A lo largo de la
vida se dan diferentes situaciones que nos obligan a replantearnos las cosas, luchar
e intentar superarnos. Tras dejar atrás una grave infección que estuvo a punto de
costarle la vida el líder de Pain Of Salvation, Daniel Gildenlöw, quiso plasmar
en su nueva obra "In The Passing Light Of Day" algunas de sus
vivencias y pensamientos para proponernos una vuelta musical a las raíces, en
el que para muchos es su disco más personal e intimista hasta la fecha. Debo
admitir que tenía muchas ganas de volver a ver al combo sueco en la intimidad
de una sala tras su paso cerrando la
primera edición del festival Be Prog! My Friend.
Como preámbulo
antes de la aparición del plato fuerte de la noche contaríamos con el concurso
de sus compatriotas Port Noir, quienes debutaban en los escenarios de la Ciudad
Condal. Formando con una alineación de trío, y con la batería ocupando la parte
central del escenario, la formación capitaneada por el bajista y vocalista Love
Andersson nos ofrecería un detallado repaso de su último trabajo “Any Way The
Wind Carries”.
Aunque la
propuesta de Port Noir pareció entusiasmar a gran parte de los presentes, debo
admitir que no me acabaron de convencer
los excesivos apoyos pregrabados que utilizaron en la mayoría de los temas. En
cualquier caso, su sonido ecléctico e intimista acabaría calando a medida que
avanzaba su presentación. Así que temas como "Onyx" servirían como
perfecto ejemplo para una sucesión de composiciones heterogéneas, cortas y camaleónicas.
Para
hacernos navegar entre ambientaciones más oscuras y tortuosas recurrirían a los
densos desarrollos que de "Black From The Link", que con el bajo distorsionado
de Andersson y la cobertura melódica de
los teclados grabados marcaría el primer punto de inflexión de la velada.
El contrapunto
llegaría con los ritmos asincopados y
con aromas electrónicos de la pieza que titulaba su anterior Ep "Neón". Mientras que
la elegida para retornarnos sobre la senda de los desarrollos roqueros sería la
emotiva "Exile". En definitiva, correcta actuación de unos Port Noir
que parecieron convencer con su heterogénea propuesta a un público que se
mostró atento y receptivo. Aunque, personalmente, creo que el trío sueco se
mostró un tanto frío con una audiencia que les acogió con los brazos abiertos.
Una vez concluida
la descarga de Port Noir tocaba desconectar y prepararnos para embarcarnos en
el viaje que nos propondrían Pain Of Salvation. Con puntualidad británica las
luces del local se apagaban para que una
audiencia enfervorizada rugiera para tributar una cálida acogida a los
protagonistas de la noche. De forma rotunda, y hasta me atrevería a decir que
sorpresiva, la banda irrumpía en escena
acompañada de unos deslumbrantes destellos lumínicos para agitarnos
abruptamente con los compases iniciales de "Full Throttle Tribe".
Gozando de un
sonido potente y nítido junto a un vistoso juego de luces, que serviría para ponderar
los momentos cumbre de la noche, Daniel y sus muchachos dejarían claro desde
los primeros compases del show el porque son una de las bandas más longevas y reputadas
dentro de la escena progresiva. Sin duda
si hay algo que caracteriza las
composiciones de su nueva obra son esos sentimientos de angustia, incertidumbre
y rabia. De modo que el quinteto plasmaría de forma excepcional todas esas sensaciones en temas como
"Reasons" y "Meaningless", que nos hacían transitar desde
su contundencia inicial hasta unos cuidados juegos de armonías vocales que
acabarían embelesando al personal, con un Ragnar Zsolberg impecable en sus aportaciones vocales.
Aunque quizás lo
más sencillo para los suecos hubiera
sido ofrecernos un repertorio salpicado de clásicos de su extenso
catálogo, lo cierto es que los temas de " In The Passing Light Of
Day", constituirían la columna vertebral del show, ya que el quinteto interpretaría
hasta 7 temas de su última entrega discográfica, poniendo de manifiesto su
plena confianza en el nuevo material. Pero que nadie piense que no habría
espacio para el recuerdo, ya que la encargada de agitarnos con su vendaval
roquero sería "Lineleum", que nos dejaba con un Daniel soberbio,
desbordando feeling e intensidad por los
cuatro costados.
Si como comentaba
anteriormente su trabajo de este año fue el gran protagonista de la velada, las
composiciones de su cuarta entrega "Remedy Lane" serían las que ocuparían
los siguientes minutos del show, dejando que los omnipresentes teclados de
Daniel Karlsson se encargaran
de
acompañar las voces de Daniel y Ragnar durante
"A
Trace Of Blood", mientras el escenario se quedaba a media luz. La
intensidad y la potencia irían aumentando progresivamente gracias a los
increscendos de la dramática "Rope Ends", que nos dejaba
el
escenario teñido de púrpura mientras el frontman seguía cautivándonos con su magnetismo
personal. Para poner el punto y final a este capítulo dedicado a su trabajo
2002 apostarían por la extensa y heterogénea "Beyond The Pale".
Aún más atrás en
el tiempo, concretamente a la época de "The Perfect Element, Part I",
nos conducirán las sonoridades hipnóticas y envolventes de esa gema que es
"Ashes", que volvía a rebajar el nivel de revoluciones para dejar que
unas luces lilas bañaran el escenario. Por si alguien dudaba
del enorme carisma de Daniel, la prueba definitiva de su dominio escénico llegaría
con el reverencial y respetuoso silencio
que acompañó a la emocional "Silent Gold",
que era la elegida para inaugurar el segundo capítulo dedicado a " In The
Passing Light Of Day". Las guitarras potentes y una banda desatada, -inmersa
en una frenética sesión de headbanging -,se encargarían de contagiar su ímpetu
a la audiencia durante "On A Tuesday",
que volvía a recuperar la vivacidad del
show para propiciar que el recinto se viniera abajo.
Muy entregado y
comunicativo Daniel no se olvidaría de agradecernos nuestra presencia y nuestra
entrega antes de poner el punto y seguido a la velada con las seductoras
melodías de "The Physics Of Gridlock", ratificando la versatilidad de una formación que es capaz de transitar por diferentes
estilos y sonoridades aunque sin perder en ningún momento la carga emocional
que destilan sus composiciones. El epílogo para una descarga sublime llegaría
con la faraónica pieza que cierra su último trabajo "The Passing Light Of
Day", que arrancaba con el frontman solo en el escenario para que poco a
poco se le fueran sumando el resto de
sus compañeros para cerrar la velada por todo lo alto y ser despedidos como
auténticos héroes.
Mucho más que un
concierto. La descarga de Pain Of Salvation
en la Ciudad Condal fue algo más que una
simple sucesión de temas interpretados
de forma magistral, ya que Daniel Gildenlöw y sus muchachos se convertirían en
nuestros guías a través de un intenso viaje que nos haría recorrer diferentes
emociones, pensamientos y estados de
ánimos, para acabar dejándonos con la sensación de haber presenciado uno de los conciertos del
año.
TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ
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