Parece
que el tiempo ha acabado dando la razón a Thomas Youngblood y sus muchachos. Si
ya durante la gira de presentación de “Silverthorn”, su flamante nuevo
vocalista, Tommy Karevik, demostró su clase defendiendo con convicción los clásicos de la banda. Ahora, cuatro años
después, y habiéndose involucrado activamente
en el proceso de composición de su nueva
obra conceptual “Haven”, el vocalista sueco se ha convertido en el patrón que rige los destinos de una formación que
acaba conmemorar su vigesimoquinto aniversario. Banda querida como pocas, Kamelot siempre
tuvieron una estrecha relación con el público de nuestro país, y es que su
propuesta siempre fue sinónimo de calidad,
virtuosismo y elegancia. Como suele ser habitual en sus últimas visitas, el
quinteto arribaba a la sala mediana del
Razzmatazz escoltado por dos jóvenes formaciones
que serían las encargadas de amenizar la
espera antes de su desembarco: Aeverium y
Withem.
Ante
una sala que poco a poco iba tomando colorido y con suma puntualidad
aterrizaban en el escenario del Razzmatazz los chicos de Withem para presentar
las composiciones de su segundo trabajo “The Unforgiving Road” , y a tenor de
la cálida acogida que recibieron quedaba claro que no eran unos desconocidos
para muchos de los presentes. Con las luces de la sala
todavía encendidas empezaba a sonar al través del P.A. la siniestra
introducción que nos abocaría sobre los pasajes progresivos de “Exit”.
Sin duda
la gran sorpresa de la noche fue el excelente trabajo de su frontman, Ole Aleksander Wagenius, quien rayó a un
excelente nivel en temas como “The Pain I Collected”, alternando magistralmente
la elegancia de sus estrofas y las tonalidades agudas de los estribillos.
Pero
no sería el vocalista el único que destacó dentro de la descarga del combo
noruego, ya que sus compañeros también nos dejaron una buena muestra de sus habilidades
técnicas. Especialmente inspirada se mostró la dupla compuesta por el bajista portugués Miguel Pereira y el
guitarrista Oyvind Voldmo Larsen en temas como el melódico “Miracle”, que se convertiría en la primera
referencia a su debut “The Point Of You”. El retorno sobre el material de su última
entrega llegaría de manos de
“Arrhythmia”, que gracias a la rotunda pegada de Frank Nordeng Roe nos presentaba la vertiente
más dura del quinteto.
Pese
a que no dispusieron de mucho tiempo, los noruegos supieron sacar el máximo rendimiento a su
descarga, ofreciéndonos una buena muestra de su potencial en piezas como “Phrenesis”, que sería la encargada de cerrar
una presentación que se nos hizo muy corta.
No
tardarían mucho tiempo en adueñarse del escenario los alemanes Aeverium quienes
llegaban dispuestos a repasar las composiciones de su opera prima “Break Out”.
Lejos del toque elegante y distinguido que habían aportado Withem, la descarga
de los de Viersen estuvo marcada por una
orientación más moderna y vanguardista,
en la que destacarían la aportación de algunos elementos electrónicos y la
dualidad que nos propusieron sus vocalistas: Aeva Maurelle, que se encargó de aportar
el toque lirico; y Marcel “Chubby” Römer, que le complementaria en algunas
líneas melódicas y se haría cargo de los guturales en temas como la inicial “Do
You Remember”.
Pese
a que supieron conectar con las primeras filas, lo cierto es que la propuesta
del combo alemán sonó algo insulsa y falta de originalidad, tomando en su
sonido elementos de bandas como Delain, Epica e, incluso, Amaranthe
en temas como “Distrust”, que se convertiría en la excusa perfecta para que los
músicos y el público se pusieran a botar.
Tampoco me acabó de convencer la excesiva verborrea de un extrovertido
“Chubby”, que durante las presentaciones tuvo tiempo para enumerar las virtudes de nuestra gastronomía,
hablar de futbol, del malogrado Peter Steele, al que dedicó “Rest In Peace”; e, incluso se permitió la licencia de entablar
una conversación con unos compatriotas que se encontraban entre el público.
Otro
aspecto a mejorar dentro de la descarga de Aeverium fue el estatismo escénico
de Aeva, que apenas se movió durante el show. Pese a ello, la vocalista se
mostró especialmente inspirada en temas como “The Ground Beneath Your Feet”, en
el que asumió todo el protagonismo vocal para relegar a su compañero a un
discreto segundo plano. El momento más vibrante del show estaría reservado para
“What Are You Waiting For”, con el publico cantando su pegadizo estribillo mientras “Chubby” nos
animaba a mover los brazos de izquierda a derecha.
Para
encarar la recta final de una descarga que fue claramente de menos a más los
germanos optarían por una de sus composiciones más conocidas “Break Out”, de la
que recientemente han estrenado video-clip, y que significaría la excusa perfecta para que todos nos pusiéramos a botar
intensamente. Mientras que la elegida para finiquitar su presentación sería una pieza de su EP “The Harvest”, “Heaven´s Burning (Harvest Time)” que nos
dejaba la estampa de una participativa audiencia alzando los puños siguiendo las indicaciones de un
agradecido “Chubby”. No fue un mal concierto el que nos ofrecieron Aeverium, pero
creo que todavía les falta algo de rodaje y ese toque diferencial que les acabe
dando una identidad propia.
Casi
cuatro años habían transcurrido desde la última vez que Kamelot pisaron los escenarios de la Ciudad Condal. Muchas, muchísimas, ganas
había de volver a tenerlos por aquí, y más cuando el motivo de su visita era
presentar las composiciones de su undécima entrega de estudio “Haven”. Desde instantes antes de que los
músicos aparecieran sobre el escenario la expectación podía palparse en el ambiente,
y es que la formación capitaneada por Thomas Youngblood siempre ha tenido una estrecha relación con
sus seguidores. Sin ir más lejos, al entrar al recinto, un miembro de la organización
nos informaba de que no había foso para los fotógrafos, ya que la banda quería
estar lo más cerca posible de sus seguidores. Otra de las curiosidades fue el
montaje escénico, con la batería de
Casey Grillo y los teclados de Oliver Palotai situados uno a cada lado del
escenario, mientras que en la parte central se dispondría una pequeña tarima que sería ocupada en más de una ocasión por el
incombustible guitarrista.
Con
algo de adelanto sobre el horario previsto, las luces del local se apagaban haciendo
rugir intensamente al respetable. Uno a uno los músicos aparecerían en escena
para ocupar sus posiciones y dar el
pistoletazo de salida con las envolventes melodías del majestuoso “Veil Of Elysium”. Los últimos en aparecer
serían el carismático guitarrista americano y el vocalista sueco, que
rápidamente se encaramó sobre la tarima central para convertirse en el blanco de todas las miradas.
Con
la banda sonando como un cañón y mientras el escenario se engalanaba con un fantástico juego de luces llegaba el
momento de mirar al pasado por primera vez para provocar el delirio de una
audiencia que hizo suyo el estribillo de “When The Lights Are Down”, que
dejaba patente la evolución y la madurez que ha
alcanzado Tommy como frontman. Pero que nadie piense que sobre el vocalista
recayó todo el peso escénico del show, ya que los veteranos Thomas Youngblood y Sean Tibbets no
dejarían de moverse por el escenario para firmar un final épico que provocó que la sala
se viniera literalmente abajo. Aunque la
fiesta acababa de comenzar la audiencia estaba ya totalmente entregada. Así que tras darnos las buenas
noches Tommy nos alentaba a que nos pusiéramos a saltar siguiendo el contagioso
arranque de “The Great Pandemonium”, que sería la escogida por Youngblood para el
primer gran alarde solista de la noche.
A lo
largo de su dilatada carrera Kamelot han navegado por diferentes estilos,
dejando siempre su impronta y su
personalidad. Quizás algunos hubiéramos preferido un repertorio con más temas
de su primera época, pero lo cierto es que el setlist escogido me pareció
correcto y muy bien estructurado, alternando “viejas favoritas como “Center Of The Universe”, para la que
contarían con la vocalista de Aeverium; o “Karma”, con piezas de nuevo cuño
como el emotivo “Here´s To The Fall” que nos dejaba el escenario en penumbra y
únicamente ocupado por Tommy y el teclista Oliver Palotai.
No
tardarían mucho en recuperar toda la potencia y la ampulosidad que marcaría la arabesca
“March Of The Mephisto”, el tema que
abría su fantástico de “The Black Halo” de 2005. Lejos de decaer el nivel de
excitación de una audiencia completamente desatada, la intensidad continuaría en ascenso con la
llegada de otra pieza que ya ha alcanzado el estatus de clásico dentro de su dilatada trayectoria “Rule
The World”, que nos ofrecía otro pasaje
cargado de clase y virtuosismo a cargo de Palotai y un excelso Youngblood.
Tras
haber conseguido llevar a sus seguidores al éxtasis tocaba volver a centrar el
objetivo sobre el material de “Haven”, y que mejor que la pieza que sirvió como
carta de presentación para el álbum: el inquietante “Insomnia”. Tras el ameno
solo de batería de Casey Grillo, la banda reemprendería la senda de su última entrega para ofrecernos una de sus composiciones mas potentes
“Liar Liar (Wasteland Monarchy)”, para
la que contarían con el concurso de los dos vocalistas de Aeverium, creando una
tripleta vocal que hizo retumbar los cimientos del local. La escogida para cerrar este extenso capítulo dedicado a
“Haven” sería “My Therapy”.
Habiendo
certificado que las composiciones de su último trabajo han calado hondo entre sus seguidores, nos
adentrábamos en la recta final del show acompañando con palmas los pasajes que
nos propondrían los teclados de Palotai. No tardarían mucho en reaparecer sobre
las tablas el resto de sus compañeros para hacer que la sala se viniera abajo
siguiendo la estela del powermetalero “Forever”, que nos dejaba a un Tommy pletórico, incitando al personal a
que coreara su hímnico estribillo.
La
anécdota de la velada llegaría en el
arranque de los bises, cuando Sean Tibbetts apareció en escena luciendo unas extravagantes
gafas mientras animaba a las
primeras filas a que reclamaran la presencia de sus compañeros. Si vibrante fue
el show, el encore sería el que acabaría de rubricar la magnífica descarga de Kamelot. Pero,
curiosamente, lejos de optar por un par de himnos clásicos, Youngblood y sus
muchachos decidieron dar el carpetazo definitivo a la velada con la
novedosa “Revolution” y “Sacrimony
(Angel Of Afterlife)”que, con la
presencia de Aeva sobre las tablas, nos abocaba sobre un final cargado de épica y melodía.
Lejos
de vivir de su pasado Kamelot demostraron que están viviendo una segunda
juventud con Tommy Karevik al frente, y la mejor prueba fue el baño de
multitudes que se dio la banda al finalizar el show mientras a través del P.A.
sonaba “Continuum”.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ
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