Durante
su etapa al frente de Nightwish, Tarja Turunen se ganó el reconocimiento y el cariño
de todos los seguidores del metal
sinfónico. Lamentablemente su salida de la banda fue traumática, y a la
vocalista finlandesa parece que le está costando más de lo previsto redirigir
su carrera hacia nuevas tesituras. Tras su aparición estelar en la última edición del festival Leyendas del Rock, Tarja aterrizaba en la
ciudad Condal para repasar su producción en solitario, -haciendo especial
hincapié en el material de “The Shadow Shelf”-,
y deleitarnos con algún fugaz destello de la banda que le dio fama internacional.
Desmarcándose
del habitual circuito de salas de la capital catalana, la cita se celebraría en
la elegante Sala Barts, un espacio que nos permitiría disfrutar de su
fantástica voz sin preocuparnos de los habituales problemas de sonido. Para
completar el cartel contaríamos con la participación de dos bandas italianas: The Shiver y Sinheresy, que regresaban a Barcelona tras
sus conciertos acompañando a Dark Moor.
A la
hora prevista para el inicio de las actuaciones el ambiente en el recinto era
todavía muy frío, con mayor afluencia en los dos anfiteatros superiores que en
la propia pista. Comandados por Federica Faith Sciamanna, la formación de
Viterbo nos presentó una propuesta heterogénea y contundente, en la que no
faltaron los elementos electrónicos, los pasajes progresivos y algunas
pinceladas de corte gótico. Y es que la
vocalista se mostró como el motor indiscutible de la banda, haciéndose cargo
también de la guitarra rítmica y los
sintetizadores mientras no dejaba de agitar la cabeza violentamente.
El
grueso de su repertorio estaría centrado en las composiciones de su más
reciente entrega “The Darkest Hour”, que
grabaron junto al productor Vicenzo Mario Cristi. Pese a que la gente no conocía sus temas, lo cierto
es que los transalpinos dejaron una buena muestra de su experiencia y calidad al atacar las resplandecientes
melodías de “Ocean”, los intricados
desarrollos de “Into The Darkness Hour” o la sorprendente “The Fragile Sound”, que nos mostraba su faceta más eclética y melódica.
Poco
convencionales y comandados por una vocalista toda fuerza y pasión, los italianos nos ofrecieron un show compacto y sin fisuras,
dejando patente la calidad y experiencia de una banda que lleva más de una
década en activo.
Los encargados de recoger el testigo serían
Sinheresy. La formación italiana se presentaba como quinteto debido a los
problemas de salud de su vocalista Stefano Sain, con lo que todo el peso vocal
recaería sobre Cecilia Petrini. Aunque los italianos dieron
sus primeros pasos como banda de versiones de Nightwish, poco a poco fueron
depurando su estilo hasta que a finales
de 2013 publicaron su primer largo "Paint The World”.
Pese a que la banda ya había pisado los
escenarios barceloneses anteriormente, la audiencia se mostró bastante fría con
ellos. Sin embargo, el quinteto no se desanimó y ofreció unas buenas
prestaciones al atacar cortes como “The Gambler” o “Last Fall”, que
ponían de manifiesto su apuesta decidida por un metal potente y melódico.
Comandados por una Cecilia que no paró de
animar, hacer headbanging y bailar para
intentar conectar con la audiencia, Sinheresy nos ofrecieron un detallado
repaso a su ópera prima dando buena cuenta de los contagiosos ritmos del
marchoso “Break Point”, que se
convertiría en la excusa perfecta para que la
vocalista nos invitará a saltar con ella. La despedida llegaría de manos
de los aromas progresivos de la pieza
que abría su primer EP, “Temptation Flame”.
Pese a no poder contar con el concurso de
Stefano Sain, los de Trieste consiguieron salvar la actuación gracias, en gran
medida, a la entrega de Cecilia Petrini.
Evidentemente entre los presentes había
muchos seguidores de su ex-banda, pero viendo el cariz que ha tomando la
carrera en solitario de Tarja Turunen, resultaba obvio que la velada no
iba a ser un mero ejercicio de nostalgia. Y es que la vocalista de Kitee parece dispuesta a pasar página,
confiando para ello en la calidad de su propio material. Pese a la
solvencia de los músicos que le acompañan su aparición en escena,
ataviada con un elegante traje negro, sirvió para llenar el escenario y
acaparar todas las miradas gracias a su amplia sonrisa, su simpatía y la monumental
pegada de "No Bitter End", que abría fuego para desatar la
euforia entre sus incondicionales.
Haciendo gala de su dominio de nuestro
idioma la diva nos daba las buenas noches antes de encandilándonos con la
sutileza lírica de "500 Letters" y sus vibrantes in-crescendos
instrumentales comandados por el violonchelo del ex-Apocalíptica Max Lilja, que
situado sobre una pequeña tarima en la parte trasera del escenario se
mostró como una piezas clave para el sonido de la banda. Poco a poco la noche
seguiría caldeándose con el contraste que supondrían los desarrollos melódicos y elegantes
de "Eagle Eye" y la descomunal "Demons In You
", una de las composiciones más contundentes de su última obra que sonó
aplastante en directo.
Aunque el sonido fue casi perfecto durante todo el
show, una sucesión de problemas técnicos en la guitarra de Alex Scholpp
estuvieron a punto de mandar al traste
"Lucid Dreamer", que nos desgarraba con su oscuro interludio central.
Y es que, tal y como nos comentó la propia Tarja en su presentación, esta pieza
fue escrita durante uno de los momentos más duros de su carrera. El cambio de
registro llegaría con los aromas acústicos de la deliciosa "The Living
End", que servía para que Tarja nos invitara a agitar los brazos plasmando
así la perfecta comunión con sus seguidores.
Con la diva ejerciendo como perfecta
anfitriona la noche proseguiría entre bromas con el público y gritos de
admiración y apoyo de unos seguidores enfervorizados que no dudaron en corear
junto a la finlandesa el estribillo de "Calling From The Wild", que
recabó una de las mayores ovaciones de la noche. Sin embargo, el punto
álgido de la velada, el momento que muchos estaban esperando, llegaría cuando la banda se embarcó en un extenso medley que incluyó retazos de "Tutankhamen", "Ever
Dream", "The Riddler" y un vibrante "Slaying The Dreamer", que
impregnaba el recinto de épica con su desgarrador final.
Tras el recuerdo, un rápido cambio de
escenario dejaría a todos los músicos sentados en semicírculo en torno a
la diva para marcarse un pequeño set acústico que nos hacia cambiar el paso
para conceder a la velada un ambiente más íntimo y sofisticado. Ante una audiencia expectante
la banda desplegaría toda su magia y elegancia dando buena cuenta
de " Until Silence", "The Reign", "Mystique
Voyage" y un emotivo "I Walk Alone", que fue coreado con
pasión por gran parte de los presentes.
Para romper el embrujo y retornarnos sobre
el material de su última obra optaría por "Love To Hate", que nos
abocaba sobre un segmento final que se vería rubricado por los redobles
marciales que marcarían el inicio de "Victim Of Ritual" y la delicada
"Too Many" que se cerraba con los músicos abandonando uno a uno
el escenario acompañados de una rotunda ovación.
No tardarían mucho en regresar sobre las
tablas para rematar la descarga con una tripleta compuesta por
"Innocence", con la vocalista volviendo a lucir su mejor sonrisa al
comprobar la entrega de sus fieles; "Die Alive", y los intrigantes
desarrollos de teclados que protagonizaron la final "Until My Last
Breath".
Con la mirada puesta en el futuro y
dispuesta a consolidar su nuevo proyecto Tarja camina con paso firme, confiando
en la calidad de sus nuevas
composiciones y en la lealtad de un
público que continúa idolatrándola como una de las voces más deslumbrantes de los
últimos años.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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