Parece
que vuelven a estar ahí, en la cresta de la ola. Y es que viendo el estado de
forma que exhibieron Dark Tranquillity a su paso por la Ciudad Condal
presentando su undécima entrega , “Atoma”, resulta evidente que la banda del carismático Mikael
Stanne está atravesando uno de sus
mejores momentos justo cuando están a las puertas de conmemorar el vigesimoquinto aniversario de su debut
“Skydancer”. Durante estos años el combo sueco ha ido redefiniendo su propuesta
disco a disco, ampliando miras para incluir nuevos elementos y sonoridades que
le han permitido evolucionar y no repetirse. La principal novedad en el seno de
la banda venía dada por la incorporación de los guitarristas Johan Reinholdz (NonExist, Andromeda) y
Christopher Amott (ex–Arch Enemy), junto a la presencia del ex–bajista de In Flames, Anders Iwers.
Para
acompañarles en su desembarco en tierras catalanas contarían con el concurso de
Omnium Gatherum, con quienes están girando por el Viejo Continente como actos
de apertura de los vikingos de Tumba, Amon Amarth. Pese a estar programada la cita
para la jornada del domingo, lo cierto es que el local acabó presentando una muy buena entrada. Así que cuando los
encargados de abrir la velada aparecieron en escena ya se respiraba un fantástico ambiente en la
sala mediana del Razzmatazz. Y es que parece que nadie quería perderse la
descarga de unos Omnium Gatherum que
tiraron de veteranía y tablas para conseguir
conectar con el respetable a base trallazos crudos y certeros como la inicial “The Pit”. Pese a que la propuesta del sexteto
de Karhula estuvo muy centrada en el
death metal, no faltarían a lo largo de
su presentación pasajes melódicos y de tintes
melancólicos durante “Skyline”, que nos dejaba un fantástico trabajo del guitarrista Markus Vanhala.
Si
durante los primeros compases del show Omnium Gatherum se habían centrado en
las composiciones de su último redondo “Grey Heavens”, tras haber captado la
atención de una entusiasta audiencia tocaba bucear en su amplia discografía, y
que mejor que proponernos las envolventes
melodías que marcarían “Ego”. Aunque esta era su primera incursión en tierras
catalanas, los finlandeses no tendrían dificultades para granjearse el favor de
un público que acompañó con
palmas los desarrollos intermedios del
efectivo “Frontiers”.
Pero
sin duda si hay algo que marcó la descarga de Omnium Gatherum fueron esos riffs
compactos y voraces que propiciaron que temas como “In The Rim” o “The Sonic
Sign”, acabaran recibiendo una cálida acogida. Con las primeras filas cada vez
más animadas, los finlandeses no
abandonarían el material de su sexta entrega “Beyond”, para adentrarnos en una
recta final que estaría marcada por los hímnicos cánticos de “New Dynamic”. Mientras
que para rubricar sus cuarenta y cinco
minutos sobre las tablas optarían por la pieza que daba título a su quinta
entrega “New World Shadows” y los aromas progresivos de la novedosa “Storm
Front”.
Tras
sus últimas apariciones en nuestro país dentro del marco de los festivales
estivales, Dark Tranquillity regresaban a la Ciudad Condal para reencontrarse
con un público fiel y devoto que les recibió con los brazos abiertos. Una atípica
disposición escénica, -con la batería en un extremo y los teclados en el
opuesto-, propiciaría que se creara un espacio central que sería ocupado por una pantalla
sobre la que se irían proyectando diferentes imágenes a lo largo del show.
Ataviado con su habitual chupa, -de la que no se desprendería durante toda la
velada-, el carismático Mikael Stanne se apoderaría del escenario para liderar
a sus compañeros y hacer participe al público desde que abrieran fuego con “Force Of Hand”, que plasmaba a la
perfección la evolución que ha seguido su propuesta durante los últimos años. Sin apenas tiempo
para reponernos del primer impacto de la noche, un desfile de cráneos serviría
como ambientación para los brutales cambios de “The Lesser Faith”, que fundía magistralmente
la rotunda pegada de las
guitarras y los envolventes teclados de Martin
Brändström.
Durante
la primera charla de la noche, el carismático frontman nos agradecería nuestra presencia y se
disculparía por el largo tiempo sin
visitar nuestra ciudad antes de que los teclados nos adentraran en la
versatilidad estructural de “Atoma”. El primer gran momento de la noche, con la
gente enloquecida coreando la melodía, llegaría con un “The Treason Wall” que
sonó absolutamente matador. La primera mirada sobre su anterior entrega
“Construct” estaría reservada para las oscuras ambientaciones de “The Science Of Noise”, que nos volaría la
cabeza con la rotunda pegada de un Anders Jivarp que se mostró pletórico a lo
largo de todo el show.
Aunque
la banda presentaba diversas novedades en su seno, lo cierto es que Dark
Tranquillity sonaron fieros, rotundos y
compactos. Precisamente sería el amenazante bajo de Anders Iwers el encargado
de adentrarnos en “Forward Momentum”, que rompía la dinámica que estaba
llevando el show para permitir que Mikael nos ofreciera otra buena sucesión de
registros limpios. No tardarían en regresar la velocidad y la voracidad
metalera con las incisivas guitarras de “Terminus (Where Death Is Most Alive)”
y “The Silence In Between”, que volvían a desatar la locura entre unas primeras
filas cada vez más eufóricas y animadas.
Por
si alguien todavía no había puesto nombre a las nuevas incorporaciones que
presentaba la formación, Mikael se encargaría de ejercer como maestro de
ceremonias durante los prolegómenos de “The Pitiless”, que era la elegida para
volver a centrar nuestro objetivo sobre el material de “Atoma”, con el frontman
rugiendo amenazante para protagonizar otra andanada marca de la casa. Pese al
extenso catálogo de los suecos, debo admitir que me sorprendió que esta primera
parte del show estuviera centrada en el material que han facturado durante la
ultima década. Quizás por ello no faltarían piezas repletas de contrastes y
matices como “What Only You Know”.
Pero
que nadie piense que Dark Tranquillity se
iban a dejar en el tintero algunos de
sus temas mas emblemáticos, ya que no faltaría la rabia desatada en
“Monochromatic Stains”, que volvía a poner al público en movimiento mientras Mikael nos miraba complacido desde el
filo del escenario. Su viaje regresivo hacia el pasado proseguiría con “The Wonders At Your Feet”,
-que fue rematada por un fantástico solo del menor de los hermanos Amott-, y
“White Noise/ Black Silence”, que nos hacía viajar a los tiempos de “Damage
Done” para conformar una de las duplas
más celebradas de la noche.
El
contraste entre el pasado y el presente quedaría plasmado en “Neutrality”, con los
teclados volviendo a cobrar protagonismo antes de que la batería de Jivarp se encargara de propulsar un nuevo ataque de
Amott y Reinholdz. Más oscura y tortuosa sonaría la también novedosa “Clearing
Skies”, que pese a su ritmo más cadencioso conseguía mantener la intensidad del
show. Una nueva mirada sobre su obra de 2002 serviría como pretexto para
recuperar los entrecortados riffs de “Final Resistance”. Mientras que para
introducir una nueva nota de color y adentrarnos en tesituras más góticas y
ambientales el sexteto nos propondría una celebradísima “There In”, que a la
postre se acabaría convirtiendo en el único guiño que se permitieron al
material facturado durante la década de los noventa.
Para
su retorno sobre las tablas los suecos nos tenían preparada una suculenta sorpresa, ya que
estrenarían en directo la composición
que abre su última obra, “Encircled”. Si vibrante y eléctrica había sido toda
la velada, el sprint final estaría protagonizado por las melódicas sonoridades
de “State Of Trust”, la demoledora “Through Smudged Lenses” y las coreables
melodías que marcarían la final “Misery´s Crown”.
Al
final del show un sonriente Mr. Stanne permanecería en escena durante varios
minutos para recibir el caluroso aplauso de una audiencia entregada. Una vez
más Dark Tranquillity volvieron a reivindicarse como uno de los pilares básicos para comprender la evolución del death metal
melódico. Aunque, personalmente, debo admitir que eché en falta algún tema de sus primeros trabajos.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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