Menos
de una semana después de haber presentado en el Arena Ciudad De México su
ambicioso proyecto “Diábulus In Ópera” junto a la orquesta dirigida por José
Luis López Antón, Mägo de Oz regresaban a nuestro país para retomar su gira con
una sorpresiva aparición dentro del Foro De Las Culturas Populares Y
Tradicionales de L´Hospitalet de Llobregat. Al aire libre y rodeados de atracciones
de feria, los madrileños serían el gancho perfecto para atraer la atención de un montón
de familias que paseaban por el recinto, amen de un buen numero de
incondicionales que no quisieron perderse la cita. Por si su presencia no fuera suficiente reclamo para movilizar al
personal, también contaríamos con el concurso de una joven promesa dentro del
metal nacional: Débler, quienes arrancaban la gira de presentación de su nuevo trabajo “Somnia”, que ha sido producido por Txus di Fellatio.
Pero
antes de que las guitarras, los violines y el heavy metal se convirtieran en
protagonistas indiscutibles de la velada tendríamos ocasión de presenciar el
ingenioso monologo de Raúl Alcaraz y las
escuetas actuaciones de dos artistas que poco tenían que ver con nuestro rollo.
Se
podía palpar en el ambiente. La actuación de Débler había levantado mucha
expectación entre los más jóvenes, ya que su propuesta, muy afín a la de los
propios Mägo, era una garantía de éxito asegurado. Precisamente, fue el
carismático batería quien apareció en
escena para ejercer como maestro de ceremonias y presentarnos a sus “nuevos pupilos”.
Acompañados de una estruendosa ovación y de la introducción “186 Fleet Street”, el
quinteto desplegó todo su potencial durante la inicial “Nada Nos Podrá Parar”.
Ataviados con esas barrocas vestimentas que lucen en sus fotos promocionales,
los cosladeños sorprendieron a más de
uno con su pegada, su trabajada puesta en escena, y, sobre todo, con la potente
voz de su vocalista Rubén Kelsen, que nos deleitó con una fantástica sucesión
de agudos mientras liderada a sus compañeros.
Y es
que la conexión entre Débler y el público fue instantánea, así que la gente no
dudaría en ponerse a dar palmas durante el arranque de “Mar De Lágrimas”, que ralentizaba
mínimamente el nivel de intensidad para dejar que el violín de Daniel Fuentes
nos guiara a través de sus melodías de esencia folk. Pese a su juventud Débler
se mostraron sólidos y muy confiados sobre las tablas, moviéndose
incansablemente para conseguir que la gente se involucrara al máximo en su
show. Así que la encargada de se proseguir con nuestro recorrido a través de
“Somnia”, fue la grandilocuente “Se Apagó El Sol”, que fundía a la perfección los arreglos
orquestales y esos cánticos en plan hímnico que se convirtieron en la excusa perfecta para que Rubén nos
hiciera agitar los brazos de izquierda a derecha.
Indudablemente
“Somnia” tiene visos de convertirse en el álbum que de el espaldarazo
definitivo a la carrera de Débler, pero el quinteto no se dejaría en el tintero
alguna de las composiciones que formaron parte de su debut “Noctem Diaboli”, de
hace un par de años. Así que no faltaría la velocidad y los pegadizos
estribillos del imponente “Renacer Del Alma”, que se convertió en uno de los más
celebrados de la noche; y, como no, “Duelo Hasta Morir”, que según nos comentó
el propio Rubén tenían muchas ganas de tocar aquí, ya que su videoclip se
grabó en la Ciudad Condal.
Como
buenos invitados tampoco se olvidarían de agradecer tanto a la organización
como a los propios Mägo de Oz la oportunidad brindada antes de atacar la
sobrecogedora “Sentencia Final”, que les servía para volver al material de su
último redondo y sacar a relucir sus influencias más power. La elegida para
rubricar una muy buena descarga del combo madrileño fue una de sus
composiciones más festivas y desenfadadas “La Procesión de Los Borrachos”, que
con sus alegres melodías y la aportación del flautista Diego Palacios acabaría
contagiando al personal para ponernos a todos a bailar.
La
velada no había podido comenzar mejor con el show de unos Débler que
demostraron, en poco más de cuarenta minutos, que han pasado de ser una promesa
a una firme realidad dentro del panorama nacional. Pero la noche era todavía
joven y quedaba el acto principal: la actuación de Mägo de Oz. Debo admitir que
me sorprendió la austeridad del montaje escénico que presentaron los madrileños en esta ocasión, con un
sencillo telón de fondo, -que no pudimos llegar a ver entero debido a las limitaciones
del escenario-, y la cabeza del payaso de “Ilussia” presidiendo el centro del
escenario. En definitiva, -si la memoria no me falla-, el mismo montaje que presentaron en su aparición en la última
edición del Rock Fest.
Una
introducción con guiños a la “Marcha Imperial” de “Star Wars” serviría para que
los músicos se fueran posicionando en escena para dar el pistoletazo de salida
con la pieza que inauguraba su obra de 2014: “Pensatorium”, que fue acompañada por
una intensa lluvia de confeti para convertir el recinto en una fiesta mientras
Patricia y Zeta, -que apareció en escena vestido de riguroso negro y
luciendo gafas de sol-, acaparaban todas
las miradas en un vibrante duelo vocal. Aunque el sonido no acabó de acompañar
durante los primeros compases del show, lo cierto es que las guitarras sonaron
rotundas y certeras, gracias en gran medida a la versatilidad de Javier Diez ,
que se mostró como una pieza clave dentro del sonido de la banda, intercalando
la elegancia de los teclados con la rotundidad de esa tercera guitarra que
reforzó el tándem que formaron Frank y
Carlitos.
La
fiesta había empezado y sin apenas darnos ni un segundo de tregua el violín de
Moha sería el encargado de invitarnos a mover las caderas durante el arranque de “Abracadabra”. Curiosamente,
tras este tema Patricia abandonaría la
primera línea de fuego para situarse sobre una tarima en la parte trasera del
escenario. La primera sorpresa de la noche llegó cuando Zeta invitó a Rubén
Kelsen a subirse al escenario para entre ambos atacar la majestuosa “Satania”,
que ahondaba en la faceta más power metalera de la banda para desatar la
euforia entre unas primeras filas que se mostraron completamente entregadas
mientras el fuego hacia su primera aparición precediendo a cada una de sus trepidantes
cabalgadas.
No
abandonarían el material de “Finisterra Opera Rock”, ya que nuevamente el
violín del simpático Moha nos propondría los aromas festivos de “La Danza Del
Fuego”, que volvía a contar con la aparición del fuego mientras la gente se abandonaba
al baile y la diversión. Y es que el sonriente violinista de Mägo fue quien
ejerció como showman en muchos momentos del show, llevando las riendas con su
instrumento mientras no dejaba de danzar en piezas como el emotivo “Hoy Toca Ser
Feliz”, que se convertía en el primer recuerdo a su “Gaia III”.
Entre
los presentes era palpable que había muchas de ganas de fiesta, de bailar y,
como no, de cantar. Así que los primeros compases de “Hasta Que El Cuerpo Aguante”, con Frank
empuñando la acústica, se convertirían en la excusa perfecta para que todos aunáramos
nuestras gargantas para corear su pegadizo estribillo. Tras haber jugado en
repetidas ocasiones con el respetable, Zeta se encargó de presentarnos al resto
de sus compañeros antes de perderse entre bambalinas para dejar que la voz
macarra y trasnochada de Txus nos hiciera esbozar una sonrisa durante “La Viuda de O´Brian”
A su
retorno sobre el escenario Zeta volvió a invitar a participar a Rubén para
entre ambos regalarnos una fantástica interpretación de “Desde Mi Cielo”. Tras
recibir una fastuosa ovación no tardarían
mucho las guitarras en recuperar todo su protagonismo, desplegando Frank y Carlitos toda la garra roquera que
encierra “Cadaveria”, que era la escogida para volver a poner a todo el mundo a
saltar. “Vuela Alto”, proseguiría con el
show, dejándonos a un Moha pletórico en el arranque para acabar dejando paso al
rotundo mano a mano que protagonizaron ambos guitarristas.
Durante
la noche fueron muchos los momentos en que se pudo palpar la perfecta sintonía
y la conexión entre los músicos y sus seguidores. Pero, curiosamente, uno de
los momentos más vibrantes y mágicos de la velada llegó durante la instrumental “Sueños Diabólicos”,
con una banda absolutamente desenfrenada, acelerando cada vez más sus melodías
mientras la gente no paraba de bailar como si estuviera poseída. Aunque, como
comentaba anteriormente, Patricia estuvo algo escondida durante gran parte del
show, lo cierto es que la vocalista volvería a reivindicarse como una de las
mejores voces del país con su fantástica versión del clásico de Janis Joplin
“Mercedes Benz”, que cantó casi a capela para acabar recabando una abrumadora
ovación.
Para
encarar la recta final del show Zeta volvió a dirigirse al personal para invitarnos
a alzar nuestras bebidas y brindar durante los prolegómenos de “La Posada De
Los Muertos”, qué, una vez más, desataba
la locura entre el personal para
abocarnos sobre un final apoteósico que estaría marcado por ese cántico a la
libertad y el amor libre que es “El Que Quiera Entender Que Entienda”.
Pese
a que era ya muy tarde nadie se movió de
su sitio. Todos coreaban expectantes el nombre de la banda esperando que los
músicos regresaran para ofrecernos una última
entrega que estuvo compuesta por “La Costa Del Silencio”, “Molinos de Viento”; -que
fue la única licencia que se permitieron a “La Leyenda De la Mancha”-; y , como
no, el que para muchos era el tema más esperado de la noche “Fiesta Pagana”,
que convertía el recinto en un desmadre, con otra abundante lluvia de confeti
y la aparición en escena de nuestro
“superhéroe fálico favorito” en un desternillante final.
Resulta
evidente que la experiencia en un grado. Así que, personalmente, creo que el
triunfo de Mägo de Oz en L´Hospitalet estuvo
sustentado en la elección de un repertorio sólido y equilibrado, en el que
confluyeron: el heavy metal, algunas de las mejores composiciones de “Ilussia”
y, sobre todo, esa vertiente folk, desenfadada
y festiva que tanto gusta al público más mayoritario, y que tan bien encarna la figura del incombustible Moha.
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