viernes, 25 de noviembre de 2016

EUROPE+IMPERIAL JADE-RAZZMATAZZ-BCN-22-NOV-2016



Hay canciones que traspasan barreras y que acaban calando hondo entre la gente dejando a un lado estilos, modas y gustos personales. "The Final Countdown", el tema que prestaba título al tercer plástico de Europe, es uno de esos himnos generacionales que todos hemos tarareado en alguna ocasión. Pero no fue el único single de éxito de aquel plástico publicado en 1986, ya que también incluía piezas como "Cherokee", "Rock The Night" o la balada "Carrie", que acabaron convirtiéndose en clásicos imprescindibles para los seguidores del  hard rock ochentero. Pese a que nunca han renunciado a su glorioso pasado, la formación capitaneada por el carismático Joey Tempest se ha fraguado una nueva identidad desde que decidieran poner fin a su prolongado silencio discográfico con "Start From The Dark". Desde entonces la banda ha venido publicando trabajos de forma regular y en su última entrega  "War Of Kings", el quinteto echaba la vista atrás para tomar como referencia a las grandes bandas que les marcaron durante su juventud.

Quizás sus trajes ya no sean tan extravagantes, ni sus melenas tan largas y crepadas como antaño, pero los actuales Europe son una banda madura y con las ideas claras, dispuestos a demostrar que todavía tienen mucho que decir en sus obras de estudio y con ilusión por seguir  girando por medio mundo. Aunque para muchos su nombre es sinónimo de nostalgia, el combo sueco sigue conservando su tirón entre el público catalán, y la mejor prueba fue comprobar el buen aspecto que presentó la sala grande del Razzmatazz. El motivo de su visita era conmemorar junto a sus fieles el trigésimo aniversario de su obra más exitosa “The Final Countdown”,  y como compañeros para sus conciertos en nuestro país contarían con Imperial Jade.

Juventud, entrega y elegancia. Esas fueron las armas que exhibieron en escena los jóvenes roqueros catalanes Imperial Jade. Y es que la formación del Maresme lleva mucho tiempo descargando su potente hard rock salpicado de influencias clásicas. Con su prometedor debut bajo el brazo "Please Welcome", el quinteto salió dispuesto a ganarse nuevos incondicionales frente a un público mayoritariamente maduro, aunque en los laterales de la sala había algunos niños junto a sus padres. Así que mientras la sala iba tomando colorido Imperial Jade ponían las cartas sobre la mesa con el ritmo eléctrico y contagioso de "Mr. Rock N' Roll", que sonaba como toda una declaración de intenciones.

Liderados por la dupla que conformaron el vocalista Arnau Ventura y el guitarrista Alex Pañera, los catalanes desplegaron su pasión por las sonoridades setenteras en temas como "High On You", o durante los desarrollos sureños que marcarían "A Rollicking Song", que nos abocaría sobre un final épico con un brutal duelo entre las guitarras de Alex y Hugo Nubiola.

Ataviados con camisas y jeans, Imperial Jade supieron conectar rápidamente con un público que se dejó arrastrar por la fogosa vivacidad de los riffs de "Highway". El momento de aunar nuestras voces llegaría con su acertado medley de Led Zeppelin que incluyó retazos de "Black Dog", Whole Lotta Love” y "Dazed & Confused".

El cambio de registro llegaría con las ambientaciones más relajadas de "Electric Lady", que nos proponía otro alarde de Pañero en un extenso desarrollo instrumental. La garra roquera regresaría de la mano de "Satyr", mientras que el encargado de finiquitar su descarga sería  "Fire Burning Sound", que sonó bastante más cruda que en su versión de estudio y que nos dejaría a Arnau bajando hasta el foso para reclamar que las primeras filas les acompañaran con palmas.

A las 21 horas la gente empezaba a rugir impaciente demandando la presencia sobre las tablas de las estrellas de la noche. Después de que un estruendoso sonido reclamara nuestra atención, las dos pantallas que presidían el escenario y flanqueaban el kit de batería de Ian Haugland se encendían para dejar que un video introductorio nos presentara la velada en la que la banda interpretaría de forma integra "The Final Countdown". Pero antes de que esto sucediera,  el combo sueco daría buena cuenta de su último redondo. La apuesta era arriesgada, ya que algunos de los presentes no han seguido la segunda etapa de la banda, por lo que no estarían familiarizados con las composiciones de "War Of Kings", pero la banda salió a escena con las pilas bien cargadas y respaldándose sobre un sonido nítido y potente para romper el hielo con el vibrante  "Hole In My Pocket". Vestidos de riguroso negro, los músicos hicieron gala de su característica sobriedad, atacando el tema de apertura con su habitual elegancia, aunque un tanto estáticos. Todos menos el simpático Tempest, que rápidamente asumió el rol  de frontman para liderar a sus compañeros mientras no dejaba de  repartir saludos y sonrisas entre una efusiva audiencia.

Habiendo recibido las primeras muestras de cariño de sus incondicionales,  las pantallas nos mostraban imágenes del cielo cubirto de nubes mientras la banda se adentraba en los densos desarrollos de "The Second Day", que nos proponía el primer intercambio entre el teclista Mic Michaeli, -que lució un sombrero de cowboy durante toda la velada-, y un  John Norum que, si bien se mostró un tanto frío en sus movimientos escénicos, volvió a demostrar su clase y distinción a la hora de atacar su instrumento.

Encaramado sobre uno de los monitores Tempest nos daba en catalán  la bienvenida a una velada especial, en la que la banda mezclaría el pasado y el presente. De modo que nuestro recorrido sobre el material de "War Of Kings" proseguiría con el clasicismo roquero que irradió  "Praise You", que fue rematado por la soberbia interpretación de un frontman impecable, que evocó con sus movimientos escénicos  y sus líneas vocales    a uno de sus grandes ídolos, David Coverdale. Casi fundiéndose con la pieza anterior sería la batería de Haugland la encargada de tender el puente que nos conduciría  sobre "Nothin´ To Ya", que con el escenario teñido de rojo nos dejaba la estampa del vocalista aproximándose a un distante John Levén.

Ese toque de madurez que tanto gusta a los que hemos venido siguiendo la trayectoria de los suecos durante los últimos tiempos quedaría plasmado a lo largo de la emotiva "California 405", que sería ilustrada con imágenes de la carretera interestatal americana mientras Norum desde su esquina daba buena cuenta de su guitarra y Tempest se sumaba a la percusión agitando la pandereta. Las ambientaciones más intimista y de marcado tamiz bluesy se materializarían en la deliciosa "Angels (With Broken Hearts)". Mientras que la elegida para que el show recobrara la intensidad roquera sería la fantástica "Days Of Rock N´  Roll", para la que Tempest empuñaría su guitarra mientras las pantallas nos ofrecían imágenes de los últimos tours de la banda.

Sin ninguna clase de acompañamiento visual, pero exhibiendo el mejor juego de luces de toda esta primera parte del show, el bajo de Levén nos conduciría a través de "Children Of The Mind", que nos seducía con esos increscendos instrumentales que acabarían recabando una fastuosa ovación.   Con el escenario en penumbra serían nuevamente los teclados de Michaeli los encargados de proponernos las arábicas melodías de "Rainbow Bridge", que se convertirían en la antesala perfecta para que Norum se erigiera como protagonista durante los desarrollos de la instrumental "Vasastan".

Habiendo recargado las pilas Tempest regresaba a escena para volver a hacer malabares con su pie de micro mientras atacaba las estrofas de la enérgica  "Light It Up". Para poner el punto y final a este primer acto de la velada optarían, precisamente, por la pieza que abre y presta nombre a su última entrega, el poderoso "War Of Kings".

Tras unos segundos de oscuridad, las pantallas volvían a encenderse para mostrarnos una retrospectiva de los trabajos de la banda hasta que la imagen quedó congelada en la portada de su tercer largo, lo que provocó la explosión de una audiencia que intuía lo que vendría a continuación. Mientras un viejo ordenador volvía a la vida,  Michaeli se posicionaba tras su kit de teclados para interpretar la melodía que les convirtió en superventas y que haría que la sala se viniera abajo coreando  “The Final Countdown”,  que ponía a toda el público  a saltar junto a Tempest mientras a través de las pantallas aparecían imágenes del video-clip y unas intensas columnas de humo hacían acto de presencia. Ataviado con un chaqueta de cuero negra, el vocalista no dejaría de bailar y botar durante esta segunda parte del show, especialmente cuando sus compañeros, sin previo aviso, atacaron la festiva “Rock The Night”, que lograba que el nivel de intensidad se mantuviera mientras el vocalista jugaba con nosotros para hacernos calentar la garganta.

Evidentemente, con el paso de los años Tempest ha perdido algunos de sus registros más agudos, pero lo cierto es que supo defender muy bien las composiciones, apoyándose en muchos momentos en la audiencia, tal y como sucedió durante “Carrie”, que rebajaba los ánimos del personal mientras diferentes imágenes de fans con los discos y posters de la banda desfilaban por las pantallas. Sería después de la sentimental balada, y tras marcarse un baile con uno de sus pipas, cuando el vocalista nos presentó a “los tíos que le habían cambiado la vida”, antes de hacer que el feeling roquero se volviera a apoderar de nosotros con una alargada versión de “Danger On The Track”, que nos dejaba  otro trepidante  duelo entre Michaeli y Norum.

No se entretendrían en presentaciones. De modo que uno a uno, y casi de forma consecutiva, los temas se irían sucediendo. Así que todos sabíamos  que la siguiente en sonar sería “Ninja”, que fue ilustrada con instantáneas de sus giras en la década de los ochenta por tierras niponas. Plenamente inmersos en el ejercicio de nostalgia que nos estaba proponiendo el combo sueco, el publico y el propio Tempest se repartirían las líneas vocales de “Cherokee”, convirtiendo el recinto en una auténtica fiesta.

El momento de recobrar el aliento llegaría con las ambientaciones más relajadas del melancólico  “Time Has Come”, que nos dejaba otro excelso alarde de un Norum inconmensurable. Para el final nos tendrían reservado el clasicismo hard roquero de “Heart Of Stone”, el marchoso  “On The Loose” y “Love Chaser”, que fue fusionado con un fragmento del “The Final Countdown”, volviendo  a desatar la euforia de una audiencia entregada.

Luciendo la mejor de sus sonrisas y después de sentir el cariño de unos incondicionales que corearon durante varios minutos el clásico cantico de “oe, oe, oe”, Tempest y sus muchachos no abandonarían el escenario sin darnos las gracias por nuestro apoyo y emplazarnos para su próxima gira presentando su nuevo trabajo en 2017.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

1 comentario:

  1. Esta vez me los he perdido, pero siempre que les he visto han dado un concierto enorme, muy profesionales, muy centrados. Y con el repertorio que llevan a cuestas, si acompaña el sonido, un concierto siempre apetecible. Saludos.

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