las tablas mientras la pista se convertía en un mar de cuerpos que danzaban sin orden ni concierto.
Aunque no se prodigó en
exceso durante las presentación, Schmier se mostró cercano y comunicativo, y no
dudó en acceder a las demandas de las primeras filas que pidieron
insistentemente “Black Death”, consiguiendo que la comunión entre banda y publico
fuera absoluta. No abandonarían el
material de su primer largo “Infernal Overkill”, ya que la siguiente en hacer
acto de presencia sería “Invisible Force”. Con la gente absolutamente desatada
llegaba el momento de que el frontman alzara su cerveza para proponernos un
brindis y posteriormente desgranar la última muestra que nos ofrecieron de
“Under Attack” con “Second To None”. La elegida para poner el punto y seguido a
un show marcado por la intensidad y la velocidad incendiaria sería la
imprescindible “The Butcher Strikes Back”, que hacia que, nuevamente, la audiencia se sumara a los descorazonadores
alaridos de Schmier.
Acompañados de los cánticos del
respetable y mientras a través del P.A. sonaba “Days Of Confusion”, el trío
volvería a tomar posiciones para dar el arranque al encore con otra de esas
piezas que rezuman actitud y autenticidad por los cuatro costados “Thrash ´Till
Death”, todo un alarde de potencia thrashera que nos invitaba a participar en
el enésimo moshpit de la velada. Más clásica y seminal sonaría la apocalíptica
“Eternal Ban”, mientras que, como no podía ser de otra forma, la encargada de
poner el broche final a la velada sería “Bestial Invasion”, que servía para que
los germanos abandonaran las tablas acompañados de una gran ovación y dejando
tras de si a una audiencia completamente destrozada.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ
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