Desde
que Havok nos visitaran por primera vez en Junio de 2012 presentando el E.P.
“Point Of No Return”, la popularidad de la banda que lidera el incombustible
David Sánchez no ha dejado de crecer. Sin duda el mejor escaparate para los de
Denver en nuestro país fueron sus conciertos junto a Angelus Apatrida a finales
del 2013. Así que tras cuatro años de silencio discográfico los de Colorado
regresaban a nuestro país para presentar en sociedad las composiciones de su
flamante nuevo trabajo “Conformicide”. Como compañeros de viaje contarían con
el concurso de otros viejos conocidos como son Warbringer. Mientras que para
completar este atractivo cartel compuesto por la nueva generación del thrash
metal americano contaríamos con la participación de los franceses Gorod y los
californianos Exmortus.
Mientras
la gente accedía al recinto escalonadamente saltaban a escena los encargados de
inaugurar la velada, Exmortus. Con la imponente portada de su último redondo “Ride
Forth” presidiendo el escenario el cuarteto de Whittier nos ofreció una
buena dosis de potencia y virtuosismo, dando buena cuenta de su thrash/
death salpicado de pinceladas neoclásicas. Pese a ello, durante los primeros
compases de su actuación Jadran “Conan” González y sus secuaces optarían por
captar nuestra atención recurriendo a las estructuras clásicas y a los rotundos
riffs que marcaron piezas como “Foe Hammer” o la hímnica “For The Horde”.
Pero
no tardarían mucho en mostrar su verdadero potencial al proponernos los
desarrollos más técnicos y melódicos de “Death To Tyrants”, que nos dejaba al
propio Jadran y a David Rivera batiéndose en un vertiginoso duelo. Para los
amantes de las cabalgadas humeantes y apocalípticas no faltarían los guiños
speed metaleros durante “Speed Of The Strike”. Pero sin duda la sorpresa de su
actuación llegaría cuando su frontman nos anunció que había llegado el momento
de la música clásica antes de atacar “Moonlight Sonata (Act 3)”, una extensa
suite instrumental que sirvió para que todos los miembros de la banda dieran
buena cuenta de sus habilidades técnicas.
No
abandonarían el material de su “Slave To The Sword”, ya que para encarar la
recta final del show optaron por la épica “Metal Is King”, que nos invitaba a alzar los cuernos al aire para contestar a
cada uno de los estribillos. Exmortus sorprendieron con su contundencia y su
versatilidad a una audiencia que se dejó imbuir por una propuesta que funde
magistralmente el thrash metal old school, el death metal y las esencias
neoclásicas de los grandes maestros de las seis cuerdas.
Sin
apenas tiempo para reponernos de la descarga de Exmortus tocaba cambiar de
registro y adentrarnos en el death metal técnico que nos proponían los
franceses Gorod. Ilustres veteranos de la escena europea la formación
capitaneada por el vocalista Julien “Nutz” Deyres apareció en escena muy
motivada y con el cuchillo entre los dientes, dispuesta a ganarse a un público
que en principio poco tenia que ver con su propuesta más técnica y
vanguardista. Quizás por ello para el arranque optaron por dos piezas
imprescindibles en sus directos: “State Of Secret” y la oscura “Here Die Your
Gods”, que nos obligaban a capitular ante sus rotundos cambios de ritmo, la
monumental pegada de sus guitarras, y los estrambóticos bailes de Deyres.
Indudablemente
si hay algo que ha marcado la trayectoria del quinteto de Burdeos es la
evolución constante de su sonido y su apuesta decidida por unas estructuras
cada vez más complejas y enrevesadas, tal y como dejaron patente a lo largo de
“Dig Into Yourself”, que se convertiría en la primera muestra de su anterior
trabajo “Process Of A New Decline”. El momento de centrarnos en la actualidad
de la banda llegaría con la disparatada “Being A Jerk”, que forma parte de su
nuevo EP “Kiss The Freak” que se publicaba a principios del mes de Abril.
Aunque
para los seguidores de la ortodoxia thrashera la descarga de Gorod resultó
excesivamente farragosa, lo cierto es que muchos fuimos los que disfrutamos del
peculiar tratamiento que los franceses dispensaron a las melodías en
temas como “Birds Of Salphur” y “Carved In The Wind”, que compactaba la fiereza
de sus cortantes riffs y las amenazantes líneas de bajo de Benoit “Barby” Claus.
El último cartucho en la recamara de unos Gorod que se fueron creciendo a
medida que avanzaba su presentación estaría reservado para las furiosas
acometidas de “Disavow Your God”, que ponían de manifiesto las aptitudes de un quinteto que parece dispuesto a
seguir innovando sin perder la capacidad de sorprender en cada una de sus
entregas.
Con
el ambiente ya muy caldeado llegaba el turno de uno de los platos fuertes de la
noche, Warbringer. Hacia bastante tiempo que los thrashers californianos no se dejaban
ver aquí, así que había muchas ganas de comprobar como sonaban en directo las
composiciones de su última entrega “Woe
To The Vanquished”. Tan expeditivos como de costumbre, y con las novedades del
bajista Jessie Sánchez y el guitarrista Chase Becker, la voracidad del quinteto
liderado por el alocado vocalista John Kevill nos hizo agitar frenéticamente la
cabeza desde que irrumpieran en escena para asediarnos con los certeros riffs
de “Silhouttes”, logrando que las primeras filas se pusieran en movimiento para
convertir la pista en una batalla campal.
Ante
semejante panorama John no tardaría en deshacerse de su pie de micro para
aproximarse al filo del escenario y espetarnos desafiante las rabiosas estrofas
de esa bomba de relojería que es “Woe To The Vanquished”. Y es que la actitud
arrolladora del combo de Ventura, -con invitación del propio frontman a
destrozar el local-, se acabaría contagiando a una audiencia que se entregó al
máximo durante los tumultuosos pogos que acompañaron a “Remain Violent”, que
con sus mosheantes guitarras nos recordaba al material clásico de sus
compatriotas Anthrax. Debo admitir que me sorprendió el excesivo protagonismo
de su nuevo trabajo durante los compases iniciales del show, de modo que
la última muestra de su quinta entrega estaría reservada para “Shellfire”.
Al
igual que ya sucediera en sus anteriores visitas, no faltaría su declaración de
amor incondicional al heavy metal durante los prolegómenos de “Prey For Death”,
que se convirtió en la primera concesión al pasado, concretamente a su “Waking
Into Nightmares”. Curiosamente, el único recuerdo que se permitieron a su
exitoso “IV: Empires Collapse”, fue el crujiente “Hunter-Seeker” que
ralentizaba el ritmo del show para permitir que Chase Becker y Adam Carroll se
explayaran a gusto en sus excelsos desarrollos instrumentales.
No
tardarían en recuperar sus riffs más humeantes e hirientes durante la afilada “Living In A
Whirlwind”, que volvía a desatar las hostilidades entre las primeras filas
mientras John destrozaba sus cuerdas vocales en una sucesión de alaridos
estremecedores. Para la recta final del show que mejor que someternos al
extenuante castigo que nos provocó el doble bombo durante “Combat Shock”, que
fue acompañada por el inevitable wall of death; y una celebradísima
“Total War”, que nos dejaba con ganas de más y casi exhaustos de cara a la
aparición de las estrellas de la noche.
Desde
que David Sánchez formara Havok en 2004 muchos han sido los músicos que han
desfilado por la banda. El último en sumarse al equipo ha sido el bajista Nick
Schendzielos. Pero lo que no ha cambiado es el mensaje crítico y la
actitud combativa y desafiante de una formación que parece dispuesta con su
nueva obra “Conformicide” a convertirse en un referente obligado para todos los
seguidores de la nueva oleada thrashera. No iba a ser tarea fácil conseguir
superar el nivel de intensidad que habían desplegado sus compatriotas
Warbringer, pero el carismático frontman y sus acólitos eran conscientes de que tenían
armamento suficiente para convencer a un Salamandra que les acogió con
autentica devoción.
Como
un vendaval desatado y con las guitarras sonando a un volumen atronador, para
algarabía de todos los presentes, el último asalto de la velada arrancaba
con la desquiciante “Point Of No Return”, que dejaba claras las intenciones de
cuatro furiosos thrashers que llegaban dispuestos a arrasar con todo a su paso.
Contando con la complicidad de una audiencia eufórica tocaba ofrecernos la
primera muestra de su cuarto largo “Conformicide”, del que nos propusieron el
despiadado ataque que es “Claiming Certainty”, que nos dejaba con el primer
gran alarde de un Reece Scruggs que se mostró rotundo y efectivo a la hora
de atacar sus parte solistas.
Mostrándose
tan mordaz y afilado como en anteriores ocasiones, David no dejaría pasar
la ocasión de lanzar un par de dardos envenenados contra los políticos y
las instituciones durante la presentación del machacón “Hang´ Em High”, que
plasmaba su crítica opinión contra el gobierno de su país. Pero sin duda el
primer gran momento de la noche, con toda la sala inmersa en una despiadada
sesión de headbanging, llegaría con el derroche de rabia y mala leche que
supuso “Prepare For Attack”, para la que la audiencia no vaciló a la hora de
sumarse a los coros ante el rostro de un David que no pudo disimular su
satisfacción ante la brutal respuesta del respetable.
No
abandonarían el material de “Time Is Up”, ya que las siguientes en sonar
serían “Fatal Intervention” y la descomunal “D.O.A.”, para la que se sumó
a la fiesta el batería de Warbringer, Carlos Cruz. Para encarar la segunda
mitad de su presentación Havok se reservarían otra buena muestra del material
contenido en “Conformicide”, apostando en esta ocasión por dos de las
composiciones que mejor pueden plasmar la evolución que ha seguido su sonido:
“Ingsoc”, quizás la pieza más compleja y arriesgada que nunca han
grabado; y el camaleónico “Intention To Deceive”, que servía para que su nuevo
bajista, Nick Schendzielos, nos obsequiara con una buena muestra de sus
habilidades antes de que el personal se sumara a los estribillos junto a un
David completamente desatado.
La
vuelta sobre los esquemas más netamente thrasheros llegaría con una nueva
mirada sobre el material de “Point Of No Return”, del que rescatarían “From The
Cradle To The Crave”. Sin apenas concedernos ni un segundo de tregua David se
encargaría de ponernos en alerta al amagar varios riffs de Machine Head y
Metallica. Pero, inesperadamente, el siguiente en sonar sería el clásico de Ac
Dc “T.N.T.”, que convertía el recinto en una fiesta con toda la gente
desmadrándose mientras entonaba el estribillo. Con la audiencia coreando
el nombre de la banda llegaba el momento de rubricar la velada con uno de los
temas más salvajes y emblemáticos de su carrera "Give Me Liberty…Or Give
Me Death”, toda una declaración de intenciones que ponía el recinto patas
arriba en un bizarro final.
En definitiva, Havok y Warbringer convencieron a
su paso por la Ciudad Condal, demostrando porque son dos bandas de referencia
para las nuevas generaciones de thrashers. Aunque en el caso de los de Colorado
bien podían haber estirado su descarga con un par de temas más.
TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER
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