Durante
los últimos años
se ha puesto muy en boga que nombres insignes de la escena
metálica
se lancen a la aventura de crear su propia cerveza. Pero si
hay una formación
que ha proclamado su amor eterno hacia esta milenaria bebida
esos son los germanos Tankard. Fieles a su estilo e incombustibles al paso del
tiempo Gerre y sus secuaces siguen en la brecha regalándonos discos y directos
que resultan ideales para la diversión y el desparrame. Una vez más, Tankard
volvían a visitar nuestros escenarios, -aunque su nuevo trabajo "One Foot
In The Grave", no verá la luz hasta dentro de unos meses. La última escala
de su periplo hispano sería en la sala mediana
del Razzmstazz donde los incombustibles thrashers contarían con el
concurso de una formación que está dando mucho que hablar con su segundo
trabajo "Backlash", los barceloneses Blaze Out.
Con
la gente accediendo parsimoniosamente a un recinto que quedó acotado a la mitad
de su tamaño por una cortina, el escenario parecía preparado para la aparición
de los encargados de abrir fuego esta tarde noche de domingo. Dos pancartas
laterales, un telón de fondo y diferentes plataformas repartidas a lo largo del
escenario constituían el set escénico de la formación catalana. Tal y como nos
recordó Gerard la banda estaba cansada tras un fin de semana en el que
descargaron en Vigo
y Ciudad Real, pero nadie lo diría viendo la garra, la
pasión y la entrega que desplegaron desde que aparecieron en escena para dar el
pistoletazo de salida con "Blind Snakes".
Rápidos,
compactos y efectivos,
el ataque a dos guitarras que nos propusieron Gerard Rigau y
David Lleonart
en temas como "Burn The Veil", sirvieron para que
la gente se fuera animando mientras la rotundidad de la base rítmica formada
por el bajista Carles Comes
y el batería Sergi Rigau,- que recientemente se incorporó a
la banda sustituyendo a Rafa Weber-, nos volaba la cabeza con su arrolladora
pegada. Para los que hemos venido siguiendo la trayectoria del cuarteto resulta evidente la madurez que han adquirido a base de tocar
en directo, quizás por ello destacaría el repertorio escogido para
la ocasión, centrándose en su material más thrashero y salvaje en detrimento de
algunas de sus composiciones de tamiz más melódico. Una excelente elección que
les sirvió para ganarse la atención de los fans de la mítica formación germana.
Con
un Gerard pletórico en su papel de frontman, animando constantemente mientras
utilizaba los tres micrófonos que había repartidos por el escenario, Blaze Out
proseguirían su presentación con los adictivos coros de "Fist Go
First", uno de los temas más directos de su "Backlash", que
propiciaba que la gente se fuera sumando a la fiesta. El primer recuerdo sobre
el material de su ópera prima estaría reservado para "Shining Blood".
Aunque entre los presentes había muchos que no conocían sus
temas, el momento de cantar junto a la banda llegaría con un trepidante medley
que incluyó guiños y pinceladas de diferentes clásicos de Iron Maiden y Metallica.
Lejos
de remitir, la intensidad del show seguiría una clara línea ascendente gracias
a los incisivos riffs de "S.I.N.S. que nos flanqueaba el paso hacia un
tramo final que estaría dominado por la agresividad del tema que abre su última
entrega " Wrath Afire" y la primeriza "Red Silence", dejando
unas fantásticas sensaciones entre los presentes. Son jóvenes, tienen actitud,
hambre y una buena ristra
de temas para completar unos shows intensos, dinámicos e
incendiarios. Así que ya sabes si pasan cerca de tu ciudad yo no perdería la
ocasión de verles en directo.
No
son precisamente Tankard una formación que acostumbre a explayarse en lo que a
montajes escénicos se refiere. Así que un solitario telón de fondo con su clásico logo fue todo el decorado que
utilizaron los thrashers de Frankfurt. Con el ambiente muy caldeado tras la
arrolladora descarga de Blaze Out era el momento de que los autoproclamados
"Reyes de la Cerveza" tomarán el escenario. Como un vendaval desatado
y echando mano de su material clásico para desatar la euforia entre las primeras
filas la descarga arrancaba con un himno como es el primerizo "Zombie
Attack", que ponía de manifiesto que los germanos no han perdido ni un
ápice de su arrolladora personalidad fiestera. Con Gerre al frente, luciendo su
"apolínea figura" la escalada de thrash metal old school proseguiría
con la convulsa "The Morning After", que nos adelantaba los efectos
que sufriríamos al día siguiente después de semejante ceremonial de alcohol y
decibelios.
Tras
reivindicarse como una de las bandas clásicas dentro de la escena europea con
un par de viejas favoritas de la primera
época tocaba echar la vista atrás a su último redondo que veía La Luz hace ya
tres años para dejar que el ambiente siguiera caldeándose con los fogosos riffs
de "Fooled By Your Guts". Tras las presentaciones y los habituales
brindis, un desatado Gerre demandaría nuestra colaboración para elevar los
brazos al aire para acompañar "Not One Day Dead (But Mad One Day)",
que se convertiría en el primer recuerdo hacia su aclamado "A Girl Called
Cerveza". Simpático, irónico y dicharachero, el orondo frontman no dejaría
de recorrer el escenario incansablemente mientras nos alentaba a participar en
los estribillos de "The Beaty And The Beast", que fue precedida de
una dedicatoria especial a todas las chicas presentes.
Pese a que Gerre fue sobre
quién recayó todo el protagonismo, tanto el guitarrista Andreas Gutjahr como el
bajista Frank Thorwarth no pararon de intercambiar sus posiciones, dando al
show un dinamismo incendiario que se acabaría contagiando entre unas primeras
filas que no pararon de danzar y hacer pogos mientras los germanos nos
espetaban
sin previo aviso "Stay Thirsty!". No abandonarían
su repaso al material facturado durante el siglo XXI, ya que las siguientes en sonar serían la dupla que conformaron
"Rapid Fire ( A Tyrant´s Elegy)" y la corrosiva "Rules For
Fools", que hacia que la sala se viniera abajo.
Imparables, en poco mas de
cuarenta minutos Tankard se habían metido a la gente en el bolsillo, y la mejor
prueba fue ver cómo la audiencia coreaba ensordecedoramente el nombre de la
banda ante la cara de satisfacción de un sonriente Gerre. Pero la fiesta no
había hecho más que comenzar, así que mientras el frontman se golpeaba su
prominente panza con el micrófono el resto de sus compañeros atacaban
inmisericordemente una coreadísima "Maniac Forces", con la que nos
volvía a
remitir a su material clásico de la década de los ochenta. Entre tanto
cachondeo y diversión no podían faltar las pinceladas épicas contenidas en esa
declaración de intenciones que es "Die With A Beer In Your Hand", que
como no podía ser de otra forma fue interpretada por Gerre cerveza en mano.
La sorpresa de la noche
llegaría durante el ecuador del show, cuando los germanos nos presentaron
"Minds On The Moon", que formará parte de su próximo trabajo. El
cambio de tercio llegaría acompañado de las lúgubres ambientaciones que
marcarían la introducción de "R.I.B. Rest In Beer", que provocaba que
el pogo volviera a adueñarse del local. El único momento en el que los germanos
levantaron ligeramente el pie del acelerador, si eso es posible, sería a lo
largo de la heaviera
"Metaltometal", que servía para que Andreas
Gutjahr nos mostrará su faceta más melódica. Pero este escueto remanso de calma
entre semejante ciclón thrashero sería tan solo un espejismo, ya que la elegida
para recuperar toda la caña e intensidad del show sería "Rectifier",
que a la postre se convertiría en el primer y único recuerdo a su trabajo de
2002, “B-Day”.
Como
siempre sucede en sus shows, el momento del vacile llegaría durante los
prolegómenos de "Chemical Invasion", con Gerre invitando a una chica a
bailar agarrados antes de azotarnos con otra corrosiva sucesión de incendiarios
riffs y estribillos altamente coreables. Pese a la amenaza de abandonar el
escenario, la banda permanecería en escena para satisfacer las demandas del
público que pidió insistentemente "Freibier", que ponía el punto y
seguido a la velada.
No
tardarían mucho en regresar sobre las tablas para poner un brillante colofón
con temas como "Alien", que plasmaba a la perfección la comunión
entre banda y público; la desternillante "A Girl Called Cerveza",
mientras que el último cartucho estaría reservado para la fiestera "(Empty)
Tankard".
No,
evidentemente, Tankard nunca serán una banda técnica ni glamurosa, pero a la
hora de quemar los escenarios a base de alcohol y thrash metal nadie puede
igualarlos, y la mejor prueba fue la fiesta que los germanos montaron a
su paso por la Ciudad Condal.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFREDO RODRIGUEZ
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