Parece
que nada va a detener al Papa Emeritus III y su comitiva de Nameless Ghouls,
sean quienes sean, en su objetivo de seguir esparciendo su tenebroso credo de
maldad. Pese a los últimos acontecimientos en su curia, con demandas
interpuestas por algunos de sus antiguos miembros, la gira Popestar arribaba a
la Ciudad Condal con el recuerdo todavía fresco de su fantástica descarga de
finales de 2015. Quizás el salto desde la céntrica sala Apolo al Sant Jordi
Club fuera una apuesta demasiado arriesgada, así que finalmente los suecos
oficiarían su particular ceremonial en el marco de la sala grande
del Razzmatazz ante una audiencia fiel, devota y entregada.
Como
aperitivo antes de su llegada contaríamos con el concurso de Zombi, quienes nos
presentarían una propuesta diametralmente opuesta a la de las estrellas de la
noche, ya que el dúo americano, compuesto por el batería Anthony Paterra y el
teclista y bajista Steve Moore, desplegó ante un recinto que se fue poblando a
medida que avanzaba su presentación una sucesión de composiciones
instrumentales, salpicadas de esencias electrónicas y desarrollos
experimentales.
De
su más reciente entrega discográfica “Shape Shift”, nos propusieron las inquietantes
ambientaciones contenidas en "Pillars Of The Dawn”, para que
posteriormente Steve Moore cambiara los sintetizadores por el bajo durante
"Mission Creep".
Tampoco faltaría algún recuerdo hacia sus anteriores
entregas con temas como la ambiental "Night Rhythms" o la final
"Orion”. En cualquier caso, su sobria puesta en escena y su heterogéneo
space-rock parecieron no acabar de comulgar con los gustos de gran parte de los
asistentes.
Tras
la descarga del combo de Pittsburgh, la sala quedó a media luz mientras de
fondo sonaba el “Miserere Mei, Deus”, y los pipas realizaban los
últimos ajustes técnicos. Un imponente escenario a dos alturas, comunicadas por
varios tramos de escalinatas, un suelo ajedrezado y varias lonas traseras con
imaginería religiosa servirían como decorado para el tenebroso ritual de los
suecos.
Como ya sucediera en su anterior visita, “Masked Ball” nos ponía en
alerta ante la inminente aparición en escena de los nuevos Nameless Ghouls.
Tras unos segundos de incertidumbre, con los enmascarados dando ya buena cuenta
de sus instrumentos, emergía en la parte central del escenario y envuelta en
humo la imponente figura de Papa
Emeritus III para provocar el delirio de sus feligreses al encarar las primeras
estrofas de “Square Hammer”.
En
cuanto al nuevo séquito de Nameless Ghouls, lo cierto es que se mostraron
compactos, activos y muy descarados, paseándose incansablemente por el
escenario mientras no dejaban de buscar la interacción con las primeras filas.
Aunque el sonido no acabó de acompañar durante los primeros compases del show
la entrega de la audiencia fue absoluta, entonando de forma reverencial los
versos del single "From The Pinnacle To The Pit”, antes de tributar a los
enmascarados la primera gran ovación de la velada. La euforia y el nivel de
intensidad seguirían increscendo mientras las columnas de humo y las
endiabladas melodías de “Secular Haze”, nos dejaban la impagable estampa del
Papa Emeritus III extendiendo los brazos para dirigirse a sus feligreses.
El
remate para un arranque explosivo llegaría cuando Papa Emeritus III apareció en
escena para agitar el incensario mientras nos invitaba a acompañarle en las
invocaciones que marcaron “Con Clavi Con Dio”. Como en todo buen ritual no
faltarían los pasajes en latín durante “Per Aspera Ad Inferi”.
Más parlanchín
que anteriores ocasiones, durante el primer sermón de la noche nuestro
anfitrión nos presentaría a “The Sisters Of Sin”, dos monjas que le asistirían
durante la diabólica eucaristía que acompañó a “Body And Blood”.
Con
la oscuridad adueñándose del escenario arrancaba la instrumental “Devil
Church”, que nos dejaba a los Nameless Ghouls deambulando por el escenario como
si fueran figuras espectrales. No tardaría en regresar nuestro particular
maestro de ceremonias, aunque esta vez desprovisto de su grandilocuente
indumentaria Papal para tomar una apariencia mas terrenal durante la tortuosa
“Cirice”. Pero que nadie piense que el cambio de indumentaria iba a apaciguar
los ánimos del carismático frontman, ya que a lo largo de “Year Zero”, se
pasearía desafiante por el escenario
para dirigir los cánticos del respetable y rubricar uno de los puntos álgidos
de la velada.
El
momento de recuperar el aliento llegaría con las volátiles melodías de piano de
“Spöksonat”, que nos anunciaba la llegada de le deliciosa “He Is”, y con ella
las suculentas pinceladas de elegante sofisticación que servían para rebajar
mínimamente los ánimos.
Pero este bucólico oasis de calma sería tan solo
un espejismo, ya que las guitarras volverían a reclamar su protagonismo a lo
largo de “Absolution”, que era la elegida para centrar nuestro objetivo sobre
el material de “Meliora”. No abandonarían el material de su tercer largo, ya
que la siguiente en sonar fue “Mummy Dust”, con el teclista abandonando su
posición para empuñar un keytar y colocarse en primera línea de fuego junto a
sus compañeros antes de que una copiosa lluvia de confeti sorprendiera a una
audiencia extasiada.
A
estas alturas del show ya no había vuelta atrás. Nuestras almas estaban condenadas.
Así que puestos a arder en el infierno que mejor que dejarnos seducir por la
pecaminosa esencia roquera de “Ghuleh/Zombie Queen”, para acto seguido
volver a aunar nuestras gargantas y cerrar este oscuro aquelarre con los
monumentales estribillos de “Ritual”. Pero no, la ceremonia todavía no había
concluido. De modo que una nueva arenga del Papa Emeritus III serviría como
prologo para el último acto de la noche, la indispensable “Monstrance Clock”.
Como
suele suceder siempre en las grandes citas a la salida hubo división de
opiniones. Mientras algunos salieron encantados y convertidos a la doctrina que
imparten Papa Emeritus III y su escuadrón de Nameless Ghouls; otros comentaban las
similitudes, -de repertorio y puesta en escena-, con respecto a su anterior
visita. En cualquier caso, Ghost demostraron que tienen potencial y calidad
suficientes para ser una de las bandas que lidere la escena internacional
durante los próximos años. Ahora habrá que esperar a escuchar sus nuevas
composiciones y “rezar” para que no hayan perdido la capacidad de sorprendernos
con sus nuevos números escénicos.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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