domingo, 30 de octubre de 2016

KAMELOT+AEVERIUM+WITHEM-RAZZMATAZZ 2-BCN-21-OCT-2016


Parece que el tiempo ha acabado dando la razón a Thomas Youngblood y sus muchachos. Si ya durante la gira de presentación de “Silverthorn”, su flamante nuevo vocalista, Tommy Karevik, demostró su clase defendiendo con convicción  los clásicos de la banda. Ahora, cuatro años después,  y habiéndose involucrado activamente en el proceso de composición  de su nueva obra conceptual “Haven”, el vocalista sueco se ha  convertido en el patrón  que rige los destinos de una formación que acaba conmemorar su vigesimoquinto aniversario.  Banda querida como pocas, Kamelot siempre tuvieron una estrecha relación con el público de nuestro país, y es que su propuesta siempre fue  sinónimo de calidad, virtuosismo y elegancia. Como suele ser habitual en sus últimas visitas, el quinteto arribaba  a la sala mediana del Razzmatazz escoltado por  dos jóvenes formaciones  que serían las encargadas de amenizar la espera antes de su desembarco:  Aeverium y Withem.

Ante una sala que poco a poco iba tomando colorido y con suma puntualidad aterrizaban en el escenario del Razzmatazz los chicos de Withem para presentar las composiciones de su segundo trabajo “The Unforgiving Road” , y a tenor de la cálida acogida que recibieron quedaba claro que no eran unos desconocidos para muchos   de los presentes. Con las luces de la sala todavía encendidas empezaba a sonar al través del P.A. la siniestra introducción que nos abocaría sobre los pasajes progresivos de “Exit”. 

Sin duda la gran sorpresa de la noche fue el excelente trabajo de su frontman,  Ole Aleksander Wagenius, quien rayó a un excelente nivel en temas como “The Pain I Collected”, alternando magistralmente  la elegancia de sus estrofas  y las tonalidades agudas  de los estribillos.

Pero no sería el vocalista el único que destacó dentro de la descarga del combo noruego, ya que sus compañeros también nos dejaron una buena muestra de sus habilidades técnicas. Especialmente inspirada se mostró  la dupla compuesta  por el bajista portugués Miguel Pereira y el guitarrista Oyvind Voldmo Larsen en temas como el melódico  “Miracle”, que se convertiría en la primera referencia a su debut “The Point Of You”. El retorno sobre el material de su última  entrega llegaría de manos de “Arrhythmia”, que gracias a la rotunda pegada de   Frank Nordeng Roe nos presentaba la vertiente más dura del quinteto.

Pese a que no dispusieron de mucho tiempo, los noruegos  supieron sacar el máximo rendimiento a su descarga, ofreciéndonos una buena muestra de su potencial en piezas como  “Phrenesis”, que sería la encargada de cerrar una presentación que se nos hizo muy corta.

No tardarían mucho tiempo en adueñarse del escenario los alemanes Aeverium quienes llegaban dispuestos a repasar las composiciones de su opera prima “Break Out”. Lejos del toque elegante y distinguido que habían aportado Withem, la descarga de los de  Viersen estuvo marcada por una orientación más moderna y  vanguardista, en la que destacarían la aportación de algunos elementos electrónicos y la dualidad que nos propusieron sus vocalistas: Aeva Maurelle, que se encargó de aportar el toque lirico; y Marcel “Chubby” Römer, que le complementaria en algunas líneas melódicas y se haría cargo de los guturales en temas como la inicial “Do You Remember”.


Pese a que supieron conectar con las primeras filas, lo cierto es que la propuesta del combo alemán sonó algo insulsa y falta de originalidad, tomando en su sonido  elementos de  bandas como Delain, Epica e, incluso, Amaranthe en temas como “Distrust”, que se convertiría en la excusa perfecta para que los músicos y el  público se pusieran a botar. Tampoco me acabó de convencer la excesiva verborrea de un extrovertido “Chubby”, que durante las presentaciones tuvo tiempo para  enumerar las virtudes de nuestra gastronomía, hablar de futbol, del malogrado Peter Steele, al que dedicó  “Rest In Peace”;  e, incluso se permitió la licencia de entablar una conversación con unos compatriotas que se encontraban entre el público.

Otro aspecto a mejorar dentro de la descarga de Aeverium fue el estatismo escénico de Aeva, que apenas se movió durante el show. Pese a ello, la vocalista se mostró especialmente inspirada en temas como “The Ground Beneath Your Feet”, en el que asumió todo el protagonismo vocal para relegar a su compañero a un discreto segundo plano. El momento más vibrante del show estaría reservado para “What Are You Waiting For”, con el publico cantando  su pegadizo estribillo mientras “Chubby” nos animaba a mover los brazos de izquierda a derecha.

Para encarar la recta final de una descarga que fue claramente de menos a más los germanos optarían por una de sus composiciones más conocidas “Break Out”, de la que recientemente han estrenado video-clip,  y que significaría  la excusa perfecta  para que todos nos pusiéramos a botar intensamente.  Mientras que la elegida  para finiquitar su presentación sería  una pieza de su EP “The Harvest”,   “Heaven´s Burning (Harvest Time)” que nos dejaba la estampa de una participativa audiencia  alzando los   puños siguiendo las indicaciones de un agradecido “Chubby”. No fue un mal  concierto el que nos ofrecieron Aeverium, pero creo que todavía les falta algo de rodaje y ese toque diferencial que les acabe dando una identidad propia.

Casi cuatro años habían transcurrido desde la última vez que  Kamelot pisaron los escenarios de  la Ciudad Condal. Muchas, muchísimas, ganas había de volver a tenerlos por aquí, y más cuando el motivo de su visita era presentar las composiciones de su undécima entrega de estudio  “Haven”. Desde instantes antes de que los músicos aparecieran sobre el escenario  la expectación podía palparse en el ambiente, y es que la formación capitaneada por Thomas Youngblood  siempre ha tenido una estrecha relación con sus seguidores. Sin ir más lejos, al entrar al recinto, un miembro de la organización nos informaba de que no había foso para los fotógrafos, ya que la banda quería estar lo más cerca posible de sus seguidores. Otra de las curiosidades fue el montaje  escénico, con la batería de Casey Grillo y los teclados de Oliver Palotai situados uno a cada lado del escenario, mientras que en la parte central se dispondría una pequeña tarima  que sería ocupada en más de una ocasión por el incombustible guitarrista.

Con algo de adelanto sobre el horario previsto, las luces del local se apagaban haciendo rugir intensamente al respetable. Uno a uno los músicos aparecerían en escena para ocupar sus posiciones y  dar el pistoletazo de salida con las envolventes melodías del majestuoso  “Veil Of Elysium”. Los últimos en aparecer serían el carismático guitarrista americano y el vocalista sueco, que rápidamente se encaramó sobre la tarima central para convertirse en el blanco  de todas las miradas.

Con la banda sonando como un cañón y mientras el escenario se engalanaba  con un fantástico juego de luces llegaba el momento de mirar al pasado por primera vez para provocar el delirio de una audiencia que hizo suyo el estribillo de “When The Lights Are Down”, que dejaba   patente la evolución y la madurez que ha alcanzado Tommy como frontman. Pero que nadie piense que sobre el vocalista recayó todo el peso escénico del show, ya que los  veteranos Thomas Youngblood y Sean Tibbets no dejarían de moverse por el escenario  para firmar un final épico que provocó que la sala se viniera literalmente abajo.  Aunque la fiesta acababa de comenzar la audiencia estaba ya totalmente  entregada. Así que tras darnos las buenas noches Tommy nos alentaba a que nos pusiéramos a saltar siguiendo el contagioso arranque de “The Great Pandemonium”, que sería la escogida por Youngblood para el primer gran alarde solista de la noche.

A lo largo de su dilatada carrera Kamelot han navegado por diferentes estilos, dejando siempre su impronta  y su personalidad. Quizás algunos hubiéramos preferido un repertorio con más temas de su primera época, pero lo cierto es que el setlist escogido me pareció correcto y muy bien estructurado, alternando “viejas favoritas  como “Center Of The Universe”, para la que contarían con la vocalista de Aeverium; o “Karma”, con piezas de nuevo cuño como el emotivo “Here´s To The Fall” que nos dejaba el escenario en penumbra y únicamente ocupado por Tommy y el teclista Oliver Palotai.

No tardarían mucho en recuperar toda la potencia y la ampulosidad que marcaría la arabesca  “March Of The Mephisto”, el tema que abría su fantástico de “The Black Halo” de 2005. Lejos de decaer el nivel de excitación de una audiencia completamente desatada,  la intensidad continuaría en ascenso con la llegada de otra pieza que ya ha alcanzado el estatus  de clásico dentro de su dilatada trayectoria “Rule The World”, que nos ofrecía  otro pasaje cargado de clase y virtuosismo a cargo de Palotai y un excelso Youngblood.

Tras haber conseguido llevar a sus seguidores al éxtasis tocaba volver a centrar el objetivo sobre el material de “Haven”, y que mejor que la pieza que sirvió como carta de presentación para el álbum: el inquietante “Insomnia”. Tras el ameno solo de batería de Casey Grillo, la banda reemprendería  la senda de su última entrega  para ofrecernos una de sus composiciones mas potentes  “Liar Liar (Wasteland Monarchy)”, para la que contarían con el concurso de los dos vocalistas de Aeverium, creando una tripleta vocal que hizo retumbar los cimientos del local. La escogida  para cerrar este extenso capítulo dedicado a “Haven” sería “My Therapy”.

Habiendo certificado que las composiciones de su último trabajo  han calado hondo entre sus seguidores, nos adentrábamos en la recta final del show acompañando con palmas los pasajes que nos propondrían los teclados de Palotai. No tardarían mucho en reaparecer sobre las tablas el resto de sus compañeros para hacer que la sala se viniera abajo siguiendo la estela del powermetalero   “Forever”, que nos dejaba a  un Tommy pletórico, incitando al personal a que coreara su hímnico estribillo.

La anécdota de la velada  llegaría en el arranque de los bises, cuando Sean Tibbetts apareció en escena luciendo unas extravagantes  gafas mientras animaba   a las primeras filas a que reclamaran la presencia de sus compañeros. Si vibrante fue el show, el encore sería el que acabaría de rubricar  la magnífica descarga de Kamelot. Pero, curiosamente, lejos de optar por un par de himnos clásicos, Youngblood y sus muchachos decidieron dar el carpetazo definitivo a la velada   con la novedosa “Revolution” y  “Sacrimony (Angel Of Afterlife)”que, con  la presencia de Aeva sobre las tablas, nos abocaba  sobre un final cargado de épica y melodía.

Lejos de vivir de su pasado Kamelot demostraron que están viviendo una segunda juventud con Tommy Karevik al frente, y la mejor prueba fue el baño de multitudes que se dio la banda al finalizar el show mientras a través del P.A. sonaba “Continuum”.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ

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