Los
finlandeses Battle Beast son una de las bandas del momento. Tras girar
incansablemente durante los últimos años el sexteto de Helsinki publicaba
recientemente su cuarta obra de estudio “Bringer Of Pain”, un trabajo en el que han
abierto su propuesta hacia nuevos horizontes contando con la incorporación del
guitarrista Joona Björkroth, que ha ocupado la vacante dejada por Anton
Kabanen. Aunque un problema con el bus de la banda mantuvo la cita en el aire
hasta el último momento, lo cierto es que tanto las estrellas de la noche como
sus compañeros de viaje, -Gyze y Majesty-, llegaron a la Sala Bikini de la
Ciudad Condal para cumplir con la cita con sus seguidores.
Los
encargados de abrir la velada serían Gyze quienes aprovecharían su oportunidad
para presentar algunas de las composiciones que formarán parte de su
próximo trabajo “Northern Hell Song”, que verá la luz a finales de este mes de
marzo. Formando como trío los nipones nos propondrían un estilo
radicalmente distinto al de las estrellas de la noche, ya que su
propuesta versaría en torno al death metal melódico.
Aunque
no dispusieron de mucho tiempo y tuvieron que lidiar con diferentes
problemas técnicos que ralentizaron el ritmo de su presentación, las huestes
lideradas por el virtuoso guitarrista y vocalista Ryoji dejaron unas buenas
sensaciones en temas afilados e incisivos como “Final Revenge”, que nos
sorprendían con el fantástico juego de voces que nos propusieron Ryoji y el
bajista Aruta.
Pese
a su juventud Gyze se mostraron sólidos y muy comunicativos,
consiguiendo enganchar con sus estribillos a los más jóvenes. Quizás la única
pega sería el que contarán con una única guitarra, ya que durante los excelsos
desarrollos solistas del mencionado Ryoji los temas quedaban un tanto
deslavazados. En cualquier caso, piezas como “The Bloodthirsty Prince”, con sus
contagiosos estribillos y esos giros melódicos que nos traían al recuerdo
a bandas como Children Of Bodom acabarían propiciando que la gente se fuera
animando.
Además
de repasar algunas de las composiciones que formaran parte de “Northern Hell
Song”, los nipones no desaprovecharían la ocasión para presentarnos algo del
material que incluyeron en sus anteriores entregas, así que durante su escueta actuación
no faltarían la corrosiva “Black Bride”
y la primeriza “Desire”, que sería la elegida para cerrar un show que se vio muy condicionado por los problemas técnicos.
El
cambio de tercio hacia sonoridades más tradicionales llegaría de manos de los
germanos “Majesty”, quienes traían bajo el brazo su nueva referencia
“Rebels”. Pese a ser esta su primera incursión en nuestro país, me llamó mucho
la atención la respuesta de una audiencia que les apoyó al máximo desde
que irrumpieran en escena acompañados de “Path To Freedom”. Aunque durante los
primeros compases del show el sonido fue bastante deficiente, con un volumen
bajo en las guitarras, lo cierto es que el quinteto capitaneado por Tarek Maghary
logró conectar con el respetable gracias a la pegada de los estribillos true-
metaleros que marcarían piezas como “Die Like Kings”, “Hail To Majesty” o la hímnica “Heroes In The Night”.
Quizás
la única pega que se puede poner a la actuación del combo teutón fue que sus
referentes quedaron demasiado claros, recodándonos en todo momento a bandas
como los americanos Manowar. Pero este detalle no pareció importar a una
audiencia que se lo pasó en grande con ellos mientras se dejaba arrastrar por
los aromas épicos de “The Final War” . El primer momento emotivo de la noche
llegaría con las ambientaciones más relajadas de “Across The Lighting”, que nos
dejaba Tarek clavando la rodilla en el suelo para conceder a su
interpretación unas mayores cuotas de intensidad.
Aunque
como era previsible su repertorio estuvo centrado en sus composiciones más
recientes, Majesty también echarían la vista atrás para bucear en su prolífica discografía rescatando para su debut en
tierras catalanes los trepidantes riffs de “Metal Law” y “Thunder Rider”,
que lograba que toda la sala coreara su
melodía plasmando la perfecta comunión entre banda y público.
La
química que los germanos habían conseguido crear no se rompería durante la
cabalgada contenida en “Rebels Of Our Time”, que nos proponía un nuevo
ejercicio de fe metalera antes de abocarnos sobre otro brillante solo de Emanuel Knorr. La última
embestida de Majesty estaría reservada para las triunfales melodías de
“Fighting Till The End”, que rubricaba una actuación que convenció a los
presentes y que fue claramente de menos de a más.
Una
sala abarrotada aguardaba impaciente la llegada del plato fuerte de la noche.
Durante los últimos años Battle Beast se han convertido en unos asiduos de
nuestros escenarios, ya sea en el marco de los festivales estivales o en salas, y esto a la larga ha supuesto el
mejor escaparate para una banda que ha demostrado en repetidas ocasiones
tener un directo intenso, salvaje y, ante todo, entretenido. Y es que desde que
la banda se diera a conocer dentro de la escena metálica europea al alzarse con
el triunfo en el Wacken Open Air Metal Battle 2010 su popularidad no ha hecho
más que crecer como la espuma. Además, la incorporación de la vocalista Noora
Louhimo supuso el espaldarazo definitivo para una formación que parece llamada
a liderar las nuevas hordas de jóvenes metaleros.
Aclamados
por el respetable desde antes de saltar al escenario el sexteto de
Helsinki aparecía en escena dispuesto a convencer a todos sus incondicionales
dando el pistoletazo de salida con el tema que inaugura su último redondo
“Straight To The Heart”, que desataba la euforia entre las primeras filas
mientras Noora, -ataviada con una gabardina larga-, se erigía como la perfecta
maestra de ceremonias animando al personal a que participara en unos
adictivos estribillos que se verían reforzados por sendas columnas de humo.
Aunque
en esta ocasión la vocalista optó por un look menos llamativo que en anteriores
ocasiones, lo cierto es que su personalidad y presencia escénica acabarían
convirtiéndose en el mejor reclamo para que las gente se dejara arrastrar por
las andanadas metaleras que encerrarían piezas como “Bringer Of Pain”. En
cuanto al nuevo fichaje de la banda , Joona Björkroth, se mostró preciso y muy
integrado con el resto de sus compañeros, haciéndose cargo de la mayoría de los
solos. Para sellar la unión entre la banda y sus incondicionales la vocalista
no dudaría en invocar a la hermandad metalera antes de atacar el melódico medio
tiempo “Familiar Hell”, que les servía para redondear una vibrante tripleta de
apertura con temas de su último trabajo. El primer recuerdo de la noche
llegaría con “In The Heart Of Danger”, que nos abocaba sobre los aromas
ochenteros del primer trabajo que Noora grabó con la banda en 2013.
Una
vez más el respetable volvería a corear el nombre de la banda obligando a que
los músicos cortaran el desarrollo normal del show para saludar agradecidos.
Con una Noora absolutamente desatada, animándonos a participar activamente en
la fiesta, llegaba el momento de atacar una de las nuevas que tiene
visos de convertirse en un clásico de su discografía “We Will Fight”. Con la
gente cada vez más entregada el primer momento álgido de la noche llegaría con
la vitalidad de la arrolladora “Let It Roar”, que nos dejaba a la banda pisando
el acelerador al máximo mientras la vocalista agitaba frenéticamente la cabeza.
Aunque
como comentaba anteriormente, Noora fue quien se llevo la mayoría de las
miradas durante el show, su compañero el bajista Eero Sipilä también se
encargaría de algunas de las presentaciones de la noche, tal y como sucedió
durante los prolegómenos del celebradísimo “Black Ninja”, que conseguía mantener el nivel
de intensidad de la velada mientras la gente no dejaba de botar completamente
enloquecida. El momento de recobrar el aliento llegaría con las ambientaciones
más relajadas de “Far From Heaven”, que nos dejaba una sentida interpretación
de manos de una Noora que derrochó elegancia y feeling para conquistar nuestros
corazones.
El
contraste lo pondría “Lost In War”, con las guitarras mas densas y oscuras de
la velada para acompañar la interpretación a dos voces del teclista Janne
Björkroth y una Noora que cantó el tema embutida en una túnica mientras no
dejaba de agitar su pie de micro como si fuera un cetro. Precisamente sería el
teclista quien se encargaría junto a Sipilä de presentar el siguiente tema de
la noche “Iron Hand”, que fue precedido de un fragmento de “La Marcha Imperial”
de Stars Wars mientras Janne engullía una cerveza.
El
momento de menear las caderas llegaría con “Touch In The NIght”, un tema de su
anterior redondo “Unholy Savior”, que ya nos adelantaba esa orientación más
moderna e incluso bailable que llevaría el material contenido en “Bringer Of
Pain”. Tampoco faltaría durante el show la invocación a todos los vikingos
catalanes para que se sumaran a los estribillos del novedoso “Bastard Son Of
Odin”, que lograba que la sala se viniera abajo mientras las columnas de humo
volvían a flanquear la figura de la vocalista para abocarnos sobre un
final épico. Sin apenas tiempo para reponernos del impacto la base rítmica nos
adentraría en “Enter The Metal World” y
una apabullante “Out Of Control”, que
sería la escogida para poner el punto y seguido a la velada.
Haciendo
gala de su particular sentido del humor el retorno sobre las tablas del sexteto
estaría protagonizado por un pequeño
pasaje del clásico de Wham! “Last Christmas”, antes de que las guitarras
volvieran a rugir al ritmo de “King For A Day” y “Beyond The Burning
Skies”. Parece que los finlandeses siguen en un fantástico estado de
forma, sumando cada vez más adeptos a su causa. Así que, como suele suceder con
las bandas que empiezan a despuntar, ahora solo queda comprobar si Battle Beast han tocado techo o,
por el contrario, están llamados a convertirse en uno de los nombres que
lidere los festivales europeos durante
los próximos años.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
No hay comentarios:
Publicar un comentario