Tras
su reciente periplo por tierras germanas Graveyard regresaban a la Ciudad Condal para la presentación oficial de
su tercer largo “…For Thine Is The Darkness”, contando para la ocasión con la
presencia de sus compañeros de sello, los también catalanes, Ered y los gallegos Balmog. Juntos nos
ofrecerían un festín de oscuridad, blasfemia
y brutalidad sonora. El enclave escogido para el ceremonial sería la
Sala Bóveda y, como no podía ser de otra forma, los seguidores de la escena
extrema respondieron al llamamiento sobrepasando con creces las expectativas de
la propia banda.
Los
encargados de inaugurar la velada serían Ered, quienes hace poco más de un año publicaban su “Night Of Eternal Doom”. Con el escenario
engalanado con unos candelabros y con el intenso aroma a incienso impregnando
todo el recinto, el cuarteto barcelonés aparecía en escena para ofrecernos una
buena ración de su black/death, dejando que fuera la devastadora “Ancient
Abominations” la que se encargara de calentar una noche que prometía emociones
fuertes. Con el recuerdo todavía fresco de su accidentada presentación en el
Razzmatazz 3, Ered nos propusieron un set corto, intenso y salvaje, en el que
desgranaron las mejores composiciones de su tercer redondo.
Parapetados
sobre un sonido crudo y devastador, serían las guitarras de SBE y Shogoth las encargadas de
sumergirnos en las opresivas ambientaciones que marcarían “Ripped From The
Abyss”, que hacia que el nivel de intensidad se incrementara mientras Abyssal torturaba
sus cuerdas vocales a la vez que elevaba sus cuernos al aire para buscar la
respuesta de sus incondicionales. Sin ofrecernos ni un segundo de tregua su
viaje a través de “Night Of Eternal Doom” proseguiría con los desarrollos
épicos de “Storms”.
Resulta
evidente el grado de madurez que ha alcanzado la banda, y es que a lo largo de
todo el show la formación catalana funcionó como una maquina perfectamente
engrasada, dejando que cabalgadas infernales como “Pestilent Black Fog”, se
encargaran de destrozar nuestras cervicales, alternando su endiablada velocidad
con pasajes más densos y compactos. Aún más rudos y cadenciosos sonarían los desarrollos
de la propia “Night Of Eternal Doom”, que
desplegaba sobre todos los presentes su seductor halo de
misterio y maldad.
La
única licencia que se permitieron al material contenido en su último redondo
llegaría de manos de su composición más reciente, “Crawling Through The Fog”,
que han grabado para un split junto a los gallegos Balmog. La elegida para
finiquitar una descarga que se nos hizo especialmente corta sería “Eternal
Wisdom”, una pieza corrosiva y camaleónica, que sirvió como perfecto resumen
para la propuesta de unos Ered que siguen afianzando su posición dentro de la
escena nacional.
No
habría que esperar mucho tiempo para que los gallegos Balmog tomaran el relevo y nos ofrecieran su particular ritual black metalero. Debo
admitir que no había visto en directo al trío de Pontevedra, pero tras presenciar
su voraz presentación no me cabe la
menor duda de que estos chicos están llamados a convertirse en un referente
dentro del black nacional. Pese a llevar más de una década en activo, el trío
únicamente ha publicado dos largos “Testimony Of The Abominable” (2012) y su más
reciente “Svmma Fide” (2015), pero su producción no se limita a estos
lanzamientos, ya que a lo largo de su trayectoria la banda ha publicado
diferentes splits y Eps.
Precedidos
de una larga introducción el combo gallego irrumpía en escena con el cuchillo
entre los dientes, dispuesto a hacerse oír y conseguir un suculento botín en
forma de nuevos adeptos para su causa. Para ello que mejor que ofrecernos una
buena dosis de música enfermiza y putrefacta, no apta para oídos poco entrenados
y en la que confluyeron a la perfección los aromas clásicos y algunos elementos
más novedosos que hicieron que su propuesta no fuera una sistemática repetición de clichés.
Comandados
por su guitarrista y vocalista B, Balmog asolaron al personal, azotándonos inmisericordemente con trallazos
lascivos y letales como “Flesh Offering”. Si a nivel musical el show fue
intenso y vibrante, la actitud de los músicos sobre las tablas fue
absolutamente devastadora, con el propio B y el bajista M enfrascados en una frenética
sesión de headbanging mientras V destrozaba desde la retaguardia su kit de
batería.
Tampoco
faltarían durante su presentación las ambientaciones demoniacas de “Der
Flvche”, protagonizada por unos registros fantasmagóricos y ocultistas. En definitiva, que el trío de
Soutomaior llegó, tocó y arrasó con todo a su paso, dejando tras de si unas fantásticas sensaciones, tal y como
ratificó la excelente acogida que obtuvieron temas como “Svmma Fide” y “HΩshek”, que
plasmaban la perfecta conexión entre
banda y público.
Mientras
las velas de los candelabros se consumían lentamente, los miembros de Graveyard
se apresuraban en dar los últimos retoques a una sobria escenografía compuesta
por sendas pancartas laterales y un telón de fondo. Un servidor ha tenido la
oportunidad de ver a Graveyard con bastante asiduidad durante los últimos años,
y lo cierto es que después de cada una de sus descargas siempre he llegado a la
misma conclusión: “estos chicos son como el buen vino, mejoran con el tiempo”.
Sin
duda esa trayectoria ascendente se ha visto potenciada con la incorporación del vocalista Fiar, quien se ha convertido en el frontman
que necesitaba la banda en los directos. Además de presentar su nuevo trabajo
“… For Thine Is The Darkness”, el de esta noche era un concierto especial, ya
que suponía el primero de los cuatro shows que significaran el adiós del
guitarrista Mark Wild, quien dejó la banda hace unos meses para concentrarse en
su trabajo con Körgull The Exterminator, y que retornaba ahora para suplir a su sustituto Carlos SJ
(ex–Morbid Flesh, ex–Ataraxy).
Con
el ambiente bien caldeado tras las dos descarga precedentes, la audiencia
estaba ansiosa por recibir a una de las bandas más emblemáticas e
incombustibles del underground catalán. La lección magistral de los deathers barceloneses
se abría con una buena ración de su
última obra, perfilando las pinceladas
clásicas que marcarían la inicial “With Fear And Thirst”. El sonido fue
bastante bueno en líneas generales, dejándonos esos humeantes duelos entre las
guitarras de Wild y Bastard mientras que el bajo de Julkarn y la batería de Gusi se empastaban para crear esa pétrea pared de sonido que se
ha convertido en una de sus señas de identidad.
El
encargado de ejercer como maestro de ceremonias sería Fiar, pero no sería por sus comentarios entre tema y tema, sino
por sus gesticulaciones y sus constantes guiños para reclamar la participación
de las primeras filas en temas como “To Earth And Death”, que desplegaba su primera dosis de grandilocuencia épica.
Tras abrir fuego con dos de sus composiciones más recientes, la descarga
proseguiría con una doble ración de su anterior entrega “The Sea Grave”, del
que desgranarían la visceral “The
Visitations Of The Great Old Ones”, que nos dejaría al bajo de Julkarn marcando
su aplastante ritmo mientras Bastard y Wild agitaban la cabeza frenéticamente.
La elegida para marcar el primer punto
culminante de la noche sería “Faces Of The Faceless”, con el quinteto pisando
el acelerador al máximo para dejar que Julkarn se encargara de apoyar a Fiar en los estribillos.
El
oscuro ceremonial de Graveyard proseguiría con el crepitar de las llamas que
serviría como preambulo para “Silent Whispers Of The Graveless”, que nos
sumergiría en las profundidades del averno
mientras Bastard sacaba de su guitarra esa desquiciante melodía cada vez más
rápida y chirriante. Pese a que el grueso de su repertorio estuvo centrado en
su último lanzamiento, los catalanes no quisieron olvidarse de los fans que les
han acompañado durante todos estos años, de modo que no faltarían los aniquiladores riffs de “One With The
Death”, para acto seguido volver a desatar la euforia entre las primeras filas con el corrosivo “Necrology”, que conseguía
aunar las voces de todos los presentes para aullar junto a Fiar.
El
retorno sobre el material de “… For Thine Is The Darkness”, estaría reservado
para una nueva dosis de épica, de manos del majestuoso “The Mighty Columns Of Irem”, que con sus
inquietantes melodías nos helaría la sangre a más de uno; y los aromas
sacrílegos y demoniacos de la humeante “Mine Is The Shining Light”. Encarando la recta final de la velada todavía
tendrían tiempo de emplazarnos para una próxima visita antes de que Fiar se
encargara buscar el respaldo del respetable durante los compases iniciales de
“Blood Of Vengeance”, que servía como perfecto colofón para una noche marcada
por la oscuridad y la contundencia death metalera.
Durante
años el metal extremo en nuestro país estuvo marcado por unas producciones que
no acababan de hacer justicia a la
calidad de nuestros músicos. Afortunadamente, a día de hoy, contamos con bandas
como Graveyard, que son capaces de facturar obras como “… For Thine Is The
Darkness”, y que, además, tienen la calidad, la actitud y el talento necesarios
para defenderlas en directo dando fe de
que tenemos potencial suficiente para competir con las
formaciones foráneas.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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