La
irrupción de Korn en la escena internacional supuso todo un impacto dentro del
universo del heavy metal, ya que el combo de Bakersfield se desmarcaba de los
patrones clásicos del genero, -tanto musicales como estéticos-, para
convertirse en uno de los referentes de un nuevo estilo que se denominaría
nu-metal. Sin duda el retorno del guitarrista Brian "Head" Welch en
2012 supuso una inyección de vitalidad para una formación que parecía haber
perdido fuelle durante los últimos años. Con su nuevo trabajo bajo el brazo
"The Serenity Of Suffering", las huestes del carismático Jonathan
Davis regresaban a la Ciudad Condal para reclamar su posición como una de las
bandas más influyentes de la década de los noventa. El marco escogido
para su reencuentro con el público catalán sería el Sant Jordi Club y como
compañeros de viaje los americanos contarían con el concurso de sus
compatriotas Hellyeah, -la formación del batería Vinnie Paul (Pantera, Damageplan)
-, y los metaleros germanos Heaven Shall Burn, quienes darían buena cuenta de
las composiciones de su último redondo "Wanderer".
Con
un ligero retraso con respecto al horario inicialmente previsto, los encargados
de dar el pistoletazo de salida a la velada Hellyeah aparecían en escena.
Con un enorme telón de fondo y con la imponente batería de Vinnie Paul
presidiendo el escenario, el quinteto de Dallas se mostró rudo y
expeditivo desde que abrieran fuego con la novedosa "X". Comandados
por su vitalista frontman Chad Gray, que no paró de correr, saltar,
contorsionarse y agitar la cabeza durante todo el show, la banda dejaría unas
buenas sensaciones al atacar piezas como "Demons In The Dirt".
No
abandonarían el material de su anterior entrega, ya que el momento de que Chad
hiciera cantar al respetable llegaría con "Sangre Por Sangre (Blood For
Blood)". Pero no sería el vocalista el único que tiraría del combo
americano, ya que tanto Christian Brady como el bajista Kyle Sanders nos ofrecerían
una adrenalítica puesta en escena mientras Tom Maxwell permanecía en un
discreto segundo plano para hacerse cargo de la mayoría de los solos.
El
momento de demostrar que el mítico Vinnie Paul no ha perdido la pegada que le
convirtió en un referente para muchos percusionistas durante la década de los
noventa llegaría con la implacable "Human". Sorprendidos por la
fantástica acogida de la audiencia catalana, Gray invocaría la hermandad metálica
durante los prolegómenos de "Moth", que nos permitía recobrar el
aliento mientras un vistoso juego de luces daba colorido al recinto.
Para
el tramo final de su presentación se reservarían dos de las piezas más rabiosas
y agresivas de su última entrega "Unden!able”", dando buena cuenta de
los aromas alternativos de "Human" y los rotundos
estribillos de la seminal "Startariot", que fue precedida por un
fugaz guiño a Pantera y que era la elegida parar cerrar 30 minutos de rabia, potencia
y heavy metal de esencias noventeras.
Los
encargados de recoger el testigo serían Heaven Shall Burn. Pese a que priori
poco tenía que ver su propuesta con la de las estrellas de la noche, lo
cierto es que muchos teníamos ganas de volver a presenciar el show de Marcus
Bischoff y sus muchachos, ya que sus directos siempre son sinónimo de
intensidad y actitud. Ataviado con su característica camisa roja, el vocalista
ejercería como el perfecto maestro de ceremonias, liderando a sus compañeros
para convertirse en el nexo de unión perfecto con una audiencia que se desató
desde que el quinteto piso el acelerador a fondo durante la inaugural " Hunters Will
Be Hunted".
Con
la precisión de una maquina perfectamente engrasada la lección magistral de los
germanos proseguiría con los rotundos desarrollos de "Bring The War
Home", que provocaba que los pits y los pogos se sucedieran entre unas primeras filas que parecían
enloquecidas. Precisamente, sería este exceso de celo de una audiencia desatada
lo que provocaría que la banda se viera obligada a interrumpir "Voice Of
The Voiceless", para que fuera rescatado un fan que resultó herido en el
fragor de la batalla. Afortunadamente, el percance quedó en un susto, ya
que tras ser rescatado el herido y repartir algunas botellas de agua entre las
primeras filas, la apisonadora volvería a quebrar nuestras cervicales con
"The Omen".
Pese
a ejercer como invitados de Korn, Heaven Shall Burn disfrutaron de un sonido
impecable, un vistoso juego de luces y unas altísimas columnas de humo que aparecerían durante diferentes momentos
del show, tal y como sucedió durante las novedosas " Downshifter", "Corium" y “Land Of The Upright
Ones”, que servían para que los germanos
nos mostrarán sus dos vertientes, fusionando su habitual voracidad metalera con
pasajes más melódicos y envolventes.
Desafortunadamente,
todos sabíamos que la descarga del combo de Saalfeld estaba encarando su sprint
final, pero antes de dar por concluida su arrolladora presentación Heaven Shall Burn todavía tendrían ocasión de
hacernos cantar a todos durante su versión de Edge Of Sanity, "Black
Tears", que se ha convertido en una imprescindible en sus
directos. Una fugaz introducción pregrabada se convertiría en el preámbulo
de la apabullante "Endzeit", que nos dejaba la imagen del vocalista
encaramándose a los monitores para hacer rugir a un público que correspondió a
sus demandas.
Aunque
en principio el público de Korn no parecía el más adecuado para la agresiva propuesta
de los germanos, Heaven Shall Burn consiguieron conectar con la audiencia
y se ganaron un puñado de nuevos seguidores.
Mientras
la espera se consumía amenizada por una buena selección de himnos noventeros, -
que incluyó hits de The Prodigy y Marilyn Manson entre otros-, una enorme lona
negra ocultaba el escenario de miradas indiscretas. El arrollador sonido de la
batería durante las pruebas previas nos hacía presagiar que los
americanos venían dispuestos a ofrecernos un show de altura. Así que con todo el recinto sumido en la
oscuridad y con el peculiar pie de micro de Jonathan Davis presidiendo el
escenario, la lona caía al suelo permitiéndonos vislumbrar un majestuoso
escenario a dos alturas junto a un
sorprendente montaje de luces leds, que irían variando su posición a lo largo del
show.
Con
Fieldy ocupando el nivel superior junto al kit de batería y teclados, la
descarga se abriría con todo un clásico como "Right Now",
consiguiendo enganchar a la audiencia desde el mismo arranque mientras Davis, -ataviado
con una de sus clásicas faldas-, permanecía agarrado a su pie de micro agitando
sus largos tirabuzones. Tras recibir la primera ovación de la noche, las
pantallas de leds se abrirían para que Fieldy descendiera junto al resto de sus
compañeros para atacar "Here To Stay", que ponía a todo el auditorio
a botar antes de que seis columnas de humo se alzarán hacia el techo con
la llegada de su potente estribillo.
Habiendo
firmado un arranque vibrante y explosivo, en el que los californianos
consiguieron meterse al público en el bolsillo, las luces se apagarían y al
volver a encenderse el telón con el logo de la banda había desaparecido para
dejar su lugar a otro con la portada de
su último redondo. Esto significaba que llegaba el momento del primer tema de
nuevo cuño de la noche, "Rotting In Vain", que hacía disminuir el
nivel de euforia entre las primeras filas. No tardarían mucho en volver a hacer
explotar al respetable, ya que el primer recuerdo hacia el material facturado
durante la década de los noventa quedaría materializado con "Somebody,
Someone", rescatado de su “Issues” (1999), que nos dejaba a Munky y Head
girando en círculos mientras Davis nos invitaba a levantar los brazos.
El
contraste a tanta potencia lo pondría su bailable versión del "Word Up!" de
Cameo, que nos dejaba el escenario tenido de tonalidades fuxia mientras el
frontman se empleaba a fondo para hacernos mover los brazos de izquierda a
derecha. El retorno sobre las sonoridades más densas estaría reservado para un
vibrante "Coming Undone", que incluiría un pequeño pasaje del clásico de Queen "We
Will Rock You". Una nueva mirada sobre su último redondo nos abocaría
sobre "Insane", que fue la elegida para que las columnas de humo
volvieran a hacer acto de presencia en
la parte superior del escenario.
Aunque
durante los últimos años la banda no se ha prodigado en exceso en los
escenarios de la capital catalana, Davis no se olvidaría de repasar algunas de
sus anteriores visitas justo antes de volver a desatar la euforia del
respetable con el tándem que conformaron "Y' All Want A Single"
y la correosa "Make Me Bad", que serviría para que el frontman
nos propusiera diferentes juegos vocales. Muy destacable fue la dinámica de un show que no nos dio ni
un segundo de tregua, así que fundiéndose con el ultimo acople del tema
anterior Davis aparecería en escena portando su gaita para dar el pistoletazo de
salida a una celebradísima "Shoots And Ladders", que incluirá un
fragmento del "One" de Metallica para provocar que la sala se viniera
abajo.
Para
reponernos del impacto Ray Luzier nos
ofrecería un breve solo de batería que acabaría fundiéndose con el que fue el
primer gran hit de la banda "Blind", que sonó tan potente y dramático
como a mediados de los noventa, poniendo de manifiesto que el tema ha superado
con nota el inexorable paso del tiempo. No estaban dispuestos los californianos
a que el nivel de intensidad decreciese,
de modo que las encargadas de prolongar la excitación de un respetable entregado serían "Twist" y "Good
God", tras las que el sexteto se perdería entre bambalinas dejándonos con
la miel en los labios tras poco más de una hora de espectáculo.
El
último asalto de la formación americana estaría marcado por "Falling Away
From Me", que volvía a hacernos cantar a todos mientras Fieldy castigaba
las cuerdas de su bajo desde el nivel superior del escenario, mientras que el fin de fiesta definitivo
llegaría con "Freak On A Leash". En definitiva gran concierto de unos
Korn que se mostraron potentes, intensos y hasta diría que rejuvenecidos. Eso sí, poco más de 75 minutos
de show me parece un modesto botín para una banda insigne dentro del metal de
los noventa. Simplemente un par de temas más hubieran bastado para convertir un
gran concierto en uno memorable.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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